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[Completo] ¿Dictadura o Petróleo? Las garras del imperio sobre Venezuela

La falta de moralidad del gobierno norteamericano no puede ser referente para nada ni para nadie. Por más de un siglo EE. UU. ha sido responsable de grandes atrocidades. No es posible que a una persona, con un mínimo de instrucción y capacidad para distinguir entre lo que es correcto y no, le resulte tan cuesta arriba asimilar el recorrido histórico de intervenciones, saqueos, golpes de Estado, respaldo a dictaduras, bombardeos nucleares, genocidios y otras vilezas en las que ha incurrido el imperialismo yanqui, sobre quien Simón Bolívar había advertido, hará muy pronto dos siglos, que "parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad"

¿Dictadura o Petróleo? Las garras del imperialismo yanqui sobre Venezuela...
Ante el insidioso calificativo de dictadura que Estados Unidos emplea para referirse a la forma de gobierno que se da Venezuela -los demás países (y sus respectivos gobiernos) embarcados en tan deleznable tarea actúan por imposición o intereses comunes-, y la inverosímil y marcada "preocupación" que muestra el imperio por el bienestar del "pueblo" (dos definiciones de la RAE para tan importante palabra, que se ajustan al contexto en que mayoritariamente es usada, rezan: "2. m. Población de menor categoría"; "4. m. Gente común y humilde de una población"), urge realizar una rápida pero precisa revisión a algunos de los regímenes que han apelado a la tiranía y el despotismo en América Latina durante las últimas doce décadas (no llevemos al oscurantismo a desplazarse por lugares alejados y extraños que de igual manera han sido avasallados por el totalitarismo pentagonista), no sin antes alertar que para el capital que rige los destinos de EE. UU. la voz pueblo significa todo lo contrario: "población de mayor categoría; gente acaudalada y distinguida". Las dictaduras venezolanas -de Juan Vicente Gómez, Isaías Medina Angarita y Marcos Pérez Jiménez- y la administración fascista de Augusto Pinochet en Chile serán abordadas durante el desarrollo del escrito, específicamente cuando afrontemos el símil entre los eventos que se sucedieron en la patria de Neruda y la apretada historia acerca de las regencias autocráticas en la tierra de Andrés Eloy Blanco, quien legaría a la humanidad 'Canto de los hijos en marcha', hermoso y conmovedor poema del que insertamos el siguiente párrafo:
Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
y esa pobre mano por la que me matan
pónmela en la herida por la que me muero.
México inició el siglo XX bajo la dictadura del militar Porfirio Díaz, quien lo gobernó durante 30 años (hasta 1911). Su célebre frase "Mátalos en caliente y después averiguas" recoge la violencia con la que avasalló a los opositores al régimen: los fusilaba y a muchos cautivos los dejaba escapar para luego ejecutarlos. ¿Papel de Estados Unidos? Explotación de recursos naturales, obtención de concesiones ferroviarias... En República Dominicana las tropas yanquis delinearon, durante la ocupación de 1916-1924, al militar Rafael Trujillo Molina, quien ejerció el poder por 30 años bajo una de las más sangrientas tiranías que recoge la historia latinoamericana. Trujillo asesinó decenas de miles, incluyendo los más de 10 mil haitianos masacrados a fines de 1937 e inicios de 1938; se convirtió en adalid contra la izquierda revolucionaria en la región. ¿Papel de Estados Unidos? Preponderancia en inversiones (dueño de casi todos los centrales azucareros), suministro de armas a los cuerpos castrenses y asesoramiento para combatir, torturar y eliminar la discrepancia política. Honduras no quedaría atrás: el general Tiburcio Carías sometió a los hondureños de 1933 a 1948; reprimió brutalmente al pueblo, censuró la prensa y sojuzgó la oposición política, haciendo de su dictadura una de las más implacables. ¿Papel de Estados Unidos? Mantuvo el predominio de sus empresas, alentó la represión sobre la disidencia y suministró armas a las fuerzas armadas.

Nicaragua, con la dinastía de los Somoza (Anastasio Somoza García, Luis Somoza y Anastasio Somoza Debayle), sufriría en carne viva, durante más de cuatro décadas (hasta 1979), los rigores de la persecución, los secuestros, las torturas, las desapariciones y los asesinatos. ¿Papel de Estados Unidos? Fue el "socio" político, militar y comercial más importante de los tiranos. Carlos Castillo Armas, en Guatemala, llega al poder en 1954 con un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos contra Jacobo Arbenz por haber nacionalizado tierras de la empresa 'United Fruit' (destinadas a la reforma agraria y a pagar sobrevaloradas por exigencia del secretario de Estado norteamericano), de la que eran accionistas los hermanos Dulles: John Foster, ¡responsable de la política exterior del 'Tío Sam'!, y Allen, ¡director de la CIA! ¿Papel de Estados Unidos? Huelgan los comentarios. Paraguay tuvo a Alfredo Stroessner, un monstruo que lo martirizó por 35 años (1954-1989). Las declaraciones de quien fue su chofer, Elvio Acosta, son aterradoras; lo dicen todo: "El dictador se bañaba en sangre caliente -de niños secuestrados y torturados por el régimen- para curarse la piel". ¿Papel de Estados Unidos? Asesoró la dictadura y la respaldó con recursos económicos y equipamiento militar. Las empresas estadounidenses resultaron las más beneficiadas; una comisión norteamericana orientó al gobierno en materia económica facilitando a esas empresas el control sobre la agricultura y las finanzas del país.

Francois Duvalier, en Haití, aplastó al pueblo de 1957 a 1971; en un principio contó con el apoyo de la mayoría negra, que veía en él a un fiel representante. Estableció una pavorosa represión, prohibió los partidos políticos de oposición e instauró, por medio de una policía secreta que se dio a conocer como 'Tontons Macoutes', el miedo y el terror para mantener subyugada la población (sólo en 1967 ese cuerpo paramilitar cometió más de 2 mil ejecuciones). ¿Papel de Estados Unidos? Apoyó al dictador, como hacía con todos los que tiranizaban al pueblo y combatían el comunismo; únicamente cuando Duvalier buscó acercamiento con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) procedió EE. UU. a ejercer presión para poner fin a la satrapía. El militar Humberto Branco tiranizó Brasil de 1964 a 1967. Subió al poder por un golpe de Estado que derribó el gobierno de Joao Goulart, presidente electo democráticamente; desmanteló la izquierda, abolió las agrupaciones políticas y censuró la prensa. Estados Unidos proporcionó equipamiento militar y asesoramiento para reducir la izquierda. Lo que sigue es una conversación entre el embajador norteamericano, Lincoln Gordon -a cargo de la operación 'Brother Sam' ("envío de fuerzas navales a la costa brasileña por si fallare el golpe")-, y el presidente John F. Kennedy:
Gordon: "Pienso que una de nuestras tareas más importantes consiste en fortalecer la columna vertebral militar. Hay que dejar claro, pero con discreción, que no somos necesariamente hostiles a cualquier tipo de acción militar desde que quede claro el motivo...".

Kennedy: "Contra la izquierda"
¿Papel de Estados Unidos? Huelgan los comentarios.

En Bolivia, el militar Hugo Banzer encabezó un gobierno dictatorial al que accedió en 1971 por vía de un golpe de Estado al general Juan José Torres; ese mismo artilugio lo arrancó del poder en 1978. Su régimen fue absolutamente represivo: proscribió los partidos de izquierda, suspendió la central obrera y clausuró las universidades. Eliminó la oposición política apresando a sus líderes y militantes y enviando al exilio muchos de ellos. ¿Papel de Estados Unidos? Esta traducción de una conversación entre Richard Nixon y Henry Kissinger, en la que se dictaminó que "las concesiones de Torres a la izquierda boliviana habían ido demasiado lejos" (argumento similar se usó en 1963 en la República Dominicana para derrocar a Juan Bosch), habla por sí sola.
Kissinger: "Tenemos un problema mayor en Bolivia".

Nixon: "Así entiendo... ¿Qué quieres hacer al respecto?".

Kissinger: "Le he dicho a Tomás Karamessines [de la CIA] que arranque una operación de inmediato; hasta el embajador allí, quien ha estado algo flojo, dice ahora que debemos comenzar a jugar con los militares...".

Nixon: "Anjá".

Kissinger: "Debe entregar [el plan] el lunes".

Nixon: "¿Qué cree Karamessines que necesitamos? ¿Un golpe?".

Kissinger: "Veremos qué es posible; en el contexto que sea. Dentro de dos meses nos habrán desplazado. Ya se libraron del Cuerpo de Paz, que es un activo nuestro, pero ahora quieren botar a la gente militar. Y no sé si podemos siquiera pensar en un golpe, pero tenemos que ver cómo luce el terreno por allá".
«La CIA tenía razón: "un intento por sacar a Torres en los próximos meses, si no antes, era inevitable". Aunque apoyar el golpe era una "operación de alto riesgo", decidieron que de todas maneras serían culpados: "por oveja o por cordero" [¡como si les importara!]. "Una acusación más no debe causar una reacción pública excesiva"». Tres días después de la llegada de Banzer al poder, Kissinger y Nixon hablarían de nuevo por teléfono:
Kissinger: “En Bolivia ha habido un golpe. Ha conllevado a un gobierno de derecha”.

