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.- Revolucionarios dominicanos


Hombres que entregaron sus vidas por una patria mejor para todos. «Hay una oportunidad muy especial para que [los dominicanos] tengan la oportunidad de conocer los aportes políticos y teóricos realizados por [Maximiliano Gómez], un joven que a su muerte contaba apenas 28 años y que a los 22 había participado en la heroica resistencia del pueblo dominicano a las tropas interventoras estadounidenses en 1965» [Fernando Peña, académico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo]



Narciso Isa Conde: Orlando Martínez Howley, brillante periodista y militante revolucionario ejemplar, fue asesinado el 17 de marzo de 1975, aproximadamente a las 7 de la noche. Se trató de un crimen político con características de asesinato de Estado, planeado y ejecutado (en un periodo de ejercicio del terror político), desde las altas esferas policiales y militares del régimen balaguerista de los doce años (1966-1978). El grupo del poder que lo asesinó fue denunciado a tiempo y un persistente esfuerzo de acusación logró mantener abierto el proceso de sanción judicial, pero solo en el año 1997 pudo ponerse en marcha el expediente y apresarse a una parte de sus asesinos... A Cruz Brea, en su columna Microscopio, Orlando Martínez se refirió como el oficial encargado de coleccionar sus escritos y de darle seguimiento para estimular el crimen. Incluso señaló que fuera investigado si algo le pasaba (estableciendo los vínculos con el grupo de Pérez y Pérez). La primera amenaza escrita recibida por Orlando fue a raíz de su valiente denuncia sobre las circunstancias que rodeaban al asesinato del periodista Gregorio García Castro y el proceso de investigación del mismo. Ese crimen se produjo en 1973 siendo Cruz Brea Jefe de la Policía Nacional, y fue ejecutado por agentes del Servicio Secreto a su servicio. Gregorio García Castro tenía vínculos de amistad con el general Neit Nivar Seijas, quien encabezaba un corrupto grupo que enfrentaba al de Pérez y Pérez... A raíz de ese hecho, Orlando denunció el encontronazo entre Nivar Seijas y Cruz Brea en el Palacio Nacional, lo que determinó la referida amenaza de muerte en su contra y generó diversas reacciones de solidaridad, deteniendo temporalmente a los sicarios que servían a Pérez y Pérez y Cruz Brea. La intención se mantuvo viva y fue a raíz del artículo titulado '¿Por qué no, doctor Balaguer?' (publicado en El Nacional de Ahora el 25 de febrero de 1975) cuando se reactivó el operativo para matarlo. En ese artículo, indignado por el atropello de que había sido víctima el gran pintor revolucionario Silvano Lora en ocasión de su deportación en el Aeropuerto Las Américas, Orlando exhortó a Balaguer a subirse en un avión y largarse del país junto todos sus funcionarios corruptos, calieses y asesinos. El mismo fue usado como punto de partida para el nuevo operativo criminal. El coronel Cruz Brea, además de distribuirlo entre los 'generales de horca y cuchillo', se lo llevó personalmente a Balaguer planteándole que ya eso 'no se podía permitir'. Balaguer no lo detuvo, lo que se tradujo en luz verde para el atentado (esta información nos la suministró el señor Ortega Oller, cuñado del general Ramón Emilio Jiménez hijo). La reunión del Estado mayor con esos fines no tardó en producirse: el 8 de marzo de 1975 se encontraron en la Secretaría de las Fuerzas Armadas los generales Jiménez, Pérez y Pérez, Lluberes Montás y Logroño Contín, el primero Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas y los otros jefes de Estado Mayor del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra respectivamente. El encargado de dar las instrucciones a Pou Castro para que montara el equipo criminal, junto al coronel Isidoro Martínez de la FAD, fue el general Lluberes Montás. Así lo ha confesado Pou Castro en los interrogatorios. En vista de la necesidad de reforzar el operativo, y específicamente de incorporar al 'staff' a Mariano Cabrera Durán, experto tirador, se le solicitó al general Jiménez hijo que instruyera al jefe del J2 de las FF.AA., coronel Abreu Rodríguez, para que lo incluyera. Esos hechos y esas confesiones dejan bien claro que se trató de un asesinato de Estado, consultado con el presidente de la República, decidido en el Estado Mayor de las FF.AA. y ejecutado por dos grupos: uno de contención dirigido por el coronel Isidoro Martínez y otro encargado de la acción directa, de la ejecución del crimen, comandado por el entonces Mayor, hoy general retirado, Joaquín Pou Castro. El día escogido fue el 17 de marzo de 1975 y los detalles del seguimiento y de la operación constan en el expediente acusatorio. En la labor de rastreo participó el coronel Sánchez Guzmán, asignado a la escolta del canciller Víctor Gómez Bergés. Sánchez Guzmán murió posteriormente en un extraño y sospechoso accidente automovilístico







Amaury Germán Aristy

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(13 de abril de 1947 - 12 de enero de 1972)

Tomado de Historia Dominicana en Gráficas (Miguel Mejía) y Enciclopedia Dominicana
(Editado por NH)

El movimiento revolucionario dominicano tuvo en Amaury Germán Aristy a uno de sus mejores ejemplos, no sólo por su arrojo y convicción política, sino en su entrega a la causa liberadora de un régimen de ignominias y crueldades que sustentó el gobierno de los doce años (1966-1978) que presidió Joaquín Balaguer.

Amaury Germán Aristy en la provincia de Azua el 13 de abril del año 1947. Siendo aún un adolescente se integró a las ideas políticas surgidas a raíz de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, un período de oscurantismo que marcó su niñez. Ya en Santo Domingo, repudió militantemente el golpe de Estado que depuso al profesor Juan Bosch (25 de septiembre de 1963).

En 1964 formó parte de la dirección de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) y de la Sección Juvenil de la Secundaria perteneciente al Movimiento 14 de Junio, del que llega a ser uno de sus mas connotados dirigentes. Dos años después participó activamente en la contienda bélica de abril encabezando la dirección de los Comandos Constitucionalistas. Fue herido en una pierna durante el frustrado asalto al Palacio Nacional, el 19 de mayo de ese año.

Elegido presidente Joaquín Balaguer, tras unos comicios fraudulentos, Amaury pasó a la clandestinidad total. En 1967 viajó a la Habana, Cuba, para participar en la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), donde fue elegido vicepresidente. Allí se reunió con el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien ya había desertado del cargo de agregado militar en Londres y se había establecido en Cuba para organizar el proyecto militar y político que en 1973 encarnó la “Guerrilla de Caracoles”. De las reuniones sostenidas con el líder de la Revolución de Abril surgió la coordinación de un movimiento que se denominó “Comandos de la Resistencia” (también “Los Palmeros”), concebido para que fuera el brazo armado de apoyo a la expedición guerrillera.

Posteriormente viajó a China para prepararse militarmente y pautar la lucha en aras de la liberación del pueblo dominicano. Amaury ingresó subrepticiamente al país en 1968 y organizó el grupo de “Los Comandos de la Resistencia” junto a Bienvenido Leal Prandy, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón Polanco, con los cuales planificó y ejecutó acciones desestabilizadoras en contra del régimen de Joaquín Balaguer. De alguna manera Los Palmeros quedaron incomunicados del coronel Caamaño, pero ese distanciamiento no fue óbice para que Amaury Germán Aristy continuara adelante con los preparativos tácticos y estratégicos para apoyar el proyecto revolucionario de Caamaño de sacar del gobierno a Balaguer e instaurar un régimen socialista democrático. Los organismos de inteligencia militares y policiales, unidos a los servicios de espionaje de la CIA, a finales de 1969, detectaron su presencia en el país, lo que desató una serie de apresamientos y torturas en contra de jóvenes revolucionarios en busca de informaciones sobre los contactos y el paradero del dirigente de izquierda.

El propio presidente Joaquín Balaguer asumió la dirección de los operativos de búsqueda y captura del grupo de “Los Comandos de la Resistencia” y, con datos y fotos suministradas por la CIA, convocó a su despacho a la cúpula militar y policial para inquirirle sobre la presencia en el país de Amaury, mostrándoles incluso fotografías de algunos de los miembros del grupo de revolucionarios, según reveló años después el coronel Moncho Henríquez, a la sazón jefe del Servicio Secreto de la Policía y quien fue comisionado por el mandatario para que lo mantuviera enterado de las acciones que se realizaban para localizar y ubicar a los integrantes de “Los Palmeros”.

Sagrada Bujosa, esposa de Amaury Germán Aristy

El 11 de enero de 1972 fue apresado César Félix, dirigente que abastecía de alimentos a los luchadores revolucionarios que estaban en la clandestinidad, y, ese mismo día, según reveló luego Sagrada Bujosa, esposa de Amaury, el grupo tenía previsto reunirse para salir del escondite de las cuevas del kilómetro 14 de la autopista Las Américas. Luis Antonio Félix, quien cuidaba la casa contigua a la cueva, fue apresado y desaparecido físicamente para siempre. Nunca el gobierno de Joaquín Balaguer dio cuenta del destino trágico de este joven revolucionario, torturado salvajemente durante los interrogatorios.

César Félix también fue torturado inmisericordemente y, ya con informaciones de primera sobre el lugar en que se encontraban Los Palmeros, tropas militares y policiales establecieron un hermético cordón sobre los alrededores del lugar, atacando en las primeras horas de la mañana del miércoles día 12 la posición de vigilancia que ocupaba Bienvenido Leal Prandy, que cayó mortalmente herido. Tras el tiroteo, fue asesinado Ulises Cerón Polanco, quien salió a la boca de la cueva, ignorando que era objeto de la mira de los fusiles de los francotiradores apostados estratégicamente.

Moncho Henríquez admite que una columna de oficiales y alistados de la Policía, encabezada por el capitán Virgilio Almánzar, avanzó hacia la cueva confiada en que resultaría fácil neutralizar al resto de Los Palmeros, cuya cantidad ignoraban en ese momento las fuerzas represivas del gobierno. La columna compuesta por ocho policías cayó abatida metros antes de la cueva, incluyendo al capitán Almánzar.

Al escenario de los hechos se presentaron, además de la cúpula militar, compuesta por el secretario de las Fuerzas Armadas, Ramón Emilio Jiménez Reyes y el jefe de la Policía, Neit Rafael Nivar Seijas, los asesores militares de la embajada norteamericana y de la CIA. Cinco mil militares mantuvieron en vilo al país durante las quince horas que duraron los combates en las inmediaciones del kilómetro 14 de la autopista Las Américas, en contraste con los dos únicos combatientes: Amaury Germán Aristy y Virgilio Pérez, quienes cayeron abatidos alrededor de las cinco de la tarde.

No conforme con su muerte física, los militares y policías mutilaron y quemaron los cadáveres de los valientes revolucionarios que lucharon de manera desigual con las fuerzas represivas del gobierno. El asesinato de "Los Palmeros" constituyó un duro revés para la lucha revolucionaria; sin embargo, el heroísmo de sus integrantes, su valentía y su ejemplo de combate y consagración representó un hermoso legado para las aspiraciones democráticas del pueblo dominicano.


Amaury Germán Aristy actuaba convencido de que su mayor obligación era luchar por los pobres
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 25 de marzo de 2007
(Editado por NH)

Era un niño cuando, indignado por las crueldades del régimen de Trujillo que escuchaba sin que los mayores advirtieran su presencia, aprovechó un viaje de su madre a la Capital y sacó los ojos a las fotos del tirano y de su hermano Héctor que se exhibían por obligación en la vivienda de Padre las Casas, donde nació. Su reacción ante el castigo impuesto por doña Manuela, a su regreso, fue acusarla de trujillista. La golpiza no sirvió de escarmiento a Amaury, que ni siquiera había ingresado a la secundaria. Al poco tiempo se apoderó de la bocina del teatro del pueblo e improvisó un discurso contra la situación imperante. Sus ataques al régimen en el parque eran casi diarios, tenía entre el escaso auditorio a Ignacio Soto y a su prima Grecia Segura, con quienes se reunía también en la cocina de la casa a criticar con más libertad los atropellos.

Robó del Ayuntamiento la placa que decía que Trujillo era el jefe, aprovechando que la comunidad escuchaba misa, y la lanzó a un retrete. Vino a Santo Domingo junto a su hermana mayor, Marisela, para estudiar en el liceo Juan Pablo Duarte, pero pasaba más tiempo fuera del aula creando conciencia en los alumnos, junto a César Félix, lo que le mereció el sobrenombre de "Germán pasillo" y el encierro en la Casa Albergue, tenida entonces como cárcel de menores, acusado de agitador.

Nacido el 13 de abril de 1947, hijo del hacendado Manuel Germán y de Manuela Aristy Castillo, el inquieto revolucionario concluyó su bachillerato en Matemáticas vigilado por los servicios secretos que no eran indiferentes a su incansable actividad política. Eliminada la tiranía, quiso alzarse contra el Triunvirato cuando derrocaron el gobierno democrático de Juan Bosch pero fue impedido por su corta edad. "Era del 14 de Junio y el día que mataron a Manolo se puso frenético". Manolo Tavárez, líder máximo de esa agrupación, se fue a las montañas en 1963 y fue asesinado por tropas gubernamentales después que se entregó.

Doña Manuela fue la madre tierna decidida a apoyar al hijo en todas sus luchas. Aún tras su caída mantiene vivo su recuerdo a través de los testimonios que cuenta entre sollozos, de las fotos y cartas, de libros, recortes de periódicos, afiches, consignas y objetos personales. La casa de la Salomé Ureña tantas veces allanada en busca del clandestino combatiente es una especie de museo en la que el líder está presente. En las calles Hermanos Pinzón, Padre Billini, Tejada Florentino, Juan Isidro Pérez, en el ensanche Ozama, en Monte Bonito o en Puerto Plata, donde vivió, fue siempre un activo militante que tuvo actuación en todos los movimientos revolucionarios que registra la historia política contemporánea, desde el trujillato hasta que fue derribado en combate con un ejército insuperable el 12 de enero de 1972 en una cueva del kilómetro 14 de la autopista Las Américas.

Según las confesiones de doña Manuela, Amaury fue un auténtico patriota convencido de que su obligación mayor era la lucha por los pobres; sin embargo, nunca dejó de mostrarle su cariño y en un momento inolvidable llegó hasta a pedirle perdón por lo que consideraba irresponsabilidad familiar. Solemnemente, convencido de que caería vencido por los militares del gobierno balaguerista, que combatió ardorosamente y sin desmayos, le entregó a su única hija, Amarilys, procreada en su matrimonio con Sagrada Bujosa, compañera de amores e ideales.

Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco, Virgilio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta)

La Revolución de Abril le tuvo como uno de sus más decididos combatientes. Desde que escuchó por radio la arenga de José Francisco Peña Gómez "fue donde estaba la ropa lavada, sacó unos jeans y unas botas y salió para la capital", cuenta doña Manuela. Apenas contaba 18 años. Por este gesto lo tildaron de comunista, a lo que replicó el sensible adolescente: "Ojalá yo llegar a ser un verdadero comunista". Durante la refriega recibió un balazo en un glúteo cuando se lanzó a rescatar el cadáver de Euclides Morillo, derribado en el asalto al Palacio Nacional. "El doctor Franco lo atendió en una clínica frente a los bomberos. Cuando se recuperó, en dos semanas, volvió a su comando de la José Gabriel García, que compartía con Amín Abel, Orlando Mazara, Moisés Blanco Genao y otros", refiere doña Manuela.

Al terminar la guerra se dedicó a viajar por pueblos y campos en trabajos de adoctrinamiento político. "La casa se llenaba de campesinos, obreros, militantes, que venían a buscarlo". Una maleta pequeña de escasas pertenencias era la acompañante fiel que guardaba con especial esmero la foto de Sagrada y una pistola 45. Cuando estaba de paso por el hogar materno y lo detectaban las fuerzas represivas balagueristas, doña Manuela se sentaba sobre el colchón donde colocaba el arma. "Aquí nos allanaban a todas horas, en menos de 15 días nos hicieron más de 20, el último fue el tres de enero de 1972".

Cuenta el primer viaje del segundo de su prole a Cuba para participar en la reunión de la Organización Latinoamericana de Solidaridad. "Amaury salió electo vicepresidente de ese encuentro, con el nombre de Gerardo Sánchez, y el Che Guevara presidente". Regresó clandestinamente. "Tenía el cabello color café, claro, pero entonces se lo tiñó de negro. Vino con el pelo largo y unos dientes postizos, ese día era domingo, llegó donde su hermana Negrín, que me llamó diciéndome: 'dice la modista que venga a medirse el vestido'. Quiso verme; me dijo que este [verla] no era su compromiso, pero que primero tenía que abrazar a los que más debía. Después la policía lo atrapó por la Hermanos Gorjón, en la casa de un pariente, y lo llevaron a la cárcel de La Victoria. Me declaré en huelga de hambre para que lo soltaran. Le pusieron 100 mil pesos de multa y le dieron libertad bajo fianza, pero más nunca le perdieron de vista".

Volvió a Cuba, agrega, "ya casado con Sagrada, que estaba embarazada. Me mandó a buscar a su escondite en la calle Polvorín, donde vivía su hermana Leda. Me pidió excusas diciéndome que había sido irresponsable pero que me había citado porque no sabía si volvería y quería que yo lo respaldara. También me manifestó: 'Me va a nacer un hijo, es un recuerdo que te voy a dejar'. Le dije que se fuera tranquilo, que me alegraba, lo apoyaba y tenía fe en Dios de que volvería y lo vería de nuevo. Amarilys es mi hija más chiquita".

De los ojos de doña Manuela brotan lágrimas incesantes recordando estos momentos íntimos. No conoce a profundidad las acciones públicas de este retoño de cuya compañía disfrutó poco tiempo, pero sí evoca nostálgica, orgullosa, los limitados momentos compartidos. En la hermana antilla, añade, Amaury "estuvo entrenándose militarmente. Caamaño y él se reunieron allá. Amaury regresó primero a la República e iba a dar el visto bueno de cuándo podía Francis venir con la guerrilla. Se dedicó a preparar el frente para esperar el desembarco. Cuando vino esta vez nos reunimos en la casa de una hermana de Sagrada, en El Vergel; estaba muy contento con la niña. Fue la primera vez que la vio; nos retrató Ruddy González (eran buenos amigos), de San Antón".

Las calles que honran la gallardía del inquieto revolucionario están localizadas en los barrios Herrera, Los Pinos y Juan Bosch. En el rótulo de la de Herrera el apellido está mal escrito. Doña Manuela está agradecida por estos homenajes, aunque entiende que deberían tener calles más céntricas y transitadas donde su ejemplo estimule a los jóvenes. Refiriéndose a la calle oficialmente designada con el nombre de los cuatro miembros del "Comando de la Resistencia", conocidos también como "Los Palmeros", comenta: "Por gente como la que vive por ahí fue que ellos lucharon".

En 1971 se produjo el asalto a una sucursal de The Royal Bank of Canada y Amaury fue acusado del hecho junto a otros izquierdistas. Oculto siempre, procuró tener en lo posible contacto con la madre. "Nunca sabía donde estaba, lo que me interesaba era que estuviera bien. No sé hasta dónde podía llegar mi debilidad... Hablábamos poco porque los teléfonos estaban intervenidos. Fue una época dura, difícil; es increíble que uno haya sobrevivido y pasado esa prueba. El Señor me dio fuerzas que no tengo hoy, pero tú comprenderás que los años no perdonan", manifiesta entre sollozos.

Fue a verlo al ensanche Ozama cuando el doctor Arnulfo Reyes lo operó de amígdalas. El doctor Enrique Carrasco, un médico revolucionario, solidario, facilitó su clínica. Mientras lo intervenían, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón hacían guardia. Después iría a Boca Chica con Amarilys, en las Navidades de 1971. No lo vio. Sagrada buscó la niña y se ausentó media hora. "Creo que fue a llevársela, no sé, no estoy segura".

Se enteró del cerco a Ulises Cerón, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal y Amaury por una llamada de Sagrada a la una de la madrugada anunciándole que pasaría a recogerla. Ahí aumentó su angustia y se inició una interminable cadena de visitas: a Radio Mil, la UASD y la Nunciatura Apostólica, denunciando el hecho y buscando mediación para que se evitaran pérdidas humanas. "A las seis de la mañana ya habían caído Ulises y La Chuta en el primer encuentro. El último que cayó fue Amaury. Recibimos el cadáver al día siguiente; el que en mejor condición estaba era el de Amaury. Se reconocía por su cara aunque tenía el cuello desprendido. No lo pudimos vestir, estaba en muy mal estado; para comprobar tanta crueldad había que verlo. Creí que no lo podría soportar. Ya en la vida no puede pasarme nada más grande".


Amaury Germán Aristy: abandonado y acorralado
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 9 de enero de 2018
(Editado por NH)

Con Los Palmeros y el 12 de enero hay una parte agria, un momento de trascendencia de lo que fue la historia de la izquierda. “Fue el principio del fin de la lucha armada como medio para alcanzar el poder”. Los miembros de la Fundación Amaury Germán Aristy (dirigente de aquella agrupación, caído en un enfrentamiento desventajoso con los cuerpos militares de los 12 Años de Joaquín Balaguer) recuerdan en este aniversario que “vivíamos una cacería sin precedentes por un gobierno establecido por el imperio que aniquiló todas las fuerzas progresistas de la posguerra”. “Todavía el método de la lucha armada tenía vigencia, pero estaba en decadencia, estábamos acorralados; el balance del exterminio está escrito con sangre”, significó Sagrada Bujosa, viuda de Aristy y presidenta de la organización, en un encuentro en el que participaron también Gianella Perdomo, hermana de Virgilio Perdomo, vocal; José Bujosa (Chino), vicepresidente; Emna Méndez Núñez, secretaria; Carmen Rita Morera, vocal; Guillermina Bujosa, vocal. Manuela Aristy, presidenta Ad Vitam y madre de Amaury, no asistió por problemas de salud.

Amaury Germán Aristy y Sagrada Bujosa (esposa) con su hija (principios de los años 70)

Recordaron la lucha política y el patriotismo de Los Palmeros, su comportamiento humano, sus decepciones, soledades y los errores que los condujeron a su muerte. “Sin alternativas; los muchachos no tenían grandes alternativas. A los héroes no se les critica los errores, pero, si no lo hacemos, ¿de qué vamos a aprender?”, se preguntan. Uno de ellos consideró que la casa donde se ocultaban “era como una fortaleza inexpugnable. Ahí nos detectaron. Entraba y salía más gente de la que debía”, relata Sagrada, quien se salvó del aniquilamiento. Por otro lado, agrega que hubo documentos públicos que eran un desafío al Gobierno de Balaguer y su cuerpo opresivo. “No teníamos moneda con qué devolverle a un aparato represivo fuerte”, dijo. Afirma que la clandestinidad, además, los alejaba del pueblo, por lo que no pudieron establecer mayores vínculos sociales ya que “se manejaban más como una estructura de carácter político-militar”.

La agrupación se creó en La Habana en diciembre de 1967 con el nombre Los Comandos de la Resistencia, y “Los Palmeros fueron la agrupación fundamental”, explican. Sagrada confiesa: “Hemos sido una voz muy solitaria, los muchachos fueron abandonados víctimas de un proceso difícil por el que estaban pasando los cubanos”. Se refirió a un documento escrito por Amaury que “46 años después no conozco una organización de la izquierda que se haya referido a él” y que, según la combatiente, refleja entrega, abandono, frustración “de un hombre acorralado por falta de comunicación”. El testimonio llegó a manos de líderes socialistas internacionales y locales “y ellos no nos tendieron la mano”. “No es de revolucionarios actuar de esa manera”, acota en alusión a quienes tuvieron el material y callaron. “Fue un documento producto de profundas reflexiones porque el nivel de acorralamiento y abandono era tan grande como el de la matanza”. “Fuimos víctimas de la situación cubana y lo que merecimos fue abandono e intriga… El gran error fue depender de los cubanos, escribió Amaury”. José Francisco Peña Gómez le había comunicado: “Sagrada, los van a matar”, refiriéndose a Los Palmeros. Sagrada concluye: Amaury encabezaba la lista del exterminio balaguerista”.

Los Palmeros fueron para Guillermina Bujosa “el mayor ejemplo de valentía de este país; no hubo otros después de ellos; esperemos que las nuevas generaciones los copien. Tenían sentimientos muy nobles, estaban dedicados por entero a la libertad de nuestro país en esa época tan dura que fue el balaguerato”.

Gianella Perdomo expresa que “después de los padres trinitarios, que lo dieron todo, Los Palmeros ofrendaron hasta sus hijos, sus madres… Su compromiso estaba por encima; Virgilio repetía: la Patria me necesita. Los cuatro, conscientes de que en cada acción entregaban la vida, estaban convencidos de que debíamos ser libres de las botas americanas, de Trujillo, de los balagueristas”. Y expresa, pensativa: “dos mil 500 guardias contra cuatro. ¿Cuántas horas de combate?”. Aplica a su memoria la cita de un autor: “No podemos revivirlos porque los mataron, pero no podemos enterrarlos con el olvido”.

José Bujosa (Chino) contó que haber conocido “a esos cuatro titanes fue una hermosa experiencia en mi formación revolucionaria. Sentí enormemente su caída; cayeron heroicamente, como realmente se esperaba”.

Emna Méndez Núñez entiende que el legado que dejaron se hace imprescindible y que es necesario “continuar su lucha por una sociedad más justa, por valores. En nombre de ellos debemos mantenernos en pie de lucha”.

Carmen Rita fue amiga de Virgilio y Amaury y manifiesta agradecer que la pusieran al tanto de lo que hacían. Su ejemplo, exclama, “me ayudó a formar una familia que camina derecho, a tomar decisiones correctas. Creo que mucha gente cambió su manera de pensar el 12 de enero. Lo que hicieron nos marcó a todos”.

Sagrada declara haber perdido “a un hombre trascendental, desprendido, generoso, culto, lector voraz. Era un poeta, de prosa muy poética que admiraba a José Martí. Era cariñoso, con gran sentido del humor, bailador, un ser humano tan completo que era capaz de tener lo que demostró el 12 de enero. Dejó a su hija, a su madre, la comunidad donde vivían. Su vida la entregó por una causa. Además, perdí a Virgilio, a Chuta, a Ulises. Sus ejemplos han conducido mi vida, no puedo proceder de forma incorrecta. Tengo que ser coherente con lo que ellos vivieron”. Enfatizó que todavía tienen muchos desafíos en la promoción de los valores éticos y morales “que están patas arriba en esta sociedad y que el predominio de los antivalores es preocupante”.

Lamentaron el deterioro social y expresaron que el país “exhibe unos modelos como referentes de éxito que dan pena”. Sin embargo, advierten que su lucha no fue en vano, citando avances, “aunque acompañados, lamentablemente, de los que exhiben sus riquezas mal habidas con un descaro, como si fuese algo conseguido con el sudor de su frente. Si el dirigente se nos presenta con ese modelo, ¿qué puede hacer el común?”.

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Orlando Martínez Howley

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(23 de Septiembre de 1944 – 17 de Marzo de 1975)


Homenaje de Fuerza de la Revolución el 17 de marzo de 2012 en el 37 aniversario de la muerte de Orlando Martínez
Tomado de barrigaverde.net. Reseña de Javier Peguero
(Editado por NH)

En el contexto económico, social y político en que Orlando Martínez Howley, destacado periodista y militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), desarrolló su pensamiento humanista y revolucionario, fue de represión y tensiones políticas, una etapa de la vida nacional de extremo odio a las ideas progresistas y de una brutal intolerancia (como continuidad del régimen de Trujillista). Durante el régimen balaguerista se vivía bajo un régimen dictatorial que bañó de sangre y luto toda la geografía nacional, con la pretensión de callar, silenciar y doblegar la oposición.

Orlando Martínez fue un expositor excelente de las ideas liberales y revolucionarias de su época. Registró las mismas mediante numerosos y sustanciosos escritos en su columna Microscopio, donde cada escrito se constituía en una contundente denuncia contra el régimen. Se erigió y sobresalió como la pluma más conspicua y rebelde del periodismo dominicano de su época, no superada hasta el día de hoy. Supo hurgar, con el bisturí de su pluma, en los temas más profundos de la política dominicana; ponía al desnudo las contradicciones de clases, los intereses creados y el despojo del patrimonio nacional. Denunció el saqueo del erario, el crimen organizado, la impunidad, las injusticias sociales, los irritantes privilegios, las violaciones a los derechos humanos...

Además de periodista, Orlando reunía con humildad y sencillez la doble condición de ciudadano y revolucionario ejemplar: consagrado, entusiasta, defensor de los derechos humanos y de todos los intereses de la humanidad... Consagró su vida a decir la verdad, con el supremo propósito de que los dominicanos pudiésemos vivir en una sociedad justa y equitativa. Cuando el temor, el terror, la represión, el luto, la sangre y los asesinatos políticos cotidianos inundaban las páginas de la prensa, abarcando todo el territorio nacional, y el silencio era la norma impuesta desde el Estado (terrorismo de Estado bajo el régimen del Dr. Joaquín Balaguer), él supo abrir con gallardía y osadía el surco de la resistencia escrita y de la solidaridad militante. Desde la trinchera del honor y la dignidad esgrimió sus dardos patrióticos contra el entreguismo de la dictadura balaguerista y sus lacayos.

Orlando Martínez Howley fue un insobornable e inclaudicable militante de la causa revolucionaria.


Testimonio de Narciso Isa Conde sobre el asesinato de Orlando Martínez/16 de marzo de 2007
(Editado por NH)

Orlando Martínez Howley, brillante periodista y militante revolucionario ejemplar, fue asesinado el 17 de marzo de 1975, aproximadamente a las 7 de la noche. Se trató de un crimen político con características de asesinato de Estado, planeado y ejecutado (en un periodo de ejercicio del terror político), desde las altas esferas policiales y militares del régimen balaguerista de los doce años (1966-1978). El grupo del poder que lo asesinó fue denunciado a tiempo y un persistente esfuerzo de acusación logró mantener abierto el proceso de sanción judicial, pero solo en el año 1997 pudo ponerse en marcha el expediente y apresarse a una parte de sus asesinos.

Orlando nació en Las Matas de Farfán, provincia San Juan, el 23 de septiembre de 1944; fue estudiante, militante revolucionario, ser humano y comunicador social verdaderamente ejemplar, de un gran talento e inmensa bondad. Su militancia revolucionaria, sus valiosos escritos y su ejercicio periodístico los dedicó a enfrentar -con un despliegue de valor admirable- la represión, las torturas, las injusticias sociales, el saqueo de las corporaciones extranjeras, la perversidad política, el entreguismo al poder imperialista de los EE.UU. y el terrorismo de Estado, defendiendo siempre a los explotados, desposeídos, excluidos...

Sus enemigos eran, en consecuencia, fácilmente inidentificables; quienes dentro de ellos se propusieron matarlo no resultaron difíciles de detectar: estaban ubicados en la cúpula del poder militar, policial y político, en estrecha relación con los sectores poderosos, con las corporaciones transnacionales y con los enclaves de inteligencia y asesoría militar de los EE.UU. [CIA, Cuerpo de Asesores Militares (MAAG), Embajada]. Se trataba de los mismos que dirigieron la maquinaria de terror los días posteriores a la Revolución de Abril y durante los doce años del régimen de Balaguer, sindicados por Orlando como los “generales de horca y cuchillo”, refiriéndose sobre todo al grupo que encabezaba el entonces general Enrique Pérez y Pérez junto a los generales Salvador Lluberes Montás, Ramón Emilio Jiménez hijo y otros jerarcas militares, todos vinculados a la CIA, al MAAG y a los grupos terroristas de la mafia cubana de Miami...

A ese grupo pertenecieron también el Coronel Ernesto Cruz Brea, encargado de inteligencia, el mayor Pou Castro, jefe de operaciones de grupos de acción y el coronel Isidoro Martínez. Utilizaban para sus fechorías a otros miembros activos de la Policía Nacional, el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y sus órganos de seguridad, como también a miembros civiles de la Banda Reeleccionista y Anticomunista (organismo paramilitar)

A Cruz Brea, en su columna Microscopio, Orlando Martínez se refirió como el oficial encargado de coleccionar sus escritos y de darle seguimiento para estimular el crimen. Incluso señaló que fuera investigado si algo le pasaba (estableciendo los vínculos con el grupo de Pérez y Pérez). La primera amenaza escrita recibida por Orlando fue a raíz de su valiente denuncia sobre las circunstancias que rodeaban al asesinato del periodista Gregorio García Castro y el proceso de investigación del mismo. Ese crimen se produjo en 1973 siendo Cruz Brea Jefe de la Policía Nacional, y fue ejecutado por agentes del Servicio Secreto a su servicio. Gregorio García Castro tenía vínculos de amistad con el general Neit Nivar Seijas, quien encabezaba un corrupto grupo que enfrentaba al de Pérez y Pérez.

A la izquierda, Joaquín Balaguer. A la derecha, Orlando Martínez

A raíz de ese hecho, Orlando denunció el encontronazo entre Nivar Seijas y Cruz Brea en el Palacio Nacional, lo que determinó la referida amenaza de muerte en su contra y generó diversas reacciones de solidaridad, deteniendo temporalmente a los sicarios que servían a Pérez y Pérez y Cruz Brea. La intención se mantuvo viva y fue a raíz del artículo titulado “¿Por qué no, doctor Balaguer?” (publicado en El Nacional de Ahora el 25 de febrero de 1975) cuando se reactivó el operativo para matarlo. En ese artículo, indignado por el atropello de que había sido víctima el gran pintor revolucionario Silvano Lora en ocasión de su deportación en el Aeropuerto Las Américas, Orlando exhortó a Balaguer a subirse en un avión y largarse del país junto todos sus funcionarios corruptos, calieses y asesinos. El mismo fue usado como punto de partida para el nuevo operativo criminal. El coronel Cruz Brea, además de distribuirlo entre los “generales de horca y cuchillo”, se lo llevó personalmente a Balaguer planteándole que ya eso “no se podía permitir”. Balaguer no lo detuvo, lo que se tradujo en luz verde para el atentado (esta información nos la suministró el señor Ortega Oller, cuñado del general Ramón Emilio Jiménez hijo). La reunión del Estado mayor con esos fines no tardó en producirse: el 8 de marzo de 1975 se encontraron en la Secretaría de las Fuerzas Armadas los generales Jiménez, Pérez y Pérez, Lluberes Montás y Logroño Contín, el primero Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas y los otros jefes de Estado Mayor del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina de Guerra respectivamente.

El encargado de dar las instrucciones a Pou Castro para que montara el equipo criminal, junto al coronel Isidoro Martínez de la FAD, fue el general Lluberes Montás. Así lo ha confesado Pou Castro en los interrogatorios. En vista de la necesidad de reforzar el operativo, y específicamente de incorporar al 'staff' a Mariano Cabrera Durán, experto tirador, se le solicitó al general Jiménez hijo que instruyera al jefe del J2 de las FF.AA., coronel Abreu Rodríguez, para que lo incluyera.

Esos hechos y esas confesiones dejan bien claro que se trató de un asesinato de Estado, consultado con el presidente de la República, decidido en el Estado Mayor de las FF.AA. y ejecutado por dos grupos: uno de contención dirigido por el coronel Isidoro Martínez y otro encargado de la acción directa, de la ejecución del crimen, comandado por el entonces Mayor, hoy general retirado, Joaquín Pou Castro. El día escogido fue el 17 de marzo de 1975 y los detalles del seguimiento y de la operación constan en el expediente acusatorio. En la labor de rastreo participó el coronel Sánchez Guzmán, asignado a la escolta del canciller Víctor Gómez Bergés. Sánchez Guzmán murió posteriormente en un extraño y sospechoso accidente automovilístico.

Orlando Martínez me informó previamente que el entonces canciller Víctor Gómez Bergés, vecino de él y compañero de partido de una de sus primas (la que posibilitó la relación con Gómez Bergés), le había presentado y ponderado positivamente un oficial que prestaba servicio en la Cancillería. No tengo claro si se trató de Sánchez Guzmán o de Pou Castro, quien también estaba asignado a la Cancillería. Orlando y quien esto escribe desconocíamos entonces la trayectoria criminal de esos dos oficiales.

Días antes del asesinato, Orlando me comunicó confidencialmente que Víctor Gómez Bergés lo había llamado para informarle que estaba montando un operativo militar para asesinarlo y que la única forma en que podía salvarse era si abandonaba el país, a lo que él se resistía dado que implicaba aceptar la autocensura, dejar su trabajo y separarse de su familia, especialmente de su madre (que no estaba bien de salud). En esa oportunidad yo le insistí en dos cosas: denunciar la trama y exigirle a Gómez Bergés que le dijera de donde procedía el plan y quienes participaban para poder prevenirlo.

Orlando me pidió unos días para hacer la denuncia, alegando que ese hecho afectaría mucho la salud su madre (por lo que debía prepararla) y que le ocasionaría serios problemas con la familia de su novia. Gómez Bergés se negó a dar detalles. Los días pasaron sin que se pudiera obstruir la operación. De mi parte deduzco que la llamada que recibió Orlando el día de su asesinato, antes de salir de Publicaciones ¡Ahora! -situada en la avenida San Martín-, que lo condujo a los predios de la UASD, fue hecha posiblemente por uno de esos oficiales (citando a Orlando Martínez para darle una información confidencial en su condición de periodista).

Víctor Gómez, aún después de la muerte de Orlando, se resistió a dar las informaciones por él conocidas sobre este caso. Y es claro que esa actitud implicó encubrimiento de los autores del asesinato, pese al gesto loable de alertarlo sobre la conjura en marcha. La autoría intelectual, todavía no incluida en el expediente, ha sido precisada: Joaquín Balaguer Ricardo, Enrique Pérez y Pérez, Salvador Lluberes Montás, Ramón Jiménez hijo y Ernesto Cruz Brea; de estos solo Lluberes Montás fue incluido inicialmente en el expediente para luego ser separado por una supuesta gravedad (evidenciada como un gran teatro). Balaguer, mas allá de la responsabilidad descrita, se auto-inculpó con la famosa “página en blanco” en “Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo” (al confesar que sabía quienes eran sus autores, pero que lo daría a conocer después de su muerte; intentaba separarse de los de autores intelectuales al tiempo que, bajo amenaza, los protegía).

La página 295 de la decimoquinta edición de “Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo” la inicia el Dr. Balaguer con "El caso del Periodista Orlando Martínez Howley", correspondiente al Capítulo II, Sexta Parte, Sangre en las Calles, y dice: “Esta página se inserta en blanco. Durante muchos años permanecerá muda, pero un día hablará, para que su voz sea recogida por la historia. Callada, como una tumba cuyo secreto a voces se levantará, acusador (sic), cuando el tiempo permita levantar la losa bajo la cual permanece yacente la verdad. Su contenido se deja en manos de una persona amiga que por razones de edad está supuesta a sobrevivirme y que ha sido encargada por mí de hacerlo público algunos años después de mi muerte”. Tal es su perversidad que debajo de esas palabras inserta una foto en la que Orlando Martínez está con el "ex-presidente Prof. Juan Bosch y los periodistas Ramón Reyes, Antonio Espinal y Manuel Severino". ¿Por qué Juan Bosch? Porque el asesinato de Orlando Martínez se materializó exactamente el día siguiente al que culminó la serie de entregas en las que enjuiciaba al líder del PLD, y al estar su figura induciría a muchos lectores a creerlo culpable del asesinato.

La principal responsabilidad de los autores materiales recae sobre Joaquín Pou Castro, jefe del grupo encargado de disparar contra Orlando Martínez. Tanto Cabrera Durán como Freddy Lluberes hicieron las veces de instrumentos del crimen, de matadores directos. De le Rosa actuó como cómplice-acompañante.

El carácter de crimen de Estado es lo que explica el largo período de impunidad que protegió a sus autores, así como el proceso mediatizado circunscrito a los autores materiales directos, que inició en el año 1997 cuando el juez de instrucción Castillo Pantaleón pudo tener acceso a los interrogatorios (desde noviembre de 1975 hasta esa fecha). La Jefatura de la Policía Nacional, a cargo del General Guzmán Acosta, actuó como encubridora de los autores del crimen cuando intentó desviar la investigación acusando falsamente del hecho a dirigentes del PLD (Juan Bosch, NH). Ese comisión investigadora fue encabezada por el general Brea Garó.

Balaguer detuvo el proceso de investigación llevado a cabo posteriormente por Neit Nivar Seijas (nuevo jefe de la Policía Nacional) después de conocer los interrogatorios de Pou Castro y asociados y de tener constancia de la posibilidad de que los generales mencionados, en especial Ramón Emilio Jiménez hijo, alegaran “obediencia debida” a “órdenes superiores”. Con ello Balaguer evidenció su complicidad.

Orlando en Europa con Clara Báez Caamaño

En otro orden, el Dr. Ramón Pina Acevedo, hábil abogado de las peores causas, actuó como encubridor de Pou Castro al prestarse a dar la coartada de que éste se encontraba en su casa (donde tenía lugar un festejo a la hora de cometerse el asesinato). Está claro, pues, que hay hechos y personas que sancionar: responsables intelectuales, autores materiales, cómplices y encubridores, con nombres, apellidos y funciones. Hay confesiones y hechos comprometedores insoslayables... Hay culpables mayores y menores, y el pueblo lo sabe y los ha juzgado y condenado a todos sin exclusiones. Solo falta que los tribunales de la república se atrevan a sancionarlos más allá del descrédito que los arropa.

Este juicio es emblemático. Mantenerlo vivo y actual ha sido un formidable ejemplo de persistencia y firmeza, desafiando todos los riesgos. La heroína de este esfuerzo ha sido Doña Adriana, madre de Orlando. El héroe, Don Luís Mariano, padre. La sociedad espera que se sancione drásticamente a todos los asesinos responsables de una era de terrorismo de Estado; no sólo a los de Orlando Martínez y su hermano Edmundo, sino de innumerables y valiosos luchadores por la libertad.


¿Por qué no, Dr. Balaguer?/Artículo que le costó la vida a Orlando Martínez

Señor Presidente de la República, ya que usted impide que un artista del prestigio y la calidad moral de Silvano Lora viva en su Patria, ya que dejar en el extranjero a dominicanos le produce placer o ganancias politiqueras, me voy a permitir hacerle algunas recomendaciones. Espero que sobre todo medite la última.
Como usted ha dicho que en este gobierno, y parece ser cierto, la corrupción sólo se detiene en la puerta de su oficina, ¿por qué no saca de la República Dominicana a todos esos corruptos?

Como aquí existe una galopante inflación de delincuentes sin uniformar y, según usted, también uniformados, ¿por qué no les ordena a los calieses del régimen que los apresen y los metan en un avión?

¿Por qué no dice a los genízaros que prestan servicio en el aeropuerto que apresen no a los que traen cigarrillos de marihuana, sino a los pejes gordos del tráfico de drogas?

¿Por qué no manda al exilio a los que reciben comisiones para negociar contratos que entregan nuestras riquezas a las compañías multinacionales?

¿Por qué no instala en un barco a los latifundistas, a los que están negados a que este país salga del subdesarrollo y de la situación de miseria colectiva que lo acompaña?

¿Por qué no entra en ese mismo barco a quienes en la ciudad son el soporte ideológico de esos terratenientes? Y también a quienes son el sostén armado, los que dan palos, apresan y torturan campesinos que luchan por sus derechos.

Como usted es enllave de los norteamericanos, ¿por qué no le solicita un portaaviones para enviar al lugar que fuese a los numerosos calieses que viven del trabajo del pueblo?

