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Análisis al proceso electoral

Resultados no son los que se esperaban. Es muy poco lo que tiene que hacer el PLD para encontrar de nuevo el camino, no "el nuevo camino"; el PLD tiene que ser únicamente el de hace 10 años, tiene que ser necesariamente el partido ortodoxo que llenó de gloria su existencia y por el que luchó gran parte de su vida el profesor Juan Bosch

Diversas son las razones que llevaron al Partido de la Liberación Dominicana a obtener una votación que no le permitirá conformar un congreso como originalmente fue concebido durante la campaña previa a los comicios. Antes de pasar a analizar dichas causas queremos presentar un cuadro detallado de lo que reflejan los números finales de esta contienda, proyectado en términos generales, para llegar a interesantes conclusiones que, a nuestro modo de ver, se derivan del evento pasado.

Primero pasemos a analizar la Gráfica #1, Comportamiento Con Base en el Total, que se anexa a la presente. De esta gráfica se desprenden resultados importantes: primero, la abstención, mostrada en un porcentaje extraordinario, que se corresponde casi con la mitad de la población votante y, segundo, la inclusión del porcentaje de los aliados del PRD en el porcentaje total de este, que bajo una nueva realidad dejarán, a partir de los certámenes venideros, de ser los aliados naturales de un PRD sin Peña Gómez, quien se constituía en el elemento catalizador de dichas alianzas.

De la abstención podemos decir lo siguiente:

1.‑ Una cantidad significativa de votantes inscritos no acudiría a las urnas porque la característica primordial del certamen así lo reflejaría. Era de esperarse que estas elecciones, que no ponían en juego la candidatura presidencial, tendrían una participación menor por parte de los que tienen el derecho de, bajo un sistema democrático, decidir cada cierto tiempo los destinos de la conducción política del Estado.

2.‑ La confusión típica en torneos donde el Dr. Balaguer no es protagonista, producto de la retórica de su discurso, que normalmente tiende a confundir a su militancia. Para finales de campaña el Dr. Balaguer hizo varios llamados a su militancia requiriéndole votar por el Partido Reformista y/o por el PRD, pero dicho llamado no fue todo lo explícito que debió haber sido, tal y como sucedió para la primera vuelta de 1996, ocasión en que la dualidad la jugaba con el PLD. Muchos reformistas no ejercieron el derecho al voto por la razón señalada y a la vez por, producto del juego establecido por el Dr. Balaguer, no depositar el voto por sus enemigos históricos.

3.‑ Una gran cantidad de inscritos para votar no podía hacerlo, ni lo haría nunca, en virtud de que se encuentra residiendo en el exterior. En este caso se hacen muy evidentes las razones económicas que imposibilitan que un grupo importante de conciudadanos con residencia fija en el exterior pueda desplazarse a República Dominicana a ejercer el derecho al sufragio.

4.‑ Por último, y que podría ser lo que más interese al PLD como partido político, muchos ciudadanos que habían visto al PLD como un partido diferente pueden haber establecido ciertas coincidencias entre el PLD fuera de la oposición y las actuaciones que durante toda su trayectoria han mostrado el PRSC y el PRD en la administración del Estado dominicano; partiendo de este planteamiento, han decidido no depositar su voto por representante alguno de los partidos en contienda.

El tema de la reelección -apenas iniciado el gobierno-, los enfrentamientos trágicos en los que se vieron envueltos militantes peledeístas, la pasividad de la justicia frente a corruptos y criminales de pasadas gestiones, las bondades de las que disfrutan tanto los amigos del presidente como los allegados de los ministros no peledeístas y la marcada diferenciación de comportamiento entre el presidente Leonel Fernández (quien se proyecta y a quien un grupo proyecta, con intenciones muy bien definidas, como una persona comedida, sensata y ecuánime) y sus ministros (a quienes intencionalmente proyectan como los irracionales y prepotentes) han incidido notablemente en las decisiones de los que hoy no contemplan diferencia alguna en cuanto a la dirección del Estado.

Como puede verse, la abstención se nutre de diversos factores, incluyendo internos del PLD, que tendrá el Partido que evaluarlos cuidadosamente para captar futuros (y potenciales, porqué no) votantes en los próximos comicios.

Sobre los aliados del PRD, que en términos numéricos representan unos 50,000 votos, se establece que han perdido el elemento catalizador, la figura que podía aglutinar alrededor del PRD y que más fácilmente podía ser manipulada por los pequeños grupos de izquierda: nos referimos al Dr. José Francisco Peña Gómez, quien nos ha dejado y a quien le deseamos la paz y la grandeza que en vida no pudo disfrutar. A partir de este momento la realidad será otra: los aliados naturales de un PRD con el Dr. Peña Gómez no encontrarán espacio en un PRD sin él.