Nixon: “¿Y qué me dice de Chile?”.
El pueblo uruguayo sería vejado por Juan María Bordaberry, Alberto Demicheli, Aparicio Méndez, Gregorio Álvarez y, por supuesto, las Fuerzas Armadas. La dictadura cívico-militar que prevaleció de 1973 a 1985 aniquiló la disidencia. Secuestró, encarceló, torturó, desapareció y asesinó una gran cantidad de jóvenes bajo lo que Estados Unidos había concebido como Operación Cóndor, plan ideado por Henry Kissinger durante el gobierno de Richard Nixon para frenar el incremento que había tenido la izquierda revolucionaria e "instalar en toda América del Sur el neoliberalismo formulado por la Universidad de Chicago, que moldeó la mayoría de los ministros de Economía de la región (conocidos como 'Chicago Boys'), quienes se dedicaron a abrir, sin las regulaciones debidas, las importaciones, y a iniciar la desenfrenada carrera de endeudamiento que llevó prácticamente a la ruina a casi todos los países del área" (Felonías del imperio). La CIA estuvo en Uruguay, desde antes del golpe de Bordaberry, asesorando la seguridad. Dan Mitrione fue el encargado de implementar la tortura; había sido mentor de los militares sudamericanos en la 'Escuela de las Américas' (en Panamá).

¿Se preocupó EE. UU. por las vejaciones a las que fueron sometidos los pueblos de América? Con su comportamiento histórico ante las dictaduras de derecha, ¿se puede pensar que hay alguna traza de veracidad en la difundida "crisis humanitaria" por la que supuestamente atraviesan los venezolanos y que hoy enarbola para enviar "ayuda humanitaria"? No es exactamente eso lo que dicen las reseñas que acabamos de mostrar. La izquierda y los recursos naturales no permiten al imperio conciliar el sueño; a la izquierda le ha imposibilitado el desarrollo, mientras que los bienes ajenos (los de otras naciones) los ambiciona de manera mórbida. ¿Cuál es la verdadera razón por la que Estados Unidos no le permite espacio a los que desean vivir de manera diferente? No piense nadie que podría la izquierda trastocar los cimientos de su capitalismo a ultranza; no. Ninguna nación extraña sería capaz de intentarlo; el extraordinario emporio militar que ha desarrollado convierte en imposible esa faena. EE. UU. no permite que el socialismo se instale porque, de suceder, desaparecerían los grandes capitales y se extinguiría su privilegiada "forma de vida".

Sobran las explicaciones acerca de por qué las dictaduras de izquierda no satisfacen a Estados Unidos; Fidel Castro y Cuba demuestran hasta la saciedad el encono imperial. Cuba ocupa hoy las primeras posiciones en baja tasa de mortalidad infantil, buen desarrollo cerebral de los niños, expectativa de vida; enseñanza preescolar, primaria, secundaria universal y universitaria; formación humana, profesional y científica; equidad de género; avance en biotecnología... Es el único país cuyos médicos se encuentran esparcidos por todo el planeta en verdadera gestión de ayuda humanitaria, no refugiándose en ella para destruir, saquear y usurpar activos. ¿Podríamos imaginar a Cuba coexistiendo de forma natural, como lo hacen las naciones que "agradan" al imperio, al margen de su látigo, sin bloqueo y con recursos? "Dios nos ha tratado con dignidad al concedernos libre albedrío, la facultad de tomar nuestras propias decisiones. Ni él ni el destino controlan nuestra vida". En esa sentencia creen billones de religiosos, menos el amo imperial.

Bombas de EE. UU. en Siria matan 17 mujeres y niños

Después de evidenciar las dictaduras auspiciadas y respaldas por Estados Unidos, que han esclavizado a la "población de menor categoría; a la gente común y humilde", se convierte en necesidad la inserción de las definiciones más comunes sobre la palabra dictadura y a las que puede acceder un ciudadano cualquiera:

RAE (Real Academia Española)
- Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o agrupación y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.

- País con un gobierno dictatorial.

- Régimen autoritario en cualquier ámbito.

- Predominio, fuerza dominante.

(...)
Definición.DE (Definiciones generales; de ciencia, tecnología, educación, religión)
- Una dictadura es un gobierno que prescinde del ordenamiento jurídico y de la legislación vigente para ejercer, sin ningún tipo de oposición, la autoridad de un país. El término se hace extensivo al país con esta forma de gobierno y al tiempo que dura este tipo de mandato.

- La dictadura suele concentrar su poder en torno a la figura de un único individuo, que recibe el nombre del dictador.

- La dictadura no sólo suprime las libertades individuales sino que además acarrea miles de muertes y desapariciones.

(...)
Características (Enciclopedia de características)
- La dictadura es una forma de gobierno que centra su régimen en la figura de una sola persona. Esta persona es conocida como dictador y normalmente llega al poder a través de un gobierno de facto. Estas son las características de una dictadura:

. Ausencia de la división real de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial); el poder absoluto está en manos de una minoría a la que beneficia y el pueblo no está representado ni participa de la toma de decisiones.

. El dictador accede al poder mediante un golpe de estado o con el apoyo de las fuerzas armadas.

. No hay control ni límites a las determinaciones que tome el dictador... Así se cometen asesinatos masivos, privaciones a la libertad, encarcelamientos injustificados, etc.

. No hay leyes constitucionales, ya que no existe la división de poderes; las leyes son sancionadas directamente por el dictador... La constitución es adaptada a las necesidades del déspota y del grupo al que pertenece y representa.

. Las fuerzas armadas tienen la capacidad de privar de su libertad a cualquier ciudadano si así lo consideraren necesario. También pueden solicitar datos, objetos personales e incluso irrumpir en propiedades privadas.

. Las dictaduras supervisan el contenido de los medios masivos de comunicación así como a sus periodistas y trabajadores. De esta forma los tienen bajo su control y persuaden a la población. Generalmente los utilizan para resaltar "características positivas del dictador"; lo convierten en padre protector y benefactor del pueblo.

. Existe una ausencia total de los derechos del pueblo. Apelan a conflictos internos o externos para justificar actos de violación de los derechos humanos.

. Dominan y controlan a sus ciudadanos por vía del miedo. Los dictadores generan y fomentan en el pueblo el terror a ser perseguido, torturado y asesinado si no acata las órdenes de la dictadura.

. Las dictaduras necesitan el aval espiritual. Para eso, algunas otorgan poder desmedido a la iglesia (en general, a la iglesia católica), institución encargada de “encauzar” las almas de aquellos que se desvían del camino espiritual.

(...)
Se hace imperativo, por tanto, que ese ciudadano las coteje con la situación política del país que considere deba ser sometido a análisis. Si tomamos como referencia a Venezuela, cuyo legítimo presidente está siendo acusado de dictador por Estados Unidos y sus aliados [países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -exceptuando Turquía, Italia, Grecia, Rumanía y Eslovaquia-, Israel, Corea del Sur y los gobiernos de derecha que han resurgido en América Latina] bajo un abyecto mecanismo al que apela el Pentágono con el propósito de recuperar el control que ejercía sobre el petróleo (en la actualidad Venezuela posee las mayores reservas del mundo) cuando la oligarquía venezolana detentaba el poder, deberíamos seleccionar algunos (los que dicte la disposición) de los conceptos señalados para determinar, bajo un objetivo y veraz escrutinio, si la imputación que hoy permea la humanidad se corresponde con la forma en la que el gobierno actual ejerce la administración del Estado.

Nicolás Maduro, electo presidente en dos procesos electorales en los que ha participado la oposición (14 de abril de 2013 y 20 de mayo de 2018), no ha ejercido el poder con poderes excepcionales; todas sus acciones, como las de su predecesor, Hugo Chávez, han estado regidas por la Constitución venezolana, adoptada el 15 de diciembre de 1999 mediante un referéndum popular. De haber tenido poderes excepcionales la oposición no se manifestara como lo hace, ni los medios que sustenta el capital oligárquico publicaran cuanta calumnia se les ocurre. Más de 20 procesos electorales han desfilado desde que Hugo Chávez llegara al poder el 2 de febrero de 1999, hace exactamente dos décadas y 16 días; unos ganados fácilmente por la Revolución Bolivariana, otros muy cerrados y algunos en los que ha triunfado la oposición, encabezada por Henrique Salas Romer, Manuel Rosales, Henrique Capriles, Henri Falcón, etc.