En caso de que su amistad con los Estados Unidos sea más estrecha de lo que sospechamos, ¿por qué no le pide al Pentágono un cohete último modelo con el objetivo científico de crear una colonia de calieses en la luna?

¿Por qué no desaparece de la vista de los dominicanos honrados, que son la mayoría, a todos los vagos que en este gobierno cobran sin trabajar?

¿Por qué, tómelo en cuenta, no deposita en un cómodo asiento de primera a los funcionarios irresponsables que se las dan de Fouché contemporáneos y a la hora de la responsabilidad no dan la cara?

Y mi recomendación final: si es inevitable que esta situación continúe, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿por qué, doctor Balaguer, no se decide usted a subirse en el avión o el barco y desaparece definitivamente de este país junto a todos los anteriormente mencionados?
Días después Orlando Martínez escribiría “Lo que no vio el Profesor”, criticando a Juan Bosch luego del regreso de su primera visita a Cuba tras el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro. El mismo fue publicado en varias entregas consecutivas, y, exactamente después de la última, fue asesinado... ¿Con qué fin? ¿Qué perseguían los perversos y asesinos militares al servicio de Balaguer? Inculpar a Juan Bosch. Todo fue fríamente calculado; por eso Narciso Isa Conde considera tan horripilante hecho como crimen de Estado.

La Policía pretendió acusar del asesinato a Norge Botello y Cheché Luna, miembros del Comité Político del PLD, y al también dirigente peledeísta Diómedes Mercedes; incluso se planteó interrogar a Bosch sobre el crimen. En marzo de 1975 Mario Vargas Llosa hizo pública una entrevista que le había hecho a Balaguer en la que este decía que él y Juan Bosch eran amigos "a pesar de que Bosch había sido conquistado por ideas comunistas". El profesor Bosch convocó a una conferencia de prensa para aclarar que él no era comunista; que había estudiado a Marx "para analizar la sociedad y la historia". Estas declaraciones fueron las que motivaron las entregas del artículo “Lo que no vio el Profesor”, y fueron usadas por uno de los bandos militares para involucrar al PLD y su líder y hacerlos responsables del asesinato de Orlando Martínez.

Orlando Martínez inició sus estudios de periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y llegó a convertirse en símbolo del periodismo contestatario en el país. Fue miembro del Partido Comunista Dominicano (PCD), director ejecutivo de la Revista ¡Ahora! y autor de la columna “Microscopio” (que publicaba en el periódico El Nacional). Orlando Martínez se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión en la República Dominicana.


Orlando, víctima del régimen de Joaquín Balaguer
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 23 de noviembre de 2014
(Editado por NH)

Se dolía de los pobres, hablaba de la desigualdad social, la ausencia de justicia, condenaba los crímenes, la persecución... Se convirtió en asiduo de las librerías Dominicana, América y Editorial Duarte. Se inició en él una pasión por la lectura y la compra de obras escritas que no se detuvieron con los años. Su hermano Sergio, que compartía habitación con él, cuenta que debió mudarse a la de su hermano Edmundo, ahogado por los improvisados libreros que habilitaba y que lo iban acorralando en el aposento. Los Martínez Howley residían en la Leonor de Ovando, cerca de esos establecimientos donde Orlando compartía con libreros y escritores pues aunque era muy tímido los mayores, sorprendidos por la vehemencia del muchacho, se le acercaban para conocerlo. Sergio Augusto Martínez Howley hace los relatos y comenta que aquel centro de estudios “fue la fuente donde Orlando adquirió conciencia de la crueldad del régimen tiránico”.

Clara Báez Caamaño, esposa de Orlando Martínez. Se divorciaron cuando regresaron al país porque Orlando "tenía una misión que cumplir y no podía tener esposa ni hijos con los que pudieran chantajearlo"

Nacido el 23 de septiembre de 1944 en Las Matas de Farfán, el joven se trasladó con su familia a la capital en 1957 y luego de graduarse en estudios secundarios y comerciales continuó canalizando sus luchas sociales militando en Fragua, uno de los grupos estudiantiles más activos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde el rebelde revolucionario estudió sociología y periodismo. La familia pensaba que iba a ser ingeniero civil, como Nilson y Sergio, pero el deseo “de enfrentar los abusos” lo hizo cambiar de carrera. Antes de marcharse a Europa en 1965 a representar el país en una conferencia mundial de estudiantes del socialismo, se casó con Clara Báez Caamaño y ambos convivieron en el “viejo continente”, pero a su regreso a Santo Domingo Orlando decidió divorciarse aunque quedaron siendo buenos amigos, narra Sergio. “Le explicó que tenía una misión en República Dominicana y que no podía tener esposa ni hijos con los que pudieran chantajearlo. Antepuso a sus amores la lucha por el pueblo, sólo hay que leer sus Microscopios”, agrega.

Orlando había ingresado al Partido Comunista Dominicano y la organización lo envió a Hungría y otros países socialistas donde solidificó su formación política e intelectual. También trabajó. Decía que había que combatir tres lacras, sostiene Sergio: “el latifundismo, la politización de las Fuerzas Armadas y la explotación de los recursos naturales. Quien escribía sobre eso estaba excavando su tumba, por eso digo que él se inmoló porque, entre otros, esos fueron sus temas predilectos”, comenta el hermano rodeado de fotos, postales, discos, notas, cartas, apuntes. Conserva discursos que se han pronunciado en homenajes a Orlando... Tiene, además, la canción que le compuso el cantautor español Víctor Manuel cuando se enteró de su asesinato. Ambos se hicieron muy amigos durante el histórico encuentro “7 días con el pueblo” en el que se dieron cita intérpretes de la llamada Nueva Trova.

En Las Matas de Farfán Orlando estudió en la escuela “Damián Ortiz” hasta octavo curso. “Vivió una infancia de oro, era el más pequeñito. Íbamos a la iglesia Santa Lucía donde fue monaguillo y sacristán al igual que yo. Nos sabíamos la misa en latín, él daba los toques de campana, sabía cómo repicar si había responsos, preparaba el altar”, evoca Sergio. Los sacerdotes eran los Padres Redentoristas. Esta vinculación con la Iglesia Católica quizá influyó para que no perdiera la fe pese a abrazar después la doctrina marxista. En una ocasión afirmó que para él las personas más puras eran Jesucristo y Ernesto (Che) Guevara.

Totalmente introvertido, su silencio causaba asombro. Hablaba lo necesario. Aparte de su gran apostura física y sus excepcionales talento y cultura, quizá su temperamento reservado despertaba gran encanto en mujeres de diferentes estratos sociales que se sentían atraídas por este hombre que sumaba a esos atributos su determinación, su arrojo, su honestidad y su entereza. Tras el asesinato que consternó a la sociedad el 17 de marzo de 1975, se encontraron entre sus pertenencias enardecidas cartas y declaraciones amorosas.

En 1970, a su regreso de Europa, Orlando comenzó a ejercer el periodismo radial en la emisora HIN, donde lo conoció Rafael Molina Morillo, propietario de Publicaciones ¡Ahora!, quien lo conquistó para la revista, de la que fue jefe de redacción y director. Ahí le sorprendió el homicidio cometido por militares balagueristas. “Después de su muerte nos llegaron testimonios de su sensibilidad. Antes de los nueve días se presentaron en la casa unos sacerdotes a oficiar una misa por su alma en agradecimiento porque él era quien mantenía la parroquia”, refiere Sergio.

Años después de asesinado Orlando, Joaquín Balaguer publicó sus Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo y dejó una página en blanco para que alguien se ocupara de llenarla tras su muerte. Para Sergio, esta acción balagueriana fue “una burla. Lo que pasa es que le teníamos un ataque tan grande que él necesitaba que le quitaran presión. Cuando mamá le escribió una carta pública, la ofendió. Se expresó de manera tan incorrecta sobre una dama que Negro Veras, indignado, le contestó al día siguiente”.

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Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(12 de octubre de 1942 - 24 de septiembre de 1970)



Amín Abel Hasbún nació el 12 de Octubre de 1942, hijo de Mahoma Abel y Liliana Hasbún. Cursó sus estudios secundarios en el colegio de La Salle, en Santo Domingo, graduándose de Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas, en 1958, siendo el único estudiante de su promoción en obtener el título de "Alumno Eminente".

Estudio en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Por sus altas calificaciones se le otorgó el título de Ingeniero Civil Summa Cum Laude, la más alta calificación asignada a un estudiante. Fue presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos y fundador del frente estudiantil Flavio Suero (FEFLAS). Se inició en la lucha política en 1960 en labores clandestinas contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo. Participó en movilizaciones callejeras luego de la caída de la tiranía (31 de mayo de 1961), ingresando oficialmente en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4). Estuvo presente en las luchas que desarrollaron los estudiantes universitarios para obtener la Ley de Autonomía en los meses de diciembre de 1961 y enero de 1962. El mismo día del golpe de Estado en 1963, que derrocó el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, fue apresado por las fuerzas policiales; luego escaparía del palacio policial y participaría en actividades de apoyo urbano a las guerrillas organizadas por el 1J4 (que encabezó Manolo Tavárez Justo).

En 1964 fue elegido secretario general de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) y delegado estudiantil al Consejo Universitario. En el mes de febrero viajó a Hungría en representación de la FED para participar en un congreso organizado por la Unión Internacional de Estudiantes (UIE). A principios de 1965, ya en el país, fue expulsado, junto a otros líderes de la FED, por insistir en colocar una tarja en la Facultad de Derecho de la UASD en homenaje al también dirigente estudiantil y miembro del 1J4, Luis Ibarra Ríos, caído en las operaciones guerrilleras de diciembre de 1963.

Contrajo matrimonio el 24 de abril de 1965 con Mirna Santos, con quien procreó dos hijos, uno de los cuales nunca llegaría a conocer. Al enterarse de que ese mismo día había estallado una insurrección contra el Triunvirato, que culminó con la intervención norteamericana del 28 de ese mismo mes, se trasladó a la capital para integrarse a la lucha armada. Combatió desde el día 26 en las calles de Santo Domingo. A principios de mayo prestó servicios en la zona norte de la capital donde la lucha era más intensa. Allí se integró a un comando dirigido por el Movimiento Revolucionario 1J4. Al ser ocupada la zona norte por las tropas opuestas a la Revolución, se trasladó al sector de la capital conocido como Ciudad Nueva, donde trabajó, junto a militares constitucionalistas y otros dirigentes políticos, en la formación de la Academia de Instrucción Político-Militar "24 de Abril".

Al terminar la guerra pasó de dirigente de la Juventud Estudiantil del 14 de Junio a miembro de la comisión preparatoria del congreso de ese partido. En dicho congreso, celebrado en 1966, fue elegido miembro del Comité Central, ocupando la Secretaría de Finanzas de esa organización. En diciembre de 1966 pasó a formar parte del Movimiento Popular Dominicano (MPD), donde trabajó en el aparato urbano y posteriormente en el rural. Mientras se encontraba realizando labores de agitación y organización entre los campesinos de la Sección Arenoso, de San Francisco de Macorís, fue hecho prisionero por efectivos militares (15 de febrero de 1968). Salió en libertad en el mes de junio de ese año. Mientras estaba en la cárcel escribió, junto a su compañero de militancia política Rafael Taveras Rosario (Fafa), una serie de artículos sobre problemas históricos. Al salir de la prisión se reintegró a sus funciones como dirigente del MPD, desplazándose a la zona sur del país.

Después de participar como orientador en la fundación del grupo estudiantil "Flavio Suero" de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Amín Abel se ubicó en la región este del país, en la que intentó trabajar políticamente entre los obreros azucareros. En esa época volvió a ser perseguido por fuerzas policiales y militares, acusado de participar en el secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley, ocurrido en 1970. Se vio precisado a pasar a la clandestinidad.

El jueves 24 septiembre de 1970 fue asesinado por agentes del Servicio Secreto de la Policía Nacional (al servicio del entonces presidente Joaquín Balaguer). Entre 5 y 6 de la mañana de ese día los agentes penetraron a su casa y, de un disparo en la cabeza con una pistola calibre 45, le fue arrebatada la vida mientras se encontraba junto a su esposa Mirna Santos (en estado de embarazo) y su hijo de 2 años. A la hora de su muerte contaba 28 años de edad. Su cadáver fue velado en la explanada frontal de la Facultad de Ingeniería de la UASD, donde familiares, amigos y compañeros de lucha se confundieron en abrazos y llantos por el dolor de su partida.

Boda de Amín Abel Hasbún y Mirna Santos el 24 de abril de 1965 (día en que comienza la gloriosa gesta conocida como Revolución de Abril)


Relato de Mirna Santos, esposa de Amín Abel
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 24 de septiembre de 2017
(Editado por NH)

Mirna Santos presintió que su esposo Amín había sido descubierto y ubicado cuando escuchó por Radio Comercial que la Policía había asesinado a un joven a una esquina de su casa. Por la descripción que ofrecieron comprobó que guardaba gran parecido con su compañero y seguido pensó que lo confundieron. “Algo me dijo que las cosas no estaban bien. Me puse muy nerviosa”, cuenta.

Amín esperaba la visita de Edgar Erickson Pichardo y de Moisés Blanco Genao, a quienes había enviado a buscar en la tarde. Estuvo hasta la medianoche escuchando el juego de pelota pensando que irían. Nunca llegaron; Amín se llevaría a la tumba lo que les diría. Se fueron a la cama en medio de uno de los históricos apagones y de la angustia de Mirna por el homicidio reciente. “Amín, fue cerca de aquí, pensaron que eras tú. ¿Qué vamos a hacer?”, le cuestionaba... Él la tranquilizaba.

Más que un objetivo, Amín era una obsesión para los altos jefes militares y para Joaquín Balaguer. No sólo había planificado el secuestro de Crowley sino que con su puño y letra escribió un comunicado conminando al régimen a soltar a los presos políticos, que fue la condición principal del rapto. “Las demandas que exigimos para liberar a Crowley no se han cumplido”, les recordaba. El MPD tenía aún bien oculto al coronel norteamericano. "Después de la guerra de abril este fue el hecho de mayor trascendencia en la política", comenta Mirna. De ahí la cacería contra sus ideólogos y ejecutores.

Amín, agrega, era muy hermético y no le contó detalles del secuestro. “Solo pude captar que él estaba en eso”. Cuando pusieron en libertad a los encarcelados, añade, capturaron a Héctor Ortiz, cuya madre se ahorcó después que lo vio en prisión maltratado salvajemente. La llamada “institución del orden” presentó los pertrechos encontrados en su vivienda tras un allanamiento. “Ahí comenzó la persecución contra Amín y es cuando deciden que vaya al este”. Pero se arriesgó a venir a Santo Domingo a ver “qué salida encontraba a nuestra situación”. Pensaba que como era reconocido no se atreverían a cometer contra él un acto tan brutal como el que habían perpetrado con Otto Morales, ametrallado en plena calle a la vista de la multitud después que se entregó desarmado.

A las 5:30 de la madrugada el timbre de la vivienda de los Abel Santos sonó con insistencia. Vivían en una segunda planta y cuando Mirna se asomó al balcón apreció el aparatoso cerco. Le ordenaron que abriera. Antes de obedecer ella fue donde su cónyuge y le dijo que estaban rodeados. “Quiso saltar por una media puerta y cuando asomó para tirarse por el techo un policía le apuntó con una ametralladora”, narra. Agrega que el fiscal actuante fue Tucídides Martínez, quien comunicó a Mirna que no habría problemas. Subieron y encontraron a Amín con Ernesto en sus brazos [su primogénito de dos años: Ernesto Van Troi Abel Santos (asumimos que el nombre de Van Troi lo recibió el niño en honor a Nguyen Van Troi, héroe y mártir vietnamita)]. “Tucídides nos dijo que nos sentáramos en la sala y ahí vi el movimiento de los vestidos de civil y del comandante Estrella con uniforme. De pronto, Tucídides Martínez, que se notaba nervioso, anunció que se retiraba a llamar a su superior”; pero Amín insistía en que no se fuera pues él era la garantía de que a ellos [él y a su familia] “no les pasaría nada”. “No nos deje solos, usted sabe que estas personas son unos trogloditas, usted es el responsable de lo que nos suceda”, le dijo Amín a Martínez, sin embargo éste se marchó. El comandante Estrella, un capitán y tres civiles ordenaron a los Abel Santos que salieran.

Hermógenes Luis López era el que tenía la orden de asesinar a mi esposo y le gritó: '¡Párate Abel, tú estás preso! ¡Vamos!'. Amín replicó que no se iría sin su esposa y su hijo. Se abrazaron los tres. “Comenzó un forcejeo entre nosotros y dos policías hasta que nos separaron y arrastraron a Amín por la fuerza. Cerraron la puerta y bajaron; a mí me tiraron violentamente al piso sin reparar en mi embarazo [de Amín Abel Santos] y en el niño que lloraba lleno de terror”, recuerda la viuda.

Improvisaron una tranca tan segura para la puerta que Mirna no pudo abrir. A los pocos minutos solo escuchó disparos y la puerta se abrió de inmediato, era el capitán Estrella que la compelía: “¡Váyase a bañar!” pero ella bajó pese al iracundo impedimento. Y vio a Amín boca abajo, muerto. “Eso nos afectó mucho al niño y a mí”. Estrella le había advertido que no lo hiciera: “Usted va a ver un espectáculo muy feo, agárrese de mí”. La dama rechazó la despreciable oferta: “¡No! ¡Tengo suficiente dignidad; yo bajo sola!”. Luego los llevaron al Palacio de la policía que dirigía Elio Osiris Perdomo.

Entiendo que mis hijos han podido sobrellevar esa situación. La familia de Amín ha sido acogedora, les ha dado todo el amor que pudo haberles dado su padre”. Amín Abel Santos lo confirma. El abuelo los subía a la galería de la Elvira de Mendoza “y nos hablaba de mi papá, su vida, sus condiciones intelectuales, logros académicos, el ser humano. Siempre nos repetía: 'Tienen que andar con la cabeza en alto, orgullosos de ser hijos de Amín Abel'”.


Conociendo más sobre Amín Abel, con Mirna Santos
Tomado de Acento. Entrega de Daniel Collado y Jesús Díaz del 24 de septiembre de 2016
(Editado por NH)

A 46 años después de su muerte Amín Abel Hasbún, el gigante dormido, sigue despertando interés. Su familia, su noviazgo, su boda comunista en una iglesia católica; su luna de miel tras un estallido social que luego se convirtió en revolución, su vida en pareja, el ser político y esposo, el secuestro de Donald J. Crowley, como referente político, los días previos a su muerte, sus confesos asesinos, su esposa, sus hijos y las secuelas del vil asesinato. Esta historia nos convoca a descubrir datos nunca antes conocidos de uno de los más grandes dirigentes de izquierda que ha tenido la República Dominicana.

Mirna Santos, esposa de Amín Abel Hasbún

En el libro “Amín Abel, un gigante dormido” (Edición 2009, Página 122), Fidel Santana, su autor, relata que, en 1963, cuando Amín salió electo Secretario General de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), usted [Mirna Santos, NH] lo besó "osadamente".
"A partir de ahí nos hicimos novios; él entendió, con ese beso, que ya teníamos amores".
¿Fue usted su primera novia?
"Sí... fui su primera novia. Para Mahoma, el padre de Amín, sus hijos eran la máxima representación de lo que él había podido crear. Amín es el primero que lleva una novia a casa de los Abel Hasbún, y eso fue motivo de algarabía y una oportunidad de los hermanos y de los padres, porque sentían que Amín se estaba encaminando a una relación formal. Como es natural en gente joven, surgieron los encantos, las simpatías y las coincidencias: dentro del Catorce de Junio (1J4), en luchas, en objetivos y en los ideales".
¿Qué le atrajo de Amín y cuando se dio cuenta que estaba enamorada de él?
"Para los años 60 se produjo un brote antitrujillista luego de la muerte de las hermanas Mirabal, hecho que caló en la conciencia de las familias dominicanas; con el tiranicidio del 30 de mayo de 1961 comienzan los movimientos estudiantiles, sociales, sindicales y los movimientos de masas contra los remanentes de la dictadura trujillista. Ya en ese momento yo participaba en la Escuela Normal del Liceo Secundario de Puerto Plata desde el 1961, pero antes, en 1960, formé parte de la Unión Cívica Nacional (UCN); mis padres me enviaron a Santo Domingo a vivir con mi hermana mayor, quien estaba casada con Hugo Toyos, un señor prominente de la Unión Cívica Nacional (UCN), que era encabezaba por Viriato Fiallo, de clase media, quien era un ícono del antitrujillismo: por tanto venía de las manifestaciones antitrujillistas y todo lo que tenía que ver con la conformación del movimiento estudiantil. Al llegar a Santo Domingo me puse en contacto con la gente joven del Movimiento Catorce de Junio (1J4). Hice contacto con Amín y con los jóvenes que eran parte de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), pero, más que nada, con el grupo Fragua, que era el que envolvía a toda la izquierda. Desde ahí Amín se catapultó como Secretario General de la Federación de Estudiantes Dominicanos".
La madre de Mirna Santos decía que una hija de ella no se casaba si no era por la iglesia... y había que darle ese gusto... ¿Cómo fue la boda de un comunista en una iglesia católica?
"Amín no tuvo problemas con eso, no era un tipo beligerante. A él no le creó problemas casarse en una iglesia; a quien le creó problemas fue a sus amigos. Ellos se desplazaron desde Santo Domingo a Puerto Plata porque decían que le iban a hacer una bulla a Amín cuando entrara a la iglesia. Ellos no pudieron realizar lo que querían porque ya al mediodía se conocía que había un movimiento militar que estaba propugnando en contra del triunvirato. Cuando se supo eso, a las dos de la tarde, a través de radio guarachita, se conocía que había un llamado de Peña Gómez a los militantes y al pueblo para que se levantaran por la vuelta a la constitucionalidad. Los amigos de Amín, al ver este movimiento, decidieron regresar a la capital. Muy pocos se quedaron porque se había decretado toque de queda. Mi padre, a través de Luis Ginebra, quien era gobernador de Puerto Plata, logró que nos permitieran casarnos porque todo estaba montado para la boda. Bajo esta situación política difícil nos casamos Amín y yo".
¿Cómo fue su luna de miel durante el estallido de la revolución del 24 abril de 1965?
"La misma noche de la boda tuvimos que quedarnos en Puerto Plata; aquí ni existían hoteles todavía. Puerto Plata estaba iniciando a nivel de hotelería; nos quedamos en un lugar llamado “Long Beach” porque no había otro. Al otro día nos fuimos a Santiago y desde ahí a Jarabacoa; en el camino vimos la gente lanzada a la calle, con sábanas blancas. En Santiago el pueblo estaba desbordado celebrando la vuelta a la constitucionalidad. Parados en una esquina nos encontramos a unos amigos de Amín que se lo llevaron. Lo vi en el techo de una casa pronunciando un discurso. Pasadas unas horas partimos hacia Jarabacoa, al Hotel Montaña. Al llegar allí encontramos que todo había sido saqueado; apenas pudimos encontrar habitación para dormir. La empleomanía había dejado el hotel vacío; es al otro día, el 26 de abril, que en el hotel escuchamos el discurso de Juan Bosch y en la mañana escuchamos a Peña Gómez decir que estaban bombardeando el Palacio Nacional. Partimos a Santo Domingo y en la carretera encontramos gente que huía de la ciudad y nos hacían señas de que nos devolviéramos; veíamos una línea enorme de gente cargando cosas y nosotros éramos los únicos que íbamos en sentido contrario. Llegamos a la capital pasando por puestos militares que no estaban ni siquiera custodiados. Amín se fue a hacer contacto con la gente del Movimiento Catorce de Junio (los que estaban al mando): Fidelio Despradel, Fafa Taveras, Juan Miguel Román, Roberto Duvergé y Homero Hernández".
La vida matrimonial con Amín ¿Cómo fue?
"Amín era una persona muy jocosa y tranquila, le gustaba mucho hacer chistes con los compañeros y hacerles bromas. Un hombre muy paciente; la impaciente era yo. En el hogar él veía todo con mucha tranquilidad y análisis crítico, sabía cómo enfilar sus ideas. En el 1965 duró un mes en la parte alta de la ciudad de Santo Domingo... Las fuerzas norteamericanas, que llegaron el 28 de abril, se habían posicionado en la parte norte y habían comenzado a allanar todas las casas y todos los lugares para acabar con los revolucionarios. Amín pudo escaparse y llegar a casa de sus padres, que quedaba en la Esperilla; ahí pudimos encontrarnos después de más de quince días que no sabíamos de él. No había forma de comunicación continua. Las informaciones llegaban a través de compañeros del 1J4 y personas que bajaban de la zona norte. Al llegar Amín, nos fuimos hacia Ciudad Nueva, que era la única zona que garantizaba seguridad y tranquilidad. Ahí estuvimos hasta septiembre. Amín fue el precursor de la academia Veinticuatro de Abril, donde se adiestraron todos los compañeros y comandos que actuaron en la Revolución de Abril; allí se les impartían talleres. Amín era encargado de la parte ideológica; Lachapelle y otros eran los encargados de la parte militar. Al terminar la guerra Amín volvió a sus aprestos estudiantiles, estando claro de que debía abandonar eso porque había terminado sus materias y solo tenía que entregar la tesis; él pensaba seguir, pero de orientador… Para esos días quería dedicarse más de lleno a los trabajos políticos. Vivíamos juntos e incluso Amín llegó a trabajar en las instalaciones de METALDOM como ingeniero y llegó a ser parte de los que ensamblaron esa infraestructura. Más tarde le dieron la responsabilidad de trabajar en el Congreso Catorce de Junio y él viajaba por todo el país conformando los núcleos de trabajo; luego vino la división en transformistas y no transformistas. De ahí pasa Amín al Movimiento Popular Dominicano (MPD); yo no era una militante activa pero hacía un trabajo de unificación de la izquierda desde la Federación de Mujeres Dominicanas (FEDOMU). Luego pasé a ser más activa en el MPD".
¿Usted qué nos puede decir de Amín Abel el esposo y el político?
"Amín se hubiese podido consolidar en una vida normal; pienso que hubiese sido un excelente compañero porque él era un hombre muy respetuoso. Respetaba la individualidad, miraba mucho más allá de su nariz… siempre se adelantó a los tiempos. Cuando el Movimiento Feminista era una quimera, Amín le daba valor a eso de que las mujeres debían tener su cuota de poder. Él era un abanderado de esa causa. Fue respetuoso en nuestra condición de pareja, pero prácticamente lo viví muy poco. En 1966, luego de la llegada de Balaguer al poder, comienzan las persecuciones; una situación muy difícil. Amín era enviado a diferentes lugares del país; estuvo muy compenetrado con el sur pues a él le llamaba mucho la atención la raíz mito-mágico-religiosa de los campesinos. Vivió en la época en que habían estado los mellizos Romilio y León Ventura Rodríguez, quienes crearon un movimiento que seguía las prédicas de Olivorio Mateo [Papá Liborio, NH]. Incluso dejó un escrito sobre esa vivencia, pero se perdió con los allanamientos. Era un trabajo bastante sustancial sobre las vivencias y los trabajos con la gente de Olivorio Mateo. En lo político Amín era un tipo con una capacidad fuera de serie, ¡no porque yo quiera mitificarlo! Era una persona capaz de leer las obras completas de Carlos Marx y sintetizarlas en las cosas más fundamentales que él podía tener a mano para poder citarlo y ponerlo en práctica. Muchos de los libros que Amín leía fueron incautados por la policía; están todos subrayados con una regla. Esto, por su caracterización de ingeniero: cosas que el entendía importantes y que podía sacar como basamento de su trabajo".
El trato de Amín con sus padres y sus amigos de infancia, ¿cómo fue?
"Él contaba con una relación muy estrecha con su mamá, Liliana Hasbún y con su padre, Mahoma; como árabe al fin era un hombre de temperamento difícil… era machista... aunque no tanto. Narciso Isa Conde fue amigo de Amín Abel mientras estudiaban juntos, pero luego no eran tan enllaves [cercanos, NH] porque Narciso era del Partido Comunista Dominicano (PCD) y en la izquierda habían muchas confrontaciones. Los conceptos y criterios adoptados por el PCD fueron muy combatidos por Amín y el MPD. Una persona que me dio una demostración de estar por encima de las confrontaciones ideológicas fue Asdrúbal Domínguez: cuando Amín estaba siendo perseguido a muerte, Domínguez, del PCD, se acercó a mí y me dijo que ellos tenían una infraestructura que le permitía sacar a Amín del país. Se lo comuniqué para que entendiera que él era más importante vivo que muerto, pero no aceptó".
¿Cuál fue el grado de participación de Amín en el secuestro de Donald J. Crowley y cuáles fueron sus errores?
"Amín fue el planificador; lo planificó con exactitud de ingeniería. Independientemente de que él lo planificó, también participó; al hablar otros dos idiomas (inglés y francés) se comunicaba directamente con Crowley, tanto así que a este, después del secuestro, le dio el 'Síndrome de Estocolmo', que es hablar muy bien de los secuestradores (puesto que hubo una fluidez muy amplia durante el hecho). Hubo varios errores, pero uno que yo sentí como el error garrafal que cometió Amín fue la publicación en la prensa, con su letra fácilmente reconocible, de uno de los comunicados. Cuando lo vi lo supe; recuerdo que en el periódico El Nacional, cuando me reencontré con él, le dije que eso había sido un grave error. En esos tiempos la comunicación era muy difícil; me dijo que no tenía otra opción ya que no había máquina de escribir en el lugar y era necesario hacer llegar a la prensa ese comunicado. El segundo error fue haber dejado la casa donde tenían a Crowley totalmente vacía; una de las personas que había participado en el secuestro estaba muy enamorado de una mujer que había dejado un militar y cuando allanaron la casa él estaba ahí con ella y no había sacado las armas que habían sido utilizadas en el secuestro. Como es natural, eso dio la pista para ir identificando uno por uno los que participaron en el secuestro".
El asesinato de Amín Abel el 24 de septiembre de 1970, ¿nos puede relatar ese momento?
"Siempre he dicho que ese es uno de los momentos amargos que no me gustaría retomar; cuando se hizo la película 'Amín Abel, memoria de un crimen', le dije a Etzel Báez que no volvería a hablar de eso jamás porque eso me aniquila, porque es el pasado y es algo que se vuelve a retomar… Puedo decir que Amín estuvo en el lugar no debido y en el momento no debido… Amín tenía más de cuatro días ahí y la policía no había ido... ¡hay cosas que me quedaron inconclusas! Esa misma noche mataron a Ramón Antonio Abud Vargas, un joven de 16 años a quien confundieron con Amín. Amín y yo estábamos sentados mirando el juego de pelota, porque él era un fanático de la pelota, cuando escuchamos por Radio Comercial que había sido asesinado un joven; yo recuerdo las características que dieron de las calles y le dije a Amín que el asesinato se había producido muy cerca de nuestra casa. Recuerdo que le dije: ¡ay Amín, cuidado que te están pisando los talones!, y él, que era muy jocoso, me dijo 'no te pongas a pensar en eso', y me hizo un cuento… Contó que él estaba en el este, que estaba durmiendo y que en el sueño vio un entierro, y cuando se acercó al ataúd observó que era él, y decía, '¡y cómo es posible si estoy vivo!', a lo que le contesté, ¡pero tu si eres sórdido!, ¿cómo es posible que tú me hagas este cuento ahora? Estábamos esperando a unos compañeros a los que Amín me había pedido que les dijera que él quería hablar con ellos, que pasaran por la casa. Puedo decir que esas personas nunca llegaron; cansados de esperar, a las 12 de la noche, nos acostamos. Después el tiempo me dijo 'averigua más porque esas personas que Amín pidió que quería hablar con ellos resultaron ser representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que luego hicieron un pacto con Balaguer. Eso no surgió porque sí, pero yo no puedo acusar'".
¿Al pasar por encima del cadáver de Amín, que sintió Mirna Santos?
"Mira, son sentimientos muy profundos, fundamentalmente yo estaba muy impregnada de que mi hijo no viera eso, entonces lo llevaba agarrado por las escaleras, que eran muy pequeñas, y obligatoriamente tenía que pasar por encima de su cadáver… yo estaba empeñada en que el niño no viera a su papá muerto en esas condiciones. Trascendió más el hecho de yo proteger al niño que pasar por encima de su cadáver y ver su cabeza totalmente abierta -porque le dieron un tiro de gracia-; en verdad fue algo sumamente terrible que yo en el pensamiento siempre trato de borrar, porque es muy fuerte la imagen".
¿Cuál fue papel que jugaron los compañeros del MPD tras la muerte de Amín?
"Maximiliano Gómez, 'El Moreno', estaba exiliado en Bélgica; él llegó a proponerme que me fuera para Europa con los niños para hacerse responsable de nosotros, así como lo hizo con Miriam, la esposa de Otto Morales, y sus hijos. Pero yo tenía un hermano que vivía en Venezuela que era médico y quiso que me fuera a vivir con él por un tiempo, para checar a Ernesto que había nacido con una Comunicación Interventricular (CIV). En ese tiempo las intervenciones cardiovasculares eran muy difíciles y en Venezuela se estaban haciendo de manera constante; mi hermano quiso ver cómo se le hacía la corrección a Ernesto (se le hizo y lo operaron a corazón abierto a los 4 años; le solucionaron ese problema)".
¿Qué pasó con Hermógenes López Acosta, el confeso asesino de Amín?
"Hermógenes estuvo 'preso' en los años 1974 y 1975 en la cárcel La Victoria; cuando iba a ver los presos políticos, entre ellos Enrique Rivera, con quien me casé, él estaba. Lamentablemente era un personaje que no estaba preso, sino que estaba de puesto ahí".
Entre risas, comenta:
"Carmen Mazara me confesó que se lo encontró como guardián en una panadería y le cayó a pedradas; no solamente le lanzaba piedras sino que encontró gente que, conjuntamente con ella, le voceaba improperios. He perdido su pista, pero Rafael Chaljub Mejía me dijo, hace un tiempo, que Hermógenes estaba muerto, que me olvidara de eso".
¿Fue difícil explicarles a sus hijos como había muerto su padre?
"Ernesto, a pesar de que tenía dos años, fue el más afectado, porque él vivió el proceso y las manifestaciones que tuvo fueron problemas de incontinencia urinaria y fecal. Hubo que tratarlo psicológicamente. Yo quise protegerlo y que no viera a su padre muerto; al vivir ese proceso él no podía ver a nadie tirado en el suelo porque le daban convulsiones y lloraba, Tuvimos que ponerlo en tratamiento; le ayudó mucho que mi hermano estaba casado con una sueca y se fueron a vivir a Suecia un tiempo, y allá el concepto de manejar a un niño es diferente al nuestro. Eso lo ayudó mucho. Ernesto me dice que ya él ve a su padre como un sueño y recuerda las cosas bonitas de lo que le pudo dar. Amín hijo no lo conoció en absoluto porque nació después y no tuvo la oportunidad de poder compartir con su papá. Sin embargo, si ustedes ven a Amín, mi hijo, ven a Amín el padre, pero en temperamento Ernesto es el que más se parece a su papá; más tranquilo, sosegado e investigador"

Tomando en cuenta a Amín como referente político en la República Dominicana, ¿vale la pena legar toda una vida por la Revolución?
"Estamos hablando de 46 años de sucedido el hecho de Amín muerto; yo tenía seis meses de embarazo cuando lo asesinaron. Podría decir que, a la luz de lo que está pasando ahora, es válida la lucha que libraron estos jóvenes... Me hubiese gustado mucho que Amín estuviese vivo a esta altura, porque sería ese referente político-moral que necesita la juventud para que le señale el camino a seguir. No me siento a gusto de haberlo perdido, porque a 46 años del suceso sigo siendo una abanderada de que Amín es el referente más importante de mi vida. No creo que la patria tenga una deuda posterior con Amín, porque creo que él hizo lo que tenía que hacer sin esperar que hubiese una remuneración patriótica. La gran paradoja es tantas personas inmoladas, tantos caminos recorridos, tantas luchas libradas, y estamos ahora como si hubiésemos comenzado de nuevo".
Si estuvieras frente a Amín Abel, ¿que le dirías?
"Fíjate, yo no creo que nadie resucite... ojalá hubiese la manera de poder lograr levantar de sus cenizas a las personas que fueron capaces de dar sus vidas por el país. Sería la demostración más tangible de que los ideales trascienden aún a pesar de la muerte. Yo me acojo mucho de las palabras de Amín: 'Los revolucionarios hacemos la revolución aun después de muertos; cuando ya no tenemos vida para empuñar el fusil, cuando ya no tenemos voz para poder propagar las ideas revolucionarias... todavía tenemos los huesos para que sirvan de banderas”.
¿Qué mensaje quisiera dejar Mirna Santos en la conciencia de la juventud dominicana?
"A los jóvenes de ahora les diría que siempre nos abracemos al pasado, porque la historia nos lega cosas importantes; recuerdo unas palabras de Julius Fucik que dicen: 'Hemos vivido para la alegría. Por la alegría hemos ido al combate y por ella morimos. Que la tristeza jamás vaya unida a nuestro nombre'. Me abrazo mucho a eso y la juventud de ahora puede tener alegría y puede tener como base de sustentación la ética y la moral".
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Otto Morales Efres

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(23 de mayo de 1945 - 16 de julio de 1970)



Desde la adolescencia, Otto Morales Efres se convirtió en un gran movilizador de masas en San Antón, Villa Francisca, San Miguel, San Lázaro y Ciudad Nueva, pero fue en San Antón donde transcurrió su juventud pues allí levantaba pesas, jugaba baloncesto y béisbol y al terminar los deportes se dirigía a escuchar los discursos que pronunciaban dirigentes del Movimiento Popular Dominicano en su local de la avenida Duarte.

Junto a Rafael Bueno, Luis Gaspar (La Vela), “Barahona” o “Lilito” y otros compañeros se relacionó con militantes del 14 de Junio aunque no se organizó en ese partido, y se dedicó a cazar calieses cuando se produjo la destrujillización. A partir de entonces su vida fue de lucha revolucionaria y de formación ideológica y militar por el logro de una sociedad equitativa, justa, humana. Sufrió deportaciones siendo prácticamente un niño. Sin embargo, la ausencia de la Patria no representó una derrota ni desalentó sus sentimientos patrióticos. Al contrario, le animó a profundizar en su educación política y continuar la escolaridad.

El arrojo y la determinación de Otto Morales se pusieron de manifiesto durante la Revolución de Abril cuando ya se había convertido en uno de los líderes más jóvenes, carismáticos y de mayor audacia en la formación de comandos, búsqueda y entrega de armas a la población, asalto a cuarteles, toma de fortalezas, orientación a campesinos para futuras guerrillas, participación en combates y misiones. Estuvo entre los organizadores del secuestro que selló su asesinato violento, despiadado, el 16 de julio de 1970.

Del representativo dirigente que dedicó los últimos cuatro años de su existencia a enfrentar al régimen balaguerista hablan su cuñado Ramón Pinedo (Monchín), también compañero de deportes, política y guerra; Breno Brenes, su instructor militar; Zunilda Muñoz de Sánchez, en cuya presencia ametrallaron a Otto después de haberle servido de escudo protector en la entrega pacífica que violentaron sus verdugos, un contingente policial inconcebible para eliminar a un revolucionario esposado. También conversa sobre él René Sánchez Córdova, esposo de Zunilda, entonces decano de la facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con quien almorzó Otto y al que visitó en sus oficinas durante la mañana de la trágica fecha.

Otto Morales Efres nació en Santiago de los Caballeros el 23 de mayo de 1945, hijo de Aquiles Morales y Noris Livia Efres, maestra. La familia se trasladó a Santo Domingo y Aquiles trabajó como dependiente de la desaparecida Puerta del Sol que estaba en El Conde. A Otto lo inscribieron en la escuela Argentina, donde inició estudios secundarios que no concluyó porque el Consejo de Estado lo deportó en 1962. “Entendía que había que salir de esos estudiantes que se habían constituido en un problema incendiando la ciudad todos los días”. Fue desterrado hacia México mientras los dirigentes del MPD eran encarcelados y otros enviados a París. Allí concluyó su bachillerato y tomó cursos técnicos. Al mismo tiempo recibió formación política de un dirigente comunista mexicano y del dominicano Pericles Franco Ornes, quien luego se fue a Cuba, donde ya estaba Otto.

A esa antilla se habían trasladado desde Francia Máximo López Molina, Ilander Selig, Gustavo Ricart, Parmenio Erickson, Arsenio Ortiz y Monchín. El reencuentro con los izquierdistas motivó a Morales a ingresar al MPD en Cuba, lo que califican como un gran salto en su preparación política, militar y doctrinaria. Además trabajó como voluntario picador de caña y recogedor de café. Regresó a finales del gobierno de Juan Bosch, en 1963, y fue recibido por José Ramírez Conde, el dirigente más importante que tenía el MPD en ese momento.

Otto fue estructurando una maquinaria militar, a partir de 1964, con los amigos que había dejado cuando lo deportaron y asistió a Ramírez Conde en todo el engranaje de inteligencia, contrainteligencia, estruendo”, significan. Ayudó al sector femenino de la agrupación en la defensa de los presos políticos, hizo contacto con los sindicatos y organizó sucesivas huelgas como forma de presión “alegrándose cuando el grupo de los no deportados salió de nuevo al ruedo político. Ahí comienza la historia conjunta de Otto y los que salimos sueltos: Maximiliano Gómez, Jorge Puello Soriano (El Men) y yo”, narra Pinedo.

Miriam Pinedo, esposa de Otto Morales, vilmente asesinada en Bruselas, Bélgica

Otto también pasaba tiempo en la casa de Monchín, porque se había enamorado de su hermana Miriam, a quien conquistó pese al desacuerdo de su padre. Se casaron en plena guerra, en agosto de 1965. Procrearon dos hijos: Yuri Van Troi y Otto Stalin. “La etapa post Guerra de Abril fue muy violenta para Otto y nuestra familia. Después murió papá, asesinaron a mi hermana Miriam, esposa de Otto, nos mataron a Ramón Emilio Mejía del Castillo (Comandante Pichirilo) y al amigo entrañable de Otto, Maximiliano Gómez (El Moreno)… Era la lucha contra el Gobierno de Balaguer apoyado por el imperialismo”, expresa Monchín.

Pese al llanto de René Sánchez Córdova y su esposa Zunilda al narrar el siniestro final del revolucionario, hay lugar para recordarlo jovial, solidario, sociable, apuesto, de ojos marrones claros, atlético, vigoroso, bien parecido, amante de los niños... juguetón. El hogar de los Sánchez tanto en la Juan Isidro Pérez como en la José Contreras era frecuentado por Otto, Amín Abel Hasbún, Moisés Blanco Genao, Henry Segarra y otros. René recuerda que en 1970, a raíz del secuestro del agregado militar de la embajada de Estados Unidos en el país, coronel Donald J. Crowley, se reunieron en su casa a pasar balance sobre el hecho “todos los que participaron en la planificación” y cita a Rafael (Fafa) Taveras, Amín Abel, Héctor Ortiz y Otto. Él no estuvo presente. Zunilda cuenta que el día de la muerte de Otto llegó de su trabajo cerca de las dos de la tarde y lo encontró jugando con sus hijos Luis René y Ernesto; “a los pocos minutos sentí muchas voces, carros, y por la ventana de mi cuarto vi un camión de Operaciones Especiales con un sinnúmero de militares con armas largas”. René lo dejó en la vivienda después de almorzar y apenas empezó su cátedra le interrumpió Radhamés Abreu, dirigente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) para decirle: “¡Profesor, pasó algo malo en su casa!”.


