|
El pentagonismo no apareció en Estados Unidos armado de un método para actuar. Como todo poder que es resultado de circunstancias no planeadas, el pentagonismo comenzó su vida igual que los niños, con apetitos y movimientos inconscientes; fue ajustándose a las situaciones que creaba cada día un mundo de cambios vertiginosos; pero se ajustaba de manera mecánica con el mero propósito de supervivir y hacerse cada vez más fuerte, no para servir determinados principios. Es más, los jefes del pentagonismo en su etapa de formación creían que su función era salvar a Estados Unidos, solo que no sabían para qué debía salvarse Estados Unidos, si para ser útiles a la humanidad o para acumular beneficios destinados a una minoría de norteamericanos. Muy pronto, sin embargo, el pentagonismo pasó a creer que él debía supervivir y fortalecerse para preservar el poder de su país y para ampliarlo sobre el mundo.
Esa fue la etapa en que el pentagonismo creyó que su papel era servir a una forma nueva de imperialismo. Esto venía determinado por los factores que iban a integrarse como fuerza directora del pentagonismo.