Venezuela no está regida por un gobierno dictatorial: hay oposición y prensa opositora, se celebran elecciones (más que en cualquier otro país en el mundo), las redes sociales funcionan con completa normalidad y por ellas se publican cuantas ofensas expele la derecha y, sobre todo, existe pleno derecho al disentimiento y a la manifestación. En ningún ámbito hay, bajo el gobierno de Nicolás Maduro, régimen autoritario; tampoco existe predominio de la fuerza por parte del gobierno. Sin embargo, sí lo exhibe la derecha en cada manifestación: con saqueos, incendios, destrucciones y asesinatos, incluso, de miembros del orden público y de la seguridad del Estado.

El actual es el momento apropiado para resaltar los poderes que rigen la sociedad venezolana. ¿Dictadura? ¿Cómo es posible, entonces, que Juan Guaidó se haya proclamado presidente y se mantenga caminando libremente por las calles y avenidas de Venezuela haciendo alarde de que gobierna, bajo imposición externa, en un acto que de materializarse en los propios Estados Unidos, nación que parió tal desafuero, sería considerado traición a la patria y castigado el conspirador con la pena máxima? ¿No preside él, como resultado de unas elecciones libres conquistadas por la oposición, la Asamblea Nacional? La práctica de organizarse y enfrentar las dictaduras está obligada a ser clandestina porque de lo contrario serían fusilados todos los que se aventuren a ejercerla de manera pública, y, hasta donde es sabido, ningún líder opositor ha sido asesinado por sus convicciones políticas. ¿En qué dictadura se celebran elecciones y se permite al disidente ganarlas? Los venezolanos, todos, ¿no entran y salen libremente por los aeropuertos? En las dictaduras es imposible. ¿Es la de Venezuela una dictadura? ¡No! ¡Dictadura es la de Estados Unidos! ¿O arrogarse el derecho a intervenir en otras naciones, saquear sus recursos y asesinar cientos de miles de inocentes es democracia?

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la que pertenecen todos los países, reconoce a Nicolás Maduro como presidente legítimo. La mayoría apoya la Revolución Bolivariana y su gobierno constitucional... Ahora bien, ¿sobre qué artículo de la Constitución venezolana se montan Estados Unidos (demás está repetir que las narices del imperio deben estar en su propio cuerpo, no en el ajeno) y la oposición para destituir a Maduro y sembrar en su lugar a un fantoche cuyas principales credenciales descansan en la vulgar acción de mostrar el trasero y cometer actos de barbarie contra el Estado? Sobre el 233, usado para revestir de constitucionalidad la mácula:
«Serán faltas absolutas del Presidente de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ); su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el TSJ y con aprobación de la Asamblea Nacional (AN); el abandono del cargo, declarado como tal por la AN, así como la revocación popular de su mandato. Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente de la AN. Si la falta absoluta del Presidente de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo. En los casos anteriores, el nuevo Presidente completará el período».
¿Murió Nicolás Maduro? ¿Renunció? ¿Fue destituido por alguna sentencia del TSJ? ¿Fue certificada alguna incapacidad física o mental permanente por una junta médica designada por el TSJ? ¿Abandonó en algún momento el cargo? ¿Fue revocado o invalidado en el cargo? ¡La respuesta a cada una de estas interrogantes es un rotundo NO!

Hace algún tiempo escribimos acerca de lo fácil que resulta para cualquier ciudadano del mundo ser de derecha: sólo tiene que nacer y ya; no es necesario que estudie, se prepare o cultive su mente. El derechista es como los animales, a quienes irracionalmente llamamos irracionales. Por ejemplo, el perro, para vivir, sólo tiene que ser perro: no necesita ir a la escuela para aprender a leer y escribir; no requiere de religiones que lo acerquen a Dios o a cualquier representación divina; no necesita graduarse de ingeniero, ni de médico, ni de abogado; en fin, el perro sólo tiene que nacer para ser perro, vivir como perro y, por supuesto, morir como perro. Así mismo es el simpatizante o activista de derecha: sólo requiere nacer, y, con el transcurrir del tiempo, y su continua alienación, va añadiendo nuevas "cualidades": adulador, servil, etc. Arroparse con una bandera de su nación, cantar el himno norteamericano y pedir para su país la intervención de las tropas imperialistas es la más grande de las aberraciones. Eso hizo la derecha venezolana, que, como todo en la vida, busca su hábitat, y lo ha encontrado en el vertedero de La Florida con su igual, la derecha cubana, injustamente llamada gusanera por Fidel Castro, en abierta ofensa al criadero de esta larva de cuerpo blando, alargado y cilíndrico conocida como lombriz en muchos otros lugares.

El éxodo de venezolanos inició con la salida de los "ricos", término que usa el capitalismo para encubrir las "malas palabras" que hay encerradas en oligarquía, burguesía y alta pequeña burguesía. Al llegar Chávez al poder esos ricos se llevaron los grandes capitales y los han usado para desarrollar a Panamá, República Dominicana y, en Estados Unidos, el estado de La Florida ("Doralzuela", capital de los prósperos y acaudalados venezolanos en tierra del imperio). Cuando inicia el éxodo de sus aliados naturales, EE. UU. implementa un inhumano bloqueo para acogotar a los más necesitados e incentivar su salida. ¿Con qué finalidad? Con la de desarrollar y expandir, por los medios de comunicación subordinados -que son mayoría-, la teoría de la dictadura. Venezolanos de exiguos recursos han arribado a República Dominicana, Panamá, Ecuador, Chile y otros lugares (La Florida imperial incluida) mediante boletos de avión suministrados con dinero que la derecha y el Pentágono han puesto en manos de organizaciones creadas con la finalidad de asfixiar la patria de Bolívar y provocar, por vía de un golpe de Estado, el derrocamiento del legítimo gobierno. Los que han salido, bendecidos por la maniobra mediática, ni remotamente se acercan, para usar una referencia, a los cuantiosos dominicanos que han emigrado. En nuestro específico caso, antes de la derecha entablar lucha contra la supuesta dictadura de Maduro, debería estar inmersa en una confrontación abierta contra Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina, propiciadores de la degradación moral y crisis económica que no afecta a los ricos ni a los políticos que se constituyen en grupo de poder, pero tampoco a sus agitadores y bocinas. El éxodo de venezolanos tiene sus raíces en el deterioro de la situación económica, pero, ¿cómo ha llegado Venezuela a esa crisis?

Venezuela siempre ha vivido en dificultad, con la bonanza económica que ha producido el petróleo o sin ella. Mejor dicho: los de abajo siempre han vivido con precariedad, pero este momento es muy peculiar, y los orígenes de la debacle económica los iremos descubriendo a medida que avancemos en el despliegue de este ensayo. Desde Eisenhower, los presidentes de Estados Unidos han desarrollado métodos y planes para socavar los procesos sociales que llevan a cabo naciones con gobiernos revolucionarios. Cometen agresiones que de manera insólita son avaladas por leyes que violan las normas del derecho y de la convivencia internacional. El bloqueo económico ha sido la herramienta a la que históricamente ha apelado el imperio para provocar carestía de alimentos, medicinas y tecnología; hambre, desnutrición, enfermedades y, consecuentemente, desesperación en la población con la finalidad de que se desarrolle el éxodo masivo de ciudadanos y catapultar así la teoría de la dictadura.

Estados Unidos regula el comercio con naciones que considera hostiles (Cuba, Venezuela, Irán, Corea del Norte, etc.) y permite al presidente establecer y mantener embargos. Prohíbe a esas naciones que los fondos que destina a ayudas internacionales sean usados; a personas naturales o jurídicas suyas o de terceros países y a subsidiarias, también suyas, realizar transacciones financieras y comerciales; congela los activos; etc. Las bloquea para ahogarlas en la miseria y el hambre y provocar revueltas; ordena -de la forma más descarada e inhumana-, a sus aliados y subordinados, no vender a esos "enemigos" -aún posean los recursos para comprar- absolutamente nada. Cualesquiera de los países sometidos que se atrevan a desafiar los mandatos imperiales conocen de antemano, por "acuerdos" previos, las sanciones a las que se exponen. Atemorizados, gobernados por pusilánimes y serviles, optan por "apoyar los caprichos del amo" [debe diferenciarse entre países aliados y países subordinados: los primeros se benefician del saqueo y destrucción de las naciones "enemigas" (Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, etc.) y los segundos se arrodillan ante las limosnas que EE. UU. les ofrece y las exposiciones que les son garantizadas en organizaciones internacionales para que funjan como sellos de goma (Argentina, Brasil, República Dominicana, Colombia, Ecuador, etc.)].

