Ni Balaguer, ni Hipólito, ni Danilo
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Comunicarles a los que nos escuchan lo que nos trae hoy al programa (Echando Pa'lante, QBS) será sumamente sencillo, partiendo de varios artículos que previamente hemos publicado y, específicamente, en lo que respecta al tema, a los que aparecieron desde marzo de 1996, o sea, desde antes de la primera vuelta de las elecciones del 16 de mayo, elecciones estas que engendraron el “Frente Patriótico”.
En el artículo “PLD: Historia y Política”, del 31 de marzo de 1996, decíamos, en alusión a la votación obtenida por el PLD en los comicios de 1986, lo siguiente: “El peledeísmo se va convirtiendo en un símbolo de prestigio que lamentablemente alienta el populismo. Las ambiciones desmedidas se acercan en forma de personas, llevándose de encuentro la desconfianza que debía asimilar todo peledeísta”.
Al respecto, Juan Bosch decía: “...si creemos que el motor que hace avanzar la historia es la lucha de clases debemos suponer que... el que se nos acerca viene a buscar algo que le rinda beneficios de índole político o material…”. Esto es una realidad en el PLD de hoy, y algo se ha perdido... y el partido se está perdiendo. Además, expresaba el profesor Bosch que "el día que el PLD se convierta en otro PRD o en otro PRSC tendría uno que preguntarse ¿por y para qué se abandonó el PRD, si ahora el PLD se ha convertido en lo que él es?" (Juan Bosch, "El Partido: Concepción, Organización y Desarrollo", Pág. 181, Segunda Edición, 1984).
El 15 de junio de 1996, 15 días antes de la celebración de la segunda vuelta, señalábamos en el artículo “PLD, Juan Bosch y el Frente Patriótico”, lo siguiente: “La conformación del Frente Patriótico Nacional entre el PLD, el PRSC y otras agrupaciones políticas y de la comunidad civil revela claramente lo tratado entre el Dr. Balaguer y el PLD semanas antes de la primera vuelta electoral... De forma fortuita o no el PLD se dejó arrastrar, producto del populismo en que se sumergió para esta decisión electoral… El PLD pudo haber hecho acuerdos por debajo de la mesa; se debió jugar con el populismo hasta el punto en que este quedara controlado por el Partido”. Terminábamos el mismo de la siguiente manera: “Esperamos que, a pesar de los errores, el PLD pueda salir victorioso; aún sigue siendo la fuente política con los propósitos más sanos en favor del pueblo dominicano”.
En los días previos a la toma de posesión, con el conato de conflicto para la selección de los miembros del gabinete, sentimos lo mismo que habíamos sentido cuando asistimos al Colegio de Abogados de Puerto Rico a la presentación de los candidatos del PLD (Leonel Fernández, Euclides Gutiérrez Félix y Norge Botello) para la pre campaña: una enorme preocupación por la filosofía política del Dr. Leonel Fernández, producto del distanciamiento que veníamos observando -en sus discursos- de los postulados boschistas. Más aún, ¡nos quedamos pasmados cuando vimos al candidato Leonel Fernández en una entrevista que le realizara la productora de televisión Nuria Piera!
Para el 16 de agosto de 1996 terminábamos el artículo “El discurso de Leonel Fernández: madurez política del PLD” de la forma siguiente, y quizás, ingenuamente, esperando lo mejor para el PLD: “Esto nos habla de calidad, del desprendimiento, de la cohesión... de la convicción ideológica, del compromiso con la patria de los miembros o de quienes han sido miembros del PLD”.
Quizás estos eran nuestros deseos, no la realidad por venir. Las cosas son como son, no como uno quiere que sean. El Congreso Nacional Elector -del que resultó candidato Danilo Medina- se convirtió en el preludio de la transformación total del PLD y en la antesala para que surgieran las fechorías que se cometieron en una institución de la que se eliminó todo mecanismo de fiscalización; el partido optó por disputarle a reformistas y perredeístas el primer lugar en lo que respecta a hacer lo mal hecho.
Las ejecutorias de Leonel Fernández y el partido, en el ejercicio del poder, han sido frustrantes. El desvío de las prédicas del profesor Bosch -y de lo que constituía la naturaleza fundamental del PLD- es total; la integridad, la dignidad, el compromiso con la patria y el respeto al patrimonio del pueblo sólo eran consignas de campaña. Parece que desde el poder las cosas son diferentes... y fuimos advertidos: "esperen a que sean gobierno y veremos si las cosas son iguales". ¡Palabras proféticas! Se gobierna con los mismos privilegios para la clase que se combatió mientras el partido era oposición; se hace lo mismo que hicieron desde el gobierno perredeístas y reformistas y se fomenta el vicio corruptor del poder para la acumulación originaria.
La realidad política del PLD para los comicios del próximo 16 es totalmente diferente a la que le impregnó Juan Bosch, y que exhibió mientras fue presidido por él en plenitud de sus facultades. El evento electoral que iniciará con la primera vuelta del martes 16 no ofrece alternativas saludables para los dominicanos. Del PRD y del Partido Reformista (entelequia que desaparecerá del panorama político tan pronto Balaguer deje el mundo de los vivos) no hay nada que decir, de la misma forma que no hay nada que decir de sus candidatos. Por eso, la consigna que debe primar para estas elecciones es "¡NI BALAGUER, NI HIPÓLITO, NI DANILO!".
Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
8 de mayo del 2000