Pasemos ahora a hacer un estudio de los últimos cuatro comicios y veamos cómo se ha comportado la votación del PRD en los mismos.
Elecciones Generales 1994 +/_ 1,350,000 Votos
Elecciones Presidenciales 1996, 1ra Vuelta 1,330,000 Votos
Elecciones Presidenciales 1996, 2da Vuelta 1,395,000 Votos
Elecciones Congreso/Municipios 1998 1,075,000 Votos
Tanto en las elecciones generales de 1994 como en las presidenciales de 1996, el candidato a presidente lo fue el Dr. José Francisco Peña Gómez. En las recién finalizadas elecciones no estaba en juego la candidatura a la presidencia pero su autodesignación como candidato a síndico por el PRD en Santo Domingo le otorgaba otra dimensión a los comicios. Producto de los arreglos hechos, en lo que respecta a la violación de los resultados de las primarias del partido blanco, muchos dirigentes provinciales abandonaron las filas del PRD y abiertamente pasaron a apoyar los candidatos del PLD. Bajo esta perspectiva, la participación del PLD se veía optimista.

Seis días antes de los comicios se produce un acontecimiento que vendría a cambiar todo el panorama político, no solo en lo que concierne a los sentimientos de los perredeístas sino también en lo relacionado con la toma de decisiones por parte del electorado silente o indeciso: se produce el fallecimiento del Dr. Peña Gómez. Perredeístas que no votarían por el PRD lo hacen como una forma de rendir tributo a quien fue su líder. A manera de homenaje toda la población disponible del PRD se vuelca en las urnas depositando su voto por el líder fallecido. Aquellos silentes o indecisos que no guardan simpatías por el PRD, que tímidamente decidirían el último día, se ven influenciados por el acontecimiento y, en una proporción significativa, quizás también a manera de homenaje, deciden ausentarse de las urnas.

Quizás estos comicios no tengan la categoría de los presidenciales, pero en lo relativo al PRD sí la tienen, y existen tres razones de mucho peso que le otorgan esa categoría:
.‑ El candidato presidencial del PRD estaba envuelto como candidato a síndico en la principal plaza electoral del país y se constituiría en un elemento aglutinador.
.‑ Aparte de ser el candidato por la principal plaza, y ser un ente aglutinador, dicho candidato había fallecido. Los sentimientos desbordarían la conciencia en forma preponderante.
.‑ En la plaza principal, la otra figura de renombre del partido blanco también aparecía en la boleta, y de por sí se constituía también en figura aglutinante: nos referimos a la senadora Milagros Ortiz Bosch.
Definida la importancia del proceso de 1998, podemos establecer cómo han evolucionado los votos del PRD en los últimos cuatro comicios: 1994, 1996 primera vuelta, 1996 segunda vuelta y 1998.

Ya sea analizando los números anteriores o haciendo una simple observación en la Gráfica #2, Evolución Votación PRD, se llega a una simple conclusión: el PRD llegó en 1996, segunda vuelta, a la cima de su votación, 1,400,000 votos. De esta se llega a una de las observaciones más importantes de este trabajo: el PRD, con todo y su voto duro, con el Dr. Peña Gómez participando en las elecciones de 1998 y además fallecido, perdió aproximadamente 400,000 votos, que se convierten en irrecuperables con la triste realidad del líder fallecido.

Otro dato tan o más contundente que el anterior es el siguiente: en la capital, Santo Domingo, el PRD bajó su votación de 429,442 votos obtenidos en la segunda vuelta de 1996 a 348,000 votos obtenidos en las presentes elecciones (81,442 votos perdidos); las dos figuras más importantes del PRD, Peña Gómez y Milagros Ortiz Bosch, encabezaban la boleta del Distrito Nacional.

Entendemos que habría que ver los resultados que se presentan en el párrafo anterior como halagadores y lo correcto sería no sentarse a llorar la no consecución de un número significativo de senadores y diputados o la no consecución de los necesarios para contar con el poder de veto, tan deseado por el gobierno y, en gran medida, también por el Partido.

Es interesante señalar que el PLD casi duplica su votación de 1994 (calculamos que termina en términos globales con unos 650,000 votos), que es la que se tiene que tomar como referencia para evaluar los resultados actuales. Los números son halagadores siempre que se corrijan los dramáticos errores cometidos desde la toma de posesión del gobierno, el 16 de agosto de 1996 y que, tal como señalamos al principio, pasaríamos a analizar luego de los planteamientos que entendemos tenían que preceder las causas de la baja votación.

Las razones que llevaron al PLD a salir de este proceso con tan solo 4 senadores y 49 diputados (según nuestros cálculos) son las siguientes:

.‑ El deceso del Dr. Peña Gómez seis días antes de los comicios. Causa fortuita que no depende del PLD.