Lo de Venezuela es un deja vu; nada nuevo. El caso chileno es el mejor ejemplo; Estados Unidos socava los gobiernos que ejercen su autonomía y cuyas naciones poseen recursos que lo desviven. ¿Cómo funciona el bloqueo, se debilita la estructura de un gobierno libremente electo por el pueblo y se crea un ambiente caótico y de hambre? Recordemos los acontecimientos previos al golpe de Estado en Chile, y el propio golpe en sí, patrocinados por Estados Unidos. Richard Nixon, entonces presidente, financió varios de los "líderes" opositores desde antes que Salvador Allende juramentara como presidente en 1970; y apoyó el golpe militar. Allende buscaba establecer el socialismo con reformas económicas que incluían la nacionalización de la minería, profundización del proceso de reforma agraria y la estatización de las empresas vitales para el desarrollo del país. El boicot que Estados Unidos propició desembocó en una crisis económica caracterizada por el desabastecimiento, la inflación y las huelgas, situación que fue capitalizada por el frente oligárquico para crear las condiciones que llevarían a los militares, asesorados por el gobierno norteamericano, al golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet y en el que Allende perdió la vida defendiendo, con tesón y firmeza, su pueblo y las ideas en las que creía.

Henry Kissinger, secretario de Estado de Nixon, hizo lo imposible por impedir el avance de la izquierda en América; las acciones emprendidas contra el gobierno de la Unidad Popular que encabezara Allende recayeron sobre la Central de Inteligencia Americana (CIA), y estaban destinadas a estrangular la economía chilena. La CIA ejerció presión para que el sistema bancario no invirtiera, en represalia por la nacionalización del cobre, cuyo control estaba en manos de la minera norteamericana 'ITT Corporation'. Sembrada la crisis económica e incrementado el malestar social, la CIA inició el proceso de desestabilización política por medio de atentados realizados por la extrema derecha y acciones que buscaban separar de sus cargos mandos militares respetuosos de la Constitución chilena.

El general René Schneider, comandante en jefe del Ejército en el momento de la elección presidencial de 1970, fue asesinado durante una tentativa de secuestro llevada a cabo por testaferros de la oligarquía. Su posición para los comicios de 1970 recibió, por parte del gobierno de la Unidad Popular, el nombre de 'Doctrina Schneider', la que asumió para enfrentar las presiones que recibirían los militares con el fin de que abortaran el proceso electoral y evitar así que Allende saliera electo ("El ejército es garantía de una elección normal, de que asuma la presidencia de la República quien sea elegido por el pueblo, en mayoría absoluta, o por el Congreso Pleno, en caso de que ninguno de los candidatos obtenga más del 50 por ciento de los votos... Nuestra doctrina y misión es de respaldo y respeto a la Constitución Política del Estado. Hemos aceptado el veredicto de las urnas. Reconocemos y apoyamos en estos momentos a dos postulantes a la Presidencia de la República, que son los que obtuvieron las dos primeras mayorías relativas, el señor Allende y el señor Alessandri. Legalmente le corresponde al Congreso Nacional decidir cuál de los dos será el futuro Presidente de Chile, y a quien elijan ahí, lo debemos apoyar hasta las últimas consecuencias").

El general Carlos Prats González, comandante en jefe del Ejército, cargo que asumió tras el atentado que costara la vida a su antecesor y amigo, René Schneider, fue obligado a dimitir tras una vulgar campaña de desprestigio; nombrado por el presidente Eduardo Frei, fue ratificado por Salvador Allende, de cuyo gobierno sería ministro del Interior, ministro de Defensa y vicepresidente de la República. Fue asesinado, junto a su esposa, en un atentado perpetrado en Argentina (en 1974) por el estadounidense Michael Townley, quien fungía (en el marco de la Operación Cóndor, cuyo principal ideólogo -Henry Kissinger- buscaba instalar el neoliberalismo y frenar el auge que el socialismo había alcanzado) como agente internacional de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA).

El 11 de septiembre de 1973, en una acción militar ejecutada por las Fuerzas Armadas de Chile, fue derrocado el presidente socialista Salvador Allende. "Nosotros apoyamos, durante el golpe de Estado, los militares chilenos", dicen hoy los miembros del Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado que se encargaron de planificar la violación y falta de reconocimiento a la legitimidad constitucional que se había dado el pueblo chileno. «Allende fue el primer presidente socialista elegido por la vía democrática en todo el mundo. Esto despertó un profundo temor en los Estados Unidos de Kissinger y Nixon. Kissinger le escribió a Nixon: "no tenemos recursos para oponernos a su legitimidad porque fue elegido libremente. Debemos asegurarnos de socavar su gobernabilidad, de que no presente un modelo exitoso para el mundo". Así que Richard Nixon y Henry Kissinger enviaron a la CIA para derrocar a Allende y llevar a Pinochet al poder... Esto condujo a un mayor contacto con militares chilenos y a una extensa labor de propaganda mediante el financiamiento del más importante diario de derecha de Chile, El Mercurio, de modo que se convirtiera en una voz propagandística de oposición contra Allende... Creamos las condiciones para apoyar uno de los regímenes más infames y sangrientos de la historia latinoamericana»; así se expresan hoy los verdaderos magnicidas que arrancaron la vida a Allende y quebraron el destino que el pueblo se había trazado mediante un proceso democrático, que deja de serlo cuando los gobiernos que ese proceso pare no se humillan ante los intereses del imperialismo norteamericano.

Lo bueno que dejan las acciones de Estados Unidos, si es que hay algún sedimento positivo, es que, aún con separación de tres o cuatro décadas, los hechos, tal y como sucedieron, salen a relucir documentados con carácter oficial gracias a las desclasificaciones que constantemente hacen los cuerpos que estructuralmente dan sustancia al imperio. Es la principal razón para no creer absolutamente nada cuando el argumento esgrimido está matizado por dos palabras que generan pavor: "fines humanitarios", en las que se embarcan cuando algún país posee recursos que necesitan para mantener su "forma de vida". Es tiempo más que propicio para estampar, con todo el daño que han causado las mentiras yanquis, el mal que hay en cada despropósito, en cada ejercicio mediático.

¿Hay dictadura en Venezuela? Ningún país en el mundo ha celebrado tantos comicios electorales como la patria que vio nacer a El Libertador; la de Antonio José de Sucre, Manuela Sáenz (La Libertadora), Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos... Veamos:
1998
.- Elecciones presidenciales del 6 de diciembre/Chávez ganó con el 56.20% de los votos (3,673,385) frente al 39.97% (2,613,161) de Henrique Salas Romer, su más cercano contendor.

1999
.- Referéndum constituyente del 25 de abril/Un 87.75% de los votantes (3,630,666 votos) decidió convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna.
.- Elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente del 25 de julio/El Polo Patriótico, que consistía del Movimiento Quinta República, el Movimiento al Socialismo, Patria Para Todos, el Partido Comunista de Venezuela, el Movimiento Electoral del Pueblo y otros grupos menores, obtuvo 121 escaños con el 65.8% de los votos; Polo Democrático, consistente de Acción Democrática, Copei, Proyecto Venezuela y Convergencia, obtuvo 4 escaños con el 22.1% de los votos. Otros partidos obtuvieron, con el 12.1% de los votos, 3 escaños; los 3 restantes estaban asignados a representantes indígenas.
.- Referéndum constituyente del 15 de diciembre/El 71.78% por ciento de los votantes (3,301,475 votos) aprobó una nueva constitución.

2000
.- Elecciones presidenciales del 30 de julio/Chávez obtuvo el 59.76% de los votos (3,757,773) frente al 37.52% (2,359,459) de su principal contendor, Francisco Arias Cárdenas.

2004
.- Elecciones regionales del 31 de octubre/El chavismo, con 3,761,129 votos, obtuvo 20 de 22 gobernaciones en disputa (90.9%) y 270 de 334 alcaldías (80.84%).
.- Referéndum sobre permanencia en el poder del 15 de agosto/El 59.1% (5,800,629 votos) de los casi 10 millones de votantes decidió que Chávez debía seguir en el poder en un referéndum activado por la oposición para revocar su mandato. La oposición obtuvo el 40.64% (3,989,008 votos).

2005
.- Comicios legislativos del 4 de diciembre/Todos los escaños de la Asamblea Nacional fueron ganados por el Movimiento Quinta República (MVR) -agrupación de la cual nació el PSUV- y otros partidos simpatizantes de Chávez, luego de que la oposición se retirara de la contienda.

2006
.- Elecciones presidenciales del 3 de diciembre/Chávez fue reelegido con un 62.84% de los votos (7,309,080) frente al 36.90% (4,292,466) del candidato opositor Manuel Rosales.

2007
.- Referéndum sobre reforma constitucional del 2 de diciembre/Chávez sufrió su primera derrota electoral tras años de aplastantes victorias cuando su propuesta para reformar la Constitución y profundizar su proyecto socialista fue rechazada por muy estrecho margen [50.65% a favor del NO (4,521,494 votos) contra el 49.34% a favor del SÍ (4,404,626 votos)].

2008
.- Comicios regionales del 23 de noviembre/Se realizaron para elegir 603 cargos entre gobernadores, alcaldes y concejales. Aunque la oposición ganó emblemáticos estados y alcaldías, el PSUV logró conquistar nuevamente la mayoría. El oficialismo obtuvo el 52.1% de los votos (5,758,494) contra el 41.82% de la oposición (4,623,051).

