“(...) La gente de Kentucky está llena de ansias de empresa y aunque no es pobre, siente la misma avidez de saqueo que dominó a los romanos en sus mejores tiempos. México centellea ante nuestros ojos. Lo único que esperamos es ser dueños del mundo”. |
Arriba, James Madison; abajo, John Adams a la izquierda y James Monroe a la derecha
John Adams (presidente de marzo de 1797 a marzo de 1801) no se quedaría atrás con uno de esos postulados hegemónicos con los que nació Estados Unidos. En 1804, fuera de la presidencia, expresaría semejante barbarie: “(...) La gente de Kentucky está llena de ansias de empresa y aunque no es pobre, siente la misma avidez de saqueo que dominó a los romanos en sus mejores tiempos. México centellea ante nuestros ojos. Lo único que esperamos es ser dueños del mundo”.
Por su parte, Jefferson, que gobernó de 1801 a 1809, no reconocería la independencia de Haití (1 de enero de 1804) -"primera república gobernada por esclavos y libertos negros y mestizos del mundo"-, algo que vendría a suceder en 1862, 58 años después.