MPD honra a Otto Morales
Tomado de Noticias A Tiempo, Libertad
(Editado por NH)

Jorge Puello (El Men) destacó que Otto Morales reunía condiciones revolucionarias extraordinarias que demostró en San Juan de la Maguana, Santo Domingo, Santiago y otros puntos del país donde estuvo desarrollando actividades organizativas y de luchas. Resaltó la participación de Otto Morales en la Revolución de Abril de 1965, la conformación de los comandos revolucionarios y su participación en el operativo que secuestró al coronel norteamericano Donald J. Crowley en 1970, con el que se logró, a cambio de su liberación, que Maximiliano Gómez y otros 19 presos políticos salieran al exilio. “El 16 de julio de 1970 fue vilmente asesinado el camarada Otto Morales, Secretario General en funciones, después de haberse entregado a un contingente policial que lo perseguía a muerte”, manifestó El Men.

El octogenario dirigente recordó que fueron varios los militantes emepedeísta asesinados por el régimen de Balaguer en el mes de julio: Henry Segarra Santos, miembro del Comité Central del MPD, el 25 de julio de 1969 (desaparecido); Roberto Figueroa (Chapó), que había sustituido en la Secretaría General a Otto Morales, el 7 de julio de 1971. “Se trató de una cacería contra los emepedeístas: tan solo seis días después, el 13 de julio del mismo año 1971, fue acribillado el aguerrido militante Juan Bautista Polanco (Memelo) y un año después, el día 7 de julio del año 1972, fue asesinado el combativo militante Freddy Antonio Sosa Martínez. En menos de un año fueron asesinados tres secretarios generales de nuestra organización”, Afirmó Jorge Puello.

El 16 de Julio del 1970 fue apresado Otto Morales Efres en la Calle José Contreras esquina Padre Montesinos por un comando mixto de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas bajo la vigilancia y control de agentes norteamericanos apostados en los alrededores del lugar. Fue vilmente asesinado ante los ojos asombrados de todos los lugareños que miraban el aparataje militar desde las ventanas. Fue un crimen bárbaro y ruin que conmovió y consternó a todo el pueblo democrático y sensato. pero que también hirió sensiblemente a todos los revolucionarios del país.

El imperialismo yanqui y el gobierno títere de Balaguer habían asesinado cobardemente a uno de los revolucionarios más importantes del MPD y del país. Otto había herido al «Imperio», y se constituía el dolor de cabeza más grande para el gobierno de Balaguer. Su cobarde asesinato no sólo fue por el operativo del secuestro sino por el modelo en que se había constituido: un hombre que siempre daba el frente a sus acciones para dar el ejemplo a sus camaradas, que nunca rehuía el combate.

Otto Morales con Amín Abel y Mirna Santos (el niño es Ernesto Van Troi, hijo de estos)

Otto Morales se convirtió en un guía constante y permanente para el MPD. Su entrega al movimiento revolucionario era ilimitada. Su disciplina y abnegación serán un ejemplo constante para la «Juventud Roja y Negra». Estaba consciente de que ayudando a sus camaradas y sirviéndole al pueblo desarrollaba y fortalecía al partido; entregó toda su energía a esta política de «línea de masas», tanto así que fue capaz de sacrificarse para que los camaradas presos encabezados por Maximiliano Gómez fueran liberados. Otto y sus camaradas de acción, y los liberados, habían firmado sus condenas. Las persecuciones, allanamientos y apresamientos a dirigentes y militantes de nuestra organización fueron en aumento; los norteamericanos trajeron al país a sus agentes más especializados para dirigir la cacería del MPD. Había que desaparecer la agrupación política.

Una de las mayores virtudes de Otto Morales era mantener una política abierta y flexible pero sin claudicar ante los principios. Compartía socialmente sin importar las diferencias de ideas. Fue un luchador incansable: en 1964 ayudó a movilizar al pueblo durante las huelgas contra el triunvirato; en 1965 tuvo una destacada participación en la Guerra de Abril; en el periodo de la posguerra, con su lucha abierta y frontal, se convirtió en estandarte de resistencia a la nueva dictadura criminal de Joaquín Balaguer, quien tan pronto asumió el poder asesinó al comandante Pichirilo y al abogado, periodista y dirigente político Guido Gil.
"OTTO MORALES: ¡NUNCA TE OLVIDAREMOS! Al rendirte homenaje, querido camarada y comandante, hemos de decirle a esta generación que los neobalagueristas de Leonel Fernández y Danilo Medina son corresponsables de los crímenes de ese asesino que respondió al nombre de Joaquín Balaguer".
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Homero Hernández Vargas

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(12 de septiembre de 1943 - 22 de septiembre de 1971)


Datos biográficos de Homero Hernández suministrados a Nemen Hazim por Elsa Peña Nadal, quien fuera su esposa y compañera de lucha

Nace un día 12 de Septiembre de 1943 en la ciudad de La Romana; hijo de doña Pura Concepción Vargas de Hernández y de Hernando (Nando) Hernández Pereyra, quien fuera, junto a Mauricio Báez, uno de los principales organizadores de las huelgas reivindicativas de los trabajadores de la industria azucarera del 1948. Nieto del destacado munícipe y eminente médico seibano, doctor Teófilo Hernández González, fundador del Partido Nacionalista Dominicano y tenaz opositor de la ocupación norteamericana. Exigió, con una frase que se hizo célebre, la salida pura y simple de las tropas norteamericanas del país.

Homero, con apenas 14 años, forma parte de grupos juveniles opuestos a la dictadura trujillista; crea el grupo opositor “La Mano” y es detenido y llevado a la cárcel de la 40, lugar, donde por su corta edad, fue retenido muy brevemente y sólo recibió serias reprimendas y amenazas. Luego del ajusticiamiento de Trujillo se unió a la lucha contra los remanentes de la dictadura, persiguiendo a los sicarios del SIM y destruyendo estatuas y otros vestigios públicos que llevaban el nombre del sátrapa y de su familia.

Con apenas 18 años fundó la Juventud Revolucionaria Dominicana (JRD), del Partido Revolucionario Dominicano, y fue su primer presidente. En 1962 se unió a la agrupación 14 de Junio, siendo de los primeros jóvenes seleccionados para viajar a Cuba y capacitarse en materia política y militar. Cuando el Movimiento Revolucionario 1J4 -dirigido por Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo)- organizó el levantamiento guerrillero contra el régimen golpista de Dr. Donald Reid Cabral, en Noviembre del 1963, tras el derrocamiento del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, Homero Hernández, con apenas 20 años de edad, participó como Jefe de Operaciones del Frente Hermanas Mirabal que actuó en la Cordillera Septentrional.

Homero sobrevivió a la guerrilla y fue apresado junto a otros compañeros. Planificó y logró evadirse de la cárcel La Victoria catorce días después de haber sido apresado. Tiempo después, tras la presión social y la intervención de organismos de Derechos Humanos nacionales e internacionales, así como de la Iglesia Católica (representada por el Nuncio papal Enmanuelle Clarizzio), sale al exilio junto a los más importantes dirigentes del 1J4 que guardaban prisión. Regresa clandestinamente al país en 1964 e ingresa a formar parte del Buró Militar de la agrupación, en la que llegó a ser, junto a Baby Mejía, su más alto dirigente. En 1965 se integró al movimiento cívico-militar que originó el derrocamiento del Triunvirato (presidido por Donald Read Cabral), así como a la lucha patriótica que se registró inmediatamente después que las tropas de Estados Unidos invadieran nuestro país. Durante la Guerra de Abril, y con apenas 22 años, dirigió, junto a Baby Mejía, el “Comando móvil” (del Movimiento Revolucionario 14 de Junio), logrando fama por su extraordinario valor, destreza y capacidad militar, y destacándose por su participación en el exitoso asalto y toma de la Fortaleza Ozama.

Cuando el 14 de Junio, con el apoyo del presidente en armas del Gobierno Constitucionalista, Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, trazó la estrategia de extender la guerra hacia las provincias, Homero Hernández fue encargado de San Francisco de Macorís. El 25 de junio se produce un levantamiento de las fuerzas revolucionarias para tomar la Fortaleza de Macorís, intento que fracasa. Homero salva nueva vez la vida y logra salir hacia la zona constitucionalista, vestido de sacerdote, gracias al apoyo de militantes de su partido y en un vehículo conducido por auténticos sacerdotes francomacorisanos. Al llegar a la zona constitucionalista crea la Academia Militar 24 de Abril, en la que participan, imparten y reciben entrenamiento militar centenares de soldados y combatientes civiles. Compartió la dirección de la Academia con Amín Abel Hasbún. De esta etapa de su vida dice el doctor Arnulfo Reyes, su compañero del 1J4: “Supo conciliar lo político-militar con lo humano. Pasa de dirigir o repeler un ataque de las fuerzas invasoras a conciliar una diferencia de tipo personal entre compañeros, pues creía, y así lo practicó, que lo personal y lo humano eran parte de lo político. Compartía con cordialidad y alegría los pocos momentos libres (sin persecución) que tuvo a lo largo de su corta vida. Hoy todos los que lo conocimos recordamos su sonrisa, sus bromas y sus afectos”.

Homero cargando a su hija Keskea Arirín, junto a su esposa Elsa Peña

Al término de la Guerra de Abril conoce e inicia una relación de noviazgo con la joven Elsa Peña Nadal, hija de una familia opositora a la dictadura trujillista, simpatizante del 1J4 y estudiante en la UASD. Cuando termina la guerra, y con apenas 23 años, es elegido miembro del Comité Central del 1J4 de Junio. Bajo esa condición viaja a la República Popular China. A su regreso, siete meses después, contrae matrimonio con Elsa Peña. Tres años mas tarde procrean a su única hija: Keskea Arirín Hernández Peña, cuyo nombre, en el idioma de los indios nativos, significa “Quisqueya”.

Al regresar de China, durante el régimen de Joaquín Balaguer, Homero encuentra al 1J4 en medio del reflujo propio de la posguerra y enfrascado en una lucha interna que termina en división. De esa división nacen la Línea Revolucionaria del 1J4, encabezada por Homero, y la Línea Roja del 1J4. Luego, Homero crea la “Unión de Lucha por Una Nueva Quisqueya”, organización clandestina destinada, según sus postulados, a crear las condiciones necesarias para dar inicio a la revolución dominicana, intentando el aglutinamiento táctico de sectores democráticos organizados, y creando, paralelamente, un brazo armado clandestino que denominó “Ejército de Liberación Nacional”.

El 22 de septiembre de 1971, mientras conducía un carro en compañía de su esposa, la hoy periodista y socióloga Elsa Peña Nadal, Homero cae en una emboscada y es interceptado y rodeado por numerosos efectivos militares, poco después de las nueve de la mañana, en la antigua Avenida San Cristóbal (hoy denominada Héctor Homero Hernández Vargas). Es acribillado a balazos tras salir desarmado del automóvil; acababa de cumplir 28 años de edad. Arnulfo Reyes, ex presidente de la Confederación de Federaciones Patrióticas, aún sostiene: “Estoy seguro de que si hoy estuviera vivo, Homero no habría abandonado sus cualidades humanas ni sus ideales por la construcción de una sociedad justa y una patria libre y soberana”.


Homero Hernández, estratega
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 17 de agosto de 2014
(Editado por NH)

Con guantes zambullidos en materia fecal llenaba de improperios y denuncias contra Trujillo paredes de locales del Partido Dominicano e igual valentía exhibió durante el periodo de destrujillización cuando junto a Rafael Bueno, Nelson de Peña y otros derribaron bustos del Generalísimo, persiguieron calieses, lanzaron piedras a las sedes oficiales, demolieron letreros que recordaban la “Era” que empezaba a extinguirse y arengaban al pueblo invitándolo a sacar a Balaguer y a la tiránica familia que aún reinaba.

Adolescente, llegó a escuchar los estremecedores alaridos de los torturados en La 40 cuando él también fue huésped de la ergástula, pero el fugaz encierro no doblegó su espíritu rebelde, enérgico. Durante la Guerra de Abril creó la academia militar que entrenó a la juventud catorcista y de otras agrupaciones y después fue a San Francisco de Macorís a extender la contienda. En el intento cayeron muchos pero él salvó la vida gracias a un sacerdote que lo sacó del pueblo vestido de cura.

Participó también en el asalto a la fortaleza Ozama. “Él lo dirigió. Un tiro que se le zafó a Fafa Taveras le rompió el tímpano. En China lo operaron”, declara Elsa Peña Nadal, su compañera, cuyo nombre de guerra era “Tania”. Él la conoció en 1966 cuando ella se atravesó en su camino por una calle de Herrera mientras él visitaba a Virgilio Gómez Suardí en compañía de Arnulfo Reyes, camarada del 1J4. “¡Mira esa gacela, frena!, ordenó a Reyes. Tras unos días comenzó a visitar a la estudiante universitaria y maestra de primaria. Era un desconocido en el sector hasta que meses después la policía lo involucró en un asalto que publicó la prensa. La madre de Elsa, Luisa María Altagracia Nadal Ureña, la esperó con un ejemplar en la mano; para la dama, el pretendiente era presentado como un delincuente, pero al ver que lo relacionaban con el 14 de Junio, la muchacha suspiró abrazada al periódico pues ya colaboraba con el grupo.

"Mira, el motivo de la desaparición de tu enamorado es que andaba huyendo, clandestino", exclamaba la madre, pero la publicación motivó que ella lo aceptara. Al día siguiente se encontraron en la UASD y sellaron el compromiso. “Comencé a conocer muchos otros catorcistas: Rafael Cruz Peralta, Cristina Díaz, Aniana Vargas, Sagrada Bujosa, doña Manuela Aristy... Homero me llevaba para que ellos me hablaran”, señala Elsa.

La lucha política apenas había permitido a Homero trabajar durante el gobierno de Juan Bosch (en la secretaría de Obras Públicas). Después que se casaron el combatiente vivía empeñando los anillos de boda que les regalaron para comprar leche a Keskea Arirín, nacida el 15 de diciembre de 1971, tres años después de que sus padres contrajeran matrimonio en La Isabela, en la casa del compañero Roberto Solano. Fue una unión “completamente clandestina”. Los padrinos fueron Enriquillo Beato y Florencia Peña Nadal. Entre los asistentes estuvieron Juan B. Mejía, Elsa Justo, Arnulfo Soto, René del Risco, los mellizos Pichardo… A Soto y a René les tocó tomar fotos al cadáver de su amigo cuando lo asesinaron (cumpliendo el deseo de doña Concha, que residía en el extranjero). El nacimiento, la boda y la muerte de Homero ocurrieron en septiembre de diferentes días y años.

Homero Hernández pronuncia, al final de la guerra, el discurso de cierre de la Academia Militar 24 de Abril

Le tenían miedo a Homero”. Cuando se casaron vivieron en casas separadas. Fue tras el embarazo que compartieron un mismo techo: en María Auxiliadora, Los Alcarrizos y autopista Duarte. La noche anterior a la muerte de Homero habían comenzado a mudarse de esta última. El auto donde los apresaron sería devuelto.

El 22 de septiembre de 1971, cuando asesinaron a Homero, entre las gestiones de la pareja estaba llevar algo a un compañero pero la Policía los ubicó en el trayecto. “Estábamos rodeados por todas partes. Le dije: '¡Dobla a la derecha!', pero él lo que hizo fue frenar, abrió la puerta, se tiró, raneó (se movió con ligereza y agilidad, como las ranas, NH) y me gritó: '¡No salgas, que te matan!'. Salí con dificultad mientras escuchaba ráfagas de fusiles y ametralladoras. Le dispararon en el pecho. Corría por detrás del auto buscándolo pero ya estaba tirado en el suelo boca abajo y vi su espalda agujereada”. Lo ametrallaron hombres vestidos de civil y uniformados. Ella les gritaba: "¡Asesinos!"; la detuvieron a culatazos cruzándole los brazos a la espalda. Manifiesta que el asesinato fue dirigido por Juan María Arias Sánchez, también involucrado en el del periodista Gregorio García Castro. “Él le dio el tiro de gracia en la cabeza y con una sangre fría dijo: ¡Llévenselo!”. Lo levantaron y al voltearlo Elsa vio sus ojos abiertos, sin vida. Introdujeron el cadáver en un baúl mientras a ella la transportaban al palacio de la Policía.

Su paso por ese recinto es una historia de dolor por no haber podido enterrar a su esposo y por la arbitrariedad de alcahuetes oficiales balagueristas. A gritos, ella maldijo al general Enrique Pérez y Pérez cuando se percató de su presencia, “y el coronel Báez Maríñez me despegó de la ventana con tal fuerza que fui a tropezar con la boca en el borde del lavamanos”. Se le quebraron dos dientes superiores. Vio borracho a un ex compañero del 14 de Junio, entonces miembro de una banda represiva y asesina, que le juraba que no tuvo nada que ver con el crimen.

Entretanto, familiares de Elsa diligenciaban en el hospital Gautier la entrega de los restos mortales de Homero, que fueron velados en la funeraria La Altagracia. Al entierro fue poca gente para evitar apresamientos; la Policía ordenó que lo sepultaran a las nueve de la mañana, que no se entonaran himnos. Iban agentes delante, detrás y a los lados de los asistentes. Quizá estaban tan embriagados de alcohol como el día que lo fusilaron. “Les salía el tufo, no podían haberlo matado sobrios, le tenían miedo”, afirma Elsa; “era el mayor estratega de la izquierda. Aquí había tres hombres guapos: él, Amaury Germán Aristy y Amín Abel Hasbún”. [Elsa Peña comunicó a NH que las armas de Homero las envió a Amaury: "con una de ellas se enfrentó a los miles de militares que intervinieron en los combates que se libraron el 11 de enero de 1972 en las inmediaciones del kilómetro 13 de la autopista Las Américas, matando a uno de los que participaron en el asesinato de Homero. Por eso me apresaron y deportaron; un compañero capturado le dijo a la policía que yo me había llevado las armas de su casa"].


Homero Hernández, aquel 22 de septiembre
Tomado de Historia Dominicana en Gráficas. Entrega de Elsa Peña Nadal del 22 de septiembre de 2016
(Editado por NH)

Cuando sentí el ruido del carro en la marquesina me alegré y a la vez me extrañé: Homero no estaba supuesto a regresar a la casa ya que había partido al atardecer y esa noche se quedaría a dormir en la que pronto sería nuestro nuevo hogar. Lo esperé en la puerta, y antes de que la cruzara lo abracé muy fuerte; sentí una sensación y un sentimiento increíbles de describir. Noté que hasta él lo percibió. Siempre me he preguntado si ya en ese momento, mi espíritu o mi alma, ¡qué sé yo!, sabía lo que se nos avecinaba y por eso atesoraba cada minuto a su lado. Aún abrazados me dijo, con tono preocupado, refiriéndose al lugar donde nos mudaríamos, que era muy solitario y peligroso, sobretodo por las noches porque había pocos vecinos y estaban muy alejados, y si nos rodeaban nadie se enteraría; que había que desistir de la mudanza a ese sitio.

Homero Hernández Vargas y Elsa Peña Nadal en la flor de la juventud

Acordamos que el día siguiente él se quedaría con la niña donde una pariente suya que quería conocerla y yo llevaría a la imprenta los originales de un folleto que Homero había terminado de escribir. Luego, cambiaría por otro el vehiculo alquilado en que nos desplazábamos, y, después del almuerzo donde su prima, regresaríamos a nuestra casa, ubicada en un paraje a la altura del kilómetro 12 de la entonces nueva carretera Duarte.

El ritual de Homero con su hijita comenzaba a las cinco de la mañana: le daba un primer biberón, la colocaba en su cochecito y la sacaba al patio; allí, le echaba maíz a las gallinas ajenas para ver a la bebita riendo alborozada, tratando de alcanzarlas desde su sillita. Mientras, él leía aprovechando el fresco y la quietud de la mañana. Un día les armé tremendo alboroto: al salir al patio vi que él y la niña, ubicados a distancias diferentes, probaban su puntería lanzando huevos de gallina contra una pared que, chorreante, parecía una alucinante pintura de Salvador Dalí. Homero se justificó diciéndome, rojo por la risa, que eso era algo que siempre quiso hacer de niño y que nuestra hija lo estaba disfrutando mucho. Y así debió ser pues, cuando traté de interrumpir el jueguito que ya había costado más de diez huevos, la beba se puso a llorar ruidosamente.

A las nueve de la mañana del miércoles 22 de septiembre, del año 1971, Keskea, nuestra hijita, después de bañada, vestida y desayunada, se quedó dormida. Homero no quiso despertarla así que le desabotonó el vestidito por la espalda y la dejó en su cuna. Cambiamos los planes de la visita a su prima; esa fue la última vez que vio a su hija (que apenas contaba con nueve meses de edad).

Íbamos de Sur a Norte por la avenida Lope de Vega y doblamos a la derecha en la antigua avenida San Cristóbal. Casi frente a la Escuela de Artes y Oficios noté el repentino silencio de Homero; miré a mí alrededor y me di cuenta de que estábamos prácticamente rodeados por vehículos de todo tipo, con militares de civil y uniforme fuertemente armados. Había hombres apostados detrás de árboles, rejas y marquesinas. Miré hacia el frente y le dije a Homero las últimas palabras que escucharía de mí: "¡dobla allá adelante, a la derecha!", tratando de que escapáramos por la esquina de la avenida Tiradentes (donde se construía el local del Partido Reformista). Pero en ese mismo momento Homero frenó de golpe y nos chocaron por detrás y por el frente, hacia el lado de mi asiento. Tras apretar con su mano mi rodilla, abrió la puerta y salió del auto diciéndome: "¡No salgas, que te matan!"

Con dificultad salí por mi puerta bloqueada mientras escuchaba ráfagas de fusiles y ametralladoras y corrí por detrás del auto buscando a Homero, pero ya estaba tirado en el suelo, boca abajo; vi su espalda agujereada. Me abalancé en su dirección gritándole histérica a los policías: "¡asesinos, lo mataron, estaba desarmado, asesinos!". No pude tocar su cuerpo; me detuvieron con un par de culatazos en las piernas y sujetaron mis brazos a mi espalda. Yo seguía tratando de llegar a su lado, gritando y forcejeando por soltarme; entonces, a medio metro de su cuerpo exánime, se paró un militar -todavía los otros disparaban al aire como locos-, estiró su brazo derecho, tomó puntería con una pistola “cuarenta y cinco” y disparó el “tiro de gracia” a la cabeza de Homero al tiempo que decía, con voz fuerte y autoritaria, “¡llévenselo!”.

Elsa Peña Nadal, periodista y socióloga, esposa de Homero Hernández Vargas

En ese momento mis piernas no me sostenían y gritaba con más fuerza, hincada en el suelo, mientras el policía, agachado también, me sujetaba fuertemente. Entre dos, levantaron su cuerpo; al voltearlo vi sus ojos abiertos y sin vida. No comprendí cómo pudieron tirarlo y taparlo en el baúl de ese viejo carro azul y partir raudos de allí dejando uno de sus mocasines en el suelo. Mis ojos captaron el horror y la impotencia reflejados en los rostros de los lugareños y transeúntes que, inmóviles, presenciaron la rápida secuencia de ese crimen.

Mientras me arrastraban hacia nuestro carro yo miraba atónita a mí alrededor: a los obreros de la construcción del local del partido oficialista, inmóviles frente al block o la varilla; a la friturera, tenedor en mano; al paletero pálido y azorado; a profesores y estudiantes de la escuela de artesanía, como clavados frente a los balcones. Todos me parecían aterradas figuras de piedra. Fueron segundos en los que el mundo se detuvo ante mi. Sólo parecía tener vida la enorme mancha roja que lentamente se deslizaba hacia la cuneta.

Ya en nuestro auto percibí un fuerte olor a ron. Me sentaron en medio del sargento que disparó a Homero a la cabeza y del otro que me golpeó en las piernas, conduciéndome en acelerada carrera hacia el Palacio de la Policía, cruzando semáforos en rojo, con la mano pegada a la bocina, y evadiendo con fuertes virajes los obstáculos que encontraban en el trayecto...

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Henry Segarra Santos

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(4 de septiembre de 1944 - 25 de julio de 1969)

El ignorado Henry Segarra Santos
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 9 de noviembre de 2014
(Editado por NH)

Juan Bautista Álvarez Espinal (Chino) y Napoleón Bolívar Méndez (Polón) fueron las últimas personas que vieron con vida a Henry Segarra en Santiago. Lo dejaron en el llamado “Puentecito de piedras” de ese pueblo cuando él se dirigía a Dajabón, su último supuesto destino en este mundo, y lo despidieron con las manos tras él abordar una guagüita abarrotada. Chino lo había recogido en la calle Las Carreras, lo llevó a la Plaza Valerio donde le aguardaba Polón en un Volkswagen azul claro propiedad del 14 de Junio y “de ahí lo llevamos a la parada de la Línea. Se montó y nos dijo adiós”.

El dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD) desarrolló una intensa actividad política en aquella ciudad donde vivió más de un año. Allí se encontraba con representantes de partidos de izquierda y dejó entrañables amigos. Virgilio Perdomo, Lorenzo Vargas (El sombrerero) y Herótides Rodríguez, dirigente regional del Partido Comunista Dominicano (PCD), también se reunían con él. Al igual que Chino, Herótides relata sus vivencias revolucionarias junto a Segarra. Henry dormía y almorzaba en sus viviendas. Álvarez residía en la calle Santiago Rodríguez y Herótides en la Pedro M. Hungría 53. Pero la morada de mayor permanencia del líder del MPD era en Las Carreras casi esquina Sánchez, propiedad de Miguel Ángel Medrano (Pepe), del Comité Central del MPD, donde también se hospedaba Rafael Rivera (Riverita).

Henry pernoctaba en casa debido a que mi hermano, Pedro Nereydo Nolasco Rodríguez, era militante del MPD y lo invitaba. Era otro escenario de discusiones. Henry vino a Santiago a desarrollar su partido y a orientar su militancia. En esa época estaban Diómedes Robles y Sotero Vásquez, entre otros dirigentes estudiantiles del MPD. Por nuestro lado estábamos Arsenio Fortuna, Rafael Barinas y yo, que representábamos el movimiento estudiantil influenciado por el PCD”, cuenta Herótides, hoy abogado y funcionario de la Junta Central Electoral.

Juan Bautista agrega que el combatiente fue también a aplicar la consigna “Lo mejor al campo” y a orientar a los estudiantes. Estuvo con él casi a diario como líder de la Unión de Estudiantes Revolucionarios, UER. “Nuestro plan era lanzarnos a la calle. Había un gran fervor revolucionario y Henry tenía una notoriedad muy amplia en cuanto a incorporar estudiantes a la lucha del pueblo contra la represión balaguerista”, significa Chino, quien al igual que Herótides lo conoció en el liceo secundario Ulises Francisco Espaillat. También es abogado. Pero manifiesta que llegó un momento en que “ya la Policía o el servicio secreto tenían ubicados a los liceos y escuelas” y por eso se encontraban en diferentes hogares. Álvarez fue apresado en tres ocasiones, su casa allanada y al final debió emigrar a Salcedo pues le atribuían la muerte de un capitán.

Herótides recuerda las discusiones de esa izquierda. “Era la época del pro chinismo y el pro sovietismo, temas que discutíamos fervientemente en el liceo y en los barrios donde además coordinábamos acciones revolucionarias conjuntas”. Henry, acota Chino Álvarez, “tenía bastante dominio de la política nacional y era muy receptivo en los planteamientos. El 'Pequeño' no era tan beligerante; siempre buscaba una salida en la que todos estuviésemos de acuerdo. Discutíamos mucho; él decía que todas las luchas que habían triunfado surgieron del campo: Vietnam, China, Cuba... Expresaba que el campesinado era más consecuente por su misma naturaleza de clase”. Añade que estaban muy inmersos “en el materialismo histórico y dialéctico. Henry era muy avanzado en cuanto a la teoría revolucionaria y el marxismo”.

Pero como organizaban micro mítines todas las noches, “nos tomaban de sorpresa los cercos policiales; el jefe de la policía era Robinson Brea Garó”, considerado arbitrario, “y llegó un tiempo que pasamos de la semi a la clandestinidad”, reconoce Álvarez. De todos modos “Henry no se exhibía mucho; decía que para preservar la vida había que ser lo más reservado posible”. Lo define “sencillo y siempre sonriente; vestía pantalón caqui y calzaba tenis”. Herótides recuerda “que a uno de sus dientes frontales le faltaba un pedacito”.

Henry dirigió movilizaciones en Los Pepines, La Joya, Pueblo Nuevo... “En Pueblo Nuevo le encontré una vez con Lorenzo Vargas”, comenta Chino. “Su sonrisa en los labios era fundamental; era lo primero que atraía en él”, refiere Juan Bautista, quien agrega que el dirigente no se proyectaba y que “eso contribuyó a que mucha gente no lo recuerde” pese a que todas las semanas se movía por San Francisco de Macorís, Valverde, Bonao, La Vega... “trabajando en la lucha por la tierra. Un día me dijo que debía ir a hacer unos trabajos políticos que le encomendaron y que iba para la Línea Noroeste. Precisamente fue un sábado cuando Polón y yo lo trasladamos”.

No puedo precisar si fue el día anterior o dos días antes de irse a Dajabón que estuve con él, pero sí recuerdo que fue nuestro partido, el PCD, el primero que hizo la denuncia del apresamiento de Henry en Dajabón por las fuerzas bajo el mando del coronel José Demetrio Almonte Mayer, porque nos llegó la información de parte de un compañero de esa zona. Con Henry la juventud dominicana perdió no sólo un gran talento sino también un luchador decidido, de mucho arrojo, de una entrega a su misión de preparar las condiciones para el triunfo de las ideas revolucionarias que defendía”, revela Herótides, y luego dice que “ha sido ignorado en la historia reciente de nuestro país. Pocas son las menciones que se hacen de él y muchos otros.

Chino se enteró por un camarada que a Henry lo habían apresado y lo buscaban en diferentes cárceles “pero nunca se supo nada de él. La versión era que Balaguer lo había mandado a matar; después se dijo que lo agarró la Policía de Dajabón (que dirigía Almonte Mayer)... Sentí la pérdida de un amigo, de una persona sincera, de un compañero de lucha. Con su muerte se perdió una de las pocas esperanzas en lograr la igualdad de este pueblo”, afirma.


Desaparición de Henry Segarra Santos en los doce años de Balaguer
Tomado de Acento. Entrega de Alejandro Paulino Ramos del 18 de noviembre de 2016
(Editado por NH)

Con apenas 25 años de edad, Henry Segarra Santos, conocido dentro del Movimiento Popular Dominicano como “Enrique” y a quien Maximiliano Gómez llamaba “El monstruo proletario”, fue desaparecido para siempre el 25 de julio de 1969 durante el primer cuatrienio de los “Doce años de Balaguer”. De “color indio” y cara ovalada, tenía los ojos y el pelo negros. Hijo del obrero cubano, nacionalizado dominicano, Vicente Segarra Pérez, y de la dominicana Ernestina de los Santos, nació en Santiago de los Caballeros el 4 de septiembre de 1944. Las autoridades lo señalaban como vinculado al MPD desde los 16 años de edad, cuando ese partido de izquierda abrió su local en la avenida José Trujillo Valdez (hoy avenida Duarte), casi esquina avenida Mella, en 1960. Estudió en la “Escuela Peritos Contadores Víctor Estrella Liz” y en el liceo Juan Pablo Duarte. Se le tiene entre los fundadores de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER). Posterior a la Revolución de Abril se inscribió en el “Liceo Ulises Francisco Espaillat”, de Santiago, donde fue apresado. De regreso a la capital, vivió en la calle Benito González.

Siendo dirigente del MPD, partido en que llegó a la condición de miembro del Comité Central, intentó salir del país para viajar hacia Cuba; pero fue apresado en el aeropuerto internacional de Punta Caucedo, junto a otros compañeros, después de abordar un vuelo de la línea Panamerican que lo llevaría hacia Nueva York, el 15 de enero de 1967. Acompañado de Jorge (Jorgito) Puello Soriano y Pedro Cruz Sandoval, se dirigía a Paris, Francia, para desde allí ingresar a Cuba llevando documentos que el MPD enviaba a los partidos comunistas y gobiernos de China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba. Su detención mereció un extenso discurso del presidente Joaquín Balaguer la noche del sábado 4 de febrero de 1967, utilizado para denunciar los planes de los partidos de izquierda, que de acuerdo al gobierno buscaban desestabilizar la paz pública a través de la insurrección armada, con apoyo internacional.

En aquella ocasión, la policía preparó un documento en que se detallaba la vida política de Segarra Santos. Se indicaba que había tenido relaciones con el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), vinculado al grupo de Raúl Cabrera, pero que su actividad política la desarrollaba en el MPD y era miembro de una célula de ese partido en la barriada de Villa Duarte.

Gladys Gutiérrez y el entonces procurador general, Lic. Carlos Rafael Goico Morales, observan las palabras que Henry Segarra legara a su esposa en la pared de una celda de la fortaleza Beller, en Dajabón: "Muero sin ser libre, Gladys; tu sabes por qué muero. Esto es para hombres. Donde hay lucha, hay sacrificio"

Herido el 12 de julio de 1965, durante la guerra de Abril, portaba documentación falsificada a nombre de un tal Luis Adolfo de los Santos, con la que se movilizaba por todo el país. En julio de 1966 fue apresado mientras distribuía propaganda política del MPD. La policía lo acusaba de ser el responsable de la muerte de dos soldados norteamericanos miembros de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), dentro del local de la “Lavandería Presidente”.

A principios de septiembre de 1968 estuvo preso en la ciudad de La Vega, acusado de posesión de armas de guerra, en un expediente en el que también figuraban Otto Morales y Maximiliano Gómez (El Moreno). Luego de ser liberado, tras cumplir la pena de tres meses a que fue condenado por un tribunal de La Vega, se integró a las actividades políticas clandestinas de su partido. Se trasladó desde Santiago hasta la comunidad de Dajabón para dar seguimiento a los trabajos que se venían desarrollando en la zona, de resistencia contra la política represiva del régimen de Balaguer, siendo detectado y apresado por las autoridades de la localidad. De acuerdo al periodista Antonio Espinal, del periódico El Nacional, Segarra Santos fue detenido por “individuos vestidos de militares”, siendo el comandante de la dotación del Ejercito el coronel José Demetrio Almonte Mayer.

Gladys Gutiérrez, con quien Segarra había procreado un hijo, denunció el 2 de agosto que su esposo había sido detenido en la ciudad fronteriza. Un día después, el 3 de agosto, el MPD dijo a la prensa que a su dirigente lo apresaron en la referida localidad, pero que desde allí fue trasladado al Palacio de la Policía Nacional, de donde fue desaparecido para siempre. La noticia de la suerte corrida por Segarra Santos y el precedente de la desaparición del doctor Guido Gil, alarmó la opinión pública que presionó para que el gobierno esclareciera el hecho, obligando a que se iniciara una investigación con el fin de dar con su paradero... La policía llegó a decir que el emepedeísta había cruzado la frontera y que desde Haití se trasladó a la isla de Cuba, lo que fue desmentido por sus familiares y compañeros.

El gobierno designó una comisión encabezada por Rafael Goico Morales, quien era el Procurador General de la República, la que se trasladó a Dajabón para indagar lo ocurrido. Junto a la comisión también viajó la señora Gladys Gutiérrez, quien encontró una frase escrita en la pared de una celda de la cárcel del Ejercito, en que se podía leer: “Muero sin ser libre, Gladys, tu sabes por qué muero. Esto es para hombres. Donde hay lucha, hay sacrificio”. La comisión interrogó a varios de los detenidos en la referida cárcel y en las celdas del Palacio de la Policía. Algunos afirmaron que habían visto al dirigente comunista. Uno de ellos, Manuel de Jesús Nin, que era militante del MPD de la ciudad de Barahona, aseguró que vio a Henry en una celda del Servicio Secreto, en el palacio policial, de donde lo sacaron para llevarlo a la cárcel de La Victoria. Meses después este testigo fue baleado por desconocidos mientras se encontraba en su casa en la ciudad de Barahona.

Otro de los investigados, Luis Radhamés Pérez Medina, atestiguó que él estuvo preso junto a Henry en la ciudad de Dajabón y que fue él quien prestó el lápiz con el que el izquierdista escribió el letrero encontrado por su esposa. También dijo haberlo visto Ramón Antonio Torres, conocido como Víctor Mature. Las pesquisas fueron hechas por el doctor Víctor C. Lemoine, fiscal de Dajabón, quien por instrucción del Procurador de la República interrogó a varios militares, pero no hubo forma creíble de llegar a la verdad sobre lo ocurrido. En cuanto a la investigación realizada por la Policía y por las Fuerzas Armadas, estas tampoco dieron resultados: El 23 de agosto el jefe de las Fuerzas Armadas se dirigió al comandante de la Tercera Brigada de San Juan de la Maguana, pidiéndole investigar “personalmente sobre lo que hay de cierto en los rumores dados a conocer por medio del periódico El Caribe de hoy, en su página tercera, de que existe un hombre encerrado en una de las cerdas solitarias de la Fortaleza Jimaní quien se presume sea dirigente comunista Henry Segarra Santos, el cual será enviado a Haití para que sea eliminado” .

Dos días después el alto oficial respondió que se trasladó “a la ciudad de Jimaní, donde acompañado del oficial Julio Máximo Ramón Solano Hernández y de otros oficiales del Ejército Nacional (procedió, NH) a inspeccionar la celda solitaria de la cárcel pública de allí, no habiendo encontrado ni al dirigente comunista Henry Segarra Santos ni a ningún otro recluso”. La situación de indefinición a que llegó el caso del dirigente del MPD produjo movilizaciones estudiantiles en varios puntos del país y el permanente reclamo de que el dirigente comunista apareciera con vida...

Posteriormente, el Poder Ejecutivo tomó la decisión de nombrar al general Rafael Guillermo Guzmán Acosta como jefe de la Policía (en sustitución del general Joaquín A. Méndez Lara, el día 27 de septiembre). El nuevo jefe policial declaró a la prensa que él estaba seriamente comprometido con esclarecer la desaparición de Henry Segarra, y que pondría especial énfasis en el deseo de demostrarle a la señora de Segarra que el desaparecido dirigente comunista “no estaba ni ha estado” en la Policía.

Con el tiempo, la desaparición de Henry Segarra fue quedando en el olvido, mientras nuevos jóvenes perdían la vida o eran igualmente desaparecidos por grupos paramilitares, quedando él como símbolo de la práctica criminal y antidemocrática de desaparecer las personas por sus actividades oposicionistas. Sin embargo, Gladys Gutiérrez no cedió en sus reclamos exigiendo que apareciera su esposo, por lo que tuvo que sufrir cárcel y la deportación del país, condenada a vivir en el exilio junto a su hijo Flavio Enrique. Todavía, el 2 de diciembre de 1972, la prensa trajo la noticia de que el presidente Balaguer le había solicitado que aceptara un cargo diplomático en el exterior como una forma de sacarla del país, lo que fue rechazado por ella (que seguía la lucha y presidía el Comité de Familiares de los Muertos, Presos y Desaparecidos).

Gladys Gutiérrez falleció el 18 de junio del 2015, pero el cadáver de Henry Segarra nunca apareció para que se le pudiera dar cristiana sepultura. La misteriosa muerte del izquierdista quedó suspendida en la conciencia de los dominicanos, aunque el índice acusador de la historia pareció señalar al gobierno del doctor Joaquín Balaguer como el único responsable de su lamentable muerte.


Segarra, otra víctima de los 12 Años
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 12 de octubre de 2014
(Editado por NH)

Henry, con Flavio Enrique, único hijo que tuvo con Gladys Gutiérrez (su esposa)

Fue uno de los políticos más fustigados durante los tenebrosos 12 Años de Balaguer. Su breve paso por este mundo estuvo marcado por la persecución, la cárcel y las torturas hasta que lo asesinaron y desaparecieron. Contaba 27 años cuando una madrugada introdujeron su cadáver en un saco lleno de piedras y lo lanzaron a las accidentadas aguas de la bahía de Manzanillo, según supo después su viuda, Gladys Gutiérrez, quien vivió con él menos de dos años de matrimonio. Solo meses pasó el revolucionario junto al hijo que tanto anhelaba.

Henry Segarra Santos fue héroe, mártir, un gran estudioso y afanado guerrero que sintió desde niño las carencias y desigualdades sociales y económicas de su pueblo y se dedicó a combatirlas. Siendo adolescente se acercaba desde su casa de la Benito González esquina Duarte a escuchar los discursos de los líderes del Movimiento Popular Dominicano en la época en que salió de la clandestinidad acogido a una falsa apertura de Trujillo. Las denuncias de los crímenes y arbitrariedades de la tiranía despertaron en él ideales de justicia. “Estaba ahí cuando ametrallaron el local y los mayores se quedaban admirados de su valentía”, comenta Gladys, quien afirma que en ese escenario el muchacho deslumbró a los presentes al pronunciar una cita de José Ingenieros.

La viuda conoce al ser humano, al esposo fiel que debía ver viajando a los escondites del interior donde lo ocultaban amigos y compañeros del partido aunque sabe de sus actuaciones en el 14 de Junio, la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) y el Movimiento Popular Dominicano, donde concluyó su militancia tras el cruel homicidio. De sus otras facetas hablan con detalles camaradas que trabajaron con él en ciudades y campos, que compartieron las aulas secundarias y universitarias y empuñaron a su lado el fusil durante la guerra de 1965.

Henry llegó a ser figura importante en el Comité Central de la organización donde se perfiló “fogoso, entregado, leal, entusiasta. Tenía como lema que primero el partido y la revolución y después la escuela”, comenta Melvin Mañón...

Gladys casó con Henry en diciembre de 1967 en una discreta ceremonia en la residencia de Olga Cedeño, en la calle Cambronal. Fueron padrinos Edgar Erickson y Milagros Malespín, y de testigos tuvieron a la propia Olga, a Moisés Blanco Genao y Maximiliano Gómez. Carolina Bosch, hija del expresidente Juan Bosch, confeccionó el bizcocho. “Pero fue una vida muy tortuosa, Henry fue sometido a una persecución tenaz. Era encargado de la zona norte y se escondía en Santiago en las casas de Juan José Ayuso, Yaqui Núñez del Risco, la familia de Onelio Espaillat, entre otras”. La dama, que lo apoyaba en sus luchas porque ella era también del 1J4 y del MPD y tuvo sentimientos antitrujillistas, debía disfrazarse para esos encuentros furtivos.

Aunque se vieron por primera vez en el barrio María Auxiliadora, donde Henry vivía con una tía, Gladys tenía referencias del joven porque cuando su primer esposo, Luperón Flores, salía para el trabajo ocultaba en la vivienda a Otto Morales, Moisés Blanco, Roberto Santana, Maximiliano Gómez, Fafa Taveras, Edgar Erickson, Julio de Peña Valdez... Balaguer acusaba a Flores, funcionario de su régimen, de estar casado con una comunista y lo conminaba a que se separaran, lo que ocurrió en 1966, año en que se convirtió en la primera cancelada de Telecomunicaciones. “Me declararon agente del comunismo internacional”. “Me sentí libre porque sé que lo lesionaba” ya que tenían actitudes políticas contrarias. Después conoció a Henry Segarra en la José Gabriel García 64. Reconoce que entonces sus conocimientos de socialismo eran escasos; le pidió orientación y en estas enseñanzas se encendió entre ellos la chispa del amor.