2009
.- Referéndum sobre enmienda constitucional del 15 de febrero/Chávez propuso un referéndum para eliminar los límites a la reelección de cargos públicos fijados en la Constitución de 1999. El SÍ ganó con casi el 54.86% de los votos (6,319,636) contra el 45.13% que obtuvo el NO (5,198,006).

2010
.- Elecciones legislativas del 26 de septiembre/Fueron elegidos los miembros de la Asamblea Nacional hasta el 2016. El oficialismo ganó la mayoría de escaños (98) con el 48.13% de los votos (5,423,324). La oposición obtuvo 67 escaños: 65 la Unidad Democrática con el 48.13% de los votos (5,320,364) y 2 Patria para Todos con el 3.14% (353,979).
.- Elecciones regionales del 5 de diciembre/Sólo se eligieron los gobernadores de los estados Amazonas y Guárico, así como los alcaldes de once municipios (para el período 2011-2015). El Gran Polo Patriótico (bloque chavista) obtuvo el 50.72% de los votos (483,253 - 1 gobernación y 7 alcaldías). La oposición (Mesa de la Unidad Democrática - Patria para Todos) obtuvo el 45.84% de los sufragios (436,776 - 1 gobernación y 4 alcaldías).

2012
.- Elecciones presidenciales del 7 de octubre/Chávez fue reelecto con el 55.07% de los votos (8,191,132) contra el 44.31% (6,591,304) obtenido por Henrique Capriles.
.- Elecciones regionales del 16 de diciembre/El PSUV arrasó con 20 de las 23 gobernaciones en juego (56.22% - 4,853,494 votos), a pesar de la ausencia del presidente Chávez, quien para ese momento convalecía en Cuba. El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, logró la reelección. La oposición obtuvo 3 gobernaciones con el 44.78% de los votos (3,883,037).

2013
.- El 5 de marzo Nicolás Maduro anuncia el fallecimiento de Hugo Chávez. El 14 de abril se celebran nuevas elecciones y Maduro logra una cerrada victoria sobre Henrique Capriles al obtener una ventaja menor al dos por ciento (223,599 votos). Maduro obtuvo el 50.61% de los votos (7,587,579) contra el 49.12% de Henrique Capriles (7,363,980).

2014
.- El 25 de mayo se celebran elecciones municipales en San Diego y San Cristóbal. La Unidad Democrática, de oposición, obtuvo las 2 alcaldías con el 74.29% de los votos, contra el 25.83% de los votos que obtuvo el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar.

2015
.- El 6 de diciembre el chavismo sufre su peor derrota al perder las elecciones parlamentarias en las que la oposición obtuvo el 56.21% de los votos (7,728,025 - 112 escaños) contra el 40.92% (5,625,248 - 55 escaños) que sacó el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar.

2017
.- El 30 de julio se celebran los comicios para elegir los 545 integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente en medio de un boicot opositor que fracasa en su cometido de impedir las elecciones.
.- El 15 de octubre el oficialismo obtiene una contundente victoria al alzarse con 18 de las 23 gobernaciones en disputa (55.07% - 5,814,903 votos). La oposición obtuvo 5 gobernaciones con el 44.31% de los votos (4,983,626).
.- El 10 de diciembre se efectuaron elecciones municipales para elegir los alcaldes de los 335 municipios del país y el gobernador del estado Zulia. El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar obtuvo el 71.31% de los votos (6,517,506 - 1 gobernación y 305 alcaldías), contra el 28.68% obtenido por la oposición (2,622,058 votos - 29 alcaldías).

2018
.- El 20 de mayo Nicolás Maduro ganó las elecciones presidenciales con 6,245,862 votos (67.84%); Henri Falcón, de la oposición, obtuvo 1,927,387 (20.93%); y Javier Bertucci, de El Cambio (también de la oposición), obtuvo 1,015,895 votos (10.82%). La participación fue de 9,389,056 venezolanos, equivalentes a un 46.07% de los electores.
No hay registros en los anales de la historia que recojan tantas competencias electorales -en tan corto período de tiempo- bajo una forma de gobierno que Estados Unidos, aliados y subordinados se han "empeñado" en llamar dictadura. Es muy evidente, por los eventos de las últimas décadas, que los calificativos de dictadura, terrorista o posesión de armas de destrucción masiva están estrechamente ligados a los intereses de Washington, siendo el petróleo y el gas, por ser factores comunes a las necesidades de la mayoría de los países europeos miembros de la OTAN, los recursos por excelencia que agrupan a los "paladines de la democracia, la paz y la ayuda humanitaria", los que luego de invadir, bombardear, destruir y asesinar se reparten, "como recompensa a su altruismo", el pastel que dichos bienes constituyen. Y no basta con usurpar el recurso natural (cualquiera que sea); luego de establecer el control ("la paz") de la nación invadida, los grandes emporios del "Eje del Bien" se convierten en los principales protagonistas de la reconstrucción, actividad que la patria ultrajada debe pagar con la utilidad que provocó la ocupación y el saqueo. La ingenuidad y la complicidad son atrevidas; llevan a los recipientes de estas "virtudes" a validar las vandálicas acciones que emanan del Pentágono. No fueron impensadas las palabras expresadas por José Martí hace 124 años acerca de Estados Unidos: "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas".

Una corta y condensada historia de Venezuela, realista y ajustada a la verdad, la podemos elaborar con un serio escrutinio a los escritos que recogen su trayectoria económica, social y política, y a la cantidad de información que los medios digitales proporcionan, depurada con seriedad y carácter científico.

Venezuela ha sido siempre un país muy rico en recursos naturales, y España, siendo imperio y ejerciendo el dominio sobre lo que fuera una de sus más valiosas posesiones, enriqueció con la extracción de oro, diamante, plata, cobre, bauxita, níquel, zinc… hierro, y esos invaluables bienes (luego se agregarían el petróleo, el gas, el coltán… el titanio) se han convertido, desde el siglo XVI a la fecha, en el más preciado trofeo para los imperios: en la clave de todos los conflictos que han generado miseria y muerte en la porción más frágil de la población venezolana, que siempre ha sido mayoría; se independizó en 1811 naciendo así la Primera República, que sucumbiría -un año después de firmada la Declaración de Independencia- ante los realistas (fuerzas armadas integradas por españoles -europeos y americanos- destinadas a defender la monarquía española). Luego se independizó de la Gran Colombia -creada a instancias de Simón Bolívar en diciembre de 1819-, cuyo territorio comprendía los que hoy ocupan Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá, y que sería disuelta en 1830 como resultado de las diferencias políticas y la tirantez entre los pueblos que la constituían.

Simón Bolívar, portador del título de "Libertador" que le fue concedido en 1813, considerado por sus acciones e ideas el "Hombre de América", y reconocido en la actualidad como "el más grande de los hombres que alumbró el siglo XIX", inició la lucha que culminó con la independencia de Venezuela; como resultado, la economía sufrió grandes deterioros, generando insatisfacción social y crisis política. Disgustado con los nacionales de cada una de las repúblicas que integraban la Gran Colombia, Bolívar los llamó orgullosos, irrespetuosos, déspotas, traidores, ladrones, ignorantes e incapaces; dejaría, antes de morir, unas sentencias que merecen ser analizadas:
La América es ingobernable.

“El que sirve una revolución ara en el mar.

“La única cosa que se puede hacer en América es emigrar.

“Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a 'tiranuelos' casi imperceptibles, de todos colores y razas...
”.
La historia política de Venezuela ha estado matizada por las dictaduras:
"Regímenes políticos que, por la fuerza o violencia, concentran todo el poder en una persona o grupo y reprimen los derechos humanos y las libertades individuales.

"Gobiernos que prescinden del ordenamiento jurídico y de la legislación para ejercer, sin ningún tipo de oposición, la autoridad de un país.

"El pueblo no está representado ni participa de la toma de decisiones.

"No hay leyes constitucionales, ya que no existe la división de poderes. Las leyes son sancionadas directamente por el dictador. La constitución es adaptada a las necesidades del déspota y del grupo al que pertenece y representa.

"Las fuerzas armadas tienen la capacidad de privar de su libertad a cualquier ciudadano e incluso irrumpir en propiedades privadas.

"Las dictaduras supervisan el contenido de los medios masivos de comunicación así como a sus periodistas y trabajadores; generalmente los utilizan para inculcar a la población características positivas del dictador, convirtiéndolo en padre protector y benefactor del pueblo
[¡Oh, Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor y Padre de la Patria Nueva!].

"Existe una ausencia total de los derechos del pueblo. Apelan a conflictos internos o externos para justificar actos de violación de los derechos humano.

"Dominan y controlan a sus ciudadanos por vía del miedo. Generan y fomentan en el pueblo el terror a ser perseguido, torturado y asesinado si no se acatan las órdenes.

