[Completo] «Si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente; miren hacia el Norte, por favor...»
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El título que encabeza este escrito recoge lo expresado por Cristina Fernández de Kirchner en un discurso que pronunciara en la Casa Rosada, hace exactamente ocho años, con el que denunció la posibilidad de que se cometiera un atentado contra su persona, información que los órganos de seguridad del Estado no le habían suministrado a ella, siendo presidente de la nación, pero que de manera extraña había sido "panfleteada" por Clarín, un diario fascistoide que encarna lo peor del odio y la vileza contra los gobiernos reformadores que encabezaron la propia Cristina (8 años) y Néstor Kirchner (4 años), quien fuera su esposo ["Si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte, por favor", señaló Cristina con relación a las amenazas que, según Clarín, recibiera de parte del grupo terrorista Estado Islámico].Cristina Fernández de Kirchner: «Si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente; miren hacia el Norte, por favor...»
En ese mismo discurso aseguró que "sectores concentrados de la economía quieren voltear al gobierno" [el frente oligárquico, constituido por dueños de bancos, operadores de bolsa, empresarios automotores, rectores del sistema de justicia y, como siempre, el eterno intervencionista (el gobierno norteamericano), presionaba por políticas económicas favorables a sus intereses: "Quieren licuar lo ganado en las paritarias y los exportadores quieren recuperar todo lo que perdieron por ineficientes y por idiotez"].
Momento preciso en el que se observa la mano del transgresor apretando el gatillo (en dos ocasiones, de una pistola semiautomática Bersa 380) para asesinar a Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidente de la República Argentina. El criminal, aparentemente al sacar el arma del bolsillo, pulsó el botón que expulsa el cargador, por lo que, al "gatillar", en dos ocasiones, la pistola no encontró balas en la recámara. El hecho aconteció alrededor de las 9 de la noche del jueves 1 de septiembre de 2022 frente a la residencia de la expresidente y actual vicepresidente
«Después de ver las cosas que se están haciendo desde determinadas representaciones diplomáticas [Embajada de Estados Unidos], después de escuchar declaraciones que parecen un ejercicio de cinismo, que vengan [ahora] a crearnos una historieta de que ISIS [Estado Islámico] me está buscando para matarme... Que no vuelvan a armarme ninguna novela como nos armaron en el pasado con respecto a otras cuestiones que no quiero mencionar; que no nos armen ninguna novela. Así que, lo que escribieron y salió en los diarios, evidentemente es mentira, porque si [la información hubiese emanado] de algún organismo de inteligencia, que depende de mí, debería haberme primero informado a mí, que soy la presidenta y la amenazada. Cualquier cosa que me pase, digan lo que digan, y quienes lo digan, no tengan duda que no viene de Oriente»
¿Qué hicieron Néstor Kirchner (NK) y Cristina Fernández (CFK), durante sus 12 años de gobierno, que tanto odio han provocado en la rancia "aristocracia" argentina, conformada por oligarcas, burgueses, la cúpula militar, terratenientes, un sector de la pequeña burguesía que busca inflexiblemente insertarse en ella y, por qué no, los habituales lisojeros que se encuentran en todas las esferas de la vida nacional, principalmente en la gran mayoría de sus medios de comunicación?
Durante sus gestiones (Néstor inició el 25 de mayo de 2003 y concluyó el 10 de diciembre de 2007, y Cristina inició el mismo 10 de diciembre de 2007 y finalizó el 9 de diciembre de 2015) hubo que enmendar la perjudicial política neoliberal que había implementado Carlos Menem, basada en la privatización, el desempleo, la desigualdad social y una abusiva deuda. Las luces más importantes de esos doce años radican en:
Néstor Kirchner traspasa el mando a su esposa Cristina Fernández (10 de diciembre de 2007).- Reducción en la tasa de desempleo [de 17.3% en 2003 a 7.9% una vez culminó el periodo presidencial de NK (2007), y a 6.9% en 2014 con CFK, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec)].
.- Reducción en la pobreza. Menem entregó a NK con un 54% de la población viviendo en la pobreza en 2003 (más de la mitad de la totalidad de argentinos), y, en 2013, según el Indec (con CFK gobernando), ese porcentaje se redujo a 4.7.
.- Incremento de la clase media. Según cifras del Banco Mundial (BM), entre 2003 y 2009, el 45% de la población alcanzó la clase media (de 9.3 millones encasillados en esta definición en 2003, la clase media creció hasta alcanzar los 18.6 millones de argentinos).
