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III.- Sin papeles desclasificados, se conoce a los autores del asesinato de John. F. Kennedy - Las “guerras” de Benjamín Netanyahu y la exposición del sionismo como autor del magnicidio

«No fue hasta marzo de 1967 que un informe de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado descubrió que Israel tenía la capacidad de producir armas nucleares». En el ínterin, y hasta su muerte en noviembre de 1963, Kennedy siguió convencido de que Israel estaba decidido a desarrollar armas nucleares

David Ben-Gurión, figura importante del sionismo, 1.er y 3.er primer ministro de Israel

El informe que se desprendió de las inspecciones concluyó que Dimona «estaba destinada exclusivamente a la generación de energía nuclear», vulgar mentira que técnicos franceses y sionistas dieron a los inspectores de EE. UU. mientras encubrían el plan para desarrollar armas nucleares. «No fue hasta marzo de 1967 que un informe de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado descubrió que Israel tenía la capacidad de producir armas nucleares». En el ínterin, y hasta su muerte en noviembre de 1963, Kennedy siguió convencido de que Israel estaba decidido a desarrollar armas nucleares; seis meses antes de su asesinato, «escribió un telegrama privado a Ben-Gurión, advirtiendo de los efectos perturbadores sobre la estabilidad mundial que conllevaría el desarrollo de la capacidad de armas nucleares por parte de Israel».

De manera ambivalente, y ante el auge del petróleo y las guerras seleccionadas, Estados Unidos se prestó al juego del encubrimiento y la desinformación después del magnicidio que arrancó a Kennedy del poder imperialista. Y cuando hablamos de Estados Unidos, nos referimos al poder pentagonista y a las grandes oligarquías que encabezan los emporios de la comunicación. Inglaterra, el imperio que impuso a Israel como nación en un enclave estratégico (Palestina) para dividir los países árabes de Asia y África, jugó un papel fundamental antes de la decadencia con la que terminó la Segunda Guerra Mundial, evento que capitalizó Estados Unidos para convertirse en el más grande imperio que conoce la humanidad (si alguien tiene alguna duda, que se dedique a ubicar en un mapamundi las 900 bases militares con las que cuenta).

El asesinato de John F. Kennedy es el punto de inflexión que marca el inicio del contubernio nuclear entre Estados Unidos e Israel. A Kennedy había que matarlo para que drásticamente cambiara la política de no proliferación de armas nucleares; para que el "Estado" genocida sionista desarrollara su programa de armas nucleares, se convirtiera en el aliado permanente de las élites europeas y norteamericanas (Canadá y Estados Unidos) y fomentara el trabajo sucio de los eternos colonizadores, saqueadores y destructores de los pueblos asiáticos, africanos y latinoamericanos («el Estado hebreo está haciendo el trabajo sucio del mundo», diría Friedrich Merz, canciller alemán, en la reciente cumbre del G7; mientras, el embajador sionista ante la ONU, Danny Danon, coronaría las mismas con las palabras que siguen: «Somos los que mantenemos la diferencia entre la civilización y el imperialismo genocida yihadista, porque Irán no quiere sólo destruir Israel, sino que quiere rediseñar el orden mundial»).

North Atlantic Treaty Organization [NATO (Negociado de Asesinos, Terroristas y Ominosos)]; Organización del Tratado del Atlántico Norte [OTAN (Organización de Terroristas, Asesinos y Nazis)]

La doble cara de Occidente no es fortuita; cada país de los que integran la OTAN se come diariamente un pedazo del pastel que significa el yugo impuesto a los pueblos árabes, a los que sólo se les usa como transformadores de vida en petróleo, en riqueza, en la sustancia que nutre "el sueño americano" y "el jardín europeo". El genocidio que ejecuta Israel en Palestina, los bombardeos a Siria y Líbano y el ataque vulgar contra el pueblo iraní (violando todas las normas internacionales), junto al poder con el que arrastra a Estados Unidos y a la Unión Europea a validar todos sus crímenes, ha desnudado no sólo la mentira de que Israel no tiene armas nucleares, sino que ha puesto de manifiesto la afrenta con la que van de la mano sionistas, franceses, ingleses, yanquis y demás sórdidos.

¿Por qué Israel puede poseer armas nucleares e Irán no? ¿Por qué Estados Unidos, único país que ha lanzado bombas atómicas (dos, sobre ciudades abarrotadas de indefensos seres humanos), debe regular quién puede poseerlas? ¿Cuál es la moral que exhiben Estados Unidos y sus serviles de la ONU y otros organismos internacionales? ¿Quién le ha dicho a Occidente que debe establecer normas que deben cumplir los demás países? ¿Para qué sirve la ONU? Todas estas interrogantes han sido analizadas y enmarcadas sobre la base de un nuevo orden mundial; Vladímir Putin se ha referido al tema en varias oportunidades, pero, diabolizado por la prensa occidental, sus propuestas han sido descalificadas, como descalificadas han sido todas las protestas que se celebran condenando el genocidio sionista...

Los eventos que han venido sucediéndose desde octubre de 2023 (que se remontan a 1949) contra los pueblos palestino, libanés, sirio, yemení e iraní ponen de manifiesto que la amenaza lanzada por Martin van Creveld en 2003 ha surtido el efecto esperado, y que la inteligencia sionista, para que lo primero fructificara, tenía que, y se encargó de -con colaboración de la CIA- asesinar a John F. Kennedy y removerlo del poder. Todas las teorías sobre el magnicidio quedan atrás ante lo evidente: Israel posee armas nucleares, y, para poseeerlas, se vio precisado a asesinar a Kennedy, el más grande objetor a las armas nucleares y quien continuamente exigía se monitoreara lo que, subrepticiamente, con apoyo de los franceses, hacía Israel.

Fin...

Ing. Nemen Hazim Bassa
Santo Domingo, República Dominicana
1 de julio de 2025