.‑ La diferencia en la forma de actuar entre el Dr. Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, y los pocos ministros del PLD que ocupan posiciones de relevancia en el gobierno. Hace mucho tiempo que venimos escuchando que una gran cantidad de los músicos de la orquesta toca arrítmicamente y que el director necesita cambiar de músicos. A nosotros nos parece lo contrario; que cuando un número importante de los músicos de una orquesta no está en sintonía dentro de la misma es porque el director no está ejecutando razonablemente. Desde el principio se ha querido vender una imagen 'bondadosa' del presidente, mientras, por otro lado, se presentan la irracionalidad y la prepotencia como los principales atributos de los ministros o jefes de agencia peledeístas. En esto el jefe de Estado tiene la culpa; la presidencia no es un concurso de simpatías que tiene que exigir al gobernante estar bien con todos, sonreír a todos o consultarlo todo. Ha sido tan evidente esta acción que el Dr. Leonel Fernández ha plasmado, en un libro publicado apenas 20 días antes de las elecciones, su superioridad frente a los demás; ha sido tan petulante que reclama para sí el derecho de la verdad y la sabiduría por encima de todos los del partido, particularmente de los que ocupan cargos en el gobierno, a los que regaña como si fuesen niños malcriados. ¡Soberbia irrealidad en apenas 1 año y 9 meses!

.‑ La ruptura con los fundamentos del Partido. El profesor Juan Bosch se pasó 24 años diciendo que el PLD era el único partido capaz de administrar el Estado dominicano, y de repente nos encontramos que desde el mismo 16 de agosto de 1996 los puestos claves en el gobierno están en manos de los amigos del presidente, que se han encargado de ensuciar la imagen del partido hasta el punto de que ya nos ponen al mismo nivel de perredeístas y reformistas, justo cuando los peledeístas conforman el nivel inferior de responsabilidad dentro del gabinete.

.‑ La prédica de una reelección innecesaria. Tanto Juan Bosch como el PLD se convirtieron en las principales voces de oposición a la reelección cuantas veces asomó en los gobiernos del Dr. Balaguer. ¿Acaso el Dr. Leonel Fernández es la única persona con dotes de jefe de Estado en el PLD?

.‑ La eliminación del Centralismo Democrático en la toma de decisiones. Las ejecutorias del PLD en la oposición siempre fueron bien recibidas por el pueblo en general. La razón es muy simple: cuando el PLD tomaba una decisión, era una decisión de consenso donde lo que decidía la mayoría era lo que salía como política oficial del partido. La situación en el gobierno es diametralmente opuesta; cada quien piensa, analiza y actúa por su lado, degenerando en los encontronazos que han salido a relucir, fundamentalmente entre ministros peledeístas y ministros ajenos al PLD (que no han cultivado la disciplina ni la metodología de trabajo que el partido forja en sus miembros).

.‑ El populismo que arropa al partido. Esta desviación pasó a convertirse en una de las principales causas de incidentes y desconciertos que nos eran ajenos. De murales artísticos pasamos a pintar y ensuciar calles y avenidas, postes del tendido eléctrico, vallas, casas, iglesias... (¡cuántas críticas hicimos a perredeístas y reformistas por acciones de este tipo!). De marchas y caravanas sin bebidas alcohólicas y con cuerpos disciplinarios degeneramos en marchas y caravanas (sin orden alguno), en las que se consumían bebidas alcohólicas, cual fiestas callejeras. De espectadores pasamos a estar en primera fila en penosos incidentes que generaron muerte y luto a la sociedad dominicana: perdimos lo que como partido nos hacía diferentes, y, al dejar de ser diferentes, pasamos a actuar de la misma forma que perredeístas y reformistas. El pueblo dejó de ser receptivo para más de lo mismo; le envió un claro mensaje al PLD.

Esperemos que el partido no pase al ostracismo y que con Juan Bosch no se haga lo que en China con Mao Tse-tung.

Este gobierno es fruto del Partido de la Liberación Dominicana y por tanto la responsabilidad del partido en la administración debe ser total. El gobierno debe estar absolutamente conformado por los miembros capaces del PLD, que son muchos, que son disciplinados y que están educados políticamente para dirigir, pero no con un director de orquesta que dirija las gradas, sino con un director de orquesta que dirija sus músicos.

Para terminar, queremos señalar que es muy poco lo que tiene que hacer el PLD para encontrar de nuevo el camino, no "el nuevo camino"; el PLD tiene que ser únicamente el de hace 10 años, tiene que ser necesariamente el partido ortodoxo que llenó de gloria su existencia y por el que luchó gran parte de su vida el profesor Juan Bosch, a quien en apenas 21 meses unos pocos genios, que nacieron y se desarrollaron políticamente en el PLD, quieren borrar del ámbito político dominicano.

Un PLD ortodoxo no significa que deba ser un partido estructuralmente antiguo; por el contrario, debe hacer ajustes a nuevas alternativas pero con el uso de las herramientas que para tales fines les fueron dotadas por su creador. Boschismo no significa hacer todo lo dicho por Juan Bosch, boschismo significa usar las teorías que le dan esencia para de forma científica acomodar el partido a nuevos tiempos y a nuevas situaciones.

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
22 de mayo de 1998