.- Crecimiento del PIB. El Producto Interno Bruto (PIB), que para 2003 era de -10.8%, subió en 2010 a 8.4% (un incremento de 19.2%).
.- Reducción de la inflación. Sólo en el primer año de NK la inflación se redujo de 13.4% a 6.1%.
.- Aumento de los programas de asistencia social. En política social, los gobiernos de ambos implementaron los siguientes programas: "Asignación Universal por Hijo, Ingreso Social con Trabajo, Ellas Hacen, Plan Más y Mejor Trabajo, Prestación por Desempleo, El Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (Fines), Argentina Trabaja y Emprendedores de nuestra tierra".
.- Multiplicación de las reservas internacionales. Las mismas se quintuplicaron en 2010 (con relación al 2002).
.- Nacionalización de Aeropuertos Argentinos, Correos, Aguas Argentinas, etc., empresas privatizadas por Menem. En 2012, CFK impulsó la "ley de la soberanía de los hidrocarburos de la República Argentina", con la que se logró la nacionalización del 51% de las acciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
.- Inversión en la educación. Durante la gestión de NK se construyeron alrededor de mil escuelas. En 2010, bajo las riendas de CFK, la matrícula escolar subió un 17% y la tasa de escolaridad alcanzó el 99% en el nivel primario y el 82.2% en el nivel secundario. En 2012 se aprobó un aumento de 1000% comparado a lo que los docentes devengaban en 2001.
.- Construcción de viviendas para las personas de bajos recursos. Desde 2004 hasta septiembre de 2015 se entregaron cerca de un millón de viviendas, "las cuales han beneficiado a más cuatro millones 414 mil personas en toda Argentina".
.- (...)
Fuentes: Indec, Banco Mundial, teleSURtv, Cesla, Gobierno de Argentina
Esos extraordinarios logros, que favorecieron a los indigentes y a los que percibían recursos muy limitados -que constituían la mayoría de los argentinos-, jamás serían reconocidos por la eterna clase dominante, siempre de derecha, siempre cargada de odio, siempre represiva, siempre arrogante y siempre de la mano de la embajada yanqui.
Para sacrificar a Cristina Fernández había que hacer exactamente lo que sucedió en Brasil con Luiz Inácio Lula da Silva [enviado a prisión por el juez Sérgio Moro (estuvo encarcelado de abril 7, 2018 a noviembre 8, 2019), por lo que no pudo participar en las elecciones de 2018, ganadas por el extremista de derecha Jair Bolsonaro, quien de inmediato nombró a Moro Ministro de Justicia y Seguridad Pública (el mismo 1 de enero de 2019). El 8 de marzo de 2021, debido a que el juez Moro carecía de competencia para juzgar los inventados delitos que le imputó a Lula, un magistrado de la Corte Suprema anuló todas las sentencias dictadas contra el expresidente y acto seguido inició una investigación en contra del subordinado togado] y Dilma Vana Rousseff [destituida en un juicio político (golpe parlamentario sería la verdadera razón), a quien los sectores hegemónicos de la economía, con sus grandes emporios de la comunicación, convirtieron en un ser siniestro, abominable, precisamente el esquema al que esos mismos sectores, en Argentina, apelan para expulsar a Cristina del panorama político].
Había que hacer exactamente lo mismo que se hizo en Bolivia con Evo Morales [a quien se arrebató el poder con un golpe de Estado auspiciado por el infame Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y Estados Unidos, y ejecutado por los militares y la menguada "aristocracia" boliviana]; exactamente lo mismo que se hizo en Honduras con Manuel Zelaya (derrocado y expulsado del país por las Fuerzas Armadas hondureñas y el gobierno norteamericano. "Presiones políticas llevaron a la Corte Suprema de Justicia de Honduras a proceder con la destitución"); exactamente lo mismo que se hizo en Paraguay con Fernando Lugo [destituido en un juicio político (golpe de Estado parlamentario), vilipendiado y acorralado por los mismos oligarcas que en la mayoría de los países capitalistas se consideran dueños del aparato estatal]; exactamente lo mismo que se pretendió hacer en Ecuador con Rafael Correa ("condenado en ausencia a ocho años de cárcel por cohecho"), perseguido políticamente por el "delito", como dijera Evo Morales, de "cerrar la base militar estadounidense de Manta y devolver la dignidad al hermano pueblo ecuatoriano", y obligado a vivir fuera de su país (el 15 de abril de 2022 el gobierno de Bélgica le otorgó el estatus de asilado político).
