II.- Fuera de la vida nacional los que ultrajan a nuestros grandes hombres...
Dice Gautreaux Piñeyro que escuchaba las conversaciones de Caamaño; es tan imprudente que reclama ese testimonio como si fuera palabra de Dios, sin mostrar un solo documento, una sola grabación o un solo testigo. Para él, todos los dominicanos somos estúpidos. Razones de sobra tendrá ante la putrefacción política en la que ha ejercido vida de bocón y mentiroso...