Gladys Gutiérrez (fallecida), esposa y compañera de lucha de Henry Segarra

En la entrevista con Gladys estuvieron su nieto Jovanny Nina y Flavio Enrique, el único hijo que concibió con Henry, quien exhibe un carácter aguerrido y enérgico. Madre e hijo padecieron lo indecible tras el asesinato de Segarra Santos; sufrieron las desventuras del destierro y el acoso balaguerista mientras estuvieron en el país. A Flavio Enrique, amenazado y perseguido siendo niño, debieron enviarlo a Estados Unidos, donde vivió con su abuela paterna y luego con su tío Luis Segarra hasta los 16 años. Todavía reside allí. En 1996 lo invitaron a regresar a su tierra pero se negó "por la alianza del PLD con el hombre que mandó a matar a su padre". “Los 10 años que viví aquí yo tenía el pensamiento de cómo asesinar a Balaguer... Yo era muy niño pero quería venganza; Balaguer era un dictador al que había que sacar del medio”, exclama. Vivieron en Francia, donde Gladys tuvo que trabajar en casas de familia; fue también vendedora en una tienda de equipos deportivos.

Cuando se produjo la división del 14 de Junio pasó al MPD. “Henry nos daba cursos de política y recomendaba las tesis de Mao, Engels, Lenin; la filosofía de Pulitzer; La madre, de Máximo Gorki; Los diez días que estremecieron al mundo, de John Reed*; Las tres tesis filosóficas, de Mao Tse-Tung”, rememora.
*[La edición norteamericana contiene el siguiente prefacio de Lenin:

"Después de haber leído, con inmenso interés e inalterable atención hasta el fin, el libro de John Reed, DIEZ DÍAS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO, desde el fondo de mi corazón lo recomiendo a los obreros de todos los países. Quisiera que este libro fuese distribuido por millones de ejemplares y traducido a todas las lenguas, ya que ofrece un cuadro exacto y extraordinariamente útil de acontecimientos que tan grande importancia tienen para comprender lo que es la revolución proletaria, lo que es la dictadura del proletariado. Estas cuestiones son hoy objeto de discusión general; pero, antes de aceptar o rechazar las ideas que encarnan, es indispensable comprender toda la significación del partido que con relación a ellas se tome. El libro de John Reed, sin duda alguna, ayudará a esclarecer este fundamental problema del movimiento obrero universal". (NH)].
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Guido Gil Díaz

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(12 de junio de 1935 - 17 de enero de 1967)

Guido Gil Díaz, víctima de los 12 años
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 7 de septiembre de 2014
(Editado por NH)

Desde que Guido Gil Díaz llevó a Manolo Tavárez Justo a pronunciar un discurso en Radio Caribe, donde compartía el trabajo de prensa con Gregorio García Castro, comenzó una persecución en su contra que se extendió hasta el Gobierno de Balaguer (en el que lo asesinaron porque el inquieto revolucionario había intensificado su lucha por los obreros no sólo en aparentes periodos de paz sino en la guerra). Representantes de intereses norteamericanos en el país y los militares balagueristas más arbitrarios lo tenían en mira.

García Castro y Gil Díaz no sólo fueron colegas y amigos. La madre de Guido y el padre de Goyito eran primos. Por esa razón García Castro abofeteó en la Secretaría de Agricultura a un compañero que se alegró de la desaparición de Guido. Años más tarde, García Castro sería también asesinado en los abusivos 12 años. Cuando Tavárez Justo habló en la emisora, destituyeron a los primos.

"Guido comenzó a perfeccionar y ampliar su obra sobre Gregorio Luperón, 'Orígenes e ideario de la guerra restauradora', con la que había participado en un concurso organizado por la Academia Dominicana de la Historia y patrocinado por el presidente Juan Bosch. La publicó en 1964. Otros libros suyos quedaron inéditos", revelaron Gustavo y Orlando Sánchez Díaz.

En 1964 Gil Díaz ideó aplicar en el Central Romana el llamado “paso de la jicotea”* que implicaba trabajar más despacio “y no podían declararlo como ilegal”, observa Melvin Mañón, camarada de Guido en el 14 de Junio. Dice que este creó y fundamentó la táctica pero los hermanos Sánchez cuentan que se había aplicado antes. El procedimiento representó “una gran pérdida económica y obligó a los patronos a negociar el pacto colectivo”, significan Gustavo y Orlando. Agregan que ese mismo año Guido dirigió la famosa huelga que se conoció como “Jornada 2 de Mayo”. “Fue un levantamiento popular contra el triunvirato”, explican.

Posteriormente, señalan, organizó el congreso de Poasi. Ya era parte del buró obrero del 14 de Junio junto con Vladimir Blanco, Julio de Peña Valdez, Junior López, Guayubín González Espinosa y otros. En esa agrupación su principal contacto era Darío Solano, con quien Guido compartió la lucha política hasta que este se asiló en la embajada de Argentina.

Frente al estallido revolucionario del 24 de abril de 1965 Guido aconsejó a los Sánchez “esperar órdenes”, pero dos días después el 14 de Junio distribuyó sus cuadros y a Guido le correspondió situarse en el comando de la calle Santomé frente al Mercado Modelo en unión de Juan B. Mejía, González Espinosa, De Peña Valdez y otros. Su responsabilidad, declaran Gustavo y Orlando, era “coordinar los movimientos bélicos y redactar los comunicados”. “Ahí funcionó el Buró Obrero del 1J4”, destacan, y expresan que su pariente tenía grandes simpatías por esta clase “explotada” y “mucha sensibilidad social”. Resaltan sus condiciones de líder al que respetaban y querían.

Ya era marxista. Recuerdo que compré las obras completas de Mao y él se quedó con ellas; él y Darío Solano se complementaban mucho. Después estrechó relaciones con Fafa Taveras de quien fue inseparable”, narra Gustavo. Muchos de los trabajos que redactó Guido durante y después de la guerra eran impresos “en la casa de Bienvenido Castillo, en Cristo Rey”. En 1966 fue su viaje a Cuba representando al 14 de Junio en la Conferencia Tricontinental. Cayetano Rodríguez del Prado, Asdrúbal Domínguez y Euclides Gutiérrez asistieron por el MPD, el PSP y el Movimiento 24 de Abril, respectivamente. A su regreso encontró la lucha interna del partido. Guido se fue del lado de los denominados “transformistas” que consideraban que la agrupación debía ser un partido obrero mientras que los “'anti transformistas' negaban eso; planteaban que debía seguir con su línea de liberación nacional representando los sectores medios, la pequeña burguesía...”, expresan.

Guido pasó a formar parte del Movimiento Popular Dominicano, al igual que Juan B. Mejía, Amín Abel Hasbún, Fafa Taveras, Cocuyo Báez, Gustavo y Orlando Sánchez Díaz, Héctor Ortiz, Julio de Peña... y continuó sus responsabilidades en el Central, pasando mucho tiempo en la ciudad de La Romana. “Tadeo Guerrero lo apresó, lo llevó al cuartel de la Policía, lo exhibió para que los demás agentes lo identificaran, lo soltó y Guido se dirigió a San Pedro de Macorís. Al otro día salió para Santo Domingo y nunca llegó”, comunican Orlando y Gustavo. El coronel Simón Tadeo Guerrero, luego general, era el jefe del departamento policial de La Romana; desde el 17 de enero de 1967 hasta el presente, se le ha vinculado a la muerte de Guido Gil.

Saliendo de Macorís fue sacado del carro público en el que se dirigía a la Capital. Los Sánchez declaran que “el gerente general del Central Romana ordenó su muerte en represalia pues Guido se había convertido en una piedrecita en su zapato”. Según sus investigaciones “a Guido Gil lo mató el propio Tadeo, a palos”, dicen, y añaden que recibieron el dato, además de que lo sepultaron “en unos potreros de los Vicini”, aunque para ellos, el cadáver fue lanzado al mar.

Balaguer, cuentan, nombró una comisión encabezada por el vicepresidente Carlos Rafael Goico Morales. “Investigaron al chofer y a los pasajeros y al mostrarles una foto del desaparecido afirmaron que viajaron con él y que lo bajaron en un destacamento a la salida de Macorís”. Añaden que también fue investigado Carlos Morales Troncoso, entonces alto ejecutivo del Central. Además, el conductor del vehículo aseguró a un compañero del MPD: “El señor que tú mandaste lo apearon ahí”, señalando el sitio declarado por los demás viajeros.

Más de 100 periodistas firmaron un documento pidiendo esclarecer el destino de su colega y el MPD hacía igual reclamo en otros sucesivos y señalaba a los responsables. La vivienda de los Díaz fue allanada y la Policía se llevó una maleta de Guido con documentos y objetos personales. Gustavo fue hecho preso. “Mamá y tía Kaistila fueron donde Balaguer, el único responsable de esta muerte”, a pedir explicaciones y el gobernante, en el más depurado estilo trujillista, les contestó que tenía informes de sus servicios de inteligencia de que Guido había enviado una carta desde fuera, que había salido del país. La madre de los Sánchez, una revolucionaria que en 1946 había militado en la Juventud Democrática contra Trujillo “se paró del asiento y le dijo a mi tía: 'Kaistila, vámonos de aquí'”.
Nota de NH: Para la desaparición de Guido Gil contábamos 13 años de edad. Nuestro padre, Nemen Hazim Medina, como Inspector General de Trabajo, fue el mediador entre el Sindicato Unido, representado por Guido Gil, y la administración del Central Romana. Él nos llevaba a La Romana, El Seibo, Hato Mayor, Higüey...; recordamos, en uno de esos viajes, haber conocido al Dr. Guido Gil, al que fuimos presentados por nuestro padre y de quien evocamos las muchas veces que nos habló acerca de su capacidad, entereza y determinación. Fueron varias las ocasiones en que nos manifestó la buena relación que ambos establecieron, aún dentro de un ambiente tenso y crucial, de mucha responsabilidad. La dirección del Central Romana, concluidas las negociaciones, le ofreció a nuestro padre un cheque en blanco para que incluyera la cantidad que apeteciera (de seis dígitos, la que fuera). Hacerle ofrecimientos por hacer su trabajo, aún de cientos de miles de pesos, cuando el peso estaba a la par con el dólar, era ofenderlo. Tanta fue la insistencia que al final optó por pedirle a la administración que le consiguiera un puesto a un hermano que no estaba laborando. Nuestro padre murió el 28 de abril de 2014, y, si no hubiese sido por sus hijos, la muerte por inanición lo hubiera consumido. La pensión que recibía del Estado era de 5 mil pesos y cuando se jubiló lo hizo con el cargo de Subsecretario de Estado de Trabajo. Sirva esta nota para honrar su memoria, y con ella su integridad, compromiso y honestidad en el desempeño de sus funciones, caso único que debería servir de ejemplo para los que hoy depredan al Estado y se retiran con lujosas pensiones.
El puente Guido Gil
Tomado del Listín Diario. Entrega de Tony Raful del 9 de marzo de 2010
(Editado por NH)

Guido Gil, abogado; asesor legal del Sindicato Unido de La Romana y dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD), desaparecido en el primer período de gobierno de Joaquín Balaguer

Un hombre se muere y se muere definitivamente; no hay formas ni maneras de retener su partida. Se muere para siempre como todos los muertos de la tierra. Cuando muere, su vida que termina queda anclada en los referentes sociales culturales y políticos del tiempo que vivió. Cuando resucite en la parusía cristiana, lo hará con la memoria del tiempo agotado, de su recorrido vital, volverá con las últimas noticias del último día que vivió, porque nuestro pasado es su presente, al desaparecer todo vínculo de percepción y racionalidad con el proceso informativo del futuro, que es pasado de los que vivieron su muerte.

Su agonía o su amor serán suscribientes del contexto que abandonaron. Un soldado caído en los combates de la Segunda Guerra Mundial, volverá a la vida con el impulso de sus últimos segundos, con el torrente de las ideas que prevalecieron, con su versión del deber, sus imágenes serán las del enemigo, Hitler o Churchill, Mussolini o Stalin, dependiendo de que lado estuviera. Un amante apasionado hasta la locura, hasta su nivel más alto (porque todo amor es locura o no es) volverá con su alteración de conciencia y bifurcación de planos mentales, a reponer sus celos y posesiones sicológicas.

Nadie puede regresar de la muerte sin la última mochila de recuerdos que llevaba consigo cuando murió, prescindiendo del mundo que dejó, porque si retorna sin memoria, no es él, es apenas sustancia, plasma, magma, efluvio tan similar a una ternura de plantas o al feudo de los elementos, cáscara cósmica sin atributos humanos. Alejo Carpentier, ese gigante de la narrativa contemporánea, escribió en su novela “El reino de este mundo” que el hombre sólo puede alcanzar su máxima grandeza, su más alta medida en el reino de este mundo, hablando del hombre como expresión concreta de un tiempo histórico. La discusión es infinita, somos o no somos memoria. En la brevedad social de la existencia memoria y pasado se fusionan y ambos se extinguen. Sólo nos queda la idea filosófica de Nietzsche y la conceptualización del “eterno retorno”, pero su noción es ciega, no tiene credo.

Cuando el doctor Guido Gil desapareció el 17 de enero de 1967, su memoria final atestiguó el móvil del crimen. Lo desaparecían porque siendo abogado de los trabajadores de una empresa azucarera ideó “el paso de la jicotea”, una mortal forma de resistencia que no podía ser atenazada y que consistía no en hacer paros o movimientos huelguísticos, sino en trabajar a desgano, disminuyendo la fuerza productiva sin abandonar su oficio o responsabilidad laboral. Cuando se contabilizaron las pérdidas, la producción había mermado en casi un 40%. Cuando se indagó se determinó que Guido Gil había instruido a los trabajadores, para que pusieran en práctica “el paso de la jicotea” para debilitar la empresa y presionar nuevos contratos colectivos de trabajo beneficiosos para la clase obrera.

Guido Gil había escrito un ensayo, tres años antes de su desaparición, sobre la guerra restauradora que nos liberó de la opresión colonial española en el siglo XIX, donde sostenía el criterio de que esa guerra era la única expresión de guerra de masas que había tenido el país, o sea, que la Restauración de la República era el único movimiento armado de lucha social y patriótica en el que la gran masa del pueblo dominicano representada por el campesinado, había participado en la lucha por su libertad.

Durante los días de la guerra de abril de 1965, probablemente a finales del mes de mayo, escribió un folleto donde sostenía el criterio de que los dominicanos estábamos construyendo una versión de la “Comuna de Paris” con la modalidad de resistencia de la zona constitucionalista y la integración de fuerzas y sectores progresistas en la lucha por reivindicaciones sociales y demandas democráticas. Este folleto no ha podido ser recuperado y parece haberse perdido en el trafago de aquellos días.

Guido era un intelectual de izquierda, periodista y abogado de prestigio en la pequeña sociedad dominicana de entonces. Fue apresado cuando regresaba a Santo Domingo de La Romana donde había sido detenido por algunas horas, luego de haberse quedado en San Pedro de Macorís el 16 de enero y haber tomado un carro del transporte público el día 17. Fue detenido en el puesto policial que existía al cruzar el puente sobre el río Higuamo al ser requisado el vehículo. Un sargento preguntó quién era Guido Gil, y él respondió de inmediato: estaba sentado en el medio entre dos pasajeros, en la parte de atrás.

Jamás se supo de él y se formaron varias comisiones de investigación para establecer su paradero debido al insistente rumor público que identificaba la causa de su secuestro... Murió por sus ideas y en pleno combate por los derechos de los trabajadores.

Al ponerle el nombre de Guido Gil al nuevo puente sobre el río Soco, próximo al Higuamo, se rinde homenaje a este dominicano olvidado y sería una mezquindad no reconocer en este homenaje una admisión de su memoria, de su último día, de sus últimas ideas, del mundo injusto y los instante en que moría y de los rostros impúdicos de sus verdugos.


¿Tomó Guido Gil en serio las amenazas en su contra?
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 14 de septiembre de 2014
(Editado por NH)

María Kaistila Díaz, madre de Guido Gil, el día de su investidura

Quizás Guido ni el partido entendieron el alcance de esa multinacional (Gulf and Western, NH) y del Gobierno de Balaguer, que era su gendarme. Guido ni siquiera tomó en cuenta que cuando lo apresaron, 15 días antes de que lo asesinaran, el Macabón de La Romana le dio 24 horas para que abandonara el pueblo. No captó que le habían tendido una trampa, no se tomó en serio la advertencia. Por su sencillez no quiso comprender lo que representaba como político y se fue solo a San Pedro de Macorís. El 17 lo atrapan, lo matan y desaparecen.

Ángel Peña Santos (Negro), uno de los líderes sindicales más combativos del Movimiento Popular Dominicano, hace las aseveraciones y revela nuevos detalles de la detención y el homicidio de ese camarada que conoció en la Revolución de Abril y con el que compartió trascendentes jornadas de lucha. A los de él se agregan testimonios de Melvin Mañón, compañero y amigo entrañable de Guido, al que la dirigencia emepedeísta designó para que lo buscara y trajera a Santo Domingo el día del crimen, y el relato de Carlos Faure Aybar, quien perteneció a los Comandos de la Resistencia en San Pedro de Macorís, sobre la afirmación de que el cadáver del revolucionario fue enterrado en potreros de los Vicini.

Sus narraciones se produjeron en reacción a los reportajes publicados en HOY sobre el escritor y abogado cuyo nombre llevan tres calles de Santo Domingo y el puente sobre el río Soco. Como miembro destacado del movimiento obrero, Negro Peña tuvo acceso a las investigaciones que este sector del MPD realizó sobre el suceso. Asegura que Gil Díaz fue asesinado en la cárcel de La Romana “en un festín de todos los militares criminales balagueristas, dirigidos por Tadeo Guerrero golpeándolo a palos y lo celebraron la Gulf and Western, el Gobierno y el sector militar porque se quitaron de encima un tormento”. Dice que Carlos Morales Troncoso, ejecutivo del central, “fue a ver a Guido a la cárcel, por eso lo estaban investigando. No sabemos cuál fue su participación pero el partido pudo creer que la tuvo”. Agrega que “lo interrogaron en los altos de la tienda El Palacio, en el Conde con 19 de Marzo” y que “según informes que recibió el MPD, Morales Troncoso quiso agredir físicamente a Guido, esposado en la celda, y Guido lo escupió”. Carlos Rafael Goico Morales, Procurador General de la República, presidía la comisión investigadora.

En el vehículo en que viajaba Guido “venía Juan Ernesto Silfa, de la Confederación Autónoma Sindical Clasista; también uno de los policías que lo apresó llamado Baldemiro Pérez Segura (Mirito) y la madre de Ramón Ramírez (un compañero de Fasaco), que tuvo que salir para que sacaran a Guido del carro”. El chofer, añade Negro, “era Faustino Acevedo”. Revela que “a César Corniel, coronel de la policía, el pueblo y el partido le reclamaron por el apresamiento de Guido y él negó haber tenido participación. Él estaba en su zona, era comandante de la plaza de San Pedro de Macorís. Julio Mota, sociólogo, era dirigente del MPD en Macorís y estaba preso cuando llevaron a Guido, lo que significa que Corniel tuvo que ver con la detención”, afirma.

Faure, nacido y criado en el ingenio Cristóbal Colón, duda que Guido fuera sepultado en la margen norte del Higuamo conocida como Coloncito, donde está la división de ganadería de los Vicini. “A esa hora de la mañana hay mucho tráfico de vehículos al borde de la carretera, y, en los potreros, animales sueltos, mayordomos, encargados... Las condiciones del terreno, además, no se prestaban para un enterramiento”. Negro reitera: “¡No pudo ser! A Guido lo mataron en el cuartel de La Romana. Después Tadeo arreció la persecución y dirigió la más agresiva represión contra los sectores políticos y obreros”.

Peña Santos (Negro) fue hombre de confianza de Maximiliano Gómez y luchó junto a Fafa Taveras, Julio de Peña Valdez, Cocuyo Báez, Otto Morales, Miguel Ángel Muñiz Arias, Carlos Tomás Fernández, Alexis Licairac, Henry Segarra y otros. Perteneció primero al 14 de Junio y libró grandes luchas contra los remanentes del trujillato en la Fábrica de Sacos y Cordelería y en la Textil Los Minas. Organizador de varias huelgas históricas, participó en la Guerra de Abril. Fue encarcelado y perseguido hasta que pasó a la clandestinidad. Recorrió el país formando cuadros políticos y asumiendo “la reivindicación del campesino”. Con Guido Gil estuvo en diferentes asambleas en La Romana y Santo Domingo. En 1967 viajó a la República Popular China a entrenamientos militares y políticos. Trabajó en Ganadería, en el Programa de Fiebre Porcina Africana y en la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo como asistente de Guido Gómez Mazara. Se explaya explicando el famoso paso de la jicotea aplicado por Gil Díaz. “Decía que ahí no se podía hacer huelga sino darle un golpe a la economía del Central”.

Yo fui muy, pero muy amigo de Guido, y ambos organizamos huelgas y manifestaciones importantes en La Romana. El día que reportaron que iba a ser liberado fui junto a Hilda Gautreaux a buscarlo. Íbamos a mil por hora en un Fiat 600 propiedad del difunto Luis Pérez Espaillat”, narra Melvin Mañón, ex del MPD. Agrega que cuando llegaron a La Romana “nunca lo encontramos. Cada vez que íbamos a un sitio ya había salido. Puedo asegurar, y el solo recuerdo me estremece, que acaso por una media hora Guido se movía delante de nosotros, y así, esa ventaja fatal, permitió que lo secuestraran sin haber podido alcanzarlo”. “Si él solamente hubiera esperado a que llegáramos y no se hubiera ido solo, por lo menos ese día no lo hubieran asesinado”, declara. Afirma que Guido explicaba por qué los ingenios preferían a los haitianos para cortar la caña. “No tenía nada que ver con raza ni forma de pago sino con el hecho de que al primer aguacero los cortadores dominicanos soltaban la caña y se iban al conuco. Eso desestabilizaba el corte y la producción. A los haitianos, como no tenían tierra ni conuco, no les importaba si llovía o no. La autoría de esta tesis fue de Guido Gil, quien era realmente brillante”.

Mañón conoció a Guido cuando el MPD lo envió como jefe regional del este con base en Macorís. Entre ellos surgió “una química perfecta”. “A diferencia de la mayoría de los dirigentes de izquierda, era un hombre culto...”. Significa que el paso de la jicotea nació en La Romana “y no puedo asociarlo con más nadie que con Guido, un sociólogo natural; tenía la vena de José Ramón López y Pedro Francisco Bonó, dos grandes desconocidos de nuestro ignorante pueblo y de nuestra intelectualidad”.


Crónicas de los Doce Años: A 50 años del secuestro y desaparición de Guido Gil Díaz se espera esclarecimiento
Tomado de Acento. Entrega de Alejandro Paulino Ramos del 21 de marzo de 2016
(Editado por NH)

La ola de arrestos y asesinatos de los constitucionalistas se inició inmediatamente finalizó el conflicto armado de abril de 1965 y no concluyó hasta 1978. Desde la firma del acuerdo de paz, pasando por el período de gobierno provisional del doctor Héctor García Godoy, las elecciones del primero de junio de 1966 hasta el triunfo de Partido Revolucionario Dominicano que puso fin a los Doce Años, esa fue la constante: muertes, exilio, presos políticos, desapariciones forzosas, allanamientos, impedimentos de entrada y la violencia generalizada contra “los enemigos del gobierno”.

Así premiaba Balaguer a sus carniceros: momento en que el comandante policial de La Romana, Simón Tadeo Guerrero, es ascendido a Teniente Coronel

El régimen del doctor Joaquín Balaguer, quien resultó electo en las elecciones nacionales celebradas con el país ocupado por 40,000 soldados norteamericanos y con la familia dominicana dividida entre constitucionalistas y anti constitucionalistas, apuntaba hacía la continuación de la confrontación de los dos sectores. Los altos mandos militares y los soldados que acompañaron al coronel Caamaño en el movimiento constitucionalista salieron del país en un negociado exilio durante el gobierno de Héctor García Godoy, pero gran parte de la oficialidad que se opuso a la revolución y a Juan Bosch siguió dirigiendo las Fuerzas Armadas, mientras que los civiles combatientes de “Ciudad Nueva” se inmovilizaban en sus barrios y pueblos bajo el acoso vigilante de las autoridades policiales y militares.

La gobernabilidad instaurada a partir del primero de julio de 1966 con el doctor Balaguer como gobernante descansó en el poder de las bayonetas y asesoramiento directo de los Estados Unidos... Temprano, iniciado el nuevo régimen, los opositores comenzaron a ser asesinados en las calles. Para el propósito de exterminio, que obedeció a política de Estado, se organizaron desde el gobierno estructuras paramilitares entre las que sobresalieron “La Mano”, “La Sábana”, “Los Incontrolables”, “La Banda Colorá”, y el Servicio Secreto de la Policía que operaba como mecanismo oficial de vigilancia y persecución de los sectores opositores, con un alto nivel de violencia que puso fin a las vidas de muchos dominicanos, siendo los casos más sonados las muertes de Henry Segarra Santos, Otto Morales y Amín Abel Hasbún, y asesinatos de los periodistas Orlando Martínez, Gregorio García Castro y Guido Gil Díaz; este último considerado el primer opositor desaparecido bajo responsabilidad del doctor Balaguer.

Guido Gil Díaz, quien además de periodista fue abogado, graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, militó de manera destacada en el Movimiento Popular Dominicano (MPD). Oriundo de Moca, donde nació el 12 de junio de 1935, trabajó como reportero de los periódicos “La Nación” y “El Caribe”. En su relación con la izquierda fue redactor del periódico del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y asesor del Sindicato Unido del Central Romana, además de miembro del Buró Sindical del 14 de Junio y muy vinculado a la organización sindical Foupsa-Cesitrado.

Con tan solo 31 años de edad y una promisoria carrera profesional e intelectual en la que comenzaba a perfilarse como historiador, que había publicado “Orígenes y proyecciones de la revolución restauradora”, fue secuestrado y posteriormente desaparecido. Con este hecho dio inicio a la “moda” de las desapariciones que fueron normas del régimen autoritario. Al momento de su misterioso apresamiento Guido Gil era asesor laboral del entonces poderoso Sindicato Unido de Trabajadores del Central Romana que activaba en esa empresa, para entonces propiedad de la transnacional Gulf and Western.

Las actividades de Gil Díaz en torno a la lucha sindical eran vistas con desagrado por las autoridades dominicanas y tenidas como amenazas para el principal sector de la economía dominicana, que descansaba en la producción azucarera, por lo que buscaron detener su incidencia en el movimiento obrero. Julio de Peña Valdez, Secretario General de la Central General de Trabajadores y compañero del periodista Guido Gil Díaz, se refirió a su muerte diciendo: “No hay dudas de que la primera medida que se tomó para lograr tan reaccionario propósito fue la desaparición de Guido Gil”, pues el abogado había orientado a los obreros y aplicado un método de lucha que se conoció en el ámbito del sindicalismo dominicano como “el paso de la jicotea”, que facilitó en 1966 la firma de un exitoso acuerdo de trabajo a favor de obreros cañeros de la región oriental.

Detenido en la ciudad de La Romana cuando viajaba hacia la Capital, fue posteriormente libertado, para ser nuevamente apresado y desparecido. La información fue dada en el Palacio Nacional por el Teniente Coronel Tadeo Guerrero. A su salida de la sede de gobierno negó que hubiera apresado al doctor Gil Díaz, diciéndole a la prensa: “no es cierto… no es cierto”. Pero antes de marcharse de aquel lugar y por las insistentes preguntas del periodista Oscar Gil Díaz, hermano del apresado, y de Luis Emilio Sigarán, ambos del Listín Diario, el oficial expresó “Yo lo había detenido pero lo puse en libertad”.

Amigos y compañeros de Guido Gil dijeron que era cierto lo que él había declarado pues vieron al abogado en libertad y se habían reunido con él en San Pedro de Macorís, de donde salió a la Capital para denunciar la represión contra el Sindicato Unido. Debido al rumor de la suerte corrida por el periodista sus familiares anunciaron que gestionarían ponerse en contacto con él, pero ya tenían la sospecha de que algo grave había sucedido, pues lo detuvieron el martes 17 de enero de 1967 a medio día, en el puente sobre el río Higuamo y nunca más se le vio con vida.

El clamor exigiendo la aparición de Guido Gil sacudió la sociedad y la Asociación Dominicana de Abogados (ADOMA) solicitó a las autoridades policiales y judiciales la aclaración del paradero del abogado y periodista. A nombre de ADOMA intercedieron los doctores José Joaquín Bidó Medina y Fulgencio Robles López. La presión ejercida desde la prensa y por los compañeros del desaparecido, hizo que el doctor Joaquín Balaguer declarara al “Listín Diario”, del 24 de enero de 1967, que él tenía la creencia de que lo sucedido al periodista era una falsa para crearle problemas al gobierno: “En cuanto a la supuesta desaparición del periodista Guido Gil, tengo la impresión de que se trata de una treta de los comunistas para dar la impresión de que el gobierno está tomando medidas represivas y recurre inclusive a la supresión física de sus adversarios”.

El editorial del Listín Diario de la misma fecha se refirió el lamentable caso: “En este país, donde la seguridad y la vida de los ciudadanos han sido tradicionalmente material gastable, es sólo muy loable y digno que la prensa y la radio se preocupen y reclamen cuando un ciudadano haya desaparecido y haya grave preocupación acerca de su suerte. Creemos que el primer magistrado debe tratar, con sumo encarecimiento y urgencia, la más diáfana aclaración del caso de Guido Gil, sin prejuzgarlo. Porque ellos sólo podrían contribuir a que las autoridades no pongan el debido empeño en averiguar el paradero de Gil. Nuestro reclamo es que en ese caso no haya letargo en las investigaciones, o para despejar la preocupación general”.

Elpidio Gil y María Kaistila Díaz, padres de Guido Gil, exigieron al doctor Balaguer el esclarecimiento del hecho. Las protestas llevaron al Procurador General de la República a prometer que él iba a esclarecer el sonado tema, invitando a todas las personas que poseyeran indicios o pruebas sobre la desaparición que se apersonaran a su despacho. Muchas informaciones se dieron y el dedo índice de la sociedad señaló como responsables directos a las autoridades policiales y a empresarios, pero no se llegó al esclarecimiento del paradero de Guido Gil ni fue localizado su cadáver.

Sin embargo, el 13 de febrero de 1969, un agente de los servicios secretos de nombre Cirano Castro Fañas, que estuvo de servicio en la región este cuando se produjo el crimen, reveló, sin aportar pruebas, los nombres de los que él decía responsables del crimen, lo que hizo desde la sede de la embajada de México donde se encontraba asilado. La revista “Ahora!” del 24 de febrero de 1969 trabajó un resumen de las palabras del agente: “en relación con la desaparición del Dr. Guido Gil, el oficial Castro Fañas informó que el joven abogado había sido asesinado. Señaló que lo habían apresado en San Pedro de Macorís, donde la Policía estaba comandada por un coronel (…) que ordenó lo entregaran al coronel (…) que comandaba la Policía en La Romana”. Reveló, además, "que los restos de Guido Gil habían sido encontrados en un campo próximo a La Romana por otro oficial (…) de la Policía que identificó el cadáver". También el agente narró la forma en que ese oficial había sido objeto de duras reprimendas "por no haberse dado cuenta de la 'imprudencia' que cometía con el hallazgo de dicho cadáver". Cierto o no, los datos aportados por el agente fueron los únicos salidos de una fuente relacionada con el gobierno, pero increíblemente todo quedó suspendido en el olvido.

Han pasado cincuenta años y todavía el caso sobre la desaparición de Guido Gil no está aclarado. Sus familiares se han ido muriendo sin conocer donde se encuentra su cadáver; su partido, el MPD, fue destruido y asesinados sus principales dirigentes, y la sociedad, apremiada por la situación dictatorial que se vivió en aquellos años, tuvo que reclamar la aclaración de otros crímenes y desapariciones, olvidándose poco a poco de lo sucedido a Guido Gil. Sería de justicia poder conocer el lugar en que ocultaron su cadáver, para que un día podamos ir a colocar una rosa blanca y de esperanza sobre su tumba. Después de cincuenta años y de tan larga espera, es justiciero que así sea. (Para la preparación del texto fueron utilizadas como fuentes: “Opinan desaparición es treta comunista”, Listín Diario, 24 enero de 1967; “Madre pide libertad y entrega doctor Gil”, Listín Diario, 27 enero de 1967; “Dicen 2 miembros PN detuvieron Guido Gil”, Listín Diario, 30 enero de 1967; “Crecen temores muerte Guido Gil”, El Nacional, 3 febrero de 1967).


Homenaje del MPD
Tomado de El Día - 18 de enero de 2013
(Editado por NH)

El Movimiento Popular Dominicano (MPD) recordó Guido Gil Díaz, dirigente de esa organización de izquierda, desaparecido el 17 de enero de 1967, durante en el primer gobierno de Balaguer. "A 46 años de su asesinato, sus ideas y su sacrificio continúan siendo un faro de luz en la lucha contra los pulpos extranjeros que cada día se vuelven más voraces en la explotación de los trabajadores y en el saqueo de todos nuestros recursos naturales", manifiesta Fernando Hernández, vocero nacional del MPD en una declaración de prensa escrita. Señala que Gil Díaz, además de un destacado cuadro político del MPD, fue periodista, abogado, escritor y asesor del otrora Sindicato Unido del Central Romana.

Según el portavoz del MPD, el acompañamiento de Gil Díaz a la lucha de los trabajadores del Central Romana, entonces Gulf and Western, motivó una tenaz persecución en su contra, hasta que fue apresado en el puente sobre el río Higuamo, en San Pedro de Macorís, el 17 de enero del año 1967 y desaparecido para siempre. "Fue sacado del carro público en que se trasladaba desde La Romana hacia Santo Domingo por un tal Mirito Jiménez y otros verdugos que cumplían órdenes del general Simón Tadeo Guerrero, uno de los más grandes criminales de los funestos 12 años de Joaquín Balaguer", dice Hernández al relatar cómo mataron a Guido Gil. Afirma que a pesar de que su apresamiento fue presenciado por varias personas y del reiterado testimonio del chofer del carro en que se desplazaba, "ni siquiera se supo nunca dónde tiraron su cadáver".

Carlos Morales Troncoso (Gulf and Western) y Joaquín Balaguer

"Días después el genocida Joaquín Balaguer dijo públicamente que esa era 'una treta de los comunistas' para desprestigiar a su gobierno, que él tenía informaciones de que Guido Gil estaba fuera del país, como diría después en el caso de Henry Segarra y Andrés Ramos Peguero. Balaguer, además de criminal, se burlaba del dolor de los familiares de sus víctimas", dice Fernando Hernández. Afirma que Balaguer y Teobaldo Rosell, administrador de la Gulf and Western-Central Romana, habían decretado la muerte del camarada Guido Gil, ya que lo acusaban de que supuestamente le había robado al emporio azucarero la fórmula química del furfural y se la había entregado al gobierno de Cuba.

"Lo cierto es que el camarada era tenazmente perseguido por su defensa de los trabajadores y por su sagacidad en lograr arrancarle conquistas laborales al pulpo extranjero. Bajo su asesoría, el Sindicato Unido doblegó al Central Romana cuando lo obligó a ceder ante reclamos laborales, producto de la aplicación del "paso de la jicotea", que consistía "en no declararse en huelga, pero trabajar de brazos caídos rindiendo un bajísimo porcentaje de lo normal", indica el vocero nacional del MPD. Considera que hoy los trabajadores dominicanos, y en especial lo del Central Romana, deben emular el ejemplo del Sindicato Unido de entonces y de su asesor legal, y emprender el camino de la lucha por sus reivindicaciones.

"Como homenaje a Guido Gil, los trabajadores tienen que desconocer ese sindicato amarillo y patronal que existe actualmente y que pretende ser representante de ellos, cuando en realidad es manipulado por los explotadores", dice Hernández.

El Movimiento Popular Dominicano cree que la muerte de Guido Gil no fue en vano, y resalta el hecho de que los trabajadores y el pueblo le recuerdan 46 años después de su caída, a la vez que Balaguer, Tadeo Guerrero y demás criminales "reposan en la fetidez, y si alguien los recuerda es con el más grande desprecio".
En un escrito de Bernardo Vega, en el periódico Hoy, del 28 de junio de 2016, este señala que:

«En junio de 1971 un proyecto de ley ante el Congreso norteamericano amenazaba con reducir la cuota azucarera dominicana y romper la espina dorsal de entonces de nuestra economía. El Presidente Balaguer no solo decidió pronunciar un discurso ese mes ante la Cámara Americana de Comercio implorando por una mayor cuota, sino que le escribió una carta al Presidente Richard Nixon y le pidió a Charles Bluhdorn, presidente de la Gulf + Western, entonces dueña del Central Romana, que fuese a ver a Nixon y se la entregara personalmente, lo que hizo. Presentes en la Casa Blanca estuvieron John L. Erlichman, su principal asistente, y Peter Peterson, Secretario de Comercio. La transcripción de lo conversado la encontré en los Archivos norteamericanos. Bluhdorn le explicó que cuando su empresa llegó a nuestro país en 1966, los dominicanos enfrentaban un gran peligro ya que 'Castro había mandado allí a sus agentes', el negocio perdía dinero (no era cierto) y empleaba '600 policías' (guarda campestres, presumimos) quienes estaban 'totalmente dominados por la izquierda'. No se cortaba la caña pero sí se mataba a gente (por cierto, Guido Gil, abogado del sindicato unido de trabajadores del Central Romana, fue asesinado en 1967 y la izquierda atribuye el crimen al Central Romana). Bluhdorn explicó que había llevado 'a un joven cubano, quien había sido un gran enemigo de Castro, un joven brillante (¿Teobaldo Rosell?) quien no tenía miedo', agregando que existía la posibilidad de que este fuese tiroteado por la espalda. Citó que ese joven 'lucía como si fuera Gobernador del lugar' y 'desde entonces ha trabajado muy de cerca con el Presidente Balaguer y cuenta con toda su confianza'».
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Maximiliano Gómez Horacio (El Moreno)

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(5 de mayo de 1943 - 23 de mayo de 1971)

Maximiliano Gómez: El Moreno
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 14 de diciembre de 2014
(Editado por NH)

En los 28 años que vivió Maximiliano Gómez Horacio, alias El Moreno, no descansó en sus luchas por alcanzar el ideal de igualdad, bienestar y justicia social para un pueblo que según sus allegados se deslumbraba con su encantador carisma y le tenía como su esperanza. Entrañables compañeros del 14 de Junio y del Movimiento Popular Dominicano no conocen con detalles su historia anterior a 1965, cuando el intrépido petromacorisano entrenó revolucionarios y se enfrentó con ardor a las fuerzas interventoras norteamericanas. Pero los servicios de inteligencia consignaron en pormenorizadas fichas cada movimiento del guerrillero rural, el combatiente urbano, el conquistador de jóvenes que se integraban a su causa.

Lo acusan de haber organizado golpes de Estado, planear asesinatos de militares y figuras de la izquierda para atribuirlos a la Policía Nacional, establecer focos de insurrectos en los campos, atentar contra la vida del Presidente Balaguer, entre otros cargos. El Archivo General de la Nación conserva un expediente dedicado a sus actuaciones y revela sus presuntos pasos desestabilizadores desde 1963 y supuestos detalles del deceso en Bruselas que interrumpió su existencia breve pero intensa. A estos datos se agregan los testimonios de tres compañeros de Maximiliano que compartieron con él las mismas jornadas libertarias y de familiares y amigos que le conocieron en su infancia en La Sultana del Este.

Miguel Reyes Santana, sociólogo, catedrático universitario, exfuncionario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, miembro de la comisión política del MPD, viajó junto a Gómez como miembro del grupo de presos políticos sueltos tras el secuestro de Donald J. Crowley. Caminaron por París y Bruselas y el militante estuvo a su lado horas antes del trágico fallecimiento de El Moreno, ocurrido en “circunstancias misteriosas”, según publicó el periódico Le Soir, de Lovaina, Bélgica.

También conversan sobre el secretario general del Movimiento Popular Dominicano desde 1967 sus camaradas René Sánchez Córdova y Breno Brenes, en cuyas casas se ocultaba el dirigente. Brenes, comandante instructor de las tropas del partido y jefe de abastecimiento de la agrupación, entrenó junto a él a casi toda la militancia emepedeísta. Sánchez Córdova, del Comité Central, se trasladó con Maximiliano, Baldemiro Castro, Leonte Brea y otros a Cuba en 1961 para entrenarse militarmente. “El Moreno gozaba de mucho respeto en Cuba. Era alto, fuerte, disciplinado, tenía mucha habilidad, era atlético... Regresamos pero él volvió a intensificar sus conocimientos militares y políticos”, cuenta René, también compañero de Gómez como instructor de topografía militar en 1965.

Los reportes que se ofrecían a Balaguer y a los jefes militares de la época en que Maximiliano Gómez realizaba sus actividades clandestinas dejan la impresión de un líder que no solo influenciaba a las masas de su partido sino a casi toda la población civil y a muchos integrantes de las instituciones castrenses pues supuestamente se infiltraba en los cuarteles donde atraía a la oficialidad. Comienzan informando de la lucha interna entre sus cuadros directivos, las expulsiones y el atractivo de este marxista-leninista que se proyectaba como el líder supremo del MPD al este separarse del 14 de Junio. Era Maximiliano Gómez pero también podía ser “Marino Rosario”, “Marino Nazario”, “Miguel Alejandro Rivas” o “Miguel Alejandro Jiménez”, según los servicios secretos criollos. En Europa usaba pasaporte con el nombre de “José Antonio García Duvergé”, lo que dificultó los trámites para la entrega del cadáver. Debieron ir a identificarlo su madre, Mariana Horacio y sus hermanos Maritza Horacio de Martínez y Víctor Horacio.

En el dossier existente en el AGN se suceden los allanamientos en cuantas casas se ocultaban el político y sus cuadros, ocupándoles supuestas cantidades de fusiles, granadas fragmentarias, pistolas y ametralladoras, porque entre sus proyectos estaba, además, frenar la represión que ejercían sobre la organización “las fuerzas incontrolables” del gobierno. El Moreno también intentaría matar a Balaguer cuando este “se dispusiera a entregar casas en los alrededores del puente Duarte”, señala la documentación.

Aparecen las comunicaciones que el cónsul general de la República en Amberes, Bélgica, Francisco José Neris Abreu, remite al Presidente y a la Cancillería sobre la muerte de Gómez, acaecida el 23 de mayo de 1971. El más extenso informe contiene ocho páginas y 16 de fotocopias, entre las que están las hojas del pasaporte (pero de “José Antonio García Duvergé”). Algunas señas que tenía el Moreno, como una profunda cicatriz en la frente por un machetazo que recibió de un alcalde en un intento de guerrilla, permitieron establecer que se trataba de Maximiliano Gómez. También su “perfecta” dentadura.

Neris Abreu continuó enviando pormenores de la defunción. Es reveladora la traducción de la crónica de Le Soir del 28 de mayo de 1971 que narra parte del accionar político de Maximiliano, quien murió asfixiado por “un grifo de gas abierto” en la Rue Van AA #94, donde residía Miriam Pinedo, viuda de Otto Morales, quien a pesar de haber sobrevivido a la tentativa falleció meses después.

