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Viva la podredumbre de país que se llama República Dominicana

Nación o potrero: ¿qué somos? Que viva el país cuyo mandatario diseña una política para eliminar cargos en el exterior y resulta que las botellas, los amigos, los corruptos y los incapaces, demandando salarios en dólares que sangran la economía dominicana, llenan los consulados, las embajadas y las oficinas de cualquier porquería que se le ocurra a nuestro globalizado genio

Viva el país en el que los miembros de la Cámara de Cuentas se autorizan el pago completo de la regalía pascual, 422 mil 500 pesos, a pesar de que sólo tienen 55 días en el cargo, lo que significa que cada integrante cobrará en diciembre, entre salario y regalía, "845 mil pesos".

Los "indigentes" funcionarios también habrían cobrado dicha prebenda en otras instituciones en las que laboraban (previo a su designación en la Cámara de Cuentas). La doctora Marte de Barrios trabajaba en la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana; los doctores Attías Juan y Suncar Morales, en la Junta Central Electoral del Distrito Nacional; Rondón Sánchez era asesor presidencial de Seguridad Social; del Rosario fungía como vicepresidente de Seguros Banreservas, y Heredia Castillo formaba parte del Consejo del Departamento Aeroportuario.

Encima de tan ilegítima acción, los miembros de la Cámara de Cuentas habrían solicitado tarjetas de crédito a la Secretaría de Hacienda, con "límites mensuales" de 5 mil dólares y 150 mil pesos. Lo extraordinario de todo lo sucedido es que esta Cámara de Cuentas parece no haber asimilado las experiencias de la anterior, destituida por irresponsable y corrupta, lo que refleja que somos una caricatura de nación -a pesar del discurso oficial - y lo mucho que nos falta por recorrer para una efectiva y real institucionalidad.

Los nombramientos de los miembros de la Cámara de Cuentas siempre han seguido el mismo patrón: designar personas afines a los intereses del partido en el gobierno o colaboradores políticos "legítimos". ¿Un país que se respete se atrevería, usando los recursos del Estado, a contratar un instructor de golf para enseñar a los miembros de alguna institución? La Cámara de Cuentas podrá ser buena para pagar excelentes salarios a sus miembros, para excluir expedientes de "intocables" acusados de corrupción, para cualquier otra barbaridad, menos para cumplir el papel que le asigna la Constitución de la República.

Que viva el país en el que la Suprema Corte de Justicia declara como inadmisibles los recursos de inconstitucionalidad incoados por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Foro Social Alternativo (FAS) contra el controvertido contrato de préstamo por 130 millones de dólares entre el Gobierno y la empresa Sun Land. Los jueces que respaldaron la decisión argumentan que ni el PRD ni el Foro Social Alternativo ostentan calidad para impetrar la acción de impugnación del contrato. "Sólo los presidentes del Senado... y de la Cámara de Diputados son partes interesadas y tienen calidad para accionar en esa dirección".

¿Saben esos incompetentes jueces lo que significan sus palabras? Significan, en un país eminentemente presidencialista y paternalista, que si los poderes del Estado son controlados por un partido político, el jefe del Ejecutivo puede hacer lo que le venga en ganas, y como los que dirigen el Senado y la Cámara de Diputados son marionetas del presidente, con su sumisión validan cualquier acto reñido con la ley y evitan que la ciudadanía o alguna entidad social o política pueda incoar recursos de inconstitucionalidad contra los desmanes que este haga. Y en este caso, para muestra bastan dos botones en vez de uno: el PRD controló los poderes del Estado en el período 2000-2004 y el PLD lo hace desde el 2006.

Que viva el país cuyo presidente, en campaña proselitista de reelección, usa los recursos del Estado para el ejercicio de la propaganda y para la compra de conciencias, y tiene la osadía de decir que la Constitución no prohíbe tales desafueros.

Que viva un país en austeridad y su presidente se da el lujo de nombrar las entelequias políticas de los grupúsculos que lo apoyaron.

Que viva el país cuyo mandatario diseña una política para eliminar cargos en el exterior y resulta que las botellas, los amigos, los corruptos y los incapaces, demandando salarios en dólares que sangran la economía dominicana, llenan los consulados, las embajadas y las oficinas de cualquier porquería que se le ocurra a nuestro globalizado genio.

¡Viva este putrefacto país!

Nemen Hazim
República Dominicana
19 de diciembre del 2008