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Estados Unidos: la peor plaga que ha conocido la humanidad

Donald Trump había expresado que Barack Obama empezaría una guerra con Irán porque no tenía habilidad para negociar. "Es débil e ineficaz. Atacará Irán en algún momento porque piensa que es la única manera de ser elegido". El asesinato de Qasem Soleimani, "mártir viviente de la revolución", es una muestra más que fehaciente de que al establishment y al pueblo norteamericano poco interesan las vidas de los demás seres humanos

Acabábamos de ver la serie documental «Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía», que Netflix había puesto recientemente en cartelera. Recordamos que en las redes sociales habíamos publicado nuestro parecer acerca del asesinato del fiscal Alberto Nisman, quien tenía a su cargo resolver el caso de la bomba que explotó en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires, y que dejó un saldo de más de 80 personas muertas, un significativo número de heridas y cuantiosas pérdidas materiales.

Decidimos hacer un comentario en Facebook, insertando el que habíamos hecho dos días después de haberse encontrado en el baño de su departamento, ubicado en el edificio Torre Boulevard del complejo Torres Le Parc, en el barrio de Puerto Madero (uno de los lugares más exclusivos de Buenos Aires), el cadáver de Nisman. Decíamos, y citamos:
«Una serie que dará mucho que hablar. Sobre la muerte de Nisman habíamos escrito, el 20 de enero de 2015, lo siguiente:

Si Alberto Nisman, el fiscal argentino que investigaba el acuerdo Cristina Fernández - Irán (para supuestamente encubrir a los autores del ataque, en 1994, contra la mutual judía AMIA), es asesinado (como lo fue), ¿sobre quién recaerían todas las sospechas?

No se necesita de inteligencia alguna ni de mucho sentido común para saber sobre quién recaerían todas las culpas: Cristina Fernández y su gobierno... ¡Simple!

Pero no es tan simple; ¿a quiénes interesaba la muerte del fiscal para sí involucrar a la presidenta y a su gobierno?

A los judíos y su Mosad, por ser los afectados y saber cómo actúan; a la CIA y su sucio gobierno para implicar una de las principales cabezas desafectas al imperio en América Latina... y a Londres y su servicio secreto MI6, al anunciar el gobierno argentino su interés en la compra de los aviones rusos Sukhoi, luego que el Reino Unido ejerció su derecho a bloquear la venta de los aviones de combate Gripen NG que Argentina planteaba comprar a Brasil, dado que el 30 por ciento del avión que fabrica Saab está hecho con componentes suministrados por empresas británicas.[https://www.facebook.com/533444645/posts/10152652701449646/?d=n].

«Al terminar de ver la serie, que aporta nuevas evidencias, nos ratificamos en lo expresado, pero será mañana que hablaremos con más precisión y amplitud...».

Pero, ¿coincidencias? de la vida; no podíamos imaginar que todos los actores importantes en el acto terrorista del 18 de julio de 1994, y en la muerte del nacido dentro de una familia judía -seleccionado para investigar el atentado en una institución judía-, estarían presentes de nuevo (en eventos que no lucen afines pero en realidad los son): la ascensión al poder de Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina, y el vulgar asesinato cometido por Estados Unidos en Irak sobre la segunda persona más importante de la República Islámica de Irán, Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds (una unidad de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica especializada en guerra no convencional y operaciones de inteligencia militar, responsable de llevar a cabo operaciones extraterritoriales) y una de las figuras militares más prominentes e influyentes del país, considerado "mártir viviente de la revolución".
"El pentagonismo es una amenaza para todos los pueblos del mundo debido a que es una máquina de guerra que necesita la guerra en la misma forma en que los seres vivos necesitan aire y alimento para no perecer." [Juan Bosch]

Netflix lanza la serie «Nisman: El Fiscal, la Presidenta y el Espía» precisamente en el mismo momento en que Cristina Fernández es juramentada como vicepresidenta y a muy pocos días del nefasto evento que terminó con la vida de una figura insigne de Irán (sin existir guerra manifiesta entre esa nación y Estados Unidos). La parte más importante del documental se enfoca precisamente en la supuesta culpabilidad del gobierno iraní en la ejecución del acto de barbarie que arrancó la vida a más de 80 argentinos (de descendencia judía la mayoría) y en la conjetura que implica a la actual vicepresidenta de la República Argentina encubriendo la participación de los iraníes. En el Medio Oriente, y casi al mismo tiempo, Estados Unidos, rompiendo con todas las normas internacionales de convivencia pacífica, le arranca la vida a Soleimani y a Abu Mahdi al Mohandes (vicepresidente de las milicias chiíes iraquíes Multitud Popular), en un acto de intromisión y cobardía para el que el Pentágono contaba con sobrada experiencia.

Netflix formó parte de la maquinaria de propaganda que Estados Unidos ha montado con los medios de comunicación, los que tienen la capacidad de convertir, en apenas minutos, ya no sólo en su propio país, sino en prácticamente todo el mundo, a Jesucristo en Satanás. Cuando la embajada iraní se incendió en Najaf (Iraq), la prensa occidental (EE. UU. a la cabeza) hizo reiterativas reseñas acerca de que «los civiles protestaban por la influencia iraní». Ahora, cuando la embajada norteamericana es asaltada en Bagdad por la reciente matanza de iraquíes, esa misma prensa reseña, hasta el hastío, que «la acción contó con el respaldo de Irán». Eso se llama perversidad, indecencia, agitación pagada, ansias de genocidio, depravación, abyección, incitación al saqueo, bajeza, ignominia, vileza, ruindad, servilismo, perfidia, crueldad... y cuanto calificativo degradante pueda aplicarse a semejante comportamiento.