Maximiliano era hijo de Federico Gómez, puertoplateño “muy leído” que fue jefe de muelleros, y de Mariana Horacio Pedro, de padres dominicanos y haitianos. Apenas estudió hasta el octavo curso según el mismo afirmaba. Trabajó como tornero en el ingenio Consuelo. El 16 de noviembre de 1964 fue detenido “en una loma no determinada” junto a Ernesto Arcadio López Molina, portando pistolas calibres 45 y Browning. Fue de nuevo arrestado por ocultar armas que, según la inteligencia dominicana, serían utilizadas en un foco guerrillero. René Sánchez declaró que Maximiliano “vino de Cuba con la fiebre de la guerrilla. Le dije que no se fuera, pero él tomó la iniciativa y se marchó”. En esa oportunidad resultó herido en la frente con un machete. Estuvo casado con Carmen Mazara con quien procreó dos hijos: Guido Orlando y Fabricio Ernesto.


Resaltan valores de Maximiliano Gómez “El Moreno”
Tomado de El Nacional - 22 de mayo de 2013
(Editado por NH)

Carmen Mazara, esposa y compañera de lucha de Maximiliano Gómez

En ocasión del 42 aniversario de su asesinato el 23 de mayo de 1971 en Bruselas, Bélgica, adonde se encontraba viviendo en exilio, Miguel Mejía, Secretario General del MIU, consideró que la vida de El Moreno es un ejemplo a seguir por los revolucionarios de su época y la presente generación. Recordó que El Moreno fue un destacado líder revolucionario, que pese a su corta edad se inició en la actividad política sembrando un gran ejemplo de valores humanos y firmeza en la lucha revolucionaria. "Su dedicación, humildad, sencillez y firmeza, además de su incuestionable moral y ética revolucionaria han sido y son inspiración en el accionar del movimiento revolucionario", manifestó.

A sus 28 años fue asesinado en Bruselas, adonde llegó exiliado en el año 1970 junto a otros presos políticos tras ser canjeados por el secuestrado coronel Donald J. Crowley durante el represivo régimen de gobierno de Joaquín Balaguer. Conocido como El Moreno, Maximiliano Gómez Horacio, nació el 5 de mayo de 1943 en el Ingenio Consuelo, hoy municipio Consuelo, de la provincia de San Pedro de Macorís, en el seno de una humilde familia de obreros agrícolas del central azucarero y murió envenenado con gases por la CIA mientras dormía en su apartamento de Bruselas, el 23 de mayo de 1971.

Siendo aún un adolescente ingresó a trabajar como obrero (ayudante de tornero) en las instalaciones fabriles del central azucarero, desde donde comenzó a doctrinarse en las ideas revolucionarias y por su dedicación y defensa militante de los intereses de los trabajadores ingresó en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Abrazó con vehemencia la causa revolucionaria y se constituyó en un ejemplo de conducta y de lucha, fortaleciéndose ideológicamente con las ideas de Carlos Marx, Vladimir Lenin, Mao Tse Tung y Federico Engels, entre otros autores de tratados filosóficos y políticos cuyas obras calaron en su ánimo y conciencia para la formación de un cuadro revolucionario de extraordinarias condiciones debido a su sólida preparación política y a la sólida concepción de la lucha de clases.

La construcción de una república popular y democrática, antesala de una sociedad socialista motorizada por una izquierda convencida del rol a jugar en un sistema capitalista, con su secuela de desigualdades e injusticias sociales, fue el marco ideológico en que Maximiliano Gómez encaminó las acciones militantes para socavar las bases de un régimen de terror amparado en una cúpula militar sanguinaria en grado sumo, apoyada y orientada por las agencias de inteligencia y espionaje de los Estados Unidos con sus asesores metidos dentro de los propios cuarteles. En esa labor constante de propagación de las ideas progresistas, en procura de dar al traste con el estado de odio y torturas incalificables y en medio de la más encarnizada persecución de las ideas, se movían en la clandestinidad más precaria El Moreno y los demás dirigentes del MPD y de otras organizaciones izquierdistas. Y fue así cómo la sangre revolucionaria abonaba a cada instante la tierra dominicana. Uno a uno los revolucionarios iban cayendo, eran cazados como animales, eran sacados de sus escondites; "Otto Morales, Amín Abel Hasbún, Flavio Suero, Henry Segarra Santos y un rosario interminable de víctimas multiplicaban las tumbas de los cementerios durante el régimen de terror balaguerista".


El día que fue encontrado sin vida Maximiliano Gómez (El Moreno) en Bruselas
Tomado de Diario Dominicano - 23 de mayo de 2014
(Editado por NH)

Revolución de Abril de 1965

El 23 de Mayo de 1971, en Bruselas, Bélgica, fue encontrado muerto el ex secretario general del Movimiento Popular Dominicano (MPD), Maximiliano Gómez (El Moreno). Un informe de la Policía belga da cuenta de que Maximiliano Gómez murió asfixiado al producirse un escape de gas en el apartamento donde residía. Indica que también sufrió síntomas de intoxicación la señora Miriam Pinedo viuda Morales, quien residía en el mismo apartamento. La señora Miriam Pinedo se recuperó, pero meses después fue asesinada por desconocidos (en Bruselas) y su cadáver descuartizado y abandonado en una calle. Miriam Pinedo había sido la esposa del dirigente del MPD, Otto Morales, quien fue muerto a tiros por agentes de la Policía en un incidente ocurrido en la calle José Contreras, cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

El MPD atribuyó los hechos a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que libraba una política de exterminio contra los grupos de izquierda de América Latina. En 1970, Maximiliano Gómez fue acusado junto a un grupo de dirigentes del PRD de participar en el secuestro en Santo Domingo, capital dominicana, del agregado militar de Estados Unidos, Donald J. Crowley. Por ello, varios miembros del MPD fueron asesinados. Maximiliano Gómez salió del país deportado con destino a México. De allí viajó a Cuba y luego a Bélgica, donde fijó residencia hasta el día de su muerte.

En opinión de Higinio Báez, secretario general del MPD, Maximiliano Gómez "dejó claro el significado de los gobiernos locales como estructuras de opresión del dominio imperialista en un momento determinado. Un pensamiento político que demostraba cuáles de las fuerzas políticas eran capaces de perpetuar el capitalismo y cuáles eran las únicas de transformar ese sistema". Estima que Maximiliano Gómez legó una convicción de principios éticos. En reconocimiento a su lucha, Maximiliano Gómez fue escogido en 1966 secretario general del Movimiento Popular Dominicano.


Maximiliano Gómez y la vigencia de un pensamiento político
Tomado de Nuestro Tiempo. Entrega de César Mieses del 7 de mayo de 2015
(Editado por NH)

Y los brazos del hombre más simple son del ingenio” (Pedro Mir). Procedente del ingenio vino al mundo Maximiliano Gómez (el Moreno) un 5 de mayo de 1943, en el intermedio de las dos invasiones militares de los Estados Unidos a la República Dominicana. Hijo tercero de un matrimonio que trabajaba la caña.

Maximiliano Gómez mientras es detenido por el aparato represivo al servicio del régimen balaguerista

Marino, como se le llamaba a Maximiliano Gómez en su natal San Pedro de Macorís, fue un destacado combatiente con apenas 22 años de edad en la Guerra de Abril de 1965. Siendo militante del Movimiento Popular Dominicano (MPD), se incorpora a la lucha en la gesta de Abril por el retorno de la Constitución de Juan Bosch, y junto a sus camaradas toman la Escuela Argentina donde establecen el ‘Comando Argentina’ para enfrascarse en la defensa de la constitucionalidad y la soberanía nacional.

Este 5 de mayo [de 2015, NH] El Moreno hubiese cumplido 72 años de edad, en momento en que la sociedad dominicana se ve arrastrada a decidir entre dos personajes del mismo partido (mafia gobernante) que controla todas las instituciones del Estado, las que sirven para el enriquecimiento de su casta y cuya continuidad en el poder se ha tornado en un verdadero peligro para la democracia. El momento es para pensar críticamente la situación en la que se encuentra nuestro país, siendo los sectores alternativos los llamados a estar en primera fila en los grandes procesos de lucha por la democracia que se avecinan, en un contexto donde el régimen político ha entrado en una profunda crisis de legitimidad.

El proceder político de El Moreno a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta del siglo pasado puede darnos luz para abordar el momento actual. La resignificación del concepto de colonialismo desde la recepción de una lectura crítica del marxismo, el estudio detallado de la composición social y de la historia dominicana y la observación atenta de las tensiones específicas entre los sectores de la clase dominante, posibilitaron a El Moreno concebir lo que describiera como “Colonialismo ideológico” en el interior de las formaciones políticas de la izquierda. Esto podría considerarse como una gran contribución epistemológica al desarrollo del pensamiento marxista dominicano. “Que en una sociedad racista y clasista como la RD Maximiliano Gómez, un obrero negro procedente del sector cañero, se convirtiera en líder revolucionario y que con tan solo 24 años de edad asumiera el encargo de Secretario General del MPD, tiene una enorme relevancia”.

Mientras las izquierdas enarbolaban las banderas del antiimperialismo, puro y simple, y asumían el foquismo como táctica revolucionaria, El Moreno era partidario de abandonar la “copia de esquemas foráneos”, proponía superar los “dogmas traídos por los cabellos” y adentrarse en la realidad concreta de la sociedad dominicana.

Lo anterior lo condujo a adoptar una táctica política cuyas bases teóricas fundamentales consistían en llevar al primer plano la lucha contra la dictadura de Joaquín Balaguer a través de la unidad de todos los sectores sociales y partidos políticos de la oposición, incluidos los militares democráticos, y de esa manera provocar un “golpe de Estado revolucionario” que diera paso a un gobierno de transición democrática, concebido como “la base para preparar la resistencia contra los yanquis”.

Salvando distancias, lenguajes y realidades políticas, la convergencia y el frente político social como condición para derrotar a la mafia gobernante en 2016 no dista mucho de la tesis de El Moreno, que sirvieron de base para la articulación del Acuerdo de Santiago en 1974, momento vital para generar la potencia necesaria que permitió sacar del poder a Balaguer en el 1978. Argumentaba El Moreno que “para desterrar el colonialismo ideológico” predominante en las organizaciones revolucionarias era necesario partir del criterio de que la dinámica social era el reflejo de las condiciones socioeconómicas particulares de la sociedad dominicana, y, por tanto, los conceptos teóricos del marxismo clásico solo podían servir de guías indirectos para la acción revolucionaria, pues los guías directos de la misma tenían que brotar de la síntesis de nuestras singularidades.

El Moreno fue, en ese sentido, un verdadero líder revolucionario, con una personalidad adornada por la suavidad y la empatía y que muy a pesar de su procedencia humilde, negra y de la clase obrera, tuvo un gran influjo entre los intelectuales progresistas de su época. Fue asesinado en Bruselas, Bélgica, por órdenes de la CIA y de Joaquín Balaguer, a los 28 años de edad cuando se encontraba inmerso en un proceso de unificación de exiliados de la izquierda revolucionaria dispersos en Europa.


Reportaje sobre el asesinato del exsecretario general del MPD,
Maximiliano Gómez (El Moreno), en Bruselas, Bélgica, el 23 de mayo de 1971

Tomado de ALMOMENTO.NET. Entrega de Saúl Pimentel
(Editado por NH)

I.- ¿Fue el MPD quien mató a Maximiliano Gómez?

Agentes policiales impiden a Carmen Mazara acercarse a su esposo durante uno de sus arrestos.

Desde muy joven Maximiliano Gómez (El Moreno) pasó a militar en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Ingresó luego, en 1963, al Movimiento Popular Dominicano (MPD), organización dentro de la cual comenzó a desarrollar un fuerte liderazgo hasta llegar a ser su secretario general (tras imponerse a emblemáticos fundadores de esta entidad así como a líderes obreros e intelectuales de entonces). Como tal, puso en ejecución las convicciones que tenía sobre la “revolución dominicana”.

Durante los convulsionados años de la década de los 60 Maximiliano Gómez entrenó revolucionarios, se enfrentó con ardor al naciente régimen de Joaquín Balaguer y luchó contra los Estados Unidos. Los servicios de inteligencia consignaron en pormenorizadas fichas cada movimiento suyo, en las que le tildaron de guerrillero rural, combatiente urbano y conquistador de jóvenes para su “causa”. Realizaba sus actividades clandestinas y no sólo influenciaba a las masas de su partido sino también a miembros de la población civil y a integrantes de las instituciones castrenses: "se infiltraba en los cuarteles donde atraía a la oficialidad".

Tres meses después de ser apresado, el 24 de marzo de 1970, ocurrió uno de los hechos de mayor repercusión en toda la historia contemporánea dominicana: el secuestro del agregado aéreo de la embajada de Estados Unidos en el país, teniente coronel Donald Joseph Crowley (mientras jugaba polo en el hotel El Embajador). A media mañana de ese mismo día un “Comando Unificado de Rescate” se atribuyó el secuestro y dio a conocer sus demandas, entre las que figuraba como principal la libertad de 21 presos políticos encabezados por El Moreno. Aunque el doctor Balaguer se negó a dialogar con los secuestradores, a instancias del gobierno de los Estados Unidos se formó una “comisión negociadora” integrada por monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, arzobispo de Santo Domingo; doctor Rafael Kasse Acta, rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo; y el doctor Bienvenido Mejía y Mejía, presidente de la Asociación Dominicana de Abogados (Adoma). Después de 50 horas se logró un acuerdo en virtud del cual los presos, incluyendo El Moreno, viajaron a México y Crowley fue dejado libre.

Entre los presos canjeados por el coronel estadounidense estuvieron, además de Gómez, Winston Franklin Vargas Valdez (Platón), Efraín Sánchez Soriano (Pocholo), Manolo Plata (Freddy Valdez), Clodomiro Gautreaux, Roberto Matos Vallejo, José Gil Torres, Luis Larancuent Morris, Miguel Reyes Santana, Luis Emilio Arias, Juan Pablo Gómez, (hermano de Felipa Gómez), Héctor Dumariel Santana, Ángel Darío Alcántara y José Ignacio Marte Polanco. Como autores del secuestro las autoridades acusaron a Héctor Ortiz Jáquez y a su esposa Ivonne Altagracia Payano, a Rafael Taveras Rosario (Fafa), Otto Morales, Amín Abel Hasbún, los hermanos Héctor y Amaury Justo Duarte, Manuel de Jesús Checo y a Rafael Luna Cabrera, un ex oficial de la Policía que pasó a militar en el Movimiento Popular Dominicano.

En meses siguientes se desató una de las más brutales persecuciones contra los dirigentes del MPD. Gómez fue primero a México, luego a Cuba y posteriormente a Bélgica, donde fijó residencia hasta el día de su muerte, ocurrida un día como hoy, el 23 de mayo del 1971. La muerte de Maximiliano Gómez ha estado envuelta siempre en un velo de misterio. Siempre se ha dicho que se trató de un asesinato pero en lo que no todos han estado de acuerdo es en quién habría sido el autor del mismo.

II.- La versión... menos divulgada sobre el crimen de Maximiliano Gómez

La muerte de Maximiliano Gómez (El Moreno) ha estado envuelta en un velo de misterio. Se ha dicho que se trató de un asesinato pero en lo que no todos han estado de acuerdo es en quiénes fueron los autores intelectuales y materiales del mismo, puesto que nunca fueron capturados y mucho menos sometidos a la justicia. Luego de haber estado preso en Santo Domingo y haberse producido el secuestro por un “comando revolucionario” del agregado aéreo de la embajada de Estados Unidos en el país, teniente coronel Donald Joseph Crowley, Gómez fue excarcelado como parte de negociaciones que entonces se hicieron mediante las cuales él y otros 20 presos políticos fueron excarcelados a cambio de la liberación del oficial estadounidense.

Maximiliano Gómez cuando salía al exilio, producto del canje por el agregado aéreo de la embajada de Estados Unidos en el país, teniente coronel Donald Joseph Crowley

Mucho se ha escrito sobre Maximiliano Gómez y su asesinato. Se han ofrecido muchas versiones y tejido distintas especulaciones sobre quién lo mandó a matar (unos culpan a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos, otros al régimen de Balaguer, etc.). Pero lo que ha sido poco debatido es lo relativo a las circunstancias en que se produjo el crimen. Sobre el particular, un hijo de Miriam Pinedo, que vivía con esta y El Moreno en Bruselas, de nombre Reynaldo Pazos Pinedo, a la sazón con 9 años y medio de edad (fue el primero en percatarse sobre lo que había ocurrido a su madre y al dirigente del MPD), ofreció otra versión (en junio del 2014, en ocasión del 37 aniversario del asesinato de El Moreno, Reynaldo Pazos escribió para ALMOMENTO.NET un interesante artículo en el que narra lo acontecido el 23 de mayo del 1971).
«Muchos pensaron y todavía les cuesta creer que quien suscribe pueda recordar muchas situaciones de aquel entonces. No sólo recuerdo el orfanato donde estuve por un tiempo sino también la escuela donde estudiaba, a pocas cuadras de donde residía. Conservo aún, después de tanto tiempo, la pequeña colección de monedas que me regalaron, los afiches del Che Guevara en las paredes del departamento, la inolvidable melodía que le encantaba a mi madre “Guantanamera”, etc. Recuerdo también que a mi regreso de Bélgica más de doscientas fotografías que traía conmigo en el avión no me fueron devueltas por la persona que me pidió se las mostrara. Recuerdo muchas cosas: la habitación (ubicada en un entrepiso) donde se encontraron los cuerpos de El Moreno y Miriam, en mayo de 1971, no era tan pequeña; tampoco era herméticamente cerrada, no estaba mal ventilada y, aunque poca, se facilitaba la corriente de aire.

«Acompañé en la ida y regreso a mi madre, a El Moreno y al pequeño grupo de dirigentes del MPD esa fatídica noche de diversión. Dada mi condición de menor de edad (nueve años y medio) no me era posible ingresar con ellos a un club nocturno, por lo que quedé supervisado por uno de los dirigentes en un pequeño parque de diversiones próximo a donde se encontraban. Hasta ahora no entiendo cómo a El Moreno y a mi madre no les pasó por la mente que el propósito de que yo asistiera al 'paseo', y que mis hermanos (muy chicos) quedaran solos en el departamento, era consumar lo que ya estaba planeado. Al regreso del 'paseo' los dirigentes se despidieron y se fueron mientras yo subía los escasos escalones que separaban la habitación del entrepiso y nuestro departamento.

«Con una sonrisa El Moreno se despidió esa madrugada por última vez de mí y yo de él. Observé pocas horas después que mi madre no estaba conmigo; bajé hasta el descanso de la escalera donde estaba la puerta de la habitación donde El Moreno dormiría y, al mirar por el agujero de la puerta, que no estaba obstruido, noté que corría abundante espuma blanca por su boca. No había olor a gas en el interior del edificio, tampoco en el interior de la habitación. La abundante espuma que salía por la boca no fue precisamente por un ataque epiléptico, por lo que de forma apresurada y con angustia empecé a pedir auxilio, cuidando de que mis hermanos no se dieran cuenta.

«Subí al siguiente piso donde residía una señora que era nuestra vecina a solicitar ayuda. Luego de avisarle, bajé corriendo a la esquina a llamar a la ambulancia y a la Policía. Cuando regresé a los siete u ocho minutos, ya estaban cuatro dirigentes del MPD tratando de derribar la puerta donde estaban Miriam y El Moreno, quienes en ese momento eran dados por muertos. La oportuna llegada de la ambulancia y la rápida asistencia médica dada a mi madre logró que sobreviviera. El Moreno no lo hizo a pesar de la llegada de una segunda ambulancia. Miriam, luego de pasar un extenso período en coma en el hospital donde por última vez la vi, fue más tarde secuestrada, violada, torturada y descuartizada en complicidad con los mismos que planificaron el asesinato de El Moreno.
»

Un informe de la Policía Belga indicó que Maximiliano Gómez, quien tenía 28 años de edad, murió asfixiado al producirse un escape de gas en el apartamento donde residía en Bruselas, ubicado en la rue Van AA número 94, y que también sufrió síntomas de intoxicación la señora Miriam Pinedo viuda Morales, quien residía en el mismo apartamento. En principio hubo problemas para identificar el cadáver del dirigente del MPD, dado el hecho de que utilizaba varios nombres para moverse por Europa. En su pasaporte figuraba con el de “José Antonio García Duvergé”. La identificación fue finalmente hecha por su madre, Mariana Horacio, y sus hermanos Maritza Horacio de Martínez y Víctor Horacio. Algunas señas que él tenía, entre ellas su dentadura y una profunda cicatriz en la frente como consecuencia de un machetazo que recibió de un alcalde, permitieron establecer que se trataba de Maximiliano Gómez.

III.- El MPD y el crimen del dirigente Maximiliano Gómez

¿Fue realmente un escape de gas propano que provocó la intoxicación e inmediata muerte en Bruselas, Bélgica, del ex secretario general del Movimiento Popular Dominicano (MPD), Maximiliano Gómez (El Moreno), el 23 de mayo del 1971? ¿Fue esta muerte un accidente o un hecho cuidadosamente planificado? En caso de que haya sido un asesinato, ¿quiénes fueron los autores materiales del mismo? ¿Quién ordenó este hecho, el régimen de Joaquín Balaguer o la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos? ¿Por qué planificaron también el asesinato de Miriam Pinedo, la viuda del dirigente de izquierda Otto Morales, quien vivía junto a El Moreno en Bruselas?

Donald Joseph Crowley, agregado aéreo de la embajada de EE. UU. en el país, secuestrado el 24 de marzo de 1970; canjeado por Maximiliano Gómez y otros 19 prisioneros del MPD en una acción planificada y dirigida por Otto Morales y Amín Abel Hasbún

Como es sabido, a pesar de que la noche del 23 de mayo Miriam fue encontrada agonizante, no murió de inmediato. Luego de pasar un extenso período en coma en un hospital, fue secuestrada, violada, torturada y descuartizada en complicidad con los mismos que planificaron el asesinato de El Moreno. Una parte de su cuerpo fue encontrado en una maleta en una calle de Bruselas. Otra parte fue hallada en otra, en un lugar distinto.

Complemento del relato de Reynaldo Pazos Pinedo:

«El Moreno ya había pasado frío en París y tenía más que conocimientos sobre estufas a gas; Miriam también. Todos sabemos que el que sale desde nuestro cálido país a otro donde hace frío lo primero que nos advierten y enseñan es lo peligroso que son las estufas. El plan (ordenado desde Santo Domingo) era asesinarlo, y de paso a Miriam para hacer creer que fue algo pasional. Según estudios, en el caso de una fuga de gas que no contiene monóxido de carbono (CO) se produce asfixia; si lo tiene se produce envenenamiento debido a que el CO que contiene actúa antes de que se desplace el aire de la atmósfera. Otros estudios argumentan que la intoxicación por monóxido de carbono puede ser difícil de diagnosticar debido a que los síntomas son similares a los de otras enfermedades...

«Los signos y síntomas de la muerte de El Moreno son muy diversos. Él y Miriam no fueron envenenados con gas sulfúrico porque no tenían restos de espuma y sangre en boca y nariz; sólo tenían abundante espuma blanca, muy blanca, en la cara, pecho y brazos (al abrir la habitación, ambos estaban vestidos con la misma ropa; sólo El Moreno tenía la camisa desabrochada). Pudo haber sido un envenenamiento vía oral o digestivo con cianuro, que además te hace expulsar espuma por la boca y para aquella época era muy fácil de conseguir en las droguerías justificando su compra para revelado fotográfico o para usarlo supuestamente en joyería. Para la época no creo que hayan usado sarín, que es más tóxico que el cianuro, lleva al coma y produce la muerte con expulsión de espuma por la boca. Otro veneno pudo ser órgano fosforado o carbamato. Son muchos los venenos y cosas sobre las que podríamos hablar, pero en esta oportunidad concluyo señalando que la falta de oxígeno (anoxia) fue ocasionada intencionalmente para ambos crímenes.

«No podían dejar viva a Miriam porque el costo era demasiado alto para los que traicionaron al líder (Maximiliano Gómez). Estaban afuera esperando ver pasar el cadáver de su enemigo. Desde que se despidieron y se fueron habían pasado escasamente una o dos horas. Al verme salir en llantos del edificio cuando fui a llamar a la Policía y a la ambulancia, al ver las luces de la vecina de arriba y la de los pasillos y al sentir los gritos se apresuraron en subir y verificar si su “encargo” se había consumado. De los cuatro “camaradas” que vi, por lo menos dos de ellos fueron actores directos del cobarde asesinato de Maximiliano Gómez. Cuando vi a El Moreno y a mi madre, como ya dije antes, no estaban desvestidos. Es obvio entonces, y se explica claramente, la desesperación por derribar la puerta de la habitación donde se encontraban. No me dejaron entrar a la habitación después que lograron abrirla; tenían que desvestir a ambos para que pareciera algo pasional. Es posible que hasta ese momento uno o dos de ellos no conocieran el macabro plan, por lo que la angustia por abrir la puerta respondiera a la necesidad de salvar a El Moreno.

«La sorpresa para ellos fue que Miriam sobrevivió; quedó en coma, pero eso los complicó. No podían dejarla viva porque constituía un verdadero peligro. Se montó una supervigilancia en el hospital y su entorno a fin de que si salía del coma no tuviera contacto con nadie. Se ha dicho que esa mañana supuestamente sostendrían “una reunión” con El Moreno, pero la hora a la que estaba pautada no coincide en lo más mínimo con los acontecimientos de esa fatídica madrugada del 23 de mayo de 1971. La dizque “oportuna reacción” de los cuatro camaradas fue antes de llegar la Policía y las ambulancias, por lo que no fue casual que estuvieran ahí. De su participación en los hechos no me cabe la menor duda. Hubo posiblemente complicidad con la CIA.

«Había que vengar y castigar el escandaloso episodio del secuestro del coronel Crowley y había que destrozar al glorioso MPD, lo cual era, para el Estado dominicano, más que prioritario. Para la dirigencia del Movimiento Popular Dominicano también era “atractivo” desbancar a El Moreno. Físicamente no estaba en la República Dominicana pero desde la distancia su liderazgo era incuestionable y cada vez más contundente. Miriam Pinedo, a su vez, también tenía fuerza porque era la viuda de Otto Morales, principal gestor del secuestro de Crowley y de la posterior negociación para su libertad a cambio del grupo de camaradas que lograron llegar a México como exiliados, entre ellos el propio Maximiliano, Efraín Sánchez Soriano (Pocholo), Freddy García, ex sargento de la Fuerza Aérea Dominicana apodado Manolo Plata “El Flaco”, Juan Pablo Gómez (hermano de Felipa Gómez), Roberto Vallejo...


Revolución de Abril de 1965

«Los organismos de Inteligencia del Estado Dominicano, la CIA, los sanguinarios de Balaguer y su Banda Colorá, el cuerpo diplomático que nos representaba en Francia, las representaciones diplomáticas de los países limítrofes, la dirigencia completa del MPD de la época, todos, unos más que otros, tienen responsabilidades y deben pronunciarse con la verdad para el esclarecimiento final de ambos asesinatos. La única tesis hasta ahora un poco creíble es que a El Moreno y a Miriam, en el club nocturno, les suministraron intencionalmente somníferos.

«Lamentablemente, al momento de conocerse la muerte de El Moreno su familia creyó que fue por motivos pasionales y por descuido de dejar encendida una estufa de calefacción a gas. El cadáver de El Moreno fue trasladado a la República Dominicana sin que su familia pudiera conocer realmente las razones de su cobarde asesinato. Digo cobarde, porque ninguno de sus enemigos se atrevió a matarlo de frente. De no haber descuartizado a Miriam, lo más probable era que se supiera la verdad de quiénes participaron y quiénes dieron la orden del asesinato. Ambos (El Moreno y Miriam) sospechaban que algo andaba mal. En la tarde del 22 de mayo estuvieron conversando delante de mí, en el departamento, que era de un solo ambiente (bastante amplio), en la mesa que hacía de comedor. Los noté preocupados.

«Aunque los hijos de El Moreno (Guido y Fabricio Gómez Mazara), quien suscribe y mis hermanos nos criamos con las dudas sobre lo que realmente sucedió el 23 de Mayo de 1971, pienso que con estas informaciones puedo aportar significativamente a desenmascarar a los reales asesinos y se clarifique de una vez y por todas la trama del asesinato del líder del MPD, Maximiliano Gómez y el descuartizamiento de Miriam Pinedo. Hay algunos responsables que han muerto ya, pero los que aún viven son conocedores de los hechos. Algunos participaron directamente, otros indirectamente. Deben ser todos sometidos a la justicia; es importante para mí y para toda la sociedad dominicana que se reinicien las investigaciones.
»
NOTA: Reynaldo Pazos Pinedo murió el 29 de septiembre del 2009 en Buenos Aires, Argentina, víctima de un ataque cardíaco. Era hijo de la asesinada dirigente del Movimiento Popular Dominicano Miriam Pinedo e hijastro del secretario general de esa entidad Otto Morales. Sus restos fueron trasladados a Chile, donde residen su esposa Jimena y sus cinco hijos, y lugar en el que había residido durante más de veinte años (desarrolló una exitosa labor en el campo de la prevención contra el uso de drogas narcóticas y la rehabilitación de adictos). A su muerte contaba con 48 años de edad...
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Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo)

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(12 de febrero de 1921 - 13 de agosto de 1966)

Lo que conté sobre Pichirilo
Tomado de Granma. Reflexiones de Fidel Castro - 11 de marzo de 2014
(Editado por NH)

Prometí responder pronto a la periodista Daily. Ella, en la carta que mencioné ayer, dijo:
Comandante:

Mi nombre es Daily Sánchez Lemus, soy graduada de periodismo en el año 2006, y trabajo en el Sistema Informativo de la Televisión Cubana desde entonces. Terminé mi carrera con una tesis sobre el periodismo de Raúl Gómez García. Recuerdo que, a finales de 2005 e inicios de 2006, le escribí en tres ocasiones pidiéndole más luces sobre la prensa clandestina de Son los Mismos y El Acusador, y algún detalle que recordara o algún comentario especial que le mereciera Gómez García.

Aquella vez no pudo ser y recibí respuesta de las tres misivas, en las que me solicitaban que me remitiera a la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado. Sé muy bien la carga de trabajo, las responsabilidades suyas, por eso entonces comprendí que mi tesis tendría que salir sin su testimonio. Y le cuento que salió. "Raúl Gómez García, el Periodista del Moncada", fue el título que le di, tratando de demostrar que aquel joven, además de poeta, fue un periodista de filas.

Una vez que terminé la tesis, un amigo que quise mucho ─y aún quiero─, maestro de periodistas, Guillermo Cabrera Álvarez, me dijo: "Tengo tantas cosas que escribir que yo sé que no me dará tiempo a hacerlas todas a la vez. Te voy a regalar una historia". Fue entonces que, inspirado por no sé qué cosa, abrió unas de las gavetas de su buró y me entregó en un sobre amarillo las primeras señas de una novela de amor. Y fue entonces que conocí a Pichirilo, el dominicano que vino en el Granma, el que usted conocía desde Cayo Confites.

Escribir esta historia es para mí, además de algo tremendamente especial, un homenaje pendiente a la Historia de mi país, a la de República Dominicana y a Guillermo. Ahora es como si hubiera navegado en el Granma y llegado hasta estas aguas con ustedes, y luchado junto a Caamaño. Ahora Dominicana va mucho más cerca de mí. Todavía me falta mucho por investigar y por leer, pero trato de combinar esa investigación con mi trabajo. Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo) llegó al Granma porque usted sabía que él conocía mucho sobre navegación, que era valiente y tenía ganas de luchar contra dictadores como Trujillo y Batista. Collado, en una entrevista que le realicé a fines de 2006, definió a Pichirilo de una manera romántica y reveladora: "Pichirilo mareaba al mar". Pero usted, sin dudas, era la persona que más lo conocía, que sabía de su carácter y sus peculiaridades... esas tan necesarias para escribir y para que otras personas conozcan.
Lamentablemente lo que conozco sobre Pichirilo es de gran interés humano, pero sumamente poco, lo cual demanda de quien escriba sobre él un especial esfuerzo para reunir los datos pertinentes sobre la personalidad que en un brevísimo periodo de su vida conocí. Por mi mente no pasó nunca la idea de que algún día tendríamos que rendir cuenta de nuestra modesta existencia.

No sé de dónde salió Pichirilo. Era un dominicano que se enroló en la expedición convocada para derrocar a Trujillo en 1947. Cuando partí de la costa situada al noroeste de Antilla rumbo al distante Cayo Confites, al noroeste de Nuevitas y muy próximo a Cayo Lobo de Las Bahamas inglesas, a unas pocas millas de distancia, lo hice en una especie de embarcación patrullera pequeña, a cuyo mando estaba un hombre de mar, menudo, con el rostro curtido por los rayos del sol. Su nombre era Pichirilo. Después de navegar largas horas llegamos al Cayo. Lo vi después, cuando viajé unos días al Puerto de Nuevitas, por el mes de julio, para hacer contacto con la familia y darle noticias de mi vida. Regresé de nuevo al Cayo. En esos trayectos hice amistad con Pichirilo; era varios años mayor, yo no había cumplido 21 y era un simple enrolado en aquella expedición que reunió más de mil hombres.

Pichirilo continuaba yendo y viniendo del Cayo a Nuevitas, suministrando víveres para la expedición. Conversé bastante con él cuando asaltamos la goleta Angélica [¿Angelita?, NH], de Trujillo, que viajaba de Miami a Santo Domingo, pasando por las inmediaciones de Cayo Confites. Recuerdo que Pichirilo fue quien la identificó a bastante distancia e informó al mando de las fuerzas acantonadas en el Cayo. Sobre el islote cubano volaban rasantes, en tareas de exhibición y aliento, los cazas T-33 que contaba la expedición antitrujillista y se mostraban de cuando en cuando. No sabía más nada.

Llevábamos allí meses cuando los sucesos de Orfila estremecieron la expedición, mucho más deseosa a partir a su destino que permanecer en el inhóspito Cayo. El primer movimiento de su peculiar mando bajo la égida de los pseudo revolucionarios y corrompidos jefes cubanos, fue hacia el este, en maniobra de amenaza a la Jefatura del Ejército Nacional. En el Cayo de Santa María, al norte de Caibarién, se produjeron deserciones masivas. En el buque de desembarco "Aurora" viajaba el Batallón Sandino y otros componentes de la expedición. Yo era Teniente y segundo Jefe de la Compañía de vanguardia de un batallón que viajaba en la proa del barco, con un fusil ametralladora como antiaérea.

Esto merece mencionarse solo por un hecho: Mi amigo Pichirilo era el Segundo Capitán del "Aurora", donde viajaban Rodríguez, exsenador dominicano y jefe de la expedición; Maderme, ciudadano cubano, jefe de regimiento, con prestigio histórico por haber sido jefe antimachadista en la expedición de Gibara, norte de Cuba, y otros jefes importantes. La traición de Masferrer al mando de el "Fantasma", la otra nave de desembarco en muchas mejores condiciones técnicas, determinó mi sublevación, ya que no me resignaba a la entrega del barco. A eso se reducía el cumplimiento de la orden de la Marina. Genovevo Pérez Dámera, jefe del Ejército de Cuba, se había vendido a Trujillo por millones de dólares.

Mi gran reconocimiento a Pichirilo parte del hecho que tomó el mando del buque para apoyarme y en coordinación conmigo, realizó grandes y audaces esfuerzos por engañar a la corbeta de la Marina de Cuba que, con los cañones de proa listos, nos ordenó en el extremo oriental de Cuba retroceder hacia el puerto de Antilla, en la Bahía de Nipe, donde el resto de la expedición estaba ya prisionera. Mi objetivo era salvar el grueso de las armas que llevaba el "Aurora". En torno a eso giró todo. No repetiré lo ocurrido el resto de la tarde que se relaciona con todo lo que viví ese día.

Diez años más tarde, cuando el Granma zarpó de Méjico, Pichirilo se había unido a nosotros e iba, con toda su audacia y coraje, como segundo jefe de la embarcación. Ojalá hubiese sido el primero, pero tal tarea correspondió a un Comandante de la Marina de Cuba que se suponía experto en las costas y puertos de nuestro país.

Ignoraba realmente cómo Pichirilo pudo salvar su vida después del desembarco del Granma cuando nuestro destacamento fue prácticamente exterminado. Supe por estos días que Pichirilo fue uno de los 19 expedicionarios del Granma que lograron escapar sin ser torturados, asesinados o enviados a prisión.

La tarea de conocer más sobre él corresponderá a los que investiguen la vida del combatiente dominicano. Solo conozco que luchó, con el grado de Comandante, bajo las órdenes de Caamaño, contra los soldados de la 82 división aerotransportada, que sumados a más de 40 mil infantes de marina, desembarcaron en Quisqueya. Fue atacado a tiros el 12 de agosto de 1966 por los órganos de inteligencia de República Dominicana, durante la Presidencia de Joaquín Balaguer, órganos que estaban bajo la égida del Gobierno de Estados Unidos. Murió horas después, el 13 de agosto cuando yo cumplía 40 años. Su muerte provocó una ola de protestas en la Ciudad de Santo Domingo y su entierro devino en una combativa manifestación de repudio al débil gobierno de Balaguer. Nadie agradecería más que yo una biografía de Ramón Emilio Mejía del Castillo, no importa cuán modesta sea. Vale la pena que hombres como él, Jiménez Moya, y otros heroicos combatientes, sean conocidos por dominicanos y cubanos.


MPD recuerda aniversarios comandantes Pichirilo Mejía y Fidel Castro
Tomado de Diario Dominicano - 14 de agosto de 2011
(Editado por NH)

El Movimiento Popular Dominicano (MPD), marxista-leninista, recordó al comandante Ramón Emilio Mejía (comandante Pichirilo), al conmemorarse 45 años de su asesinato, así como el nacimiento de Fidel Castro, a quienes además de dicha fecha los unió la lucha libertaria del pueblo cubano y dominicano.

Fernando Hernández, vocero nacional del MPD, dijo que el 13 de agosto es un día que, como revolucionario, uno nunca podrá olvidar, porque además de la caída del comandante Pichirilo, ese mismo día, 40 años antes, el 13 de agosto de 1926, nació el comandante Fidel Castro Ruz (dos revolucionarios ligados por la solidaridad y la lucha por la libertad). "Se conocieron primero en los preparativos de Cayo Confites para luchar contra la tiranía trujillista en 1947 y luego se vincularon de nuevo en México en los preparativos de la expedición que se trasladaría a Cuba en 1956 para luchar contra la dictadura de Fulgencio Batista. A estas acciones de 1947 y 1956 se les llamaría Hermandad Revolucionaria, verdadero acto de solidaridad revolucionaria dominico-cubana", destacó Fernando Hernández.

"Pichirilo, de joven muy inquieto, cuestionaba la situación política del país, por lo que se vio precisado a abandonarlo (en uno de los barcos de su familia perteneciente Agustín Pichirilo, rumbo a Curazao). Luego pasó a Venezuela y finalmente a Cuba. En Cuba hizo contacto con los exiliados dominicanos que preparaban y organizaban la expedición de Cayo Confites, y es en ese islote, al norte de Cuba, que Pichirilo conoce a Fidel (en el año 1947). Cuando los enfrentamientos de la futura expedición fue descubierta y fueron apresados por la Marina cubana, ambos se lanzaron al agua y salieron a tierra firme, evitando de esta manera ser atrapados", relató Monchín Pinedo.

En 1953 ocurre la gran jornada de lucha armada en el "Día de la Rebeldía"; se produce el ataque al cuartel Moncada (en la provincia de Santiago de Cuba), evento que definió la lucha revolucionaria por el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista. "En ese encuentro militar las fuerzas rebeldes fueron derrotadas por las del dictador; muchos revolucionarios cayeron y otros fueron apresados, incluyendo Fidel Castro, el líder. Serían liberados en 1955 y, junto a otros activistas de izquierda, fundan el Movimiento 26 de Julio (M-26-7)", manifestó Monchín Pinedo.

El dirigente emepedeísta dijo que en 1955 el grupo principal del 26 de Julio, encabezado por Fidel Castro, salió a México. En 1956 Ramón Emilio Mejía (Pichirilo) participa en la fundación del Movimiento Popular Dominicano (MPD) conjuntamente con Pablo Martínez, Máximo López, Andrés Ramos Peguero y otros, siendo Pichirilo electo miembro del Comité Central. "Ese mismo año de 1956 Pichirilo sale de Cuba y llega a México, uniéndose inmediatamente a Fidel (en otro encuentro que los uniría a la lucha revolucionaria); participa en los entrenamientos y preparativos de la expedición que los trasladaría de regreso a Cuba y es cuando conoce a Ernesto 'Che' Guevara (inmediatamente se hacen grandes amigos)", manifestó Monchín Pinedo.

Dijo que Fidel Castro escogió a Ramón Emilio Mejía (Pichirilo) como segundo jefe de la embarcación (Granma). El grupo de revolucionarios, con Fidel a la cabeza, se traslada a Cuba en una no muy fácil travesía por el mal tiempo que encontraron, y desembarca el 2 de diciembre de 1956 en un lugar llamado "Playa las Coloradas", en el este de Cuba, reiniciando la lucha armada contra la dictadura de Batista que culminaría con el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959.

Monchín Pinedo afirmó que Ramón Emilio Mejía (Pichirilo) no permaneció ajeno a la situación dominicana y a los acontecimientos que ocurrían, por lo que regresó de Cuba en 1963, durante el gobierno de Juan Bosch. "En la Guerra de Abril del 1965 Pichirilo participa en la organización del Comando San Antón con los grupos de jóvenes de esa barriada. A su lado siempre tenía a Eliseo Andújar (Barahona); constituyeron un extraordinario dúo de combatientes. Con Otto Morales realizaban labores nocturnas. Pichirilo se constituyó en consejero nocturno del Movimiento Popular Dominicano (MPD) y del comando "Escuela Argentina" (de nuestra organización)", expresó Monchín Pinedo.

Siguió diciendo Monchín que "en 1966, finalizada la Guerra de Abril, se montó el simulacro electoral preparado desde la embajada norteamericana mediante el cual salió 'favorecido' Joaquín Balaguer, quien, desde sus primeros días en el poder, empezó a dar fiel cumplimiento a la misión que le habían encomendado los yanquis de imponer a sangre y fuego sus pretensiones: el 12 de agosto el comandante Pichirilo fue cobardemente herido, muriendo un día después".

Fernando Hernández y Monchín Pinedo, en nombre del MPD, llamaron a la presente generación de revolucionarios a no simplemente recordar, sino, y fundamentalmente, no dejarse corromper por "los caramelitos del poder" -como algunos que lucharon ayer, que hoy son renegados o simplemente pronuncian discursos que no se corresponden con su práctica- y a mantenerse apegados a los principios, defendiendo siempre los mejores intereses del pueblo e impulsando un frente revolucionario que pueda constituirse en un referente alternativo ante los corrompidos de derecha.


Pichirilo a las puertas de Nuestra Historia
Tomado de Cuba Defensa. Entrega de Dalia Isabel Giro López del 12 de febrero de 2016
(Editado por NH)

Daily Sánchez Lemus, autora del libro "Pichirilo. El dominicano del Granma", expone las razones que la convidaron a realizar su investigación

Unidos en el empeño de preservar las tradiciones patrióticas, la Casa Editorial Verde Olivo, el Instituto de Historia de Cuba y la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado presentaron el Proyecto Cultural Comercial Nuestra Historia en el marco de la Edición 25 de la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Con la apertura, las tres editoriales rinden homenaje al aniversario 60 del desembarco de los expedicionarios del yate Granma y día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), así como al cumpleaños 90 del líder histórico Fidel Castro Ruz a través de una exposición fotográfica que rememora momentos trascendentales de la institución armada y parte de la vida y obra del Comandante en Jefe.