En Argentina, contra Cristina Fernández de Kirchner -desde que salió del poder, en diciembre de 2015- había que hacer exactamente lo mismo que pretenden hacer -los que se consideran eternos favorecidos de los poderes nacionales y la Embajada de EE. UU.- en Venezuela (contra Nicolás Maduro y el legado de Hugo Chávez) y en Nicaragua (contra Daniel Ortega y la Revolución Sandinista)...
Arriba, Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte (Evita Perón); abajo, de izquierda a derecha, Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Sólo Néstor escapó a algún magnicidio o intento de magnicidio...
Cristina Fernández de Kirchner personifica todos los atributos del peronismo, un movimiento político, creado en la quinta década del siglo XX por Juan Domingo Perón -militar y dirigente político con arraigados sentimientos nacionalistas (gobernó constitucionalmente Argentina en 3 oportunidades: 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1974)-, que defiende la justicia social ("entendida como la defensa de los derechos de los trabajadores, el mejoramiento de sus condiciones de trabajo y vida y el aumento progresivo de su participación en la redistribución del ingreso"), los derechos de los trabajadores y de la mujer (en 1947, bajo el primer gobierno de Perón, se instituyó el voto femenino), la participación del Estado en la economía (para apoyar los sectores más necesitados), el desarrollo de la industria nacional y la soberanía política y económica por encima de los esquemas de las potencias occidentales.
El odio de la derecha argentina a los grandes exponentes de una sociedad justa, que distribuya su riqueza entre todos las capas sociales, se remonta a los gobiernos de Perón, quien, además de sufrir un golpe de Estado [en 1955, ejecutado por militares que contaron con el apoyo de los sectores más reaccionarios del entorno político, la Iglesia Católica y por Estados Unidos y Gran Bretaña (eternos imperialistas)], tuvo que falsificar documentos de identidad para no ser removido del poder político y militar al ser procreado por una india (Juana Sosa) y haberse casado previamente (con Aurelia Gabriela Tizón, quien falleciera el 10 de septiembre de 1938) a la unión con Eva María Duarte (Evita Perón).
Esas "limitaciones" que tuvo que aventajar Perón derivan de una novelesca sociedad de nobles, tipo las grandes aristocracias europeas (no es secreto que, hasta el conflicto de las Malvinas en 1982, muchos argentinos se consideraban "europeos"), que la casta oligárquica y burguesa, de la mano de la Iglesia Católica, "no podía darse el lujo de permitir". Incluso, ante esa alcurnia que se acostumbró a reglamentar el Estado para lucrarse, y para honrar la mentira plasmada en el certificado de nacimiento, hubo que variar el lugar en el que Juan Domingo Perón fue alumbrado: de la localidad de Roque Pérez -que estudios recientes han determinado fue donde realmente nació- a la ciudad de Lobos, que fue "oficializada" como la urbe en la que vino al mundo. La casa en Lobos pasaría a convertirse en un museo que recoge muchas de sus pertenencias.
El 16 de junio de 1955, tres meses antes del golpe, las Fuerzas Armadas, "con la connivencia de sectores políticos y eclesiásticos, descargaron [más de 100 bombas] y ametrallaron a la población civil como forma de implantar el terror e intentar tomar el poder". El despiadado ataque "tenía como objetivo principal asesinar al presidente Juan Domingo Perón y a los miembros de su gabinete [que no estaban presentes] para consumar así un golpe de Estado". Además, "la maniobra comprendía la agresión contra civiles inermes que pudieran alzarse en defensa de un gobierno constitucional que contaba con un importante apoyo popular". La mayoría de las bombas cayeron "sobre las Plazas de Mayo y Colón y sobre la franja de terreno que va desde el Ministerio de Ejército (ubicado en el Edificio Libertador) y la Casa Rosada, en el sureste, hasta la Secretaría de Comunicaciones (situada en la sede del Correo Central) y el Ministerio de Marina, en el noroeste". En la Casa Rosada "impactaron veintinueve bombas, de las cuales seis no estallaron". Los muertos ascendieron a 350 y los heridos a cerca de mil... [Argentina.gob.ar].