"Necesitan el aval espiritual, y para eso otorgan poder desmedido a la iglesia -sobre todo a la católica-, institución encargada de 'encauzar' las almas de aquellos que se desvían del camino espiritual...
".
¡ASÍ FUNCIONAN LAS DICTADURAS REALES, NO LAS QUE INVENTA ESTADOS UNIDOS PARA APROPIARSE DE RECURSOS AJENOS!

Para no hacer más largo el escrito, analicemos la época moderna (que inicia con los primeros años del siglo XX) y los testimonios que ha legado. La gran crisis económica que había dejado la deuda de Venezuela con las grandes potencias mundiales llevaría al poder, en 1908, y por vía de un golpe de Estado, a Juan Vicente Gómez, dictador que gobernó hasta 1935 sin permitir la disensión, que llevó a la cárcel y al exilio a sus opositores, cercenó la intelectualidad y enriqueció, a costa del erario, como ningún otro caudillo lo había hecho. Con el descubrimiento de petróleo, durante su gestión, el país se convirtió en el mayor exportador del mundo, pudiendo honrar la deuda externa aunque facilitándole a Gómez convertirse en el más grande propietario de tierras y el principal proveedor de carne del país. Con el control absoluto que ejerció sobre el Estado monopolizó el juego, la navegación, la electricidad, los centrales azucareros, las haciendas de café y cacao, los hoteles, las industrias de telas, jabones, cigarrillos, aceites... Fomentó, con la industria del petróleo y la construcción de infraestructura vital, el desarrollo de la burguesía, dando forma así a una conciencia nacional. ¿Hubo crecimiento económico? Lo hubo, pero debemos formularnos la siguiente pregunta, indispensable para comprender la realidad que viven los venezolanos: ¿mejoró, con la bonanza del petróleo, la calidad de vida de la mayoría de la población? Para nada; burgueses y oligarcas incrementaron sus riquezas mientras las grandes mayorías permanecían subsistiendo en la extrema pobreza.

Al ocupar Venezuela el liderazgo en la exportación de petróleo, fueron abandonadas la agricultura y muchas industrias, lo que dio lugar a la importación masiva de equipos y productos básicos y al incremento, nuevamente, de la deuda externa, que para ser saldada requirió del desvío de prácticamente todos los ingresos que derivaban de la industria petrolera, provocando inflación, falta de empleo, escasez de artículos imprescindibles y un malestar social que precipitaría los acontecimientos políticos. Posterior a la muerte de Juan Vicente Gómez, se sucedieron cortos e inestables gobiernos, lacerados por intrigas y componendas de los militares, quienes temían perder el derecho a gobernar Venezuela (al comenzar a ser administrada por civiles).

El general Isaías Medina Angarita (1941-1945), aunque favoreció la apertura democrática, medidas de corte social y la construcción de escuelas y universidades, ejerció bajo un régimen represivo y personalista; mantuvo los privilegios de la clase oligárquica y la corrupción gozó de total impunidad. Su derrocamiento se vincula a los intereses económicos de las grandes compañías petrolíferas y del Departamento de Estado de EE. UU. Rómulo Betancourt vendría a ser una figura clave en el golpe. ¿Mejoró la calidad de vida de las grandes mayorías? Tampoco.

Una “Junta Revolucionaria de Gobierno”, presidida por Betancourt e integrada por civiles y militares, gobernó hasta febrero de 1948. Entregó el poder a Rómulo Gallegos, electo en comicios celebrados en diciembre de 1947 con más del 80% de los votos, quien nueve meses más tarde sería removido, al querer proteger el petróleo que emana del rico suelo venezolano, por la clásica violencia que los militares ejercen bajo la influencia del Pentágono. Carlos Delgado Chalbaud, cabecilla del golpe, se instala en la casa de gobierno hasta que en noviembre de 1950 es asesinado. Lo sustituye el abogado y político Germán Suárez, quien gobernaría hasta 1952 con igual represión y censura que los propios soldados.

Otro militar -el comandante Marcos Pérez Jiménez- fue designado, por una Junta de Gobierno (en 1952), presidente de facto de Venezuela. Al siguiente año es proclamado por la Asamblea Constituyente "Presidente Constitucional" (período 1953-1958). Su etapa se caracterizó por la manera férrea y opresiva de gobernar pero, como todas las tiranías, propició el desarrollo (sobre todo para las élites sociales). Creó nuevas infraestructuras pero destinó cuantiosos recursos a la milicia; aumentó la seguridad nacional y con ello el control absoluto sobre la población. Las manifestaciones masivas en contra de la represión dieron lugar, en enero de 1958, a un nuevo golpe de Estado. ¿Mejoraría la calidad de vida de la gran mayoría pobre? Ni un ápice. En 1955 la revista Time honró a Pérez Jiménez con una portada en la que podía leerse "El capitán del barco del ensueño". Así trata el imperio las verdaderas dictaduras: con lisonjas; y así cataloga a Venezuela: “barco del ensueño”. ¿Hay a la vista alguna razón conocida para esa descripción?

Con el golpe de Estado a Pérez Jiménez concluyen las dictaduras y Venezuela entra en un período de democracia, a pesar de que los dueños de los grandes capitales, que son los menos, se mantendrán disfrutando de toda la riqueza de un país que debería ser el más próspero del mundo. Los ingresos que genera el petróleo permitirían la construcción de obras y la situación del país comenzó a mejorar. ¿Quiénes se beneficiaron? Los mismos que históricamente lo han hecho: pequeños burgueses de capa alta, burgueses y oligarcas; la porción más grande de la población, constituida por campesinos, obreros y pequeñoburgueses de las capas media y baja, continuó subsistiendo en el mismo escenario de incertidumbre económica.

Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez [a quien a partir de este momento llamaremos CAP (¿suenan conocidas esas iniciales?)], Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, de nuevo CAP y otra vez Caldera, electos en procesos electorales, gobernaron el país desde 1959 hasta 1999 (durante 40 años). Betancourt había ejercido un primer mandato por vía de lo que, en 1945, se dio a conocer como la 'Revolución de Octubre', un golpe de Estado cívico-militar ejecutado por una coalición de las Fuerzas Armadas y el partido Acción Democrática contra el gobierno del general Medina Angarita. Su segunda gestión, de 1959 a 1964, estímulo el desarrollo industrial por el camino necesario de la sustitución de importaciones y durante ella Venezuela, junto a Kuwait, Arabia Saudita, Irak e Irán, suscribió el acta de creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Construyó escuelas, liceos y obras de comunicación vial por todo el país y restituyó los derechos laborales de los trabajadores y les facilitó el acceso a la vivienda.

Raúl Leoni (1964-1969) continuó con la política de Betancourt; materializó importantes proyectos de infraestructura, impulsó la inversión extranjera y nacional, aumentó la influencia estatal en el petróleo, fortaleció las industrias siderúrgica y agroindustrial y diversificó el aprovechamiento de productos básicos. Cuando terminó su mandato Venezuela producía más del 80% de su consumo alimentario; el desempleo había disminuido a menos de un 7%, la moneda -el bolívar- estaba estable y la inflación acumulada apenas alcanzó un 7%.

Rafael Caldera, en su primer período (1969-1974), nacionalizó el gas, priorizó la educación y la vivienda y dio continuidad a la política de ampliación de la infraestructura. Revaluó el bolívar, dio vigencia a la ley de carrera administrativa e impulsó la descentralización. En su segundo mandato (1994-1999) enfrentó una severa crisis financiera: el petróleo había vuelto a bajar y de nuevo resurgió la crisis económica que perjudica sólo a los de abajo.

Luis Herrera Campins (1979-1984) se encargó de describir, en su toma de posesión, lo que le había dejado el primer gobierno de CAP: "una economía desajustada, con grandes desequilibrios estructurales y presiones inflacionarias especulativas que han erosionado la capacidad adquisitiva de las clases medias y de los innumerables núcleos marginales del país...". En su gestión se hicieron obras de infraestructura y se impulsaron las reformas del Código Civil y de la Ley de Educación. Los ingresos por las ventas de hidrocarburos incrementaron sustancialmente debido a la guerra entre Irak e Irán, pero aun así las grandes mayorías, por las mismas razones, seguían viviendo en extrema penuria: una elevada deuda externa cuyo pago inducía a la devaluación del bolívar. Todo se importaba bajo un nuevo postulado -partidario del libre mercado- puesto en ejecución por ministros de Economía formados en ‘University of Chicago Booth School of Business’ (¡Chicago, la ciudad de los grandes gánsteres!). Dos ganadores del Nobel, George Stigler (en 1982) y Milton Friedman (1976), fueron sus abanderados.

Jaime Lusinchi (1984-1989) trató de refinanciar la deuda y activar la economía. Los precios del petróleo siguieron aumentando, pero tan excesivo era el déficit que le impedía disponer de recursos para, en una economía que había vuelto a ser monoproductora, aliviar la pesada carga de las grandes mayorías. Las tensiones sociales aumentaron con la corrupción imperante, la pérdida del poder adquisitivo del bolívar y el crecimiento de la inflación, lo que llevó a Lusinchi a aumentar los salarios e intentar controlar los precios y las divisas, algo muy difícil de lograr cuando se produce una espiral inflacionaria que constantemente disminuye el valor de la moneda.

