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IV.- ¿Por qué 40 años después?

Hamlet Hermann y Claudio Caamaño, protagonistas de primer orden, y cada uno por separado, han expresado que tanto Juan Bosch como José Francisco Peña Gómez no tenían conocimiento del arribo de Caamaño y su guerrilla. Pero, los que siempre estuvieron al lado de Juan Bosch, ¿por qué no responden a los lodos con los que se quiere manchar su nombre? ¿O es que el leonelismo corrupto y disociador ha doblegado todas las voluntades, convirtiendo en parásitos a los que una vez fueron símbolos de honestidad y compromiso?

Hamlet Hermann y Claudio Caamaño, protagonistas de primer orden, y cada uno por separado, han expresado que tanto Juan Bosch como José Francisco Peña Gómez no tenían conocimiento del arribo de Caamaño y su guerrilla. Pero, los que siempre estuvieron al lado de Juan Bosch, ¿por qué no responden a los lodos con los que se quiere manchar su nombre? ¿O es que el leonelismo corrupto y disociador ha doblegado todas las voluntades, convirtiendo en parásitos a los que una vez fueron símbolos de honestidad y compromiso?

Mucho se ha hablado en el último mes de Juan Pablo Duarte, pero hoy entendemos con claridad meridiana lo que debe haber sufrido por la mediocridad de aquellos a quienes les otorgó la nacionalidad. La ingratitud y la calumnia están a la orden del día en la mayoría de los dominicanos, desde la fundación de la República hasta nuestros días.

No es nada nuevo ni inventado por nosotros; Juan Bosch retrata la sociedad dominicana en cuerpo y alma en la sociopolítica contenida en sus obras “Composición Social Dominicana”, “Clases Sociales en la República Dominicana”, “El PLD, Colección de Estudios Sociales”, “La Pequeña Burguesía en la Historia de la República Dominicana”, “Capitalismo Tardío en la República Dominicana”, “Las Dictaduras Dominicanas”, “Póker de Espanto en el Caribe”, “Trujillo, Causas de una Tiranía sin Ejemplo” y en la mayoría de sus cuentos.

Con su actuación, el periodista asume el comportamiento típico de la baja pequeña burguesía, clase social que ha convertido el país en el basurero de las naciones civilizadas del mundo. ¡Pobre patria nuestra, que ni los héroes, ni los mártires, ni los ilustres, ni los próceres escapan a la furia de las deformaciones sociales!

¿Por qué este señor -que estuvo siempre al lado de los dos más grandes líderes políticos que ha tenido el país-, cuarenta años después, acude a la mentira? Méritos más que suficientes ha acumulado por vía del ejercicio periodístico. “Extraño la unidad móvil de Radio Comercial en acción y la voz de Bonaparte Gautreaux Piñeiro”, decíamos en un ensayo que publicamos bajo el título «De la República Dominicana y el mundo; la época que me forjó».

Crecimos siguiendo su trabajo cuando vivimos aquellos años setenta (1970-1977) en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y albergamos muestras significativas de admiración y respeto por el trabajo y el compromiso que mostró a lo largo de los años con las mejores causas del pueblo dominicano, pero de un tiempo a esta parte, y por el comportamiento exhibido, el periodista Bonaparte Gautreaux Piñeyro ha descendido en la escala de valores.

¿Por qué 40 años después?

Por más mentiras que se agreguen a las ya señaladas, nunca pasarán a convertirse en verdades; ese principio inmoral y obsoleto tiene que desaparecer de la faz de la tierra.
El “Fiero”, de Hamlet Herman; “Bosch, noventa días de clandestinidad”, de Miguel Franjul; y dos escritos de Claudio Caamaño fueron las fuentes utilizadas por el autor, que se graduó de Ingeniero Mecánico Electricista en 1977 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y que conoce que Cristóbal Colón descubrió América sin haber participado en epopeya tan grandiosa.
Fin...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
4 de marzo de 2013