Arriba, el bombardeo a la Casa Rosada y Plaza de Mayo para asesinar a Perón y sus ministros. Salvaron sus vidas porque no se encontraban en la sede del gobierno. Cerca de mil heridos y 350 muertos fue el saldo de este perverso arrebato de la derecha, la cúpula militar y EE. UU. Abajo, Raúl Alfonsín mientras pronunciaba un discurso en un acto político de la Unión Cívica Radical; el asesino apretó el gatillo varias veces, pero el arma no disparó, hecho calificado de milagroso, tal como lo sería el de Cristina Fernández hace apenas cinco días frente a su residencia mientras saludaba a sus seguidores...
Raúl Alfonsín, quien fuera concejal, diputado, miembro de una Constituyente, presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, senador y presidente de la República Argentina, sería otro de los líderes políticos que sufriría atentados contra su vida (no fue sólo uno: en total fueron tres). ¿Las razones? Las mismas: odio e intolerancia de la derecha a gobiernos reformadores. Durante su mandato presidencial (1983-1989) se empeñó en consolidar la democracia y garantizar el ejercicio del poder civil, creando el imperioso ámbito de legalidad para que los responsables de los crímenes y violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante las dictaduras de Jorge R. Videla (1976–1981), Roberto Viola (1981), Leopoldo Galtieri (1981-1982) y Reynaldo Bignone (1982-1983) fueran sometidos a la justicia. Se le reconoce como "el padre de la democracia moderna en Argentina".
El primer intento de asesinato contra el presidente Alfonsín se llevó a cabo en mayo de 1986 mientras cursaba una visita a Córdoba; se descubrió y desactivó una bomba “colocada bajo una alcantarilla a metros de donde debía pasar el entonces jefe de Estado”. El segundo se perpetraría el 6 de octubre de 1989 (ya no era presidente; se vio precisado, debido a la aguda crisis económica, a entregar el mando a Carlos Menem antes de concluir su período de gobierno) al estallar una bomba en sus oficinas políticas ubicadas en el edificio de la calle Ayacucho al 100, a pocos metros del Congreso, mientras se encontraba ausente. Y el tercero, durante un acto de campaña en San Nicolás, en 1991, calificado de milagroso, del que escapó de la muerte porque "la pistola estaba percutada, el plomo se hallaba salido de su vaina y se detuvo al inicio de su recorrido. [Algo] infrecuente porque, además, al quedar así, trabó el tambor impidiendo que este girara y se continuara la secuencia", de acuerdo a declaraciones del juez Alberto Moreno, quien estuvo a cargo de la investigación.
Con esos nefastos antecedentes que exhibe la derecha argentina, que se nutre de lo peor de la dirigencia política, huérfana de conceptos y rica en desprecio hacia sus connacionales "no europeos" (negros, trabajadores, indigentes y pequeños burgueses de las capas baja y media que apenas pueden subsistir), que respira odio y violencia en cada una de sus expresiones, era lógico esperar que, en algún momento, contra Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández -que gobernaron para los sectores que más sufrieron durante los dos períodos neoliberales y entreguistas de Carlos Menem (1989-1999) y los cuatro años siguientes, de incertidumbre económica y política bajo los efímeros gobiernos de Fernando de la Rúa [(1999-2001); se vio precisado a renunciar el 20 de diciembre de 2001 como consecuencia del estallido social que había provocado la extraordinaria crisis económica], Federico Ramón Puerta [gobernó provisionalmente durante dos días (21 y 22 de diciembre de 2001); también renunció], Adolfo Rodríguez Saá [renunció por motivos de salud (gobernó una semana: del 23 al 30 de diciembre de 2001)], Eduardo Camaño [presidente interino del 30 de diciembre de 2001 al 2 de enero de 2002], y Eduardo Duhalde [regenteó del 2 de enero de 2002 al 25 de mayo de 2003]-, se produjera algún magnicidio o intento de magnicidio como el que sufrió Raúl Alfonsín o el que experimentó Juan Domingo Perón.