A las puertas del proyecto cultural llegó Pichirilo. El dominicano del Granma, obra que muestra la excepcionalidad de Ramón Emilio Mejía del Castillo, quien con su audacia y coraje se unió a la expedición que zarpó desde Tuxpan, México, en 1956.

Pichirilo fue enterrado y casi con él se enterró su historia hasta que la voluntad de la periodista Daily Sánchez Lemus, autora del volumen, saca a la luz la imagen del luchador quien entre sus tantos combates tuvo el de ser timonel del yate Granma y formar parte de una expedición triunfadora.

Con el impulso decisivo de Fidel, materializado en una de sus reflexiones, la investigadora penetra en los rincones más íntimos de Pichirilo hasta entender las razones de su pensamiento y acción. Descubre al hombre común, pero al mismo tiempo grande por sus valores excepcionales cuyo carácter lo llevó a rebelarse contra la injusticia hasta convertirse en un internacionalista apasionado.

Con un lenguaje sencillo la periodista navega a través de estas páginas con el también conocido Domador de los Mares, muestra al hombre con sus virtudes y fallas, desprendido de ataduras sentimentales pero enamorado de la vida. Incluso de hacernos sonreír, deshacer peligros y arriesgarse, siendo capaz de dejar su tierra natal para unirse a Fidel en la expedición de Cayo Confites, luego en el Granma, y más tarde seguir el camino hasta alegría de Pío.

Para la autora, Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo) “es un ejemplo osado para las batallas que faltan por librar en el continente, un luchador que seguirá por siempre surcando mares”.


Ramón Emilio Mejía del Castillo
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 21 de agosto de 2016
(Editado por NH)

¿Quién recuerda a este lobo de mar que desafió a Trujillo aquí y desde el exilio y luego del tiranicidio regresó a defender la soberanía mancillada en 1965? Después se enfrentó a Balaguer en los inicios de sus funestos "Doce Años" y fue abatido por la espalda, desarmado. Se convirtió en el primer mártir de ese cruel mandato. Su tumba está tan abandonada como su memoria. Paradójicamente se le recuerda con más admiración en Cuba. Fidel Castro, quien lo escogió para integrar la incursión del yate Granma a esa nación porque había conocido su arrojo en 1947 cuando formó parte de la fracasada expedición de Cayo Confites, no solo exalta su intrepidez, también lo extraña.

Sobre Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo), fundador del Movimiento Popular Dominicano en el destierro, se han publicado dos libros, uno de autora cubana y otro de dos dominicanos. Sin embargo, es mucho lo que falta por decir de este guerrero, luchador incansable por la libertad, desafiante, impulsivo, dichoso sobreviviente de múltiples aventuras arriesgadas. Este año [2016] se cumplió el 50 aniversario de su asesinato. Compañeros de hazañas y batallas le han rendido tributo en actos que no han tenido trascendencia. Es un olvidado. No hay calles, avenidas, monumentos ni escuelas con su nombre. Nadie se ha ocupado de rescatar su ejemplo. El nombre de la tarja en su sepultura lo han borrado el sol, las lluvias, el tiempo...

José Antonio Cuevas (Papi), Ramón Agustín Pinedo Mejía (Monchín) y Juan Thompson, miembros del Comité de Homenaje, fueron entrevistados para rememorar la vida de Pichirilo. Monchín, primo del mártir, habla de su infancia. Thompson, su guardaespaldas, conversa sobre el político revolucionario y descubre facetas humanas. Cuevas refiere las actividades.

El mar lo absorbió. Pichirilo, Pichi, el comandante Pichirilo, el “domador de los mares”, el amigo de Juan Bosch, del Che Guevara y de Albizu Campos, nació en La Romana y hay discrepancias en cuanto al año. Dicen que en 1921, 1922, 1923… En lo que hay unanimidad es en que fue el 12 de febrero, hijo de Francisco Mejía y Patria del Castillo... El apellido era Piccirillo, por Francesco Piccirillo, que vino desde Italia. Se convirtió en Pichirilo por el uso. Fue una familia tan influyente que le compusieron el merengue “¿Quién no quiere ser Pichirilo?”, pero Trujillo lo prohibió cuando ellos se le opusieron. Los que no se fueron del país debieron cambiarse el apellido. En República Dominicana Pichirilo es sinónimo de bien vestido, elegante.

Pichi no llegó a completar el bachillerato, el mar lo absorbió; pasaba los días navegando, ayudando en la fabricación de yolas, botes, balandros, barcos. Se convirtió en uno de los marinos preferidos de mi abuelo, Agustín Pichirilo, pescador y carpintero de embarcaciones. Todos eran grandes nadadores; Francesco se ponía un cuchillo en la boca, se lanzaba al mar y salía con un tiburón en la mano”, cuenta Monchín. Agrega que como capitán del balandro San Rafael, Ramón Emilio estableció contacto con antitrujillistas, conoció a Mauricio Báez y participó en la huelga azucarera de 1946 “y por eso mi abuelo se lo llevó a alta mar para alejarlo”. Otros amigos desafectos fueron Pipí Ortiz, Roberto McCabe y Pipí Hernández, asesinado en Cuba por órdenes de Trujillo.

El yate Granma: adquirido de forma clandestina por un grupo de exiliados cubanos (en México) pertenecientes al Movimiento 26 de Julio. Fue usado por los 82 expedicionarios (de dicho movimiento) en el desembarco (en Cuba) con fines revolucionarios que encabezó Fidel Castro, quien llegó acompañado de Ernesto "Che" Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida, Ramiro Valdés, Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo)...

En sus viajes, Pichirilo llevaba y traía informaciones de los exiliados; fue detectado, se lo confiaron a Joaquín Mejía, su tío, y el intrépido navegante debió quedarse en Curazao con la advertencia de que no regresara. “Cuiden a Pichi, que lo van a secuestrar”. Desde Curazao viajó a Venezuela, México y Cuba donde se unió a los expedicionarios de Cayo Confites.

Fundó el Movimiento Popular Dominicano para arreciar la lucha contra la tiranía trujillista junto a Máximo López Molina, Tiberio Castellanos, Julio César Martínez, José Moscoso, Esperanza Font, Pablo Antonio Martínez “pero como era muy inquieto y ya habían liberado a los arrestados por el asalto al cuartel Moncada, se fue a México a reencontrarse con Fidel, quien al verlo exclamó: ‘¡Llegó quien va a ser mi contramaestre en el Granma!”, manifiesta Monchín. Comenzó a entrenarse hasta el 25 de noviembre cuando salieron para el oriente de Cuba, Pichirilo como primer oficial de navegación. “Se convirtió así en un combatiente solidario, internacionalista”. Fueron recibidos con bombardeos del ejército; Pichirilo se internó en el monte y salvó su vida. “A Sierra Maestra solo subieron 12 o 13 con Fidel”, afirma.

Semanas después el legendario Pichirilo entró a La Habana y vivió ocultándose hasta que se asiló en la embajada de México en 1957. En diferentes países procuró armas para Sierra Maestra mientras lo buscaban Trujillo y Fulgencio Batista. Nunca rompió el contacto con los antitrujillistas, especialmente con los de Cuba y Venezuela. Desde allí viajó a Cuba para venir en las expediciones de junio de 1959, lo que no fue posible.

Después del triunfo de la Revolución Cubana trabajó en el Ministerio de Gobernación, fue administrador de una fábrica de bidones y otra de aluminio y jefe de un almacén, según consigna Daily Sánchez Lemus en su libro “Pichirilo, El dominicano del Granma”.

Libró de la muerte a Roque Núñez, que cayó al mar durante la travesía del Granma y auxilió al Che Guevara herido al pisar tierra. “Fue asistente del Che en el ministerio y este le asignó viajes en barcos a Canadá”. Pichirilo ansiaba volver a su patria, ver a su familia. Regresó en 1963 y dos años más tarde se elevaría su estatura revolucionaria en la Guerra de Abril. Tuvo un hijo cubano, Abel Mayarí Expósito, y dos esposas cubanas, Helia Mingusia del Calvo Rodríguez y Dorailis Vila. Aquí fue su compañera Gertrudis, en la calle Arzobispo Meriño esquina Restauración, donde ahora fue levantada una tarja.

Nuestro comandante está olvidado porque desde Trujillo hasta el presente se ha querido borrar la memoria de los que lucharon a favor de la democracia y la libertad de este pueblo”, exclamaron los entrevistados. Proponen que se designe en su honor la plazoleta de San Antón. “No hay nada con su nombre ni en su pueblo. En el barrio Miramar [San Pedro de Macorís, NH] deberían construir la Plaza de la Revolución y escribir su nombre”.

Fidel escribió el prólogo del libro de Sánchez Lemus y recordó la trayectoria de ese “hombre de mar, menudo, con el rostro curtido por los rayos del sol”. Agregó que “nadie más que yo agradecería una biografía de Ramón Emilio”. Bosch condenó su muerte: “Es una mancha deshonrosa en la historia nacional, porque él era un héroe”. El único homenaje conocido es la canción que le compuso Luis Días: “Oye Pichirilo, vuelve a tu comando por un momento/ que los americanos están pidiendo un cese de fuego…”. Entrenó soldados y luchó en el comando de La Puerta de San Diego.

Thompson cuenta que les reiteraba: “Yo no soy comunista”, aunque fue fundador del MPD. Monchín explica que “tuvo contradicciones en Cuba con el Partido Unificador Comunista Cubano, pero más con la gente del PSP cubano, que era de tendencia soviética”.


¡Era hora! Dos libros citan a Fidel hablando de Pichirilo, "el dominicano del Granma"(*)
Tomado de Hoy digital. Entrega de Raúl Pérez Peña del 30 de abril de 2016
(Editado por NH)

Revolución de Abril; a la izquierda el coronel Francisco Caamaño Deñó

Fue puesto en circulación el libro “Pichirilo, el comandante popular”, autoría del doctor Pedro A. Pérez A. y del ingeniero Juan F. García S., obra impresa por la editora Amigo del Hogar. El acto del lanzamiento en una librería capitalina evidenció la expectativa generada por el libro sobre Pichirilo, combatiente revolucionario de relevantes huellas patrióticas internacionales. Es muy valiosa la iniciativa de los autores de la obra, quienes con acentuada humildad y honestidad son recurrentes en afirmar que se trata de testimonios acerca de ese revolucionario petromacorisano, digno de ser conocido por el pueblo dominicano y las presentes generaciones.

Vale recrear, "in memoriam", el crédito para Otto Pichirilo (fallecido hace más de dos años, hermano de uno de los autores), por su interés en mantener viva la memoria de Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo). También, "post mortem", quien escribe se honra en evocar a doña Grecia Mejía de Pinedo (que me trató como parte de su familia desde aquellos tiempos en que vivía en el extremo este de la calle Caracas), y, en este mes de abril, recibió desde Cuba otro libro titulado “Pichirilo”, de igual título y similar propósito, inspirado en rescatar la memoria de ese hombre de las aguas caribeñas para que no desaparezca en la profundidad del mal del olvido. El libro cubano es obra de la joven periodista Daily Sánchez Lemus, del canal Tele Rebelde, obra ganadora del premio Biografía. Es un texto de la editorial Verde Olivo.

Ambos libros se nutren de las palabras de Fidel. El libro dominicano abunda sobre la participación decisiva del revolucionario dominicano en Cayo Confites y en el desembarco del Granma, donde Fidel evoca a su amigo Pichirilo desde que era el segundo capitán del barco Aurora durante los turbulentos percances del campo de entrenamiento de la malograda expedición de Cayo Confites, en el oriente cubano. Luego de dicha cita de Cayo Confites, en la solapa derecha del libro dominicano, al pie de una foto de Pichirilo, figuran estas palabras de Fidel: “Diez años más tarde, cuando el Granma zarpó de México, Pichirilo se había unido a nosotros e iba, con toda su audacia y coraje, como Segundo jefe de la embarcación. Ojalá hubiese sido el primero”. Agrega Fidel que Pichirilo “luchó con el grado de comandante bajo las órdenes de Caamaño, contra los soldados de la 82 División aerotransportada, que, sumados a más de 40 mil infantes de marina, desembarcaron en Quisqueya”.

Los dos libros en circulación, con datos biográficos esenciales sobre la vida de Pichirilo, sin dudas habrán colmado de satisfacción a Fidel Castro, quien ya en el 2009 había dicho: “Nadie agradecería más que yo una biografía de Ramón Emilio Mejía del Castillo, no importa cuán modesta sea. Vale la pena que hombres como él, Jiménez Moya y otros heroicos combatientes sean conocidos por dominicanos y cubanos”.

Sin temor a equivocarme, quien escribe entiende que existe cierto parecido, guardando la distancia, entre la trayectoria seguida por Pichirilo y la misión cumplida por los editores de los dos libros. Pichirilo estuvo en Cayo Confites, el Aurora, en el México del Granma, como segundo del Granma llegó a Cuba, en Alegría de Pío, luego entró clandestino a La Habana y se integró al 26 de Julio. Más tarde se traslada a Santo Domingo. Tras el 24 de abril combate en San Antón y otros barrios. El 12 de agosto de 1966 cae mortalmente herido por la espalda: Meriño y Restauración, hacia la Francisco Cerón. Fue un asesinato selectivo; parte de un plan orquestado por los Estados Unidos. Su trayectoria es un monumento horizontal de huellas sucedidas en línea recta, espejo de la perseverancia sin retroceso.

Del otro lado, aparecieron quienes le escribieron y publicaron. En Cuba, la periodista Daily Sánchez Lemus, y, en República Dominicana, el meritorio y complejo trabajo de Pedro A. Pérez A. y Juan F. García S. En Cuba y en República Dominicana los autores-compiladores llegaron a puerto con los dos libros del mismo título: Pichirilo. Pueden estar seguros de la misión cumplida, con sus valiosos aportes, muy significativos en el colectivo compromiso de reivindicar a Pichirilo, el revolucionario digno de un amplio espacio pendiente en el imaginario popular.

Dice Luis Días, en la canción que le dedica a Pichirilo, en alusión a lo que se jugaron militares y militantes constitucionalistas durante aquel abril glorioso e imperecedero de 1965:
"Oye Pichirilo, súbeme a tu comando por un momento.../
Oye Pichirilo, préstame tu Mauser por un momento.../
para ver si acabamos con este 27 de Febrero.../"
(*) Granma es el nombre de la embarcación que trasladó desde playas mexicanas a los 82 expedicionarios que desembarcaron el 2 de diciembre de 1956 en el oriente de Cuba bajo la comandancia de Fidel Castro, acompañado por Ernesto -Che- Guevara, Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdés y otros. Pichirilo trasladó a México parte del dinero para la compra del Granma. Fue segundo timonel durante la travesía. El primer combate de los expedicionarios del Granma fue en el 5 de diciembre en Alegría de Pío. Sobrevivieron 19 guerrilleros que lograron escalar luego la Sierra Maestra. El yate está en el museo de la Revolución, en La Habana, Cuba.
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Orlando Mazara

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(19 de febrero de 1945 - 11 de febrero de 1967)

Matan a Orlando Mazara
Tomado de Vanguardia del Pueblo - 9 de febrero de 1967
(Editado por NH)

El 11 de febrero de 1967 fue muerto a balazos el dirigente de izquierda Orlando Mazara, quien cayó en el monte Arabia, en San José de Ocoa, en una emboscada del Ejército Nacional. El Movimiento Popular Dominicano (MPD) atribuyó el hecho a los cuerpos represivos del gobierno de Joaquín Balaguer.

Mazara había militado en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) y se había destacado como un gran luchador en defensa de la libertad y los derechos políticos. De joven se unió a la lucha revolucionaria; se integró a la guerrilla de 1963, liderada por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y participó en la Guerra de Abril de 1965, en la Zona Norte, bajo la dirección de Roberto Duvergé y Aniana Vargas (del 1J4).

Ex compañeros lo califican como un joven brillante, luchador incansable por la justicia y la libertad. Fidelio Despradel, dirigente del 1J4, resaltó que Mazara fue un joven rebelde que sembró con el ejemplo. El historiador José Antinoe Fiallo Billini afirma que Orlando Mazara era parte del selecto grupo de combatientes revolucionarios del 1J4, núcleo comprometido con la estrategia de la guerra revolucionaria que se fue constituyendo a lo largo de un proceso de decantación.

Al pronunciar las palabras centrales, de un acto en honor a Mazara, José A. Guzmán sostuvo que “Orlando no debió morir en las condiciones que murió porque fue un soldado al servicio de la patria, demostrado con hechos más que palabras”. Sostuvo que “Orlando luchó por una patria justa, por el respeto a la voluntad soberana del pueblo expresada en las urnas”, al referirse a su participación en la Guerra de Abril del 1965 en defensa del derrocado gobierno del profesor Juan Bosch y en pro de la vuelta a la constitucionalidad.

Orlando Mazara había nacido en 1945, en El Seibo. A los 13 años era miembro de la Asociación de Estudiantes Secundarios de El Seibo. Fue entrenador en la Academia Militar 24 de Abril, donde bajo orientación del 14 de Junio organizó un contingente de campesinos en San José de Ocoa y Padre Las Casas que formaban parte de los ciudadanos que en esa zona se integraron a la lucha constitucionalista.

Al terminar la guerra Mazara fue enviado por el 1J4 a China a recibir entrenamiento militar y político. A su regreso se integró a trabajar en la loma Arabia (San José de Ocoa), en la sección Las Hornas; después de un año de labor, los organismos de inteligencia del gobierno descubrieron el grupo del 1J4 con el que trabajaba y le tendieron una emboscada en la que resultó asesinado.


La muerte de Orlando Mazara en 1967 y el final del sueño guerrillero del 1J4
Tomado de Acento. Entrega de Alejandro Paulino Ramos del 2 de julio de 2017
(Editado por NH)

Fidelio Despradel detalla la forma en que fue asesinado Orlando Mazara. Los periodistas: Álvaro Arvelo, Emilio Herasme Peña y Miguel Hernández

El Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) surgió en 1960 inspirado en el ejemplo de los expedicionarios de junio de 1959. Su heroica lucha contra la dictadura de Trujillo sirvió de estímulo para la formación de la agrupación de izquierda dirigida por Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo), quien junto a lo más selecto de la organización se inmoló en Las Manaclas en diciembre de 1963. Posteriormente, en 1965, el 1J4 tuvo una principalísima responsabilidad militar en la guerra civil; terminada la contienda decidió darle continuidad a la lucha armada, ahora contra el gobierno de Joaquín Balaguer (que se había iniciado en julio de 1966). Sin embargo, aunque sus dirigentes se apresuraron a reiniciar la guerra utilizando el campo como zona insurgente y buscando el apoyo de la Cuba socialista y de otras naciones comunistas, sus planes fueron prontamente desvelados. Con la muerte de Orlando Mazara, y las divergencias sufridas a lo interno de la agrupación, quedó sellado el final del sueño guerrillero...

El paraje de San José de Ocoa conocido como Monte Arabia, perteneciente a la Sección La Horma, amaneció, el sábado 11 de febrero de 1967, teñido con la sangre valerosa de Orlando Mazara, dirigente del 1J4, que se había destacado desde muy joven en la resistencia contra los remanentes de la dictadura de Trujillo. Participó en la guerrilla de Manolo Tavárez Justo en 1963 y fue de los principales combatientes durante la Revolución de Abril de 1965, tanto en los enfrentamientos contra las tropas norteamericanas como en la escuela militar rebelde que se conoció como Academia Militar 24 de Abril.

Dos años después, cuando se encontraba en tareas político-militares cumpliendo las órdenes de su partido de establecer un foco guerrillero en la Cordillera Central, las autoridades militares dieron con su paradero y lo asesinaron sin darle oportunidad a defenderse. El lugar escogido por el 14 de Junio para establecer uno de los puntos del “triángulo estratégico” fue el monte Arabia, perteneciente a San José de Ocoa, en el que prevalecía, en invierno, la baja temperatura (llegando hasta el punto de congelación). Los escasos campesinos de la zona estaban dedicados a la agricultura, en especial a la siembra de papas. Situado a 113 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo, era de difícil acceso y sólo se podía llegar a él utilizando mulos o caminando, por lo que resultaba apropiado para que el 1J4 lo tuviera, dentro de la estrategia de organizar la lucha armada, como un punto clave del que Mazara fue el principal responsable.

A la hora de su trágica muerte, en la madrugada del 11 de febrero, Orlando Mazara solo tenía 22 años de edad. Su muerte de manos de la patrulla militar que le daba seguimiento tal vez pudo haberse evitado si se hubieran tomado las medidas necesarias; el 1J4 tenía conocimiento de que todos sus planes estaban en posesión de los servicios de inteligencia de la República Dominicana, desde diciembre de 1966, cuando un legajo de documentos nutrido de imprudentes detalles sobre las operaciones guerrilleras que se venían gestando cayó en manos de la seguridad del aeropuerto de Maiquetía (Caracas Venezuela) mientras era transportado desde París hasta Santo Domingo por el sindicalista Fernando de la Rosa. Las autoridades de Venezuela entregaron de inmediato la documentación a las autoridades dominicanas.

Seis días antes de la muerte de Orlando Mazara, la noche del lunes 4 de enero de 1967, el presidente Balaguer pronunció un discurso informando a la nación que los planes insurreccionales estaban en conocimiento de los servicios policiales y se tomó la libertad de detallar toda la trama revolucionaria... Ese discurso debió ser suficiente para que el 1J4 movilizara de inmediato a los hombres que junto a Orlando Mazara simulaban ser simples campesinos en el monte Arabia...

Explicando la manera en que encontró la muerte el combatiente revolucionario, a manos de una patrulla militar que lo emboscó, el entonces máximo dirigente del 1J4, Fidelio Despradel, declaró al periódico El Nacional del 14 de febrero lo que había sucedido, diciendo que Mazara fue asesinado cuando “salía de la casa donde vivía desde hace mucho tiempo” en dirección al conuco que cultivaba, cuando los soldados, que se encontraban en el lugar desde la noche anterior, le cercaron y le acribillaron a balazos. “Ya en el suelo, Mazara recibió un tiro de gracia en la nuca...”.

Dice Fidelio Despradel, en sus memorias publicadas por el Archivo General de la Nación en el 2015, que “en la primera Zona Estratégica” [del triángulo estratégico] “Orlando Mazara encabezaba un numeroso grupo de campesinos que habían estado bajo su mando... Al momento del discurso de Balaguer, el 4 de febrero, el ejército estaba en la zona rastreando su ubicación y la de sus compañeros, por lo que Orlando se comunicó con la dirección del 14 de Junio informando la situación, y la que le contestó, entre otras cosas, que estaba muy preocupada y que se estaban tomando medidas...”. Fidelio explicó que Mazara fue emboscado porque contravino “las instrucciones expresas que se le impartieron; se mantuvo en la zona donde ya el enemigo lo había localizado... En la madrugada del día en que fue muerto, después de comprobar que no tenía ningún mensaje alarmante, con su radio en el oído escuchando las noticias, volvió por uno de los senderos habituales donde tenía un sembradío de papa sin percatarse que la noche anterior fuerzas especiales habían entrado sigilosamente...”.

Sobre la forma en que Orlando Mazara fue emboscado, un campesino que conoció de sus actividades en el monte Arabia narró a El Nacional que este “iba para su trabajo oyendo un radio portátil” y que tenía un predio sembrado de papas donde aprendía a trabajar la tierra; dijo, además, que tenía conocimiento de las actividades políticas de Mazara aunque no estaba vinculado a los planes guerrilleros. También publicó El Nacional que dos campesinos del lugar fueron los que sirvieron de guías a los militares. La prensa mostró detalles de la forma en que el guerrillero fue ultimado al recibir tres disparos, estando completamente solo, mientras se movía a través de unos cafetales camino a La Horma, de San José de Ocoa. Su cadáver fue dejado tendido en el lugar de los hechos por más de 12 horas, al parecer a la espera de que sus compañeros intentaran rescatarlo...

En la versión dada por la policía a la prensa se dijo que las autoridades habían actuado basadas en denuncias de que "personas extrañas a la 'Arabia' estaban adoctrinando y entrenando a los campesinos en tácticas de guerrillas, manejo de armas y cuestiones militares”. Además, la policía informó que ellos habían encontrado varias armas en poder de Mazara, entre ellas un fusil FAL, un AR-15, una pistola calibre 45, un fusil Mauser, así como cargadores y proyectiles. También encontraron una cédula a nombre de Hamlet Hermann Pérez, quien declaró a las autoridades que él la había entregado a Orlando para que este pudiera sacar su carro de un taller de mecánica donde lo estaba reparando.

De acuerdo a las declaraciones de algunos militares, se decía que Mazara era considerado como un líder de los campesinos de las lomas donde realizaba su trabajo político-militar, pero que ellos tenían conocimiento de que en esa zona estaba actuando un grupo guerrillero. El cadáver de Orlando fue entregado a sus familiares y trasladado a la ciudad capital para darle sepultura. El masivo desfile fúnebre fue ametrallado por la policía con el saldo de un muerto y varios heridos. Su desaparición y el impacto del suceso sobre el 1J4 puso fin al proyecto guerrillero que se había organizado bajo el esquema de hacer la guerra en el “campo que rodea la ciudad”...


Develizan Busto y rinden Homenaje a Orlando Mazara en su pueblo natal de El Seibo
Tomado de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) - 15 de febrero de 2011
(Editado por NH)

Busto en honor a Orlando Mazara (erigido en El Seibo, donde nació)

El Lic. José Guzmán, coordinador del Comité Permanente de Homenaje a Orlando Mazara, solicitó al Dr. Leonel Fernández, en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerza Armadas, que ordene a estas pedir perdón al pueblo dominicano y a los familiares de Orlando Mazara por su muerte ya que lo único que hizo fue luchar por la libertad y la democracia. “Nada justificaba que este, sin tener armas en las manos... fuera asesinado por miembros del Ejército Nacional. Orlando fue víctima de la sin razón y de las locuras ideológicas de la época, lo cual no puede repetirse jamás en nuestro país; luchó desde muy temprana edad para que se respetara la decisión soberana del pueblo al haber escogido en las urnas al profesor Juan Bosch (derrocado). Este intrépido, revolucionario y patriota debe estar presente en la mente de todos los que anhelamos una mejor suerte para el pueblo dominicano, y más para los que creemos firmemente que debemos liberarnos de las lacras que obstaculizan la libertad y la felicidad plena...

Diversas Instituciones de las fuerzas vivas de El Seibo desvelizaron un busto para rendirle homenaje al Mártir de la Libertad y la Democracia, Orlando Mazara del Rosario, asesinado en la sección La Horma, de San José de Ocoa, el 11 de febrero del año 1967 en el primer año del primer periodo de gobierno de Joaquín Balaguer.

Orlando Mazara del Rosario nació en la ciudad histórica de Santa Cruz de El Seibo, en la región este de la República Dominicana, el 19 de febrero de 1945, entre cruces, mabí y atabales. Desde muy joven se integró a la lucha política como dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Con apenas 17 años de edad siguió al líder y guerrillero de la dignidad, el comandante Manolo Aurelio Tavares Justo, en las acciones de noviembre de 1963, desde el frente Mauricio Báez (en las montañas de El Seibo).

En el año 1965, al estallar la Guerra de Abril, en procura de reponer a Juan Bosch sin elecciones, y como consecuencia de la segunda intervención norteamericana, Orlando Mazara estaba en las calles con el fusil en mano como parte del comando de unidades móviles y posteriormente como instructor de la Academia Militar 24 de abril.

Después de la guerra de abril viajó a China como dirigente del 14 de Junio para profundizar sus estudios políticos; a su regreso al país trajo la determinación de irse a trabajar con los campesinos como nueva estrategia revolucionaria “de trabajar, comer y vivir con los campesinos”. Se fue a trabajar a la sección La Horma en las montañas de San José de Ocoa, en el sur del país, donde fue detectado, detenido y fusilado, en la parcela de papa que cultivaba, por los aparatos de seguridad del régimen de Joaquín Balaguer (el 11 de febrero de 1967). Al momento de su asesinato Mazara se desempeñaba como miembro de la Comisión Regional del Sur (CORESUR), del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

En el Acto de recordación a Orlando Mazara, al cumplirse el 44 aniversario de su asesinato, estuvieron presentes el Lic. José Guzmán, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la Provincia de El Seibo y Coordinador del Comité Permanente de Homenaje a Orlando Mazara; Mireya Mazara, hermana de Orlando Mazara y Presidenta de la Fundación Orlando Mazara; Iván Rodríguez, compañero de guerrilla en 1963 en las lomas de La Berrenda en la Cordillera Oriental...

"¡Gloria eterna a Orlando Mazara!", concluyó con su discurso el Lic. José Guzmán.

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Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó)

Asesinada durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(8 de noviembre de 1921 - 1 de noviembre de 1974)

Mamá Tingó
Tomado de Wikipedia
(Editado por NH)

Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó) nació en el sector de Villa Mella, República Dominicana, el 8 de noviembre del 1921 (hija de la señora Eusebia Soriano). Desde pequeña comenzó a trabajar para ayudar a su familia. Fue bautizada en la Parroquia Espíritu Santo en el año 1922; contrajo matrimonio a la edad de 30 años con Felipe, un campesino conocido sólo por su nombre Felipe, y junto a él cultivó una parcela en Hato Viejo, Yamasá, para poder criar a sus diez hijos, de los cuales sobrevivieron siete. Al morir su esposo Mamá Tingó continuó cultivando la tierra junto a sus hijos. Casó por segunda vez con Jesús María de Paula, también campesino.

A principios de 1974 el terrateniente Pablo Díaz Hernández reclamó las tierras que los campesinos de Hato Viejo ocuparon por más de medio siglo alegando que las había comprado. Mamá Tingó, que pertenecía a la Federación de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), encabezó la lucha en beneficio de esos campesinos (que las consideraban suyas por haberlas trabajado durante más de 50 años); a pesar de su avanzada edad, y siendo analfabeta, dirigió con fervor las movilizaciones por los derechos de los agricultores.

El terrateniente Pablo Díaz Hernández cercó con alambres de púas más de 8 mil tareas de tierras y con tractores arrancó la cosecha. El 1 de noviembre de 1974 los campesinos de Hato Viejo se presentaron ante el tribunal de Monte Plata, donde se conocía el caso, pero el terrateniente Pablo Díaz no asistió a la audiencia. Al regresar a la finca Mamá Tingó recibió la información de que el capataz Ernesto Díaz (Durín), empleado del terrateniente, había soltado sus cerdos. Ella intentó amarrarlos pero el capataz, que permanecía oculto, le disparó con una escopeta. Mamá Tingó quiso defenderse con un machete pero dos disparos, uno en la cabeza y otro en el pecho, la dejaron sin vida. Contaba 52 años de edad al ser vilmente abatida durante el período de gobierno de los "Doce Años" de Joaquín Balaguer.

Como integrante de la FEDELAC, a través de la cual luchó por el derecho a la tierra de los campesinos, consiguió que más de 300 familias se hicieran propietarias. Es considerada un símbolo en la lucha por la tierra y un ejemplo para la mujer del campo. Fue honrada con una estatua por el cabildo de Monte Plata por su obra como activista y luchadora por los derechos de los agricultores; una parada del Metro lleva su nombre y se han compuesto poesías y varios cantos que aluden su compromiso. Uno de ellos dice:
“No me dejen sola, suban la vó /
Que la tierra e mucha y dá pa tó /
En el campo entero se oye una vo /
Vive en hato Viejo, Doña Tingó /
Agarren la mocha y suban la vó /
Que hay una junta de Sol a Sol /”.

Mamá Tingó, ejemplo de la lucha de la mujer en favor de los desposeídos
Tomado de Hoy digital. Entrega de manuel Quiroz del 3 de febrero de 2018
(Editado por NH)

Busto en honor a Mamá Tingó, ubicado en la plaza del mismo nombre (Cruce de La Bomba carretera que comunica a Yamasá con Guanuma)

Hay extraordinarias mujeres dominicanas que han alcanzado la proceridad no sólo por valentía personal, sino por una genuina e indeclinable vocación de defensa de los oprimidos, alta misión cívica y humana en la que vieron perturbada su tranquilidad familiar, llegando incluso al sacrificio de su propia vida. En lugar señero de esta inconmensurable ofrenda en favor de los demás se encuentra la figura de Florinda Soriano, Mamá Tingó, la líder comunitaria que defendió con denuedo el derecho de los campesinos a disfrutar de sus tierras y por lo cual fue asesinada hace 44 años.

La tierra es de quien la siembra, por eso esta tierra es mía”, repetía una y otra vez esta destacada luchadora con frases que no se quedaban en simples palabras, sino que eran refrendadas con coraje y acciones que desafiaban a quienes cometían abusos y atropellos por ser implacables enemigos de la libertad. En reconocimiento a la lucha y la gloriosa trayectoria de Mamá Tingó, el Grupo SIN le dedicó un documental para rescatar su obra y memoria como una gigante en la historia, al igual que se ha hecho con jóvenes luchadores revolucionarios que prefirieron caer abatidos antes que inclinarse ante el poder sanguinario y opresor.

Una de las estaciones del Metro lleva su nombre en tributo a sus afanes en pro del campesinado indefenso, pero se requieren otras iniciativas para situar en su justa estatura a Mamá Tingó, y este documental es el mejor aporte en ese sentido para que las nuevas generaciones conozcan a fondo, con detalles relevantes y visión trascendente, el legado de esta gran mujer. “Mamá Tingó” es el primer documental de este año de la serie que arrancó el Grupo SIN en 2017 con la presentación los trabajos que abordaron la vida, la trayectoria y el legado de Amín Abel Hasbún, Amaury Germán Aristy y Otto Morales.

Con su esposo, un agricultor llamado Felipe, procreó siete hijos. Luego del matrimonio dedicó sus años a trabajar la tierra y a defender los derechos de los trabajadores del campo. Durante jornadas libradas con irrenunciable valor, esta trabajadora de la tierra luchó contra el saqueo de los terratenientes y políticos que con sus insaciables deseos de amasar fortunas por vías ilegítimas se empecinaban en frustrar el sueño de quienes defendían el derecho de ver las cosechas de sus sembradíos, fruto de su trabajo y dedicación productiva.

Loor a Mamá Tingó, esta gigante de la historia convertida en estandarte de la lucha de la mujer rural, en defensa de derecho al uso de la tierra como sustento familiar y en contra de estamentos de poder que, con el objetivo de conculcar la libertad, fueron capaces de cometer salvajes atropellos y asesinatos que cubrían con un manto de impunidad y complicidades.


Mamá Tingó, valentía y sacrificio
Tomado del Listín Diario. Entrega de Grisbel Medina R. del 19 de abril de 2013
(Editado por NH)

Pintura de Mamá Tingó

No me dejen sola, suban la vó, que la tierra e mucha y dá pa tó. En el campo entero se oye una vó, vive en Hato Viejo, Doña Tingó. Agarren la mocha y suban la vó, que hay una junta de sol a sol..." reza el canto a Mamá Tingó del grupo Convite. La frase es una de las muchas estampas del ámbito expositivo ubicado en la mediateca del segundo piso en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes. Del pasado Congreso de Música, Identidad y Cultura en el Caribe (MIC 2013) se heredó la muestra que hace visible la resistencia de las comunidades campesinas que tuvieron en “Doña Tingó” la heroína y mártir de la inspiradora trinchera.

La muestra permanecerá en el sitio donde cuelgan titulares de la época, dando cuenta de las luchas y el martirio de Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó). “De Anacaona hasta Mamá Tingó” es uno de los rótulos hurtados a la prensa de la época. La iniciativa es fruto de encuentros realizados con directores de Radio Santa María, emisora que lleva 50 años realizando programas formativos para gente de la zona rural y popular. “Mamá Tingó. Folclor y lucha social”, título de la exposición, habla “sobre la vinculación que tuvo y sigue teniendo esta expresión cultural para conformar nuestro imaginario sobre la líder campesina Doña Tingó, quien después de ser asesinada, en 1974, fue bautizada popularmente como Mamá Tingó... un verdadero caso para demostrar el extraordinario poder que tienen música, identidad y cultura en la movilización social de nuestros pueblos”, da cuenta el guión trazado por Rafael Emilio Yunén, Luis Felipe Rodríguez y Carlos Zapata.

Muy cerca del retrato de Mamá Tingó, de Guillo Pérez, está la pantalla que emite testimonios desgarrantes sobre la vida y lo padecido por la líder campesina cuya muerte, delante de su familia, encargó un terrateniente a su capataz (en 1974). Con los elementos de la exposición, el Centro León creará el Fondo Documental “Mamá Tingó” de Folclor y Lucha Social para que esos temas puedan aplicarse en entornos pedagógicos y sociales del Caribe. Mamá Tingó está tan viva en la mediateca del Centro León que no debe sorprender a quien se enjugue las lágrimas mirando el documental o leyendo sobre las amargura y desigualdad social que se empeñó en vencer aquella madre de tantas almas campesinas.

Entre los años 60 y 70 terratenientes y políticos comenzaron a apoderarse de las tierras que daban sustento precario a unas 300 familias campesinas de Hato Viejo. Como resultado, se profundizaron las contradicciones entre los poderosos latifundistas y los campesinos representados por asociaciones gremiales. Doña Tingó, integrada a la Federación de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), encabezó la lucha de los agricultores en defensa de las tierras que consideraban suyas, reforzando así el liderazgo y respeto que ya había alcanzado en la comunidad. Hato Viejo vivía un ambiente de terror creado por grandes dueños de la zona en confabulación con las fuerzas represivas. "El 1 de noviembre de 1974 el capataz de un terrateniente mandó a asesinar a Doña Tingó en el patio de su casa", se lee en el catálogo de la muestra.

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Virgilio Perdomo Pérez

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(23 de noviembre de 1943 - 12 de enero de 1972)

Virgilio Perdomo Pérez. Comenzó su vida de estudiante con muestras de rebeldía en el aula
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 15 de abril de 2007
(Editado por NH)

Virgilio Perdomo Pérez nació con la especial virtud de la solidaridad. De niño sintió como suyos el dolor, la desnudez, el hambre y la enfermedad del prójimo. Se desprendía de su vestimenta para obsequiarla a los pobres y con sus ingresos infantiles satisfacía necesidades ajenas.

Muchos que le conocieron piensan que desarrolló su carácter rebelde contra el abuso, la represión y las injusticias tras la desaparición de su padre, estrangulado por sicarios trujillistas en la cárcel "La 40" (en 1960). Pero antes de esa tragedia que convirtió el hogar en martirio, por la incertidumbre de no haber visto nunca más al decidido combatiente, ya Virgilio se movilizaba en las aulas denunciando al arbitrario régimen. Su temperamento inquieto era una insólita mezcla de guerrero y de ternura que con la misma pasión que disparaba el arma escribía una carta impregnada de amor y preocupación por la madre, otra heroína que además del autoritarismo trujillista y las atrocidades balagueristas padeció las terribles secuelas del cáncer que consumió su vida. Sometida a rigurosos tratamientos le sorprendió el fatídico 12 de enero en que el hijo cayó en combate desigual con un ejército numeroso en las inmediaciones del kilómetro 15 de la autopista Las Américas.

En la ejemplar historia de Virgilio Perdomo se aprecia un espíritu de mentalidad superior, profundos conocimientos políticos, indiscutible amor por la patria que sobrepuso a sus seres más queridos... maestro en las armas y en el estudio. En la adolescencia cursó los tres bachilleratos de su tiempo, luego ingresó a la universidad y en Cuba no sólo se entrenó militarmente sino que se interesó por las ciencias económicas. Su retorno al país desde La Habana para preparar el escenario de la guerrilla de Caamaño es demostración patética de la elevación de su pensamiento y de su carácter. Se afirma que él y sus compañeros fueron vejados por el líder de Abril y aún así vinieron dispuestos a apoyar su empresa.

De Virgilio, cuya memoria honran cuatro calles de Santo Domingo, hablan sus hermanas Giannella y Elia Celeste, su amigo de infancia y compañero revolucionario Héctor Miguel Genao y sus manuscritos y artículos publicados después de su caída. "Gian" y "Puchita", como llamaba a las hermanas, conservan con esmero tantos documentos y objetos del aguerrido guerrillero que podrían instalar un museo personal que lo recuerde. Genao fue el hombre de su confianza buscado para preparar el desembarco, que sería por Azua.

Por ser la más pequeña, Elia Celeste fue quien más disfrutó del cariño y la protección de Virgilio... "Me siento dichosísima de que Dios me diera un hermano tan especial; me consideraba su compañera, me entrenaba... cada mañana hacíamos lagartijas. Tenía detalles muy lindos que he inculcado a mis hijos: abnegación, solidaridad, integridad, honestidad. Cuando a mamá la ingresaron al Oncológico regresé a la casa, del colegio, y encontré que él se había hecho cargo de todas las responsabilidades; como justiciero y defensor del oprimido no he conocido otro. Una vez vio a un paletero golpeando a un limpiabotas y dejó su carrito y fue en defensa del pobre muchachito. Mamá vivía preguntándole por su ropa y él respondía: 'no sé', porque la regalaba, y casi siempre llega insolado porque se iba a los barrios a recoger basura y a vacunar contra el tétano".

Giannella encuentra las raíces de su condición revolucionaria en las enseñanzas discretas de las profesoras Angélica Pepín, "que daba un no a la intervención norteamericana enseñando el álbum con la foto de los dominicanos lacerados con látigos por el opresor yanqui", o de la señorita Herminia Heureaux "que creaba conciencia enseñando con los libros de texto". Ambas fueron maestras de Virgilio en las escuelas Ercilia Pepín y en el Colegio Cibao, de Santiago. Sin embargo, Elia acota: "Creo que él vino al mundo con esos ideales. A los tres años invitaba a comer a los viejitos pobres de La Romana" y lo mismo hacía en San Pedro de Macorís, Santiago y Santo Domingo donde vivieron por la posición de administrador de empresas del padre. Giannella cuenta que el hermano reunía a cuatro famosos personajes callejeros, "Maco Pempén, Barajita y los hermanos Félix" para ofrecerles merienda en los alrededores de la iglesia Las Mercedes.

Físicamente tan "hermoso, atlético y radiante", que despertaba inusitada admiración en las mujeres, Virgilio se involucró en todos los movimientos políticos de importancia tras el ajusticiamiento de Trujillo. Su casa de la General Cabrera, en Santiago, fue bastión contra los remanentes de la tiranía; allí se reunieron los guerrilleros de Manolo Tavárez, en 1963, se fabricaron bombas y se recibió la ropa ensangrentada del mártir acribillado en Las Manaclas. La vivienda acogió a los eufóricos miembros de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES), que fundó Virgilio en Santiago, y a los de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER), creada allí por Héctor Miguel Genao. En ese domicilio hizo explosión la bomba que impactó a Hiciano, el compañero que la preparaba, y que mereció la prisión de Giannella y su madre como presión para que Virgilio se entregara.

La revolución de 1965 sorprendió a Perdomo Pérez en Santiago, recibiendo armas para el frustrado asalto al cuartel de San Francisco de Macorís, donde cayó preso por primera vez. Se trasladó a la capital donde dio pruebas de su honradez haciendo guardia en el comando de Aduanas. La contienda concluyó pero Virgilio continuó en sus afanes por el logro de una sociedad justa. Hizo oposición a Balaguer hasta que salió a entrenarse en Cuba. Allí tuvo nombre de guerra, "Roberto Sánchez", y una novia, "Amarilis".

