III.- ¿Por qué 40 años después?
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“El sábado 2 de febrero García Germán llevó a Federico Lalane José, éste (sic) le informó a Bosch que Caamaño estaba en el país”, expresa el señor Gautreaux Piñeyro en el escrito que recoge las calumnias que lanza contra el fundador de los dos partidos políticos más grandes que ha tenido la República Dominicana.
¿Cómo es posible que la verdad no haya sido expresada en su totalidad? ¿Es fortuita la omisión?… No, no es fortuita; es intencional… premeditada, en un momento en que los mediocres del PLD, carentes de compromiso y coraje, se encargan de enterrar la figura del fundador del partido, entre ellos el corrupto, cínico e indolente de Leonel Fernández, principal enemigo de la figura del profesor Juan Bosch en la República Dominicana.
¿Por qué el periodista Bonaparte Gautreaux Piñeyro no incluyó estas palabras con las que Juan Bosch respondió a la información que le había transmitido Federico Lalane José?
“¿Cómo voy a poner lo que me manda a decir un desconocido en pie de igualdad con lo que había dicho a nombre del coronel Caamaño el doctor Emilio Ludovino Fernández, a quien conocíamos, con quien habíamos mantenido relaciones mientras nos hallábamos en Europa?… ¿Cómo puede una persona cuerda aceptar como buenos y válidos dos mensajes tan opuestos? ¿Era posible que casi al mismo tiempo que nos enviaba desde Cuba la seguridad de su apoyo político el coronel Caamaño estuviera en territorio dominicano?”
¿Qué haría el periodista Gautreaux Piñeyro (sin celulares, computadoras y otros avances tecnológicos) si un allegado le informa que un hijo suyo se encuentra en Cambridge, Massachusetts, estudiando en la universidad de Harvard, y Luis Matías García, un extraño a quien ni él ni nadie conoce, le informa que está vendiendo drogas en Las Matas de Farfán? Posiblemente, responderá que hará las averiguaciones de lugar, pero, ¡esta prerrogativa no estaba al alcance de Juan Bosch!; tanto él como el Dr. Peña Gómez debían salvar sus vidas y, para salvarlas, tenían que pasar inmediatamente a la clandestinidad, ¡y por separado! Eso lo sabía muy bien el influyente periodista dominicano.
Decir que Juan Bosch “negó que Caamaño estuviera en el país con una serie de argumentos vacuos” es una falta de respeto a la verdad, como también lo es decir que “Bosch me mandó a informar la presencia de Caamaño”. ¿Por qué José Joaquín Bidó Medina, Rafael Alburquerque, Roberto Duvergé, Raúl Pérez Peña (El Bacho), Arnulfo Reyes, Abel Rodríguez del Orbe, José Frank Tapia, Luis Gómez Toñito Abreu, Cheché Luna, Emmanuel Espinal, Manuel Ramón García Germán, Euclides Gutiérrez Félix, Miguel Franjul, Hamlet Hermann, Claudio Caamaño y otros que escapan a nuestra memoria no desmienten las mentiras en las que se ha embarcado Bonaparte Gautreaux Piñeyro?
Algunos de los mencionados están muertos, pero la mayoría permanece escabullida en un mundo de mentiras y acusaciones falsas que ha deformado socialmente la nación dominicana. ¿Cuesta mucho enfrentar las calumnias contra el más ilustre de los dominicanos de todo el siglo XX? ¿Será que alguna vez habrá en este país hombres con cojones que se atrevan a contar la verdad sin importar a quien esta perjudique?
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
3 de marzo de 2013