I.- Promesas incumplidas - Presidentes para un país de lerdos... Caso Leonel Fernández
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Figura patética, corrupta, perversa, cobarde y abúlica de la República Dominicana...Leonel Fernández
En 1996 apoyamos con entusiasmo a Leonel Fernández (PLD). Su discurso de toma de posesión, cargado de optimismo, prometía reformas encaminadas a construir un Estado moderno, capaz de garantizar justicia, salud, educación y oportunidades de progreso. Muchos sentimos entonces que su propuesta evocaba el espíritu transformador de Juan Bosch. Sin embargo, la gestión que siguió resultó profundamente decepcionante. A pesar de su preparación y cultura —que no se tradujeron en juicios propios ni en firmeza de carácter—, Fernández dejó un legado marcado por el clientelismo, la corrupción, la traición, la cobardía y una evidente incoherencia entre discurso y obra. Su gobierno se caracterizó por políticas públicas infladas en presupuesto, falta de transparencia, préstamos de destinos inciertos, compras innecesarias, viajes de megalomanía, adquisición de reconocimientos internacionales, la confección de una constitución a su medida, despilfarro de recursos y la entrega de la soberanía nacional a intereses extranjeros, como lo evidenció la presencia de tropas estadounidenses.
Lejos de materializar el cambio profundo que había sembrado en su discurso y que su formación peledeísta hacía suponer, Fernández se convirtió en el artífice de la degradación moral de la sociedad y en el responsable de transformar al PLD en el partido más corrupto de la República Dominicana. Como este país nuestro no lee, quien quiera nutrirse de los desafueros de esta figura patética, corrupta, perversa, cobarde y abúlica, está obligado a interpretar, en los escritos que mostramos a continuación, quién es en realidad Leonel Fernández:
Si después de leer todo lo que hemos escrito sobre Leonel Fernández el pueblo decide llevarlo de nuevo al poder, el razonamiento lógico que merecería tal acción sería el de que, ese pueblo, acostumbrado a idolatrar aberrantes, corruptos, criminales e inmorales, se haría merecedor de la guillotina, aquel aparato para ejecutar mediante decapitación con el que Maximilien Robespierre arrancó la vida de los enemigos de la Revolución Francesa, y con el que él mismo fue ejecutado.
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
Santo Domingo, República Dominicana
26 de septiembre de 2025