Madres de Plaza de Mayo, con sus pañuelos blancos, en una marcha para conmemorar los cerca de 30 mil muertos y desaparecidos que hubo durante el período dictatorial 1976-1983
Néstor Kirchner saldría ileso de su ejercicio de cuatro años y Cristina Fernández lo haría también de los dos períodos que gobernó. Néstor murió en 2010, pero Cristina continuó en la política: senadora por Buenos Aires del 10 de diciembre de 2017 al 10 de diciembre de 2019 y vicepresidente desde el 10 de diciembre de 2019 al momento actual. El calificativo de milagroso usado ante el fallido intento de asesinato a Raúl Alfonsín, en 1991, sería usado de nuevo ante el salvajismo que muchos, en Argentina y otros lugares del mundo, pudimos ver en vivo por la plataforma de YouTube del canal C5N, hecho que nos impactó de manera tal que no pudimos procesar en el momento lo que realmente estaba sucediendo. Sólo segundos después logramos asimilar lo que el odio y la violencia que conviven con esa derecha putrefacta acababa de realizar.
Desde que subió al poder hasta hoy, Cristina ha sufrido todo tipo de ataques: calumnias, difamaciones, amenazas de muerte, los más vulgares sobrenombres, indecencias, representaciones de su asesinato, etc., y todos han sido ataques divulgados sin el menor remordimiento por la prensa oligárquica que no resiste que a la gran masa que sobrevive día a día se le facilite una mejor calidad de vida.
El 30 de septiembre de 2014, cuando la entonces presidente de la nación argentina, Cristina Fernández de Kirchner, expresó que si algo le pasara "nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte...", refiriéndose a las amenazas que según Clarín -vanguardia del odio y la violencia- habría recibido Cristina por parte del grupo terrorista islámico ISIS, no apuntaba a alguna expresión gastada o banal ni pretendía ser agorera y mucho menos premonitoria; aludía hechos concretos con los que han tenido que vivir en los últimos 132 años la mayoría de los argentinos y, sobre todo, en la esfera política, los peronistas.
El siguiente recuadro muestra por qué Cristina acusa al "Norte" de lo que le llegara a suceder (y sucedió, aunque "un milagro" como el que salvó a Alfonsín la mantiene erguida, ejerciendo lo que sabe hacer: política para que el Estado, que es un ente político, facilite una mejor distribución de la riqueza entre todos los argentinos).
Otra imagen del atentado contra Cristina Fernández que los infames de la "cloaca mediática" argentina (Clarín, La Nación, etc.), y los medios oligárquicos de Estados Unidos, España y otros países del "Norte" -incondicionales del imperialismo yanqui- pretenden desmentir
- En 1890, la Infantería de Marina de EE. UU. desembarcó en Buenos Aires con el pretexto de “proteger el consulado y la Embajada estadounidense”, argucia de la que se valdría hasta nuestros días para justificar sus desafueros en todos los rincones de este planeta.
- En 1950, con el apoyo directo de las marinas de guerra de Estados Unidos y del Reino Unido, se produjo una sublevación militar, que contó con la participación de la oligarquía y la Iglesia Católica, que derrocó el segundo gobierno constitucional de Juan Domingo Perón (1952-1955).
- El 29 de marzo de 1962, Arturo Frondizi, presidente electo en las elecciones de 1958 -en las que la dictadura militar había prohibido la participación al Partido Peronista-, fue derrocado por otro golpe militar que contó con la participación, "tras las sombras", del gobierno de los Estados Unidos [por no haber excluido a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) y por el triunfo de partidos que respondían a Perón en algunas provincias (elecciones legislativas del 18 de marzo de 1962)].
- En 1973, con la confabulación de la Embajada norteamericana en Buenos Aires, y de las “dictaduras de seguridad nacional” erigidas en Brasil y Paraguay, comenzaron a formarse en Argentina agrupaciones terroristas [Alianza Anticomunista Argentina (AAA) fue una de ellas] que, por vía del asesinato de activistas de izquierda, desestabilizaron el gobierno peronista de Héctor José Cámpora.
- En 1976, «con el conocimiento del presidente estadounidense Gerald Ford y del Secretario de Estado, Henry Kissinger, se instauró en Argentina una sanguinaria Junta Militar encabezada por el Jefe del Ejército, general Jorge Videla. En ese contexto [se estructuraron] las llamadas “Operación Murciélago” y “Operación Cóndor” mediante las cuales las dictaduras militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay se coligaron para desarrollar una de las más sádicas “cacerías” de que han sido víctimas prominentes dirigentes populares y revolucionarios del continente».[Agresiones históricas de EE. UU./Luis Suárez Salazar].