En la década de los 70 el precio del petróleo subió vertiginosamente permitiendo a CAP gobernar con recursos extraordinarios. Bajo su gobierno se nacionalizaron las industrias del hierro y del petróleo y, aunque hubo significativas inversiones, las grandes mayorías siguieron en la inopia. Esa gran masa de obreros y pequeños burgueses que producía la riqueza que engrosaba los bolsillos de los perennes dueños del país no era la que visitaba Estados Unidos o Europa y dejaba propinas de 100 y 200 dólares a maleteros y taxistas.

Al finalizar los 70 los precios del petróleo volvieron a caer, reiniciándose el histórico ciclo de endeudamiento y el desvío de recursos para honrar los compromisos contraídos. El gobierno de CAP, fiasco que en América Latina pretendió implementar la Social Democracia como parte del núcleo político que se dio a conocer como Internacional Socialista, instauró un plan de austeridad que sólo afectaría a los que siempre han vivido en la estrechez y la penuria (a los portentosos capitalistas las crisis los enriquecen). En su segundo mandato (1989-1993) bajaron los precios del petróleo, la moneda siguió devaluándose, la inflación se elevó a niveles muy altos y la deuda externa seguiría siendo un enorme fardo para el pueblo. Se instauró un plan de austeridad para liberar las importaciones, eliminar los controles de precios y privatizar las empresas públicas (por ineficientes y baja rentabilidad); se aumentó el precio de la gasolina y se congelaron los salarios, lo que generó protestas en todo el país al aumentar el importe de la transportación pública. Ante los saqueos, el gobierno empleó al Ejército para frenar la violencia, medida que devino en un elevado número de muertes: en apenas 8 días -del 27 de febrero al 6 de marzo de 1989- policías y soldados usaron más de 4 millones de balas para reprimir un pueblo arruinado y hambriento que batallaba por reclamar sus derechos. Dos mil personas asesinadas y varios miles de desaparecidos fue el saldo no oficial de lo que se conoció como el "Caracazo". Según el gobierno de CAP, sólo murieron 276 personas.

En 1992 el comandante Hugo Chávez intenta dar un golpe de Estado, pero fracasa y es encarcelado. Otros oficiales se embarcaron en un segundo golpe, que también fracasó. Venezuela se deterioró de manera alarmante: la corrupción, la miseria, las alzas en los precios, la devaluación de la moneda, la inseguridad y el narcotráfico se apoderaron de la sociedad. Hugo Chávez, liberado por indulto del presidente Caldera, en 1996, va elecciones (en 1998) enarbolando un programa socialista que asegura la repartición de la riqueza. Chávez ganó y dio inicio a su mandato con programas de ayuda para las clases más desposeídas (a las que siempre han vivido relegadas y empobrecidas por el protagonismo de los grandes capitales).

En el ejercicio de su segundo mandato (había vuelto a triunfar en las elecciones de julio del año 2000) la oposición intenta derrocar a Chávez (11 de abril de 2002); luego le haría una huelga general que devino en sabotajes y paralizó las industrias del país por 2 largos meses. Sus integrantes conspiraron con total libertad luego que una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia decretara, de manera desconcertante, que los "militares golpistas del 11 abril de 2002 actuaron con una conducta que estuvo preñada de buenas intenciones" ("Ese día tuve que tragar arena, amarrar mis demonios internos", diría Chávez). Los medios televisivos se sumaron a la huelga: suspendieron la programación regular y sólo presentaban en pantalla "¡Vete ya!", en alusión al "dictador" (¡ay si lo hubiese sido!). Los bancos restringieron el horario y la anarquía y el caos reinaron en las grandes filas (la oposición enarboló el eslogan "Navidad sin Chávez"). Durante 63 días el pueblo venezolano soportó el sabotaje a la industria petrolera, la que, con sus alzas y bajas, es vital para su economía.

En la primera década del siglo XXI el precio del petróleo volvió a treparse, dándole a Hugo Chávez recursos para continuar su programa de ayudas sociales. En el año 2007 Chávez es reelegido por tercera vez; consolida sus relaciones internacionales con naciones diversas y bajo regímenes políticos de todas las corrientes ideológicas "sin pedirle permiso al imperio", lo que hace que Venezuela sea declarada, por los "dueños del mundo", parte del “Eje del Mal”.

Comenzó la segunda década con una sequía sin precedentes que durante dos años provocó crisis en el abastecimiento de agua y en la producción de energía eléctrica, afectando significativamente la agricultura y la industria. En octubre de 2012, enfermo de cáncer, Chávez gana sus cuartas elecciones; Nicolás Maduro, inmediatamente después, es nombrado Vicepresidente Ejecutivo. En la antesala de la muerte que le ocasionara un tumor cancerígeno (¿sabremos algún día la "verdadera verdad"?) Chávez lo designa Presidente del Consejo de Ministros. Maduro asume el cargo de Presidente Encargado el 5 de marzo de 2013, fecha en la que fallece Hugo Chávez, y lo ejerce hasta la celebración de nuevas elecciones presidenciales, de las que saldría triunfador por un estrecho margen.

Desde que inicia la presidencia, Nicolás Maduro ve bajar el precio del petróleo y Venezuela entra a otra de sus acostumbradas crisis; se produce escasez, inflación, desempleo y surgen serias dificultades para pagar la deuda con otras naciones y organismos internacionales. La mano amiga de la desestabilización, la vorágine y los golpes de Estado para destronar gobiernos progresistas y apropiarse de recursos ajenos -"la mano del único país que Dios bendice"- se ha encargado de coadyuvar para que resurja ese ciclo histórico que constantemente ha golpeado a las clases más vulnerables.

Existe una marcada diferencia en las crisis que han asolado a Venezuela desde que Hugo Chávez llegara al poder en febrero de 1999: oligarquía y burguesía han sido desplazadas por vía de elecciones, siendo la primera y única vez en la historia que eso sucede y el gobierno revolucionario se ha mantenido funcionando por espacio de 4 lustros, aún bajo las más inverosímiles e incalificables tropelías cometidas tanto por EE. UU. como por la derecha venezolana. Salvador Allende, el primer humano en llegar a jefe Estado por vía de un proceso electoral, fue derrocado por el imperialismo norteamericano apenas 2 años 10 meses y 1 semana después de haber juramentado.

La historia reciente muestra, con lo acontecido en Irak, Libia y Siria (igual que Venezuela, países poseedores de enormes reservas de petróleo y gas), que no hay buena intención de parte de Estados Unidos por "liberar pueblos del yugo de los tiranos", ni tampoco altruismo en el ejercicio de "Cruz Roja" que pretende realizar con la supuesta "ayuda humanitaria" para paliar "hambrunas" que sólo existen en las mentes más perversas del Pentágono y la oligarquía internacional. Los tres países, gobernados por dictadores, eran prósperos y sus ciudadanos gozaban de buena calidad de vida. Irak y Siria, en Asia, y Libia en África, exhibían estándares próximos a países con ingresos por encima de la media. La destrucción que sufrieron, los cientos de miles de sus ciudadanos asesinados por las bombas y misiles de EE. UU. y la OTAN, y el saqueo de sus recursos, ¿fueron hechos concebidos para llevarles "vida democrática" y "ayuda humanitaria" debido a que sus tiranos los tenían viviendo bajo "despotismo" y "crisis humanitaria"?

Si las verdaderas intenciones fueran esas, Haití estaría hoy:
1) intervenido por tropas del Pentágono asesinando, con las mismas armas usadas en el Oriente Medio, a los opresores de un pueblo que vive en extrema miseria, sin instituciones, convertido en Estado Fallido (aquel que se caracteriza por el fracaso social, político y económico; administrado por gobiernos de poca influencia en sus ciudadanos, sin control sobre el territorio y el uso legítimo del aparato represivo del Estado; incapaz de proveer servicios básicos; con altos niveles de corrupción, criminalidad y desplazados; e insuficiente para interactuar con otros Estados);

y 2) inundado de alimentos, medicinas, materiales de construcción y equipos de toda índole.
Bastaría decir que Haití es la muestra más fidedigna de que al imperio no le interesa socorrer crisis humanitarias; y aunque no esté regido por una dictadura, sino que agoniza bajo un régimen democrático (que da sustento al capitalismo de las naciones desarrolladas, más no así a la indigencia y la ficción que encarnan algunos pueblos, como el mismo haitiano, que requieren de mano férrea. La "democracia" haitiana satisface las expectativas imperiales: como no existe el peligro socialista o comunista, todo lo demás pasa a un segundo plano. Para Estados Unidos lo importante es que la gente vote creyendo que elige, que hable creyendo que decide y que haya prensa "libre" creyendo que informa; al paladín de la democracia, cuyos ciudadanos no la ejercen porque no seleccionan a quien debe regir sus destinos, poco le afecta que los haitianos mueran de inanición), sí está tiranizado por la clase oligárquica, que, además de mantener sus estructuras económica y de poder intactas, ha sido históricamente aliada incondicional de EE. UU. Haití se muere de hambre en las mismas narices del imperio, pero desafortunadamente no tiene riquezas de las que el Pentágono pueda apropiarse. Esa es la realidad, no la mentira que validan los que actúan en función de intereses similares y los inconsecuentes y serviles.

