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IV.- La tres epidemias que han azotado a la humanidad - La tercera: Estados Unidos (2da parte)

Los desmanes que comete Estados Unidos no interesan para nada a su pueblo, que desestima hasta los más insólitos reconocimientos de las felonías que cometen sus propios gobernantes. Ni siquiera son necesarias las mentiras; las aberraciones se hacen públicas con la mayor insolencia. No se guardan las formas. Cuando un imperio entra en esa etapa de prostitución, de no importarle nada, de que todo le da igual, es síntoma de que ha iniciado el camino de la decadencia...

La arrogancia y la prepotencia histórica de Estados Unidos

«Derrocamos democracias que funcionaban en más de 20 países. Manipulamos elecciones en docenas de países, creamos ejércitos y los pusimos a luchar contra gobiernos enemigos. La CIA mató, como mínimo, a 6 millones de personas» [John Stockwell, oficial de la CIA durante 13 años, denunciando en 1989 que EE. UU. mató al menos a 6 millones de personas a base de golpes de Estado y cambios de regímenes políticos en todo el globo].

En abril de 2019, en una conferencia que ofreció en una universidad de Texas, Mike Pompeo hizo una confesión sobre cómo trabajaba la CIA, de la cual fue director: “Cuando era cadete, ¿saben cuál era el lema de los cadetes en West Point? No mentirás, no engañarás, no robarás, ni tolerarás a quienes lo hacen. Yo era el director de la CIA. Mentimos, engañamos y robamos. Teníamos hasta cursos de entrenamiento… Era como si tuviéramos todos los cursos de capacitación (…) Eso te recuerda la gloria del experimento americano”.

Intervención preventiva, doctrina de Paul Wolfowitz que establecía el derecho de EE. UU. a intervenir cuando y donde lo creyera necesario. «Aunque Estados Unidos no puede convertirse en el policía del mundo, al asumir la responsabilidad de corregir todos los errores, mantendremos la responsabilidad preeminente de abordar selectivamente aquellos errores que amenacen no sólo nuestros intereses, sino los de nuestros aliados o amigos, o que puedan perturbar gravemente las relaciones internacionales».

Estados Unidos, desde el año 1992, está planteando que, aunque la Unión Soviética se había desintegrado, Rusia continúa siendo un problema. El exsubsecretario de Defensa Paul Wolfowitz escribió lo que sigue, sin siquiera haber sido cuestionado acerca de tanta perversidad: «Estados Unidos debe seguir combatiendo a Rusia. No importa que ya no sea comunista. No importa que sea capitalista. Rusia es demasiado grande, demasiado rica, tiene demasiado petróleo, demasiado gas, demasiada agua, demasiada tecnología, tiene un armamento nuclear equivalente al nuestro y, por lo tanto, cualquiera que sea el régimen político va a ser un obstáculo para el interés nacional de los EE. UU. y para nuestras posiciones en Euroasia y, fundamentalmente, en Europa oriental. Así que tenemos que avanzar con sanciones, hostigando a Rusia».

Este desprecio a la humanidad, a esa que no es la del imperialismo yanqui, no sólo se circunscribe a la época reciente. En 1786, Thomas Jefferson, uno de los más fundadores de la nación norteamericana, diría: “Nuestra Confederación debe ser considerada como el nido desde el cual toda América, así la del Norte como la del Sur, habrá de ser poblada...”. En 1823, el mismo Jefferson sentenciaría: “Yo confieso, con toda sinceridad, que siempre consideré a Cuba como la adición más interesante que pudiera hacerse a nuestro sistema de estados. El control que, con la Florida, nos daría esa isla sobre el golfo de México y los países del istmo contiguo [Centroamérica], así como [sobre] las tierras cuyas aguas desembocan en el golfo, asegurará completamente nuestra seguridad continental”. John Adams no se quedaría atrás con una de las típicas expresiones de superioridad de los norteamericanos: “La gente de Kentucky está llena de ansias de empresa y, aunque no es pobre, siente la misma avidez de saqueo que dominó a los romanos en sus mejores tiempos. México centellea ante nuestros ojos. Lo único que esperamos es ser dueños del mundo”. John Quincy Adams tampoco: "Por su ubicación geográfica, Cuba y Puerto Rico constituían apéndices naturales de Estados Unidos".