Familiares de los compañeros de Virgilio han recibido informes de que sus parientes fueron apresados por diferencias con Caamaño. "Nos han comentado eso, inclusive que ellos fueron maltratados. El coronel Caamaño los trató como soldados rasos, hasta se dio el lujo de pedir, a algunos, que limpiaran sus zapatos. Ellos estaban cohibidos de su libertad; hay un compañero que llegó a Cuba, vio la situación completamente diferente a lo que le habían dicho e invitó a Virgilio a regresar. Ese compañero decidió volver y es uno de los pocos que está vivo; se distanció de la política pero siempre fue un colaborador de Virgilio", expresa Giannella. Añade que a pesar de que nunca les dijeron que hubo reconciliación entre ellos y el coronel, "vinieron para organizar los Comandos de la Resistencia; estaban muy por encima del trato que pudiera dispensarles Caamaño. Eran hombres con un ideal... Fueron con una misión, no de quedarse en Cuba, sino de volver".

Retornó disfrazado en el barco "Virginia de Churruca". Apenas llegó cayó preso, luego enfermó. Desde el Moscoso Puello pedía a la madre medicinas y alimentos pues las huelgas de hambre lo deshidrataron y la comida del hospital era precaria. "Nos ayudó que, por el físico de Virgilio, una enfermera se enamoró de él, pero fue un periodo muy fuerte".

El 10 de octubre de 1970 Virgilio casó con Milagros Batlle Pons, madre de su hijo Eugenio Ernesto, de quien habla en sus cartas con devoción y orgullo. En la última que escribió a su madre, el 9 de enero de 1972, anotaba, con su caligrafía perfecta: "La otra tarde pude pasar unas cuantas horas con mi hijo, tu nieto; no sabes lo feliz que soy desde ese día…". El niño contaba seis meses de nacido cuando murió su padre.

Virgilio Eugenio nació el 23 de noviembre de 1943, en La Romana, hijo de Eugenio Perdomo Ramírez y Dolores Quisqueya Pérez. Además de los centros mencionados, estuvo en la escuelita primaria de su tía Adriana Perdomo; en el colegio Cristo Rey, de San Pedro de Macorís; en el liceo secundario Ulises Francisco Espaillat, de Santiago. En la UASD estudió Economía y Ciencias Agronómicas y Veterinarias. Practicaba gimnasia, básquetbol, artes marciales y sentía gran amor por los perros. Era también fotógrafo.

En diciembre de 1971 el gobierno de Balaguer desató una campaña de persecución contra los Comandos de la Resistencia, acusados, entre otras acciones, de atracos a instituciones bancarias. El 12 de enero de 1972 fueron descubiertos y enfrentados por aire y tierra por todas las fuerzas militares existentes. Virgilio Eugenio cayó en combate en horas de la tarde. "Fue un día aciago", comenta Elia. "Albergaba la esperanza, inyectada por el optimismo que él siempre me alimentó, de que sobreviviría. Esa esperanza se desvaneció cuando escuché por radio a Ramón Emilio Jiménez que dijo: '¡Coño, la fiesta ya terminó: cayó Perdomo!'". A Elia le tocó identificar un día después el cadáver. "Me ayudó mucho Diómedes Mercedes; estaba cocido de bayonetas. Fue el último en caer. Siempre decía a mi cuñado que el de él sería el último tiro".


Virgilio Perdomo Pérez trató de crear las condiciones para un desembarco de Caamaño por Azua
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 22 de abril de 2007
(Editado por NH)

Virgilio Perdomo Pérez (segundo de izquierda a derecha) muere abatido el 12 de enero de 1972 en el km 14 1/2 de la autopista Las Américas [junto a Bienvenido Leal Prandy (Chuta, tercero), Amaury Germán Aristy (primero) y Ulises Cerón Polanco (cuarto)]. Encabezaban el grupo Los Palmeros que combatió el despótico régimen de Joaquín Balaguer

En 1970, Virgilio Perdomo Pérez localizó a su amigo de adolescencia Héctor Miguel Genao, en Azua, para proponerle la organización del desembarco del coronel Caamaño. No le veía desde que terminó la revolución de abril de 1965 porque ambos tomaron rumbos diferentes. Se encontraban los dos en el país y Genao, que fungía como director de uno de los proyectos de producción de plátanos en Ansonia, era la persona indicada para preparar la resistencia urbana de la guerrilla porque esa zona, consideraba Perdomo, era perfecta para el arribo y la movilización de los viajeros procedentes de Cuba.

"Me propuse rentar una parcela de la costa, cerca de Monte Río, donde se pudiera desarrollar un proyecto agrícola, pero con la intención de que las personas que trabajaran en él sirvieran como cabeza de playa, como soporte al movimiento que iba a llegar", explica Genao, quien compartió con Perdomo la fundación de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios y de la Unión de Estudiantes Revolucionarios, en Santiago... Vinieron juntos a estudiar a la Universidad y retornaron a la "Ciudad Corazón" cuando la casa de estudios fue cerrada para expulsar del Alma Mater a académicos tenidos por trujillistas.

Héctor Miguel Genao, que nació en Monción el 23 de agosto de 1946, se trasladó a "La Hidalga" en edad de cursar los estudios intermedios y secundarios en los liceos México y Ulises Francisco Espaillat, donde también estuvo Virgilio. Por las tardes se reunían en la casa de éste último, en la General Cabrera, y fabricaban bombas caseras, acompañaban a los adultos del 1J4 que se alzarían junto a Manolo Tavárez Justo y respaldaban en el pueblo la acción de las montañas. Genao era conocido principalmente como locutor de Radio Libertad y Radio Norte, donde su voz se hizo familiar en las arengas constitucionalistas de la guerra. Virgilio, refiere el compañero inseparable, vivía más clandestino pues su familia estuvo marcada por su oposición al régimen de Trujillo (en el que desaparecieron a su padre después de torturarlo y ahorcarlo).

Mientras Virgilio se entrenaba militar y políticamente en Cuba y Asia, Genao, que es también piloto comercial, estudiaba ciencias agronómicas en la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, de Honduras. "A todos los agrónomos que estudiaban allí le ofrecían trabajo desde antes de llegar al país. Es uno de los institutos más prestigiosos; acuden estudiantes de 21 países de América". El joven egresado era un ejecutivo de la secretaría de Estado de Agricultura; el proyecto a su cargo dependía de la Presidencia de la República y lo dirigía personalmente Fernando Álvarez Bogaert.

"Más que un amigo, Virgilio era como mi hermano, y su mamá, doña Quisqueya, como mi segunda madre. Tenía una confianza en él como en nadie. Cuando regresó de Cuba me informó que se había formado un movimiento diferente que se llamaba Comando de la Resistencia, y me explicó la razón de ser del movimiento en interés de que yo participara. Le manifesté que cómo no, pero que estaba enterado de que en ese tiempo había muchas delaciones, deserciones de la izquierda, muchos traidores y que en la única persona que confiaba, de manera absoluta, era en él; que participaba pero con ninguna otra. Al recibir esta respuesta me dijo que yo estaba colocado justamente en el sitio apropiado para sus planes".

Varias veces visitó Virgilio Perdomo a Héctor Miguel Genao, armado, camuflado con gorra. Se reunían tanto en Ansonia como en restaurantes del pueblo de Azua. "En ese tiempo ya él era perseguido, mi vehículo era privado y a veces también nos movíamos en la camioneta oficial; yo también portaba arma por trabajar en un proyecto del Estado. Virgilio tenía una sangre fría extraordinaria; me planteaba de manera clara lo que teníamos que hacer si la policía nos detenía de manera casual: 'no dejarnos sorprender'".

Héctor Miguel Genao no sabía que el comandante de la expedición sería Francisco Alberto Caamaño. "Virgilio tenía todos esos detalles; yo no tenía acceso, pero, como era lógico, él, conjuntamente con Amaury Germán, eran quienes dirigían la parte militar. Yo no le preguntaba pormenores ni él me los daba. Recuerde que yo no era un militante, sino un colaborador". "En una cincha de terreno, entre los poblados de Las Charcas y Estebanía, se habilitaría la finca que serviría de punto de apoyo a los revolucionarios. Se utilizarían fertilizantes como componentes para la fabricación de bombas; él conocía más que yo pues tenía entrenamiento, una base militar y una conciencia política desarrollada, sobre todo al regresar de Cuba", agrega. "Yo tenía como tarea cuantificar las fuerzas militares que había en la provincia de Azua, por ejemplo, los puestos de policía, la fortaleza, el tipo y la cantidad de armas con que contaban porque la idea, me manifestaba él, era, cuando se presentara el momento, aislar el sur y tomar de manera sorpresiva la zona, que quedaría bajo el control de la fuerza guerrillera".

Comenzó las investigaciones, los diseños de área, la localización de un lugar "que podía ser un terreno baldío que no llamara la atención porque no se puede, por ejemplo, sembrar en una playa; no todo sitio podía ser el indicado, no podía tener vecinos que fueran a delatar que había gente sin fachada de agricultores. Esa era la parte que estábamos planificando inicialmente", narra.

-¿Si el plan se hubiese materializado, el desembarco de Caamaño hubiese sido por Monte Río en vez de por Caracoles?- se le pregunta. "No, es que Monte Río y Caracoles están pegadas, Caracoles es una continuación de Monte Río, que es la playa que usa el pueblo de Azua porque tiene más condiciones para baño. Caracoles es sólo para pescadores. No era Monte Río, estamos hablando entre las cercanías de esas dos playas, eso es lo que queda frente a un poblado que se llama Estebanía, un poquito después de Las Charcas, todo eso ahí, esas costas. No se puede pretender que se hiciera un desembarco por Monte Río; ya ahí había casas de turistas, de gente que veraneaba. Monte Río es el sitio más conocido. Caracoles se vino a conocer después del desembarco", responde.

Héctor Miguel relata que ya tenía cuantificadas muchas informaciones, sobre todo de las fuerzas militares. "Entablé amistad con gente que tenía conocimiento dentro de los cuarteles, esa era la labor: inventariar ese sector para saber lo que podía ser oposición en el momento del desembarco". Afirma que su posición oficial le permitía esas relaciones. Hijo de Juan Genao y Celia Peralta de Genao, conserva cartas y fotos de Virgilio. En una misiva, el integrante del grupo Los Palmeros le describía lo que debía ser un revolucionario consagrado. "Hablaba de política, de economía, de su formación militar; hubo una gran transformación en él, así como en el aspecto personal. Recuerdo que era apuesto, atlético, y siempre tenía muchas novias, pero hasta en ese sentido era más recatado. Me hacía críticas en ese orden; ya casado y se manifestaba acerca de cómo debía ser un revolucionario, no sólo en su vida pública sino también en lo personal".

"Ahí", concluye, "se produce el desenlace del 12 de enero de 1972. Oí por radio, estando en la Finca 6, todo el desenvolvimiento de ese hecho, y lamentaba estar ausente y no poder tender la mano a quien era mi hermano, mi mejor amigo. Fui inmediatamente a Santo Domingo y acompañé a doña Quisqueya en la funeraria. Recuerdo que cuando llegué algunos decían que ese no era su cadáver; dije que podía identificarlo. Busqué sus pies, que tenían algunos detalles notorios, como las uñas encarnadas, y recuerdo que doña Quisqueya dijo: '¡Ese es mi hijo!'". Virgilio cayó en combate junto a Amaury Germán Aristy, Ulises Arquímedes Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy.

Héctor Miguel fue quien propuso los nombres de las calles de los cuatro integrantes de los Comandos de la Resistencia, ubicadas en el barrio Los Pinos, del kilómetro 11 de la carretera Duarte, y las del Residencial Ureña. "Este sector lo construyó justamente una persona que estuvo en el 14 de Junio de 1960: José Ramón Ureña. Los nombres que tenían las calles eran apodos de sus hijos; vi que era un sitio apropiado, ideal para rendirles un homenaje merecido a esos compañeros. Lo propuse a la Junta de Vecinos, aceptaron, enviamos comunicación al Ayuntamiento de Santo Domingo Oeste y lo aprobaron hace cinco años", revela. Envió a cada casa del sector una biografía de los revolucionarios "diciendo quienes eran: un ejemplo a seguir por la juventud de este y todos los barrios donde haya jóvenes. Este residencial debería ser punto de peregrinación cada 12 de enero, un sitio de homenaje al igual que los alrededores donde cayeron, para que se mantenga siempre viva su memoria".



Virgilio Perdomo Pérez junto a su madre doña Dolores

Hijo del matrimonio formado por los señores Eugenio Perdomo Ramírez y Dolores Quisqueya Pérez, quienes procrearon a Otto Virgilio, las mellizas Irahiza y Giannella, Virgilio Eugenio y Elia Celeste Adriana. Sus hermanos Otto Virgilio e Irahiza vivieron pocos meses. Su padre, Eugenio Perdomo Ramírez, participó en el Movimiento clandestino 14 de junio; fue detenido el 25 de enero de 1960, en Santiago de los Caballeros, y estrangulado días posteriores en la casa de torturas denominada “La 40”.

Virgilio Eugenio nació en La Romana, el 23 de noviembre de 1943, donde también recibió las aguas bautismales en la Iglesia Santa Rosa de Lima. A principios de la década de los años 50, debido al trabajo de su padre y por breve período, la familia se traslada a San Pedro de Macorís. Por iguales motivos, Virgilio Eugenio y su familia viven una corta temporada en Santo Domingo (Ciudad Trujillo), con residencia en el 3er piso del edificio La Ópera, sito en la calle Duarte frente al otrora cine Rialto.

Durante el período 1952-1963 los Perdomo Pérez fijan su residencia en la ciudad de Santiago de los Caballeros. En la catedral de Santiago Apóstol El Mayor Virgilio recibe la Primera Comunión.

Fue extremadamente pulcro, además de presumido; cariñoso, emotivo y excelente familiar que disfrutaba de sentirse querido. Tímido, fiel amigo, solidario con quienes padecían injusticias, actitud humana que aborrecía. De decisiones firmes y gran valentía. Creativo, perseverante y de brillante inteligencia. Heredada de su progenitor, la hipocondría se destacaba como una sus debilidades.

La Romana sirvió de marco para el inicio de sus estudios primarios en la escuelita particular de Tía Naná, propiedad de Adriana Perdomo Ramírez, tía paterna, ciclo escolar que finaliza en la escuela Ercilia Pepín, propiedad de doña Angélica Pepín, hermana de la ilustre educadora Ercilia Pepín. Posteriormente cursa la educación intermedia en el colegio Cibao, dirigido por doña Herminia Heureaux, hija del Presidente "Lilís", también su propietaria. Ingresa al Liceo Secundario Ulises Francisco Espaillat, donde se gradúa como Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. Estudioso por naturaleza, también obtuvo títulos en Ciencias Naturales y Filosofía.

Ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en 1963 para cursar la carrera de Economía, disciplina que suspende y se transfiere a la Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias. Su gran amor a los animales, sobre todo a los perros, le inclina hacia estas ciencias, la que no concluye debido a sus compromisos en la lucha política. Como todo joven de su época, practicaba la gimnasia y los ejercicios físicos; también gustaba de jugar básquetbol en la cancha del liceo, deporte de su preferencia. En la universidad aprende y practica artes marciales.

En sus años de adolescencia Anny Valdez fue quizás su primera novia conocida. Tiempo después de finalizada esta relación, surge el noviazgo con Gilda Matilde Contreras, cuya familia -Gilda Contreras y Pericles Franco, entre otros- tenía destacada participación como opositora al gobierno de Rafael Leónidas Trujillo. Viaja a Cuba a principios de 1967 bajo las directrices de la Agrupación Política 14 de Junio (1J4); mientras desarrollaba el programa de entrenamiento, junto a otros compañeros, con Amarilis nueva vez llega el amor. El 10 de octubre de 1970, en la ciudad de Santo Domingo, contrae nupcias con Milagros Batlle Pons, hija de los señores Rafael Batlle y Catalina Pons, familia oriunda de La Romana, luchadora y defensora de los mejores intereses de la patria, de cuya unión nace Eugenio Ernesto.

Virgilio Eugenio, en Santiago de los Caballeros, participó en las actividades organizadas por la Unión Cívica Nacional (UCN); fue miembro fundador y dirigente destacado de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (ANES-1962), además de la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER). Junto a otros compañeros organiza y dirige una marcha estudiantil por la libertad de los presos políticos. Terminados sus vínculos con la Unión Cívica Nacional, ingresa a las filas de la Agrupación Política 14 de Junio (1J4). En el campus universitario participa en la huelga creada por la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), llevada a cabo en su Alma Máter. En esta etapa conoce a Diómedes Mercedes, con quien desarrolló una hermosa amistad.

Se integra a la Guerra de Abril (1965) y, en su posición de dirigente activo de la referida agrupación política, cae prisionero en el intento de asalto a la Fortaleza de San Francisco de Macorís. Puesto en libertad, y a consecuencia de la muerte de Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo - 1963) y demás dirigentes del 1J4, asume posición de mayor responsabilidad política.

En Cuba forma parte del grupo Los Palmeros. Posteriormente, retornando al país, conjuntamente con Amaury Germán Aristy, forman los Comandos de la Resistencia. Virgilio Eugenio, dirigente de los Comandos de la Resistencia, es responsabilizado (1970) para crear las condiciones del desembarco que dirigiría el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, que tendría lugar en las proximidades de Azua. A su regreso de Cuba -1968-, en casa de su madre, es detenido y conducido a la penitenciaría La Victoria (donde permaneció por varios meses). Él y sus compañeros de prisión, sin mayores opciones, recurrieron a la estrategia de la huelga de hambre (en la que se mantuvieron firmes 41 días). Alcanzadas las metas, y tras ser acusado de asaltar una sucursal bancaria del The Royal Bank of Canada, obtuvo la libertad bajo fianza.

El gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, en diciembre de 1971, desarrolla una campaña persecutoria contra los integrantes de los Comandos de la Resistencia... Virgilio Eugenio y sus compañeros Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) logran romper el cordón militar que demarcaba los límites de la ciudad, organizado como medida represiva y persecutoria, y se albergan en una vivienda ubicada en las inmediaciones del kilómetro 14½ de la autopista Las Américas, lugar donde las fuerzas armadas dominicanas y efectivos militares norteamericanos, incluyendo un avión provisto de luces infrarrojas, detectan el grupo la madrugada del 12 de enero de 1972.
[Los efectivos policiales, desde las primeras horas de ese día, dieron con Amaury, Virgilio, Ulises y La Chuta, que estaban ocultos en una casa ubicada en medio de unos matorrales, entre los kilómetros 14 y 15 de la autopista Las Américas. Se produjo el primer enfrentamiento y cayeron La Chuta y Ulises. El general Neit Rafael Nivar Seijas, junto a altos oficiales de las Fuerzas Armadas, dirigía las tropas de la Policía Nacional (PN). Sólo quedaban con vida Amaury y Virgilio, quienes se internaron en una cueva próxima a la casa. En ella resistieron, hasta altas horas de la tarde, a miles de uniformados de la misma PN, la Fuerza Aérea Dominicana, el Ejército Nacional y la Marina de Guerra que se fueron integrando paulatinamente con aviones, tanques, carros de asaltos, helicópteros, cañones, morteros y otras armas pesadas que fueron desplazadas para aniquilar a los dos jóvenes (que finalmente cayeron: primero Amaury y por último Virgilio). Los cuerpos sin vida de los cuatro luchadores por la libertad fueron golpeados, acuchillados y quemados por los militares; sus familiares denunciaron que las autoridades se ensañaron contra sus cadáveres: hicieron con los occisos lo que no pudieron mientras vivían. Por las heridas cortantes en sus cuellos, seccionados casi en su totalidad, se pudo deducir que intentaron, como viles cobardes, cortarles las cabezas. (Extracto de lo que Huchi Lora publicara en El Nacional del día 14 de enero de 1972, NH)]
Virgilio Eugenio fallece luego de largas, aciagas y valientes horas de lucha, conforme a la declaración que hiciera por radio Ramón Emilio Jiménez, quien había exclamado “¡[Coño, NH], la fiesta ya terminó: cayó Perdomo!”. Mientras se desarrollaba el combate, familiares y amigos hicieron contacto con el Nuncio Apostólico de aquel entonces, Monseñor Luciano Storero, tratando de buscar la vía para gestionar ante el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer el cese de esa cacería humana. Dada la negativa, "Los Palmeros Ulises, La Chuta, Amaury y Virgilio coronaron sus frentes con estrellas". Los cadáveres, luego de las gestiones que hicieran determinadas personalidades del momento, fueron entregados a los familiares. Sus cuerpos reposan en una tumba común, en fosas separadas, en el cementerio de la Avenida Máximo Gómez.

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Bienvenido Leal Prandy (La Chuta)

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(19 de diciembre de 1939 - 12 de enero de 1972)

Bienvenido Leal Prandy. Un rebelde con causa que peleó hasta morir por un cambio político
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 8 de abril de 2007
(Editado por NH)

Bienvenido Leal Prandy dejó dos hijas, ambas llamadas Silvia, que no conoció. La primera nació en Cuba el diez de diciembre de 1971, hija de Teresa -Teresita- Monteagudo, compañera sentimental del revolucionario en los años de su entrenamiento. La segunda estaba aún en el vientre de su esposa, Magaly Souffront de Leal, cuando cayó en combate, el 12 de enero de 1972.

Uno de los momentos más emocionantes en la vida de Julia Leal Prandy, hermana que fue también madre que lo alimentó y cuidó cuando la pleuresía se llevó a su progenitora, fue conocer aquella muchacha de la que sólo tenía noticias por fotos y por el testimonio del padre cuando ella vino al mundo: "Julia, me nació una niña en Cuba, se va a llamar Silvia", le confió Bienvenido. Las dos niñas cuentan con el amor de los Leal, pero hace cuatro años Julia no sólo experimentó el encuentro memorable con la sobrina que nunca había visto sino que tuvo la oportunidad de aclarar interrogantes, confirmar o desmentir versiones de la estancia de Bienvenido en la hermana antilla.

"¡Cuando yo vi esa muchacha no podíamos hablar ninguna de las dos. Se abrazó conmigo. Es igualita a nosotros!", manifiesta luego de un sollozo que parecía interminable. Silvia ya tiene un hijo, Danielito, y vive en Playa Santa Fe, en La Habana. Desde allá trajo la hermana predilecta de "La Chuta" tantas fotos que llenó dos álbumes. De sus conversaciones con Teresita pudo colegir que su hermano estuvo preso en aquel país. "Él dejó de ir un tiempo, se supone que cuando estuvo detenido", dice.

-¿Es cierto que tuvo diferencias con el coronel Caamaño?- Responde de inmediato con un "" rotundo, pero enseguida aclara que "eso lo supe después, lo había oído... me lo dijeron; no es que la Chuta me lo dijo. Tuvieron problemas pero no sé detalles. Cuando fui a Cuba le pregunté a Teresita y me dijo que él se le desapareció, que no iba estando ella embarazada, presumo que sería en ese trayecto cuando estuvo preso. Luego dijeron que habían estado presos por desavenencia con Caamaño", significa.

Por haber vivido tan estrechamente ligada a su hermano desde que nació hasta que cayó abatido por las fuerzas militares balagueristas, Julia conoce con detalles la vida de ese pequeño que se llevó a su habitación para que no contrajera la enfermedad que le arrebató a la mamá y que, según los doctores Pérez y Pepín, de San Pedro, sobrevivió por un milagro. "Yo lo alimentaba con leche condensada y agua de arroz", dice. A Bienvenido le agregan un Silveira que no tuvo. Su padre lo llevaba, "pero era una incógnita, no supimos nunca si era otro nombre". "Chuta" es un sobrenombre "que le puso mi hermano Chichí". Nació el 19 de diciembre de 1939, hijo de José Leal, comerciante portugués que adquirió fama en La Sultana del Este por su hotel San José y su barbería Lusitania, y de Silvia Filomena Leal...

"La Chuta" recorrió en su infancia y adolescencia la misma ruta que su hermana Julia quien, por haber estado casada en primeras nupcias con un agente de la Curacao, Manuel Pagán, vivió en Moca, Barahona, Santo Domingo y San Pedro de Macorís. Terminó bachillerato en el barrio de San Antón y luego de hacer amistades en la Isabel la Católica 62, Julia se alegró del traslado a Barahona porque ya el joven, que había trabajado en La Opa, tienda de equipos fotográficos, comenzaba a demostrar aversión al régimen de Trujillo. Tenía conocimiento del exilio de su hermano Guillermo que vendría en la expedición de junio de 1959 pero la embarcación se devolvió a Cuba y él se fue a Venezuela desde donde nunca ha regresado ni se sabe si vive. Bienvenido lo visitó cuando el presidente Joaquín Balaguer lo deportó en 1966.

"Chuta era de poco hablar, muy tranquilo y muy noble; jugaba voleibol y básquetbol". Era bien parecido, según se aprecia en el afiche que conserva Julia. "En Barahona las mujeres querían pelear por él". El esposo de Julia lo empleó en la factoría de la empresa donde trabajaba, "fichando las tarjetas de la trilladora que limpiaba el café", como una forma de alejarlo del peligro trujillista. Julia, sin embargo, no dejaba de oír por las madrugadas las estaciones extranjeras delatando los atropellos del régimen, lo que no era ajeno a Bienvenido que muy pronto quiso retornar a la capital.

La casa número 14 de la calle La Canela (Ciudad Nueva), donde vivió el guerrillero, fue comando en la Revolución de Abril al que se integraron, además de La Chuta, "Oviedo, Arnulfo Reyes, Luis Parrish, Orlando Mazara, Homero Hernández... Papiro Lalane", entre otros que recuerda Julia. Fue centro donde Chuta, Virgilio Perdomo y Ulises Cerón esbozaban la lucha. Fue escondite, el lugar donde se presentó al retornar de Cuba y de inmensidad de allanamientos que se prolongaron hasta más allá de la muerte del aguerrido miembro de Los Palmeros. El último fue en febrero de 1973 cuando desembarcó la guerrilla de Caamaño. Entonces a Julia la apresaron e interrogaron.

Desde esa casa salió la sufrida hermana en 1965 al avisarle que a La Chuta lo habían herido "cuando empezaron a tirar de Los Molinos", y a ella iba y volvía en sus constantes visitas a Neit Nivar Seijas, entonces jefe de la Policía, a jueces y funcionarios cuando a su segundo esposo, Orángel Marcial Paradas Martínez, se lo llevaron como rehén en 1971 tras el asalto a The Royal Bank of Canada (en que implicaban a La Chuta, a quien la contienda bélica de Abril dejó como recuerdo la cicatriz de una herida en una pierna y acentuada una afección renal que es tradición familiar). "El día del atraco estaba en el hospital Gautier con problemas en los riñones; las monjitas del centro de salud estaban dispuestas a declarar", refiere Julia.

Adoctrinar obreros de la región este, principalmente del Central Romana, junto a Guido Gil, fue entonces la misión de Leal Prandy cuando cesó la guerra. Luego sería deportado al ascender Balaguer al poder. "Creo que viajó a Francia y después a Cuba donde se juntaron él, Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Ulises Cerón y Caamaño". Entonces sería "Benito", nombre con el que firmaba sus postales clandestinas. "Con una cabellera y un cuello de cura" regresó por Aruba a formar los Comandos de la Resistencia. Julia lloró al reconocerlo en el armario donde la esperaba en la casa de La Canela: "¡Ay Chuta! ¿Por qué viniste? ¡Los han matado a todos!", le decía. Pero, según narra, los próximos meses fueron "de normalidad, aunque vivían movilizándose: Virgilio tenía una crianza de perros Dobermann, Cerón salía y Chuta y Magaly se casaron en el ensanche Ozama; todos fuimos a la boda".

Fue después del asalto al banco cuando se inició la persecución y el encierro de Leal en un escondite desconocido para Julia, que se afanaba en lograr la libertad de su esposo y en hacer gestiones para salvar la vida de quien era como su hijo. "El hermano perseguido y el esposo preso; me entrevisté con Neit Nivar y le dije que mi hermano no era un ladrón. Me dijo: 'Le garantizo con mi vida que si se entrega no le va a pasar nada'. '¿Cómo?', le respondí, 'si no sé dónde está?'. ¡Cuánto abuso se vivió aquí!", lamenta.

Julia, que nació el 21 de febrero de 1925 pero tiene lucidez envidiable, manifiesta que el día del enfrentamiento "fue terrible; cuando Neit Nivar declaró por la prensa que cayeron La Chuta y Cerón todos comenzamos a dar gritos", exclama ahogada en un río de lágrimas y expresa: "¡Treinta y cinco años y ese dolor no ha muerto! Al día siguiente nos entregaron el cadáver, en muy mal estado, quemado. Le dieron un tiro detrás, en la cabeza; la piel estaba totalmente quemada. Estaba hinchado, casi irreconocible. Mi hermano Calín (Carlos) entró cuando lo estaban arreglando y salió grave".

El 16 de diciembre de 2006 la comunidad de San Antón entregó a Julia una placa en memoria del "combatiente de primera línea y fiel defensor de los sagrados intereses del pueblo dominicano". El homenaje se une al que le rindió el Ayuntamiento de Santo Domingo Este al designar con su nombre una calle del barrio Juan Bosch. Otras dos calles le rinden homenaje en los sectores de Herrera y Los Pinos.


12 de enero de 1972: el día que la historia se escribió “a sangre y fuego”
Tomado de La Información. Entrega de Félix Jacinto Bretón del 11 de enero de 2018
(Editado por NH)

Balaguer y la cúpula militar, miles de tropas de la Policía Nacional, Fuerza Aérea, Marina de Guerra y del Ejército Nacional, aviones, tanques y todo tipo de armas pesadas, asistencia del MAAG (Military Assistance Advisory Group), avión de EE.UU. provisto de cámara infrarroja y otros recursos que la embajada norteamericana puso a disposición del aparato represivo del Estado para combatir con cuatro hombres "que coronaron sus frentes con estrellas"

El 12 de enero de 1972 pudo haber transcurrido como cualquier otro día dentro de la cotidianidad dominicana pero quiso la Providencia Divina que pasara a ser, desde entonces, una de las fechas más relevantes de nuestra historia contemporánea. Sucedió que ese día cuatro indomables dominicanos, por demás jóvenes, escribieran páginas de heroísmo al enfrentarse a un poderoso ejército de más de 2 mil hombres fuertemente apertrechados.

El país se prepara, a propósito de este aniversario que se avecina, para recordar la memoria de los integrantes de Los Palmeros, también conocidos como “Comando de la Resistencia”. Al cumplirse cuatro décadas y seis años de la caída “triunfante y gloriosa” de estos muchachos, diversos sectores se preparan para reverenciar su memoria y exaltar su valiente y patriótico gesto. Nos referimos, claro está, a Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo Pérez, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco, quienes cayeron como caen los valientes descritos por Martí, “con la frente en alto y de cara al sol”, defendiendo los ideales revolucionarios.

Para honrar su memoria el Archivo General de la Nación realizó una exposición bajo el título “Los Palmeros, 46 años después”, que se llevó a cabo en el lobby de la institución a partir de las 5:00 de la tarde. José Ernesto Oviedo Landestoy (El Gordo Oviedo), quien es el coordinador del Foro de Sao Paulo en el país y exdirigente del 1J4, disertó sobre el tema “Lucha armada: ¿creación de la izquierda o recurso de los pueblos por su liberación?”. Luego intervino Sagrada Bujosa Mieses, presidenta de la Fundación Amaury. Los actos continuarán con ofrendas florales en el monumento que honra a Los Palmeros, ubicado en el Km 14 y ½ de la autopista Las Américas. A las 5:00 p.m. se ofrecerá una misa en la iglesia Las Mercedes, de Santo Domingo, para culminar la jornada.

Hamlet Hermann y la descripción que hace sobre el 12 de enero

El 12 de enero de 1972, en horas de la madrugada, tropas mixtas ocuparon la residencia localizada en uno de los extremos de la autopista de Las Américas en el kilómetro 14 ½. En sus alrededores chocaron con dos miembros del grupo, quienes abrieron fuego contra los soldados y policías. Durante ese tiroteo resultaron heridos varios efectivos policiales, dos de los cuales murieron poco después en el hospital militar Lithgow Ceara. En el intercambio, del lado de los revolucionarios, cayeron Bienvenido Leal Prandy (a) La Chuta y Ulises Cerón Polanco.

El general Neit Nivar Seijas no quiso explicar a la prensa cómo la Policía conocía anticipadamente los nombres de los dos revolucionarios caídos durante las primeras horas del miércoles 12 de enero de 1972. Los periodistas especulaban que, si los prófugos estaban fuertemente pertrechados y camuflados, cómo era posible que la Policía supiera los nombres de las personas alegadamente dentro de la residencia. Evidentemente habían obtenido esa información de fuentes de inteligencia e interrogatorios.

Al iniciarse los intercambios armados, los periodistas preguntaron al jefe de la Policía si no había posibilidades de apresar vivos a los prófugos a partir de ese momento. “Ellos no querían arreglos, lo que ofrecían era tiros; pero tengo que cumplir con mi deber sea como sea”, contestó el brigadier Neit Nivar Seijas...

El área donde se escenificó la lucha había sido evacuada de civiles desde horas de la madrugada y la misma fue declarada zona militar. Llegar al kilómetro 14, atascarse y volver a la capital para desviarse por la carretera antigua hacia el este tomaba a un vehículo alrededor de dos horas. Los vehículos que usaban la vieja carretera que conduce a San Pedro de Macorís eran detenidos y minuciosamente requisados. La aerolínea doméstica Alas del Caribe abrió un puente aéreo de veinte vuelos entre el Aeropuerto Internacional de Las Américas y el de Herrera con el fin de movilizar pasajeros llegados al país o que saldrían de éste.

En Santo Domingo se registraron diversos acontecimientos, desde la suspensión de clases en planteles educativos hasta pedreas contra automóviles, escuelas y negocios. Un grupo de personas se dio a la tarea de quemar gomas de vehículos en las calles de la parte alta de la ciudad. Las labores docentes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo fueron suspendidas cuando la Policía acordonó sus alrededores. Los alumnos de la escuela Paraguay, en Ciudad Nueva, la emprendieron a pedradas contra agentes del orden público. Desde las 9:00 de la mañana los profesores de los liceos Juan Pablo Duarte, Paraguay, Unión Panamericana, Estados Unidos, Argentina y Víctor Estrella Liz decidieron suspender las clases en previsión de posibles desórdenes. Por otra parte, en Santiago, tropas combinadas de la Policía y el Ejército y la Fuerza Aérea tomaron medidas.

A las 10:35 de la mañana un oficial se desmontó de un helicóptero e informó al jefe de la Policía y al secretario de las Fuerzas Armadas que tres sujetos le habían disparado a la nave desde una casa de concreto ubicada en el pequeño monte boscoso. Los periodistas pudieron observar que desde los predios del Palacio Nacional partían jeeps y carros de asalto con soldados en traje de campaña fuertemente armados.

Fue formada una comisión de personalidades que pedía un cese al fuego para entonces solicitar “a los perseguidos” que se entregaran a las fuerzas del orden. La comisión la componían el nuncio apostólico, monseñor Luciano Storero; el rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, doctor Rafael Kasse Acta; el secretario general de la Asociación Médica Dominicana, doctor José García Ramírez; el director del periódico El Caribe, doctor Germán Emilio Ornes; el director del Listín Diario, Rafael Herrera, y el dirigente del Bloque Revolucionario Universitario Cristiano, bachiller Radhamés Castillo Mesa.

El doctor Balaguer se encontraba en una reunión con la Comisión Nacional de Desarrollo y optó por no responder a los reclamos de los comisionados. No obstante, se mantuvo atento al curso del combate que se entabló entre fuerzas regulares y jóvenes revolucionarios, acusados por la Policía Nacional del asalto al Royal Bank of Canada. Un civil, balaguerista y antiguo diputado por Higüey, no identificado por la prensa, propuso una tregua y una comisión mediadora de eclesiásticos. El alto mando militar desechó la sugerencia y ordenó el uso de más efectivos y armas pesadas contra los jóvenes acorralados. Por lo menos en tales momentos hubo descontrol de la situación por el alto mando militar.

Luego de varios intercambios de disparos, hubo un cese de fuego alrededor de las 12:25 p.m. hasta que llegó la artillería pesada. Los efectivos policiales y militares sufrieron el mayor número de bajas alrededor de la 1:00 de la tarde cuando se produjo un intenso tiroteo en la cueva donde se encontraban Amaury Germán Aristy y Virgilio Perdomo Pérez. La operación de ataque comenzó nuevamente a las 2:30 de la tarde cuando llegaron refuerzos en la forma de dos carros blindados de asalto, dos tanques AMX-60, dos cañones de 105 mm sin retroceso y ametralladoras de gran calibre. Además, un avión bombardero con insignias de Estados Unidos sobrevoló el área.

Los cuatro vehículos blindados se internaron en el lugar donde estaban los dirigentes izquierdistas poco después de las 2:00 de la tarde. El secretario de las Fuerzas Armadas, contraalmirante Ramón Emilio Jiménez, proclamó entonces que había que “acabar esta fiesta pronto” y desde ese momento llegaron más tropas y armamentos. Mientras tanto, las tropas trasladaron morteros, lanzallamas, carros de asalto, dos cañones de 105 mm sin retroceso y otras piezas de artillería hasta un lugar cercano a la cueva.

Refiriéndose al cerco tendido a los considerados guerrilleros, el contraalmirante Ramón Emilio Jiménez Reyes manifestó: "Por ahí no pasa ni un gato". Mientras se realizaban esas movilizaciones militares, el secretario de las Fuerzas Armadas proclamó: "¡Que no salga uno vivo!".

La operación duró unas 15 horas de intenso tiroteo por la fuerte resistencia contra los efectivos militares y policiales que ofrecieron Germán Aristy y Perdomo Pérez, quienes se mantuvieron en acción defensiva desde horas de la mañana hasta avanzada la tarde. A las 4:14 de la tarde se informó de la muerte de Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, el último de los defensores de esa posición en la cueva desde donde mantuvieron a raya por más de 10 horas a unos mil quinientos (1,500) guardias y policías, la mayoría pertenecientes a las tropas mejor entrenadas de las Fuerzas Armadas.

Después que los dirigentes de los Comandos de la Resistencia cayeron sin vida, tras fuertes combates, los efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas se ensañaron contra sus cadáveres apuñalándolos, golpeándolos y quemándolos. Aumentó el dolor de los familiares el hecho de que les entregaran los cuerpos de sus parientes totalmente desfigurados. Tomaron esto como una demostración de la cobardía de esos militares. A todos trataron de cortarles la cabeza según las señales que presentaban en sus cuellos, los que habían sido seccionados casi totalmente.

El cuerpo de Amaury Germán presentaba golpes, posiblemente propinados a culatazos en la frente, la nariz y el ojo derecho. Por la forma en que deformaron su cara, tuvieron que recurrir a señas particulares para identificar el cadáver. Lo de Virgilio Perdomo fue lo más monstruoso porque de su cara no quedó rastro de lo que él era. Lo pusieron en condiciones que era imposible reconocerlo. Estaba totalmente lleno de heridas de bayonetas y trataron de cortarle la cabeza y una mano. La esposa de Virgilio dijo que le quedaba el consuelo de que “Como él murió hoy, es como mueren los valientes”. También dijo que al cadáver de su esposo le robaron el anillo de matrimonio, un reloj y otras prendas, y exigió su devolución. El cadáver fue entregado desnudo a sus familiares. La madre de Cerón Polanco dijo que a su hijo, después de muerto, lo quemaron, lo golpearon y lo apuñalaron.

Amaury lo dijo:
"Lo que importa no es el número de armas en las manos, sino el número de estrellas en la frente".
¡Gloria eterna para Los Palmeros!


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Ulises Cerón Polanco

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(14 de enero de 1938 - 12 de enero de 1972)

Ulises Cerón Polanco
Tomado de Historia Dominicana en Gráficas
(Editado por NH)

Ulises Arquímedes Cerón Polanco nació en San Carlos el 14 de enero de 1938, hijo de Arquímedes Cerón Perdomo y de Rosa Amelia Polanco González. Creció en un hogar humilde, pero digno. “Éramos pobres pero con un padre de principios que nos enseñó a compartir lo poco; era maestro constructor y ebanista”, cuenta Gladys, su hermana. Pilar, Alberto Antonio (Titico), César Augusto y Freddy (los demás hermanos) sufrieron los rigores de la persecución balaguerista. La madre fue apresada como rehén en interminables allanamientos; Titico estuvo preso largos años y en más de una ocasión fue vejado a pleno sol frente a doña Rosa. Afectado por tanto abuso, don Arquímedes sufrió un infarto que le ocasionó la muerte. “Son heridas que no se cierran, aunque han pasado 35 años”, expresa Gladys. Ulises Arquímedes formó ese carácter resuelto contra las injusticias quizá inspirado en la conducta de su padre, que comentaba los atropellos de Trujillo.

Ulises sufrió, desde niño, los abusos de la dictadura: lo enviaban a desyerbar las fincas de los Trujillo junto a presos comunes, en represalia porque lo descubrían criticando al régimen, y regresaba a la casa con las manos hinchadas, llenas de ampollas. “Papá recurría a su primo José Dolores Cerón, que era del Ejército, y éste reaccionaba: “Ulisito otra vez, ese niño no coge cabeza”. Desarrollado prematuramente, debía cargar el acta de nacimiento para demostrar su edad, recuerda Gladys, la hermana preferida del revolucionario que cayó en combate el 12 de enero de 1972. Los hijos y la viuda del integrante del grupo político Los Palmeros residen en el extranjero.

Gladys, que fue depositaria de sus secretos y afectos, es también la que conserva cartas, notas, fotos, tarjetas, la ropa formal y casual que usó el guerrillero e infinidad de testimonios orales que le han transmitido compañeros de lucha de Cerón. Llora al recordar los trágicos pasajes y los momentos dolorosos que vivió el hermano, como fue el apresamiento en Cuba por diferencias con Caamaño, pero se repone y confiesa orgullosa que a pesar de aquella humillación, su hermano vino decidido a preparar la resistencia porque su ideal era lograr una sociedad justa.

El abuelo materno, Domingo Polanco, era horacista “y Trujillo le quitó la hacienda Caracol, en Bonao”. Por eso, apenas graduado de bachiller en el liceo Juan Pablo Duarte, Ulises se integró a los jóvenes que se enfrentaron a los remanentes de la tiranía derribada. Desde Bonao, donde fue a identificar calieses, lo trajeron preso en un vehículo de los llamados “Colepato”. En la lucha política Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario Dominicano y luego pasó al 14 de Junio como miembro de Buró Militar. Estuvo entre los fundadores del sindicato del Ayuntamiento, donde trabajó, y “cuando Peña Gómez llamó el pueblo a las calles a defender la democracia, en abril de 1965, Ulises desapareció por una semana y regresó armado de ametralladora y con una herida en la frente”. Estuvo en el bombardeo del puente Duarte y en un comando cercano al cementerio de la Máximo Gómez entre los que estaban Flavio Suero, Titico, Homero Hernández, Arnulfo Reyes y un guardia apodado Guandulito que se unió a los constitucionalistas, entre otros. “Fue miembro del comando de la Sánchez número uno”, recuerda Gladys, “y se mantuvo protegiendo la aduana del Puerto hasta que los americanos la quemaron”.