Benjamín Netanyahu y el Mosad, por parte de los judíos, fueron figuras preponderantes en el perverso bombardeo que el Pentágono escenificó en las cercanías del aeropuerto de Bagdad asesinando a dos figuras claves de la República Islámica de Irán. Como habíamos dicho, los protagonistas más notorios de los acontecimientos que sacudieron a la República Argentina, en 1994 y 2015, son los mismos de la masacre que acaba de materializar Estados Unidos.

Nunca antes habíamos conocido, visto, escuchado o leído de, un grupo terrorista que estuviese constituido por las estructuras propias de un Estado. Las autoridades civiles, que se supone deban gobernar las naciones que se proclaman democráticas, no rigen el ámbito internacional de Estados Unidos; “ese terreno es exclusivo de un poder militar manejado por una asociación de banqueros, industriales y militares que tiene sus planes propios para aplicarlos en cualquier parte del mundo” [JB], convertida hoy en la mayor agrupación terrorista en la historia de la humanidad, y opera, porque funciona en varios aspectos bajo esa definición, como un Estado [regido por los dictámenes del Departamento de Defensa (más realista si se llamara de Ofensa o Guerra) de EE. UU., cuyo asiento radica en un edificio que, por su forma geométrica, se conoce como el Pentágono, cuyas características de operación llevaron a Juan Bosch a formular su tesis: «El pentagonismo, sustituto del imperialismo»].

Esa cuadrilla de terroristas exhibe como bandera la que los pentagonizados norteamericanos consideran suya: the “Star-Spangled Banner”, que consta de “trece franjas horizontales de igual tamaño, siete rojas y seis blancas alternadas, y un rectángulo azul en el sector del cantón superior izquierdo con cincuenta estrellas blancas de cinco puntas”. “The Star-Spangled Banner” es el símbolo que hoy representa el terrorismo mundial, la perversidad, la destrucción, el saqueo de recursos, los genocidios; es el estandarte del Estado Islámico (EI, ISIS, DAESH, etc.), clan de asesinos y delincuentes que se formó bajo la tutela de Estados Unidos e Israel para derrocar el gobierno sirio de Bashar al-Ásad y que acribilló miles de inocentes. ISIS fue vencido gracias a la capacidad, destreza y sagacidad del mayor general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds iraní desde 1998 y asesinado vilmente, hace apenas dos días, por el consorcio terrorista que se conoce como Estados Unidos (EU), del que forman parte las naciones imperialistas de Europa occidental y, por supuesto, Israel.

Habíamos señalado que, para llevar a cabo esta acción, el Pentágono contaba con suficiente experiencia, con precedentes similares. En 1963 -John F. Kennedy era el presidente- Estados Unidos derrocó a Juan Bosch porque había descubierto que Leon Cantave -un exgeneral haitiano- tenía instalada una guerrilla en suelo dominicano, patrocinada y financiada por el Pentágono, sin que lo supiera el jefe de Estado dominicano, para derrocar a François Duvalier.

Kennedy se vio "precisado" a defenestrar a Bosch porque había ordenado -el 24 de septiembre, día anterior al golpe- al ministro de Relaciones Exteriores, Héctor García Godoy, que solicitara a la OEA una investigación de lo sucedido, comunicación que fue interceptada por los organismos de inteligencia norteamericanos porque «del escándalo que produciría el conocimiento de tales hechos iba a salir muy mal parado el prestigio de John F. Kennedy, puesto que a él iba a tocarle ser el primer gobernante del mundo que sería acusado de haber cometido un desafuero semejante, de haber ordenado la ejecución de una violación tan escandalosa de las normas que gobiernan las relaciones entre los Estados y sus jefes» [comillas de Juan Bosch].

"Para el pentagonismo el territorio que va a ser o está siendo atacado es sólo un lugar destinado a recibir material gastable, tanto mecánico como humano. En ese sitio van a consumirse las costosas máquinas de guerra, las balas, las bombas, las medicinas, las ropas, el cemento, los equipos de construcción de cuarteles y caminos y puentes, la bebida y la comida de los soldados, y también los propios soldados o por lo menos muchos de ellos. El país atacado es el depósito final de los bienes producidos y ya vendidos y cobrados en la metrópoli." [Juan Bosch]

Lo que acaba de suceder en Irak no es nada nuevo: el jefe de Estado yanqui llevó a cabo un bombardeo que asesinó, en suelo iraquí, al segundo hombre más importante de la República Islámica de Irán sin que lo supiera el jefe de Estado de Irak y sin su país estar en conflagración declarada con la nación persa (la que una vez subordinó). Estados Unidos había hecho lo mismo en Pakistán: el jefe de Estado pakistaní no tuvo conocimiento que el jefe de Estado gringo, por orden del Pentágono, llevaría a cabo, en suelo de la nación islámica, la misión con la que dio muerte a Osama bin Laden.

Estados Unidos no respeta la vida de ningún ser humano que piense y actúe diferente; no se subordina a la Organización de las Naciones Unidas, creada en San Francisco, California, finalizada la Segunda Guerra Mundial, para «mantener la paz y seguridad internacionales, fomentar relaciones de amistad entre las naciones, lograr la cooperación internacional para solucionar problemas globales y servir de centro que armonice las acciones de las naciones», y cuya sede principal descansa en Nueva York.

EE. UU. ha asumido muy en serio el usurpador papel de policía mundial; en esa perversa tarea ha destruido naciones completas, las ha saqueado y ha asesinado millones de hombres, mujeres y niños con derecho a vivir como les dé la gana en el suelo que los vio nacer. Estados Unidos es hoy la peor plaga que ha conocido la humanidad...

Nemen Hazim Bassa
Carolina, Puerto Rico
5 de enero de 2020