- Entre 1976 y 1982 (en este último año se escenificó el conflicto armado entre la Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinas), tres presidentes de los EE. UU. -Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan (Reagan hasta que en dicha guerra "el Norte" decidió apoyar "el Norte")- facilitaron cerca de 200 millones de dólares a las dictaduras argentinas para asistencia de seguridad (con la participación activa de la CIA), compra de armas y entrenamiento de oficiales (torturas, desapariciones, asesinatos, etc.). La misma CIA se ocupó, junto a la inteligencia argentina, de armar y entrenar a los Contras contra el gobierno sandinista.
- En 2003, el gobierno de Estados Unidos ejerció grandes presiones sobre Néstor Kirchner, presidente de Argentina, para que saldara la enorme deuda contraída por gobiernos anteriores con el FMI y otras instituciones crediticias. Pero, lo más ignominioso fue solicitar la autorización para que el Comando Sur de Estados Unidos realizara ejercicios de contrainsurgencia con la imposición de se concediese impunidad a los militares yanquis, despreciable requisito que con mucha dignidad fue rechazado por el presidente.
"El Norte" se ha ocupado, históricamente, de intervenir en los asuntos internos de otros países: enviando tropas; bombardeando; apoyando golpes de Estado y asesinatos de líderes y militantes contrarios a la derecha; y sembrando odio, destrucción y muerte en nombre de su "seguridad nacional" y de su "forma de vida"... Con la Operación Cóndor, "El Norte" implementó prácticas represivas en la "América inferior", facilitando recursos económicos y humanos, armas de guerra, equipos de inteligencia y métodos de desaparición y tortura a las dictaduras de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina, con el propósito de eliminar a quienes se oponían a los regímenes despóticos que se instalaron (y siguen instalándose) de la mano de la "clase alta" ("linaje europeo" en el caso argentino) y los demás sectores que integran el frente oligárquico.
Ese "Norte" es el que siempre se ha encargado de fomentar la violencia y el odio con los que se vienen manifestando los "aristócratas europeos" argentinos y sus jiferos. Todos los golpes de Estado que se han producido en Argentina (y sólo nos enfocaremos en Argentina) han contado con el patrocinio de Estados Unidos, aliado permanente de la mezquina e implacable derecha que no permite se toquen sus intereses. Ese odio fue el que dejó miles de muertos y desaparecidos con las dictaduras; que estuvo a nada de quitarle la vida a Juan Domingo Perón y sus ministros, a Raúl Alfonsín y ahora a Cristina Fernández. Ese es el odio que se desprende del imperialismo yanqui, que se cree "bendecido por Dios" para imponer sus criterios sin que se le pueda oponer ideología o forma de gobierno que no esté acorde con sus intereses, y ese odio ha sido calcado en su totalidad por esa clase dominante argentina que no da espacio a la disidencia.
Dice Atilio Boron que el atentado contra la vida de Cristina «fue el previsible corolario de años de ataques y agresiones de todo tipo, en donde la figura de Cristina Fernández de Kirchner fue escarnecida y difamada sin tregua. El ensañamiento con el que fue execrada por los infames habitantes de la cloaca mediática nacional, [gente que encuentra], en ese pestilente torrente de excrementos y desechos de todo tipo, su hábitat más confortable; con que fue denigrada por la dirigencia de la sanguinaria derecha argentina, que continúa recordando con nostalgia los tiempos de la dictadura genocida; y con que fue insultada por los representantes políticos e intelectuales de los poderes fácticos, todos inflamados por un odio visceral hacia CFK (y lo que de una u otra manera represente a lo popular y a los “nadies”), tenía [que], más pronto que tarde, alumbrar la aparición de un sicario dispuesto a llevar todas estas premisas hasta sus últimas consecuencias prácticas: eliminar físicamente a quien aparecía en este bombardeo mediático como una figura satánica, la personificación misma del mal».
¿Será este el último episodio de odio y violencia por parte de "la dirigencia de la sanguinaria derecha argentina" contra el peronismo, el kirchnerismo, o como se le quiera llamar a los gobiernos que el pueblo se da para que lo reconozcan y le brinden las necesarias condiciones materiales de existencia? ¡No! La violencia seguirá mientras los medios de comunicación estén en manos de la oligarquía. El momento actual hace imposible que se instale un gobierno revolucionario y haga lo que hicieron los grandes líderes que cambiaron el mundo. A lo que sí se expone Argentina es a un doloroso derramamiento de sangre que podría producirse el día que el pueblo se canse y lance a las calles a luchar, sin temor y sin tregua, contra el estado actual de ferocidad y aversión que exhibe esa rancia oligarquía.
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
8 de septiembre de 2022