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El Clásico Mundial de Béisbol (WBC, por sus siglas en inglés), un desatino que debe reformularse...

Estados Unidos podría, por lo apropiado de la fecha (verano), seleccionar estadios en estados con verdadera inclinación al béisbol y menos vocación por el oportunismo y la politiquería, como New York, Massachusetts, California, Missouri, Texas, Georgia, etc., para así dejar de lado La Florida, basurero derechista mundial que los parásitos cubanos, los más repulsivos y pusilánimes seres de este planeta, han convertido en un antro que no debe visitarse salvo que se profese cierta vocación por las heces...

Para el 12 de mayo de 2008, dos años y dos meses después de celebrarse el primer evento (en marzo de 2006), habíamos escrito:

La excelencia que debe adornar el Clásico Mundial de Béisbol seguirá siendo una utopía en términos de calidad [nos referimos a las pobres condiciones físicas que exhiben los integrantes de los equipos que le dan razón de ser al evento, a las limitaciones que Major League Baseball (MLB) impone a los lanzadores (en lo que concierne al número de entradas o lanzamientos) y a la pésima conformación de los grupos].

No hay posibilidad de que el Mundial de Béisbol alcance los niveles de rendimiento y excelencia que exhibe la Copa Mundial de Fútbol, y la razón no está en que este deporte se practica en más países que el béisbol; la razón radica en que los competidores del fútbol, al momento del desarrollo de su evento más importante, están en plenitud de condiciones, y su entrega es total y absoluta, además de obligatoria, no voluntaria ni antojadiza como se da en el certamen de béisbol.

Ahora, la razón de mayor peso descansa en las organizaciones que dirigen una y otra copa: mientras en el fútbol no hay entidad por encima de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), en el béisbol sucede lo contrario. Major League, una empresa privada que agrupa las ligas profesionales de béisbol de Estados Unidos y Canadá, por el poder que le confiere ser una de las compañías más prósperas del mundo capitalista (si no la más), traza pautas a una debilitada y mal regida Confederación Mundial de Béisbol y Softbol [World Baseball and Softball Confederation (WBSC)] que carece del prestigio y alcance que ha logrado forjar la entidad que rige el fútbol.

La fecha en la que se celebra el evento de béisbol no es la más apropiada; los jugadores, después de un largo período de descanso, que para la mayoría va desde el primero de octubre del año en que termina la temporada regular hasta pocos días después de concluida la primera mitad de febrero del año siguiente (4 y medio meses), apenas están comenzando las prácticas de primavera. Además, la participación plena de los lanzadores no está permitida debido a las ridículas regulaciones que MLB ha establecido, que no existirían si julio fuera el mes del WBC.

Sólo Cuba y algunos países de Asia exhiben la preparación adecuada; República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos, por citar cuatro de los participantes más importantes, apenas comienzan su preparación física. Si el torneo se celebrara durante el mes de julio, en el que tiene lugar el Juego de Estrellas (de MLB), y no en marzo, y si no existieran las limitaciones impuestas a los jugadores, el evento brillara por su extraordinaria e insuperable calidad, y gozara de los mismos atributos que exhibe la Copa Mundial de Fútbol.

“Si faltaba una prueba de hasta dónde ha escalado el odio como política para destruir a la revolución cubana, el mundo pudo verla desatarse sin frenos en un escenario tan noble y amistoso como debe ser un terreno deportivo. Fue un espectáculo vergonzoso; solo por representar a Cuba y porque se jugaba en un estadio de esa ciudad [Miami] , nuestros peloteros y algunos de sus familiares fueron acosados y hostilizados. La vulgaridad, la indecencia y el odio son usados para politizar un genuino encuentro deportivo. Denunciamos los lamentables y denigrantes incidentes que se produjeron en la semifinal del V Clásico Mundial de Béisbol. Cuba jugó contra un conjunto reconocido por su superioridad técnica y claramente ganador, pero tuvo que enfrentar una agresividad vil” [Miguel Díaz Canel, Presidente de Cuba]

Julio es la fecha idónea para que el evento adquiera su mayor brillo. Como el Clásico Mundial se organiza cada cuatro años, debe, el año de su implementación, reducirse la cantidad total de juegos de cada equipo (de 162 a 150), suspenderse el Juego de Estrellas y todo lo relacionado con el descanso de media temporada, adelantarse al 27 de marzo el inicio de temporada y moverse a octubre 5 el inicio de los "playoffs". La implementación de estas medidas proporcionaría unos 25 días para la celebración del evento, tiempo que debe distribuirse en descanso previo, conformación de los equipos y acople con sus dirigentes, prácticas, montaje de la copa según el esquema establecido y descanso posterior.

Como es Major League Baseball (MLB) quien tiene la última palabra, debe ser esa organización quien dirija las federaciones de béisbol; de esta manera se conformarían cuatro grupos de cinco equipos cada uno, y, así, se evitaría el absurdo (fortuito o premeditado) de incluir a Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana en una misma parcela. Elegir los mejores equipos de béisbol, y sus niveles, no es tarea difícil: Estados Unidos, República Dominicana, Japón y Venezuela integrarían la primera línea; Cuba, Puerto Rico, Corea y México la segunda; Países Bajos, Australia, China Taipei y Canadá la tercera; Italia, Colombia, Panamá y Gran Bretaña la cuarta; y Nicaragua, Israel, China y República Checa la quinta. Los niveles cuarto y quinto deben ser reformulados cada cuatro años y los equipos deben ser seleccionados del ranking que otorgue la Federación Mundial de Béisbol (excluyendo los primeros 12 países que, desde la planificación, deben estar sembrados). Establecida cada línea, sólo habría que sortear los equipos que se unirían, en cada grupo, a la primera...

De los ocho países que conforman las dos primeras líneas, cuatro deben ser seleccionados en cada Clásico para albergar el evento; MLB, que bastante dinero tiene, y bastante dinero gana, debe encargarse de arreglar y acondicionar aquellos parques que no reúnan las condiciones requeridas. Estados Unidos podría, de esta manera, y por lo apropiado de la fecha (verano), seleccionar estadios en estados con verdadera inclinación al béisbol y menos vocación por el oportunismo y la politiquería, como New York, Massachusetts, California, Missouri, Texas, Georgia, etc., para así dejar de lado La Florida, basurero derechista mundial que los parásitos cubanos, los más repulsivos y pusilánimes seres de este planeta, han convertido en un antro que no debe visitarse salvo que se profese cierta vocación por las heces...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
28 de marzo de 2023