Estados Unidos entendía que estaba destinado a expandirse hacia los territorios no conquistados de América del Norte y sobre América del Sur. Tan descarada teoría, concebida durante el gobierno de James Monroe y sostenida hasta el día de hoy, ha mantenido la convicción nacional de que «Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una "nación superior"».

Los desmanes que comete Estados Unidos no interesan para nada a su pueblo, que desestima hasta los más insólitos reconocimientos de las felonías que cometen sus propios gobernantes. Ni siquiera son necesarias las mentiras; las aberraciones se hacen públicas con la mayor insolencia. No se guardan las formas. Cuando un imperio entra en esa etapa de prostitución, de no importarle nada, de que todo le da igual, es síntoma de que ha iniciado el camino de la decadencia. Rusia y China, las dos superpotencias que han revertido ideologías de antaño y han creado economías iguales o superiores a la norteamericana (en el mismo ámbito capitalista), están prácticamente en el nivel superior en que se encuentra el poderío militar yanqui. No en vano, con un pueblo drogadicto, totalmente absorto, y una deuda externa imposible de cuantificar, Estados Unidos sigue creando guerras y construyendo bases militares alrededor del mundo.

Países bombardeados por Estados Unidos
Corea 1950-1953 (guerra de Corea), China 1950-1953 (guerra de Corea), Guatemala 1954, Indonesia 1958, Cuba 1959-1961, Guatemala 1960, Congo 1964, Laos 1964-1973, Vietnam 1961-1973, República Dominicana 1965 (Revolución de Abril), Perú (1965), Camboya 1969-1970, Guatemala 1967-1969, Granada 1983, Líbano 1983-1984, Libia 1986, El Salvador, 1980, Nicaragua, 1980, Irán 1987, Panamá 1989, Irak 1991 (guerra del Golfo Pérsico), Kuwait 1991, Somalia, 1993, Bosnia 1994-1995, Sudán 1998, Afganistán 1998, Yugoslavia 1999, Yemen 2002, Irak 1991-2003, Irak 2003-2015, Afganistán 2001-2015, Pakistán 2007-2015, Somalia 2007-2011, Yemen, 2009-2025, Libia de 2011-2015, Siria 2014-2025...
¿Por qué Estados Unidos tiene más de 800 bases militares en todo el mundo?

No hay un país en el mundo que no haga frontera con alguna de las bases militares del imperialismo yanqui

Estados Unidos tiene más de 800 bases militares en más de setenta países, según datos del profesor David Vine, de la American University de Washington. Un informe detallado se puede encontrar en Conflict Management and Peace Science Journal.

¿Saben los estadounidenses cuánto cuesta mantener operando semejante monstruosidad de guerra? Ninguna otra nación posee, fuera de su geografía, un potencial bélico tan grande y destructivo como el que se adjudica EE. UU. ¿Para qué? ¿Para hacer la paz? El presupuesto invertido en guerra por el imperialismo yanqui alcanza los 700 000 millones de dólares anuales (700 billones americanos). ¡Con el presupuesto de un solo año se acaba la pobreza en el planeta! ¡Con el de cinco, cada familia, en cualquier rincón, viviría feliz!

A lo largo de su historia, Estados Unidos ha ejercido su poderío militar, económico y político con una actitud de supremacía que ha menospreciado la soberanía de otras naciones y ha provocado innumerables conflictos en todo el mundo. La normalización de la violencia, la manipulación política y la expansión militar reflejan no solo una política exterior agresiva, sino también una cultura interna que ha sido indiferente ante las consecuencias de sus actos. Lejos de consolidar la paz y la estabilidad global, el imperialismo estadounidense ha sembrado caos, sufrimiento y desigualdad. En un contexto donde otras potencias emergen con fuerza y cuestionan el orden unipolar, la arrogancia de Estados Unidos parece más un síntoma de decadencia que de liderazgo. La humanidad debe reflexionar si este modelo de dominación perpetua puede seguir siendo tolerado, o si es momento de avanzar hacia un mundo multipolar, más justo y respetuoso de los pueblos.

Fin...

Nemen Hazim Bassa
Santo Domingo, República Dominicana
26 de juliode 2025