II.- Acabemos con la minusvalidez que sustenta "The american way of live"
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¿A los estadounidenses les ha sido vedada la lectura de los correos electrónicos de Hillary Clinton que demuestran que ella facilitó la entrega de armas al Estado Islámico, grupo terrorista que ha causado muerte, desolación y destrucción en Siria, una de las naciones que más bienestar proporcionaba a sus ciudadanos? ¿Con qué derecho Estados Unidos interviene en Libia y asesina a Muamar Gadafi, el mandatario que hizo de su país el más próspero de África? ¿No muestran, además, los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado, información clasificada sobre el suministro de armas a los grupos desestabilizadores libios y los aprestos para derrocar a Gadafi?
¿Se han planteado los norteamericanos, en algún momento, la visita de inspectores de la ONU para determinar la posesión de armas de destrucción masiva? ¿Nunca les ha dado por preguntarse cómo, y con qué moral, siendo su país el único que ha lanzado bombas atómicas sobre seres humanos, se atribuye el derecho de privar a otros de tenerlas? ¿Quién le robó a México más de la mitad de su territorio? ¿Quién invadió República Dominicana en 1916 y dejó sembrada la semilla del dictador Trujillo? ¿Quién impuso en Nicaragua la dinastía dictatorial somocista? ¿Quién derrocó a Juan Bosch en 1963 y mancilló, en 1965, nuestra soberanía? ¿Quién despojó a Colombia del territorio que hoy ocupa Panamá con la finalidad de construir un canal y establecer una hegemonía económica y militar? ¿Quién defenestró en Chile a Salvador Allende e instaló la sangrienta dictadura de Pinochet?
Ni fueron fábulas ni palabras al aire las emitidas por dos de los más extraordinarios e ilustres latinoamericanos de todas las épocas. Decía Simón Bolívar, en 1829, que "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad"; y José Martí, en 1895, "Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas". Han transcurrido 188 y 122 años desde la emisión de una y otra sentencia, y los "americanos", todavía hoy, con toda la tecnología al alcance de sus manos, no han sido capaces de asimilarlas. ¿La lógica? La gringa es una sociedad en la que es más fácil comprar un arma, ver a Los Simpson y tomarse una Budweiser que leer algún folleto o panfleto histórico; es una sociedad hecha para cautivar las mentes castradas por el consumismo... una sociedad en la que se comercializa el más vulgar y horrendo de los asesinatos... en la que los canales televisivos de historia no son más que vehículos para lo absurdo, lo insensato y lo vulgar.
Es tiempo de que el ciudadano imperial asimile las raíces de su cacareada bendición: cada carro, cada bombilla, cada acondicionador de aire... está respaldado por la muerte de un ser inferior -desechable, amputado-, así como cada dólar estaba respaldado por oro hasta que la administración de Richard Nixon le pusiera punto final en 1971. Llegó la hora de formar un movimiento que ponga fin a la minusvalidez que sustenta "The American Way of Life", porque, de no hacerse, estaremos validando el tránsito, por la vía más expedita, hacia una hecatombe mundial.
Fin...
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
13 de abril de 2017