Justicia en las repúblicas bananeras
De escarpadas montañas y vacas sagradas. Si doña Aida de Los Santos fuese culpable, teniendo tantos lugares para ocultarse en la República Dominicana –mismos que ni la CIA intervencionista y criminal que opera fuera de territorios americanos daría con ellos- no se hubiese montado en un avión para exponerse a un juicio en el que será sometida a toda serie de humillaciones, conjeturas y vejámenes