Estuvo en el asalto a la fortaleza Ozama que dirigió Homero Hernández, y en el que estuvieron también Amaury Germán, Bienvenido Leal (Chuta)...”. Refiere que su hermano tendió la mano a un militar que se ahogaba y éste “prefirió hundirse, pensando que lo ejecutarían; eso afectó mucho a Ulises, que era un gran ser humano”. “De ahí salió afectado de la audición pues estaba colgado de un tanque, y cuando tiraron sorpresivamente todos cayeron. No oía casi nada de un oído”, manifiesta. En su viaje de entrenamiento a Cuba le curaron esta afección y una cojera que le dejó la caída de un tercer piso. Otra acción en la que participó en esos convulsos días fue en el asalto a la fortaleza de San Francisco de Macorís por lo que fue apresado y golpeado hasta romperle un brazo, que le curaron, al mes, en una clínica privada. A los tres días de dado de alta volvió a la zona constitucionalista. Concluida la contienda de Abril, Ulises continuó la lucha contra la represión balaguerista, oculto, pues desde que Joaquín Balaguer inició su mandato lo acusaron de un robo en la Lotería Nacional. Jamás lo encontrarían pues ningún organismo de seguridad sospecharía cuál era su refugio: una casa justo al frente del Palacio Nacional.

Después se ocultó en la de un sobrino y “nos mandaba a buscar, nos abrazaba y besaba, era el querendón de la familia”. Al poco tiempo, recuerda Gladys, se publicó una lista con fotos de unos jóvenes que no podían entrar ni salir al país. Ulises “estaba tan camuflado que ni mamá lo reconoció. Cuando salió ese aviso hacía tres días que se había ido, suponemos que a Cuba”. Ulises casó con Altagracia Bonet, madre de sus hijos María Teresa, Sandra (nacida en la revolución) y Ulises Arquímedes”, nacido el 10 de enero de 1972.

Los jóvenes Amaury Germán Aristy, Ulises Arquímedes Cerón Polanco, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) se enfrentaron el 12 de enero de 1972, en el Km 14 de la autopista Las Américas, a una tropa mixta de más 2,000 guardias y policías, apoyados por artillería pesada, aérea y naval, comandada por el Contralmirante Marina de Guerra Ramón Emilio Jiménez, el General E.N. Neit Rafael Nivar Seijas y por el General Salvador Lluberes Montás, falleciendo bajo el fuego de las autoridades.


Los Palmeros héroes y la obra de Balaguer
Tomado del Listín Diario. Entrega de Raúl Pérez Peña del 12 de enero de 2008
(Editado por NH)

General Neit Nivar Seijas, las miles de tropas y el arsenal militar para combatir a cuatro revolucionarios que hubiesen sido asesinados de todas formas, aún sin combatir, sentados en las salas de sus casas conversando con sus esposas e hijos, tal y como procedía el régimen de Balaguer contra los que disentían de su autoritarismo

Hoy 12 de enero se cumple el 36 aniversario de la caída en la autopista Las Américas de los 4 héroes que enfrentaron la embestida criminal de miles de efectivos de los distintos cuerpos castrenses que cumplían “ordenes superiores”. Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (Chuta), Virgilio Perdomo Pérez y Amaury Germán Aristy escribieron con sus vidas una de las más gloriosas páginas de resistencia de nuestra historia reciente.

Dada la precariedad de información sobre los acontecimientos históricos que padece la juventud dominicana, siempre será necesario recrear lo que sabe una minoría. Por ejemplo, que Joaquín Balaguer actuó efectivamente como comandante en Jefe de las Fuerzas en la orden para la ejecución del aparatoso operativo que contó con la asesoría de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana, e incluso con unidades aéreas procedentes de bases militares ubicadas en Puerto Rico.

Los apologistas a ultranzas de Balaguer pretenden eximirle de responsabilidad bajo mendaz argumento de que “vivíamos los tiempos de la guerra fría y estábamos sujetos al forcejeo internacional de las grandes potencias”. Los cifras de víctimas mortales, presos políticos, desaparecidos, exiliados durante los tétricos 12 años hablan de que lo que era capaz Balaguer actuando por cuenta propia, y con el soporte de sus tristemente célebres jefes militares “incontrolables”. Algunos de estos andan por ahí con su sangrante rosario de cuentas pendientes.

Los heroicos jóvenes caídos en el kilómetro 14 estaban condenados a muerte desde mucho antes del 12 de enero de 1972. Su trayectoria de luchadores revolucionarios sin tregua los convirtió en blancos de la persecución del balaguerismo y sus asesores extranjeros. A los 36 años de la muerte de Bienvenido Leal Prandy (Chuta), Ulises Cerón Polanco, Amaury Germán Aristy y Virgilio Perdomo Pérez se impone rendirles el merecido tributo de recordación y educar a las jóvenes generaciones acerca de su hermosa trayectoria; específicamente, reservarle su espacio en el Museo de la Dignidad.


45 años después: Las muertes de Amaury Germán Aristy y sus compañeros
Tomado de Acento. Entrega de Alejandro Paulino Ramos del 12 de enero de 2017
(Editado por NH)

La permanente y tensa situación política que vivió la República Dominicana durante los doce años de gobierno de Joaquín Balaguer (1966-1978) alcanzó su clímax el 12 de enero de 1972, cuando los organismos de seguridad descubrieron el escondiste utilizado por cuatro líderes del grupo conocido como Comandos de la Resistencia, quienes murieron después de 15 horas de combate contra tropas militares y policiales. Los revolucionarios detectados y ultimados en una residencia ubicada el kilómetro 14 de la Autopista de Las Américas fueron Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco. Eran perseguidos por la policía bajo la excusa de que, junto a otros revolucionarios, habían asaltado la sucursal The Royal Bank of Canada (el 8 de noviembre de 1969); realmente eran perseguidos porque constituían la base político-militar de la expedición armada que desde Cuba preparaba el coronel Francisco Alberto Deñó, jefe de la estructura conocida como Los Palmeros.

Los Palmeros estaban integrados por izquierdistas seguidores del Coronel de Abril, quien, bajo el nombre de Román, dirigía el entrenamiento militar en las sierras cubanas desde 1968. Amaury y sus compañeros formaban una avanzada de guerrilleros urbanos que tenía como objetivo preparar la base político-militar de la esperada expedición guerrillera. Antes de integrarse a Los Palmeros, aquellos revolucionarios habían estado vinculados al Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Al momento de sus muertes, el grupo Comandos de la Resistencia se encontraba virtualmente aislado de la organización madre, debido a las intrigas de los agentes infiltrados en Cuba, quienes habían provocado que Caamaño perdiera la confianza en ellos. Se dice que Virgilio (Villo) Gómez Suardí, que había llegado a Cuba en 1970, llevó la idea a Caamaño de que Virgilio Perdomo era un agente del enemigo infiltrado en el grupo de Santo Domingo, lo que era falso. Caamaño rompió los contactos con el grupo cortándole los recursos necesarios para su accionar.

(...)

Ulises Cerón Polanco (izquierda) y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta)

[Después del desenlace de los acontecimientos del 12 de enero, Orlando Martínez hizo una serie de preguntas al Jefe de la Policía, general Neit Rafael Nivar Seijas, que fueron publicadas en la revista ¡Ahora! (número 428 del 24 de enero de 1972). Las preguntas, NH] ayudan a entender parte de los detalles y la situación derivada de los mismos; fueron contestadas por el general negando las que guardaban relación con los Estados Unidos y justificando las vinculadas con las muertes de los revolucionarios:
“Algunos dicen que, después de la muerte de los acusados del robo al Royal Bank of Canada, su prestigio, especialmente en las capas medias de la sociedad, ha descendido notablemente, ¿qué opina usted sobre el particular?”;

“Se dice, al mismo tiempo, que los sectores económicos poderosos vieron con agrado la forma en que fue conducido la operación de cerco y aniquilamiento contra esos jóvenes, ¿tiene usted algún interés especial en ganarse el apoyo de esos grupos?”;

“¿Es cierto que, además de capturar a los implicados en el asalto al Royal, los cercos realizados buscan probar las tácticas de contrainsurgencia que enseñaron los asesores militares norteamericanos a las Fuerzas Armadas y Policía dominicanas?”;

“¿Solicitó usted la denunciada colaboración norteamericana en la operación que culminó con la muerte de cuatro miembros de los Comandos de la Resistencia?”;

“Existen dos tipo de cerco: uno que persigue el aniquilamiento del adversario y otro que trata de conseguir su rendición por medios persuasivos. Si los cercados se encontraban en incapacidad absoluta de ir a la ofensiva, ¿por qué no se utilizó el segundo?”;

“En los últimos días se observa un cambio de actitud de la Policía en sus relaciones con la población (entierros dispersados a tiros, golpeo de detenidos, intenso patrullaje de las calles, dificultades de los periodistas para desempeñar su labor), que recuerda en gran medida la adoptada por la anterior jefatura, ¿cuales razones han producido ese cambio?”;

“En los últimos allanamientos la Policía ha continuado la repudiada práctica de incautar los libros de carácter marxista, ¿se debe a instrucciones suyas o a acciones individuales de algunos policías?”;

“¿Por qué no se termina de una vez y para siempre con esa actitud medieval?”;

“¿Cree usted justo que se inculque en los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional que su principal misión es luchar contra el comunismo?”;

“Amplios sectores de la oposición han denunciado la existencia de una ramificación de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos en el país. Si la Policía Nacional constata ese hecho, ¿tomaría medidas contra ella?”;

“¿No le parece a usted ridículo el despliegue militar realizado para enfrentar a Amaury y Virgilio Perdomo?”
.
La muerte de Ulises Cerón, Amaury Germán, Virgilio Perdomo y Bienvenido Leal en la autopista Las Américas llevó de inmediato al debate y al cuestionamiento público todo lo relativo con los métodos y tácticas de luchas de las organizaciones revolucionarias de América Latina y en especial de la República Dominicana. Juan Bosch se refirió a estos aspectos en su discurso por Tribuna Democrática, órgano radial del PRD, el 13 de enero, diciendo: “Los acontecimientos de ayer vienen a remachar lecciones muy duras que están recibiendo desde hace años los jóvenes revolucionarios de la América Latina. La lucha por la liberación de nuestro país requiere que se usen métodos apropiados”; contrarios a Bosch otros entendían que si cuatro jóvenes resistieron 15 horas combatiendo contra tropas técnica y numéricamente superiores, con diez grupos como ese se derrotarían las fuerzas del gobierno y se instauraría un régimen revolucionario. El futuro se encargaría de confirmar o negar ambas posiciones.

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César Augusto (Flavio) Suero

Asesinado durante los 12 años de terror y muerte del régimen que encabezó Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(9 de octubre de 1946 - 20 de enero de 1969)

Flavio Suero, primer mártir en la lucha por el medio millón para la UASD
Tomado de Hoy digital. Entrega de Ángela Peña del 28 de agosto de 2017
(Editado por NH)

Aunque pequeñas, alejadas, prácticamente desconocidas y hasta sin rotular, las dos calles con el nombre de Flavio Suero que existen en Santo Domingo son la demostración de que es difícil que el pueblo lo olvide porque fue el primer mártir de la lucha por el medio millón para la Universidad Autónoma de Santo Domingo; aportó su propia sangre, su propia vida, y siempre los mártires sirven de guía, de estandarte. La afirmación es de Miguel Reyes Santana (Santanita), dirigente del Movimiento Popular Dominicano que mantuvo estrecha relación política con el militante de esa agrupación, asesinado el 20 de febrero de 1969. Su muerte, agregó mientras le brotaban lágrimas, “expandió el dolor por todo el país al extremo de que su entierro se convirtió en una masa interminable de gente para llevarlo al cementerio”.

Reyes Santana, sociólogo, profesor pensionado de la UASD y fundador del Frente Universitario Flavio Suero, FUFLAS, luego FEFLAS, se encontraba en la casa de estudios cuando recibió la noticia que aún hoy le estremece. Dice que entonces el país estaba convulsionado por las huelgas de SITRACODE y de UNACHOSIN y se reclamaba el aumento de presupuesto para la universidad. “Flavio siguió la orientación política del MPD, que fue el llamado a todos los frentes de masa para las calles en apoyo a la huelga y a la demanda del medio millón. Entró a la escuela Colombia a estimular la salida de los estudiantes y un policía lo vio que iba para las aulas y lo mató de dos disparos por la espalda”, recuerda.

Reyes, activo revolucionario que sufrió golpes, prisión y destierro, durante el gobierno de 12 Años de Joaquín Balaguer, significó que fue tan grande la conmoción por el crimen “que pensábamos podía ser una retranca al movimiento revolucionario, sin embargo, pese a nuestra actitud inicial de impotencia, la lucha tomó mayor fuerza. Desde el cementerio se verificó un masivo reconocimiento a la continuidad. Es lamentable, pero la muerte dio ese impulso, fue un refuerzo, nunca cesó la lucha después de su muerte: se intensificó”, expresa. Entristecido, comenta: “Era muy joven, apenas tenía 23 años cuando lo mataron”.

Miguel, hoy afectado por las secuelas que la represión balaguerista dejó en su cuerpo, lleno de cicatrices, enfermo, se moviliza con bastón. Nació en Pescado Bobo, Altamira, Puerto Plata, el 26 de enero de 1944. Relata que, siendo representante del MPD en la UASD, recibía a Flavio Suero, “activo militante de la parte norte de Santo Domingo”. Iba “a buscar informaciones, planificar acciones, recibir orientación. Abordábamos la guagua de la Universidad y coreábamos: '¡Medio millón para la UASD!' hasta que el último estudiante llegaba a su destino”. Añade que el militante “era muy despierto, activo, ágil, decidido, dinámico, interesado en conocer la problemática universitaria para transmitirla a barrios como Villas Agrícolas, Luperón, Capotillo y otros. Venía a nutrirse de cómo estaba la lucha interna en el MPD”.

Una de las tantas movilizaciones por un presupuesto de medio millón de pesos para la UASD

Reyes Santana explica que anteriormente Suero perteneció al 14 de Junio, “pero pasó al MPD porque conocía la consolidación de nuestro partido. Trabajaba en los comandos revolucionarios clandestinos. En los diferentes sectores había individuos con una estructura y él era su orientador, encargado de las movilizaciones, acciones prácticas o militares, difundía la propaganda, ponía letreros en las calles... el dirigía”. Dice que además de la actividad política, “era muy humano, se ocupaba de problemas personales de los demás porque al MPD confluían militantes de las diferentes regiones y los ayudábamos económicamente, les proporcionábamos ropa, herramientas de trabajo político… Flavio llevaba de estas ayudas a sus células”. Lo define delgado, de baja estatura, cabello crespo, mulato, humilde en su vestimenta y en su proceder. “En las discusiones concedía razón en los análisis y en el tratamiento a los demás compañeros. Nunca recibí quejas. En las discusiones no imponía sus criterios, concedía la razón a quien la tuviera”.

Miguel Reyes Santana fundó el FUFLAS. “En las elecciones estudiantiles de la UASD, en 1969, solo obtuvimos 169 votos, no obstante nuestra activa participación en el proceso de la lucha y la consolidación a nivel nacional”. Lo acompañaron Rafael Lantigua, Nelson Carreño, Heriberto Peña, Juan López, Roberto Félix, Danilo Rodríguez… “y un grupo de profesores que eran enlaces”. Su lema fue: “Todo el poder para las masas”, exclama, y afirma que “el FUFLAS confirmó, a pesar de la baja votación, que la atomización de Fragua y de la FED solo podían resolverse con la movilización social”. Se convirtió en FEFLAS (Frente Estudiantil Flavio Suero) “cuando la agudización de la lucha política condujo a buscar un concepto más general para el movimiento estudiantil”, señala.


Flavio Suero: bandera de combate y ejemplo para la juventud dominicana
Tomado de Libertad, órgano de difusión del Movimiento Popular Dominicano (MPD)
(Editado por NH)

César Augusto Suero (Flavio) era hijo de una humilde familia campesina. Pero siendo muy joven se trasladó con sus familiares a un barrio marginado de Santo Domingo, la capital dominicana, integrándose a la lucha revolucionaria de forma muy activa. Fue militante del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Al estallar la Guerra de Abril de 1965, con algo más de 20 años, participó con bravura de leyenda en los combates de la zona Norte de Santo Domingo, enfrentando a las fuerzas militares reaccionarias que trataban de ejecutar la llamada “limpieza” de revolucionarios.

Cuando se produjo la concentración de las fuerzas combatientes revolucionarias en el centro histórico de la ciudad, Flavio se integró al comando que funcionaba en el edificio de Aduanas; luego pasó al Comando del cine Lido. En 1966, junto a un grupo de “catorcistas”, ingresó a las filas del Movimiento Popular Dominicano, donde rápidamente se destacó por su arrojo en la lucha, sus dotes de organizador, su creatividad, capacidad de dirección y férrea disciplina. En su nuevo partido se fusionó indisolublemente con los históricos y emblemáticos dirigentes. Bromeando con El Moreno, le decía que iba a ser su sustituto en la Secretaría General del MPD.

Se distinguió de forma ejemplar en la organización y en la lucha en defensa de los derechos de los trabajadores del Ayuntamiento del Distrito Nacional en el año 1968. Y de igual manera, en el mismo año estuvo en la primera fila en la organización de la exitosa huelga de choferes, impulsada por la Unión Nacional de Choferes Sindicalizados Independientes (UNACHOSIN). Además, en toda la zona Norte siempre estuvo en primera fila en la lucha de los diferentes sectores explotados y populares (obreros, chiriperos) y en los comités barriales.

Se destacó como un luchador tenaz e incansable; sobresalió en la lucha contra el continuismo y el criminal régimen balaguerista. Fue jefe de los Comandos Revolucionarios Clandestinos (CRC) en la zona Norte del Distrito Nacional.

Multitudinaria manifestación de duelo por el vil asesinato de Flavio Suero, perpetrado por la criminal policía balaguerista

El 18 de febrero de 1969 la familia universitaria de la UASD, con amplio respaldo del pueblo, se volcó a las calles a exigir el “Medio Millón”. Con la consigna de “Medio Millón para la UASD”, Flavio Suero levantó ese mismo día al estudiantado de la Escuela Colombia, que se lanzó a la calle como una tromba. Al siguiente día organizó movilizaciones de masas que sacudieron gran parte de los barrios de la parte alta de La Capital. La reacción estaba temerosa, temblaba. Balaguer decretó su muerte, como la de muchos emepedeístas. El día 20 de febrero de 1969 cayó abatido por la criminal policía yanqui-balaguerista. Al día siguiente, una enorme multitud que alcanzaba cerca de dos kilómetros llevó su cuerpo al cementerio. Pero la muerte física del intrépido camarada se convirtió en bandera permanente de lucha no sólo por el medio millón para la UASD, sino contra el terror del genocida Joaquín Balaguer.

La UASD creó el Comité Central Coordinador (Triple C) Flavio Suero para seguir impulsando la lucha. El gobierno de Balaguer no tuvo descanso. Tenía a los estudiantes y otros sectores de todo el país en las calles de noche y de día, hasta que finalmente se vio forzado a entregar el presupuesto exigido por la universidad del pueblo.


Por considerarlo de interés, incluimos este escrito de Rafael Chaljub Mejía, "militante revolucionario comprometido con la causa e ideología que nunca ha pensado abandonar y a la que no se arrepiente de haberle dedicado los mejores años de su vida".

Una sugerencia al FEFLAS
Tomado de El Día. Entrega de Rafael Chaljub Mejía del 17 octubre de 2014
(Editado por NH)

Hace poco buscaba datos biográficos de Flavio Suero, aquel joven emepedeísta abatido en febrero de 1969, y decidí procurarlos con la organización estudiantil que lleva por nombre el de ese mártir. Entonces me enteré que el Frente Estudiantil Flavio Suero –Feflas- no tiene una biografía oficial de Flavio Suero. No me sorprendió, porque aunque se trata de una organización formalmente sin partido, el Feflas ha estado siempre vinculado al movimiento de izquierda. Al parecer la cercanía le transfirió uno de los vicios tradicionales de esa izquierda, la subestimación de la importancia de la historia, el menosprecio al patrimonio histórico que ella misma ha acumulado en décadas largas de afanes por su causa.

Creyente acérrimo de que el futuro pertenece a la izquierda, también sostengo que para cumplir a cabalidad su papel, esta necesita revisarse a la luz de su propia experiencia, y darle el valor al rico patrimonio histórico que ella posee.

En el caso del Feflas, basta considerar algunas razones. Ese grupo nació al calor de una jornada de lucha estudiantil ya legendaria, la demanda del medio millón para la Universidad; surgió además al influjo del martirio del personaje que dicho grupo ha sostenido como emblema y con una gloria como Amín Abel Hasbún entre sus inspiradores.

El Feflas ha vivido ya más de cuarenta y cinco años y eso por sí solo es una hazaña en este país de instituciones pasajeras. Y si ha perdurado ha sido porque el Feflas es algo más que las movilizaciones en que ha tomado parte; porque en su haber hay aportes reales a los estudiantes y a la academia. Porque por sus filas han pasado sucesivas generaciones de universitarios y hoy, en centros de salud, en altas posiciones públicas, en oficinas de ingenieros, en funciones técnicas, en medios de comunicación, no es raro encontrarse con un o una profesional de antigua militancia feflista. Y a todos o casi todos los identifica el orgullo con que refieren esa parte de su pasado. El Feflas, como el grupo Fragua, es también un sentimiento de pertenencia.

Siendo así, me atrevo a sugerirles a los actuales feflistas que reparen un error, hoy más que nunca, inexcusable, y escriban esa historia, y le entreguen a la juventud estudiantil de hoy y de mañana una experiencia digna de conocerse, rica en lecciones y enseñanzas provechosas.

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Hamlet Hermann Pérez

Revolucionario, miembro del 1J4, catedrático, escritor y guerrillero. Participó en la Revolución de Abril de 1965 y en la guerrilla que en 1972 encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó para poner fin al régimen represivo de Joaquín Balaguer (1966 - 1978)
(5 de octubre de 1934 – 19 de enero de 2016)

El siempre eterno silencio martiano en Hamlet Hermann Pérez
Tomado de CUBARTE, escrito de ASTRID BARNET del 27 Oct 2016
(Editado por NH)

Desde la Patria del Generalísimo Máximo Gómez nos visitó, en ocasión de la XXIV Feria Internacional del Libro, Hamlet Hermann Pérez, escritor dominicano quien durante más de medio siglo ha expresado en cada una de sus obras —como protagonista, cronista y combatiente revolucionario— la historia contemporánea de su país, invadido en tres oportunidades por tropas norteamericanas durante el pasado siglo para luego ver impuestos en él gobiernos al servicio de Washington.

Este amigo de Cuba y de los cubanos, durante casi más de cuatro décadas, fue acogido como miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC) con el objetivo de estrechar aún más “los vínculos con valiosos historiadores dominicanos, cuya relevante obra podrá ser de mayor conocimiento por nuestros asociados”, como afirmara el doctor Andrés Zaldívar Diéguez, vicepresidente de dicha institución. Durante su intervención, el Académico cubano destacó que “no es casualidad, sino evidencia de una necesidad, que esta afiliación que nos honra, se realice al cumplirse en este 2015, medio siglo del movimiento revolucionario de abril de 1965 (Revolución de Abril), comandado por el coronel Francisco Caamaño Deñó, y a casi exactamente 42 años del desembarco en la parte norte de la Bahía de Ocoa, de Caamaño y el grupo de patriotas que regresaron a la patria de Juan Pablo Duarte, Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, dispuestos a crear un foco guerrillero en la Cordillera Central, capaz de hacer cambiar el status quo de represión reinstalado en el país tras la invasión estadounidense”.

En el caso de Hermann, este integró, bajo el pseudónimo de Freddy, el grupo de patriotas quienes, tres años después, acompañaron a Caamaño en su camino como revolucionario. Tras el apresamiento en combate y asesinato del líder dominicano, Hermann se mantuvo en la lucha guerrillera hasta sufrir cárcel y tortura. Confinado al exilio y, tras una corta estancia en México, tanto él como su familia (esposa y cuatro hijos) encontraron, entre 1973 y 1978, refugio y abrigo en Cuba.

En nuestro país, el ingeniero y profesor universitario Hermann contribuyó al auge constructivo que caracterizó por aquellos a la capital cubana, e inició a la vez su camino como escritor (cronista) e investigador sobre la historia acontecida en su país.

Así Hamlet Hermann Pérez, con la memoria histórica de su país en andas, señala con fuerza y convicción los eternos derroteros del pensamiento martiano. De aquel quien hizo del silencio, nutriente de forja, principios y de amor ético y humano.

Entre los libros publicados por Hermann se encuentran:
. Fidel - Trujillo - USA
Trilogía dedicada a la solidaridad combativa del Líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz

. Francis Caamaño: Coronel de Abril. Comandante de Caracoles

. Caracoles: La guerrilla de Caamaño

. De Héroes, de Pueblos...
El protagonista principal es el pueblo dominicano en sus luchas contra la tiranía de Leónidas Trujillo

. Diálogo entre adversarios: El guerrillero y el general
Resultante de la discusión pública con el general Ramiro Matos González, quien fue jefe de operaciones contra la guerrilla caamañista

. Un ala del pájaro: veinte años de artículos sobre Cuba

. Transición Made in USA - Premio Nacional de Ensayo “Pedro Henríquez Ureña”, del Ministerio de Cultura de la República Dominicana
Describe y analiza las normas utilizadas por los Gobiernos de Estados Unidos para invadir República Dominicana

. El Fiero Eberto Lalane José - Premio Nacional Feria del Libro “Eduardo León Jiménez 2009”
Rescata para la posteridad uno de los más apasionantes y representativos ejemplos de la juventud revolucionaria de nuestra América

. Eslabón perdido: Gobierno provisional 1965-1966

. Caamaño en Europa
Su obra más reciente sobre la historia contemporánea dominicana y del líder constitucionalista, ofrecida también bajo el título de Caamaño. Biografía de una época.
Hamlet Hermann, corazón dividido entre dos patrias
Tomado de Diario Digital, escrito de Elsy Fors* del 25 de enero de 2016
(Editado por NH)

Hamlet Hermann nació en Santo Domingo el 5 de octubre de 1934, hijo del matrimonio de Dardo Hermann Consonni y Ofelia Pérez Peña. A seres superiores como Hamlet Hermann no se les dice adiós, porque estarán siempre presentes en las generaciones de dominicanos y cubanos que defiendan la soberanía y la justicia. La noticia de su fallecimiento el 19 de enero, por infarto del miocardio mientras conducía su auto, fue prematura a pesar de sus 81 años. Para sus amigos en ambos extremos del Paso de los Vientos resultó inesperado el acontecimiento por la energía y la presencia todavía atlética que mostraba en sus ocho décadas. Permanecerá siempre en el recuerdo de los que manifiestan como el iluminado poeta cubano Rubén Martínez Villena: “…hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones”.

Estudió ingeniería civil en la Universidad de Santo Domingo y luego postgrado en planificación económica en el Instituto Tecnológico de Illinois, en los Estados Unidos. Antes que a su profesión, acudió al llamado de la Patria. La rebeldía de una generación de dominicanos de mediados del siglo pasado se hizo presente en dos movimientos insurgentes, ambos al lado de Francisco Alberto Caamaño Deñó: los del enfrentamiento contra los 42 mil marines de Estados Unidos que invadieron Santo Domingo en 1965 y la guerrilla que desembarcó por Playa Caracoles en 1973, contra el régimen corrupto y represivo de Joaquín Balaguer (1966-1978)...

Hermann dejó un rico legado testimonial en una docena de libros, el más reciente de los cuales fue presentado en La Habana en 2014, titulado “Caamaño, biografía de una época”. Además, ayudó a financiar la edición dominicana de “Guerrillero del Tiempo”, de Fidel Castro Ruz -líder histórico cubano-, puesta a la venta en ese país en 2012. Dejó el ejemplo de una personalidad integral; además de su nivel técnico que puso al servicio del país con el ordenamiento de viales y el transporte, también vistió la franela de la selección nacional amateur de béisbol con desempeño destacado como lanzador.

El nombre de Hamlet Hermann, como escribió Juan Eduardo Thomas en el diario La República el 20 de enero, “huele a la historia reciente de la República Dominicana. Además de escribir su compromiso en la Guerra de Abril de 1965 y en el desembarco de Playa Caracoles, de la misma manera lo hizo desde 1979 a su regreso del exilio, hasta nuestros días, con sus críticas y análisis políticos en las páginas de diarios y revistas”. Todos los medios de prensa dominicanos, incluyendo los digitales, sin excepción, difundieron perfiles, notas necrológicas y entrevistas en torno a este hombre reconocido por su integridad y ética.

Su tiempo en el exilio, unos ocho años, lo pasó Hermann en Cuba, sin contar el tiempo de preparación en que acompañó a Caamaño y los integrantes de la expedición de Playa Caracoles, dejando una estela de hermandad en la isla. Entre los que se pronunciaron sobre el deceso, citados por Prensa Latina desde Santo Domingo, figuró el también exguerrillero Claudio Caamaño Grullón, primo del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien lideró la guerrilla contra el régimen represivo de Joaquín Balaguer. “La patria está de luto por la partida de Hermann. Fue un verdadero patriota a carta cabal, lo demostró en la gesta patria de 1965 y también en el desembarco de Playa Caracoles con Francisco Caamaño”, aseveró Claudio a la prensa. Definió a Hermann como el funcionario más honesto que haya tenido cualquier gobierno dominicano, y dijo que “su honestidad le costó no estar en ningún otro puesto público”.

Por su parte, el gobierno dominicano decretó Duelo Nacional el 21 de enero por el deceso del destacado intelectual, aunque muchos mensajes en las redes sociales calificaron de insuficiente el reconocimiento al que consideran un héroe. El ministro dominicano de Cultura, José Antonio Rodríguez, lamentó en su cuenta de Twitter la triste partida del héroe, del revolucionario, de su gran amigo y cómplice, pero afirmó: “Nos quedan tus ideas”.

Guillermo Moreno, presidente de Alianza País, definió a Hermann como un “ejemplo en la lucha por la democracia y la justicia social”. Los corresponsales de Prensa Latina -Agencia Informativa Latinoamericana- sentirán desde ya la ausencia del gran amigo de Cuba. Desde la apertura de la oficina en Santo Domingo, siempre tuvieron sus periodistas en Hamlet una ayuda y orientación invaluable, al alcance de una llamada telefónica.

*La autora fue corresponsal de Prensa Latina en República Dominicana


El cumpleaños 83 de Hamlet Hermann
Tomado de Acento.com.do, editorial del 5 de octubre de 2017
(Editado por NH)

Cada 5 de octubre hay que recordar a Hamlet Hermann. Hombre vital, político, intelectual, ensayista, historiador, meticuloso investigador, ingeniero civil, creador de instituciones, padre de profesionales dominicanos destacados. Hamlet cumpliría hoy 83 años. Con una vida fecunda, arriesgada, creativa, de amplísima actividad deportiva en el olimpismo, Hamlet se nos fue el 19 de enero de 2016. Queremos recordarlo siempre como lo conocimos y admiramos, lleno de vida, con muchos proyectos y compartiendo con sus amigos y familiares. A sus 80 años estaba embarcado en la titánica tarea de escribir varios tomos con una historia de Cuba y la República Dominicana.

El 5 de octubre de 2014, cuando cumplió 80 años, Hamlet Hermann accedió a colaborar con Acento para escribir una biografía comentada con motivo de ese aniversario. El siguiente texto es lo que resultó de esa elaboración conjunta, de Acento con Hamlet, de su biografía. Y así fue publicado:
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Este domingo el ingeniero Hamlet Hermann cumple 80 años. Aunque no lo parece, por la vitalidad que demuestra en cada una de sus actividades, este intelectual, que una vez fue guerrillero en las montañas de Ocoa y que vio morir al héroe Francis Caamaño, tiene todavía mucho para dar a la sociedad dominicana.

No aparecerá en las páginas sociales de los diarios, ni hará una fiesta, pero sus amigos Silvio Rodríguez y Eduardo Galeano le enviarán notas musicales y poesía, celebrando este ochenta aniversario, que convierte a Hamlet en octogenario. Nació en Santo Domingo, el 5 de octubre de 1934, hijo de Dardo Hermann Consonni, argentino, y Ofelia Pérez Peña, dominicana. Estudió la primaria en el colegio “Luís Muñoz Rivera” y los secundarios en la Escuela Normal “Presidente Trujillo”, ambos en la capital dominicana.

Obtuvo el título de Ingeniero Civil en la Universidad de Santo Domingo (UASD) en 1957 y, posteriormente, realizó estudios de post grado en ingeniería civil y en planificación económica, tanto en Santo Domingo como en el exterior. Fue profesor de economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en un lapso de dos décadas, 1966-1987. Se desempeñó como investigador para el Centro de Estudios de la Realidad Social Dominicana (CERESD). Desempeñó varios cargos y funciones de Dirección en la administración de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) entre los que se encuentran el Colegio Universitario, Centro de Cómputos y Departamento de Educación Física. También fue representante de los profesores ante el Consejo Universitario, máximo organismo de dirección colegiada de la UASD. Dentro del ambiente académico, publicó dos obras usadas como texto y consulta en las carreras de Economía y Contabilidad: “RECURSOS” y “C. P. A. en R. D.”, vigentes todavía.

Por cincuenta y siete años ha ejercido la profesión de Ingeniero Civil, tanto en República Dominicana como en Estados Unidos y en Cuba. En Chicago, Illinois, se desempeñó como ingeniero estructural para la empresa Swift and Company entre 1960 y 1963. En Cuba, entre 1974 y 1978, fue Director Técnico, tanto para la Dirección Provincial de Microbrigadas como para la Empresa de Hormigón y Terrazo, ambas en la provincia de La Habana. Como especialista en materiales, diseñó un sistema constructivo para la elaboración e izaje de elementos prefabricados de hormigón armado a ser usados en viviendas de bajo costo, el cual fue puesto en práctica con éxito en República Dominicana. Durante su ejercicio profesional, participó en el diseño y la construcción de grandes edificaciones urbanas, las principales autopistas nacionales y de los dos principales aeropuertos internacionales del país.

Actualmente ejerce su profesión de ingeniero civil en calidad de consultor internacional y asesor en las áreas del transporte y el tránsito, realizando estudios de medición, clasificación y factibilidad para empresas y gobierno interesados por invertir en obras viales en República Dominicana. También se ha desempeñado como funcionario. He aquí una relación de las funciones que ha tenido:
.- 1963: A su regreso de Estados Unidos, se desempeñó como dirigente en la Oficina de Coordinación Técnica Asesora del Poder Ejecutivo (OCTAPE) durante el gobierno de Juan Bosch Gaviño. En señal de repudio al cuartelazo cívico-militar, renunciaría del cargo tan pronto como tuvo lugar el derrocamiento del gobierno constitucional.

.- 1964-1966: Ocupó las funciones de encargado del Departamento de Energía en la Junta Nacional de Planificación, entidad dependiente de la Presidencia de República Dominicana.

.- 1966-1987: Ejerció la docencia y la investigación científica dentro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, al tiempo que representaba al profesorado ante el máximo organismo de gobierno de esa academia.

.- 1997-2000: Como Secretario de Estado, Director de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), funda y organiza esa institución, la cual estaría a cargo de planificar, ordenar y fiscalizar el tránsito en las ciudades de Santo Domingo y Santiago de los Caballeros.
Ha sido un deportista consagrado. Practicó varios deportes a nivel competitivo desde su temprana juventud, ascendiendo gradualmente por las diversas categorías. Llegó a formar parte de la Selección Nacional de Béisbol lo que le permitió participar en competencias internacionales en varios países del continente. Vinculado toda su vida al deporte, también fue Presidente de la Federación Dominicana de Béisbol Amateur (FEDOBA) y vicepresidente del Comité Olímpico Dominicano (COD). Fue fundador del Departamento de Educación Física de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, logrando entonces que el deporte fuera establecido, por primera vez, como asignatura optativa en el plan de estudios del primer año universitario. Fue miembro titular del Comité Permanente del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, entidad encargada de proclamar a los inmortales del deporte en República Dominicana. Colabora actualmente con organizaciones dedicadas a respaldar actividades deportivas y culturales.

En política ha ejercido diversas funciones. Desde la década de los años 1960 fue miembro del “Movimiento Revolucionario 14 de Junio”. Luchó bajo la dirección del presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó en defensa de la soberanía nacional contra la invasión de Estados Unidos de América a República Dominicana en 1965. Formó parte de la organización política encabezada por el ex presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó e integró el grupo guerrillero que se alzó en armas en 1973 contra el despotismo gobernante. Formó parte del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), encabezado por el presidente Juan Bosch, desde su ingreso a la organización por un Círculo de Estudios en 1983 hasta llegar a ser miembro del Comité Central. Renunciaría de esa organización en 1992. Ha sido un articulista consagrado, en diversos medios de comunicación, desde que inició en el diario El Sol, a invitación de Juan Bolívar Díaz, entonces director del desaparecido matutino.

Desde 1979 mantiene una columna en la prensa nacional donde trata asuntos económicos, sociales y políticos de República Dominicana y el resto del mundo. Ha publicado miles de ensayos y artículos de prensa bajo el título CON LAS RIENDAS TENSAS. Sus trabajos periodísticos son reproducidos en medios de Estados Unidos, Cuba, México y España. Hamlet Hermann ha publicado muchos libros, algunos incluso premiados:
2014 FIDEL TRUJILLO USA 1958-1961: Recuento de una coyuntura histórica antillana que resultó determinante para reorientar la lucha de los pueblos latinoamericanos contra las dictaduras militares predominantes.

2013 CAAMAÑO, BIOGRAFÍA DE UNA ÉPOCA: Narración y estudio de la vida del héroe nacional coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, al tiempo que se interpreta la situación social en cada etapa descrita.

2011 CAAMAÑO EN EUROPA (1966-1967): Descripción y análisis del proceso sufrido por el coronel Caamaño durante dos años, cuando fue forzado a aceptar el exilio bajo el manto de una designación diplomática como Agregado Militar en Londres.

2009 ESLABÓN PERDIDO; GOBIERNO PROVISIONAL 1965-1966: Esta obra trata sobre los acontecimientos más significativos ocurridos en República Dominicana entre septiembre de 1965 y julio de 1966, durante el gobierno provisional, patrocinado por los invasores estadounidenses, encabezado por el doctor Héctor García-Godoy Cáceres.

2008 EL FIERO: EBERTO LALANE JOSÉ: La obra más vendida en la Feria Internacional del Libro 2008 trata sobre la vida de Eberto Lalane José, revolucionario y compañero del autor quien fuera asesinado durante la insurrección guerrillera encabezada por el ex presidente Francisco Caamaño Deñó. A dicha obra le fue otorgado el Premio Nacional Feria del Libro, “Eduardo León Jimenes” 2009.

2007 TRANSICIÓN “MADE IN USA”: Esta obra mereció el Premio Nacional de Ensayo Literario “Pedro Henríquez Ureña” 2006-2007. Describe aquí el proceso de “negociación” para la formación de un gobierno provisional entre los representantes de las tropas de ocupación en 1965 y los patriotas que defendieron la soberanía nacional dominicana.

2006: CON LAS RIENDAS TENSAS 2006: Obra que recopila los cincuenta artículos publicados durante el año 2006 en el periódico HOY.

2001 PARA VENCER EL CAOS: Testimonio sobre las experiencias del autor mientras, con rango de Secretario de Estado, fundó y dirigió la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET). Describe los problemas del tránsito en República Dominicana así como las medidas que considera deben ser aplicadas para resolver el trágico problema del transporte en República Dominicana.

1998 UN ALA DEL PÁJARO: Recopilación de veinte años de artículos periodísticos publicados, entre 1979 y 1999, en torno a la economía, la sociedad y la política de la Revolución cubana.

1989 y 2006 EL GUERRILLERO Y EL GENERAL: Esta obra recoge el diálogo entre el ingeniero Hamlet Hermann y el mayor general Ramiro Matos en torno al episodio de lucha irregular de 1973 en el que uno fue combatiente guerrillero y el otro dirigió las operaciones de contra insurgencia de las tropas regulares.

1984 C. P. A. EN R. D.: Contadores Públicos en República Dominicana es un libro de texto y consulta en el que se analiza la concentración de los servicios de auditoría y contabilidad por parte de las firmas transnacionales a través de filiales nativas en los países atrasados del mundo.

1983 y 2000 FRANCIS CAAMAÑO: Descripción y análisis de la vida de Francisco Alberto Caamaño Deñó, un Coronel del ejército regular dominicano cuya vida se transformó a partir de que encabezara la lucha contra la invasión de las tropas de Estados Unidos de América a República Dominicana en 1965.

1981 RECURSOS: En esta obra se muestra la importancia que tenían los recursos naturales de República Dominicana desde sus orígenes como nación hasta la década de los años 1980 y cómo fueron explotados para beneficio de las transnacionales.

1980 y 1993 CARACOLES; LA GUERRILLA DE CAAMAÑO: Este libro recoge el testimonio del autor quien, en 1973, combatiera como integrante del grupo guerrillero encabezado por el presidente Francisco Caamaño Deñó.

1979 DE HÉROES, DE PUEBLOS: Ensayo histórico sobre los acontecimientos políticos y sociales que tuvieron lugar en República Dominicana y el área del Caribe en el período transcurrido entre el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo en 1961.
EDICIONES DE OBRAS DE OTROS AUTORES
2012- LA ESPERANZA DESGARRADA; Obra de Piero Gleijeses en la que analiza las luchas del pueblo dominicano y pone énfasis en la crisis de 1965 en la que la ocupación militar de Estados Unidos a República Dominicana convirtió una guerra civil en guerra patriótica.

2012- FIDEL CASTRO RUZ: GUERRILLERO DEL TIEMPO; Obra de Katiuska Blanco Castiñeira en la que recoge parte de la vida del comandante Fidel Castro, fundamentalmente desde su nacimiento hasta el triunfo del Ejército Rebelde en 1959.
Palabras de Claudio Caamaño Grullón
sobre Hamlet Hermann

Coronel Francisco Caamaño y Claudio Caamaño

«En la Gesta Patria de 1965 no se acomodó a su nivel intelectual, el cual también puso a las órdenes de la patria como instructor; también empuño el fusil en la línea de fuego para defender nuestra soberanía. Cuando muchos le dieron la espalda a Caamaño [coronel Francisco Alberto] en Cuba al momento de que se acercaba la fecha decisiva, Hamlet nunca dudó de su compromiso. Dejó su vida de catedrático y director del Colegio Universitario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo para vestir el uniforme de los que avanzan a vencer o morir.

«Como funcionario público en la creación de la AMET [Autoridad Metropolitana de Transporte] dio un ejemplo de honradez y eficiencia. Sin duda [fue] uno de los funcionarios más honestos que hemos tenido en las últimas décadas. Lejos de contaminarse con el poder, dignificó la función del servidor público. Su honradez y eficiencia le [hicieron] incompatible con el modelo político, lo que provocó su salida de la administración pública.

«Su trabajo intelectual como historiador permitirá que se mantenga vivo y a disposición de las futuras generaciones el ejemplo de lucha de grandes hombres y mujeres, y sobre todo, el ejemplo de lucha y valentía del pueblo dominicano defendiendo la patria.»
Meses después de haber expresado tan hermosas palabras, Claudio Caamaño Grullón partió a la eternidad a acompañar sus compañeros de lucha.

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