En octubre de 2018 Pedro Santander -doctor en Lingüística y especialista en análisis de medios y políticas públicas [investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), "institución dedicada a la investigación, estudio y análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de América Latina, cuyo objetivo es elaborar saberes e instrumentos para entes decisores de políticas públicas, estrategias electorales o acciones sociales"]- escribió unas notas muy interesantes acerca del bloqueo a Venezuela que se hacen pertinentes incluir en la conclusión de este trabajo. En una apretada edición decía lo que sigue:

«La prensa mundial resalta todas las dificultades por las que atraviesa el pueblo venezolano, y al hacerlo culpa de ello al presidente Nicolás Maduro. Periodistas, 'opinólogos', cantantes, actores, académicos y políticos exponen con fruición acerca de Venezuela, y lo hacen ocultando el bloqueo, la clave para cualquier análisis mínimamente riguroso [acerca de los acontecimientos en Venezuela y la participación activa de Estados Unidos detrás de intereses muy específicos].

«No es novedad que un país cuyo gobierno intenta ejercer con autonomía sea bloqueado brutalmente; le ocurrió a Cuba y luego a Chile. En el caso de Venezuela hay cuatro modalidades de bloqueo:
1) por decretos extraterritoriales (formalizado por Barack Obama, quien el 9 de marzo de 2015 declaró a Venezuela "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos");

2) a través de intermediarios [evita que terceros realicen transacciones con Venezuela. En 2017, 300 mil dosis de insulina pagadas por el Estado venezolano no llegaron al país porque el Citibank boicoteó la compra de este insumo. El banco estadounidense se negó a recibir los fondos que Venezuela estaba depositando para pagar la importación de este cargamento, necesario para los pacientes con diabetes. En consecuencia, la insulina quedó paralizada en un puerto internacional, a pesar de que existían los recursos para adquirir el medicamento. El laboratorio colombiano BSN Medical impidió la llegada de otro cargamento, este de Primaquina, medicina que se usa para tratar la malaria. Un total de 23 operaciones en el sistema financiero internacional fueron devueltas, entre ellas 39 millones de dólares para alimentos, insumos básicos y medicamentos. Desde noviembre del año pasado, 1,650 millones de dólares de Venezuela destinados a la compra de alimentos y fármacos están secuestrados por parte de la empresa de servicios financieros Euroclear, "en cumplimiento de las sanciones del Departamento del Tesoro de EE. UU.". Desde 2014 se han ido de Venezuela Air Canada, Tiara Air, Alitalia, Gol, Lufthansa, Latam Airlines Aeroméxico, United Airlines, Avianca, Delta Airlines, Aerolíneas Argentinas, etc.; es cada vez más difícil llegar por aire a Venezuela. Las agencias de viaje también participan en el cerco: 15 boxeadores venezolanos no pudieron presentarse al evento clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 debido a la imposibilidad de llegar a un acuerdo. Las agencias incrementaron el precio del pasaje de 300 a 2,100 dólares por persona porque se trataba del traslado de la Federación Venezolana de Boxeo. Cuando se contactó un vuelo chárter para transportar al equipo, Colombia, Panamá y México no autorizaron el uso de sus espacios aéreos. Antes había ocurrido una situación similar con la selección femenina de voleibol. Este año Guatemala negó visados a las selecciones venezolanas de rugby y lucha para participar en dos eventos diferentes que celebró. Las expresiones culturales tampoco escapan al bloqueo: el banco italiano Intesa Sanpaolo bloqueó los recursos para la participación del pabellón de Venezuela en la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia, acción que fue calificada como un “crimen cultural” por el Ministro Ernesto Villegas, quien, tras arduas gestiones y varias denuncias, logró romper el embargo];

3) mediante agencias de calificación de riesgo (Venezuela cumplió satisfactoriamente con el pago de su deuda, erogando, en los últimos 4 años, un total de 73,359 millones de dólares; sin embargo, se le adjudicó un improcedente riesgo país con la finalidad de encarecer, y prácticamente impedir, cualquier posibilidad de obtención de crédito);

y 4) mediático [los tres primeros bloqueos están teñidos de cinismo y paradojas: mientras la prensa mundial enuncia ‘hambruna y crisis humanitaria’, países e instituciones pro estadounidenses bloquean el ingreso de medicamentos y alimentos; mientras el Grupo de Lima, Estados Unidos y la Unión Europea muestran consternación por la emigración venezolana, las líneas aéreas de esos mismos países abandonan el territorio; y, en tanto se cumplen los compromisos de pago, aumenta el riesgo país. Es una absurda inversión de la realidad, pero por muy absurda que sea se sostiene ideológicamente gracias a esta cuarta modalidad. Se trata de un ‘bloqueo ruidoso’, diferente al silencioso que hay respecto de Guantánamo, de las masacres en Yemen y Palestina o de los constantes asesinatos de periodistas en México. Durante el 2017, sobre una muestra de 90 medios estadounidenses, se contabilizaron 3,880 noticias negativas sobre Venezuela (11 diarias, encabezadas por Bloomberg y el Miami Herald). En cuanto a las agencias, Reuters y AFP juntas reúnen el 91% de las noticias negativas. El diario El País, de España, mencionó a Venezuela en ¡249! de las 365 ediciones del 2017 (¡casi a diario y siempre negativamente!). La cadena alemana Deutsche Welle (DW) publicó 630 noticias sobre el presidente Maduro, ¡casi 2 diarias! Los medios de México, Colombia y Chile, en América Latina, son los que más y con menor rigor periodístico informan: 4,200 noticias negativas aparecieron en México, 3,188 en Colombia y 3,133 en Chile (¡sólo en 2017!)].


«¡NINGUNA MENCIONÓ EL BLOQUEO!

«El cerco mediático hace ruido pero a la vez invisibiliza tanto al bloqueo como al pueblo chavista. Ambos no existen en los medios de las grandes corporaciones y, al no existir, la opinión pública mundial, que mayoritariamente accede a información sobre Venezuela a través de la agenda informativa hegemónica, es proclive a formarse una visión sesgada de la realidad. Esa es la fórmula del bloqueo actual, impulsado a modo de política exterior por los Estados Unidos contra los países periféricos que, como Venezuela, buscan construir con soberanía sus propios caminos».
Tanta ha sido la campaña mediática contra Venezuela que hasta quienes calificaban de "prensa amarilla" a los medios enclaustrados dentro de la derecha política en todo el mundo -y en procero ejercicio de compromiso con la patria, y sacrificio por ella, combatieron el intervencionismo yanqui, incluso apelando a la guerrilla- se han visto "obligados" a doblar sus rodillas. Dice José "Pepe" Mujica que "si EE. UU. no tiene más remedio que intervenir, va a intervenir; el tema central es evitar la guerra. La crisis de Venezuela plantea una disyuntiva dramática: 'paz o guerra'; la fórmula para evitar el camino de las armas pasa por elecciones generales en el país, con un fuerte monitoreo internacional que garantice la participación de todas las corrientes políticas...". Hay trazos de verdad en sus palabras pero, ¿por qué no evitaron, él y sus compañeros del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), la opción del enfrentamiento guerrillero con el aparato represivo del Estado que ocasionó al pueblo uruguayo tantas torturas, desapariciones y asesinatos?

¿Por qué Mujica, en lugar de claudicar ante no se sabe qué presiones, no emuló las palabras de su compatriota, el locutor, escritor y periodista Víctor Hugo Morales, radicado en Argentina y conocido por la magnífica narración que hace a los partidos de fútbol, deporte que el propio Mujica sigue con pasión y fervor (al punto de llegar a justificar la mordida que Luis Suárez diera a Giorgio Chiellini en la Copa Mundial celebrada en Brasil en 2014)?

Esto fue lo que expresó Morales: “En Venezuela hay que luchar por la paz y hay que tener memoria; todos sabemos lo que ha ocurrido en nuestra América Latina con los golpes de Estado. Cada vez que hubo violencia neoliberal en nuestros países fuimos muy desgraciados; sufrimos demasiado. En consecuencia, hay que luchar por el diálogo; hay que buscar la profundización del diálogo; la honestidad del mismo pero entre los venezolanos, con exclusión de lo de afuera. No puede ser un buen venezolano, no puede ser un buen americano cualquiera que desee que en su patria haya una invasión de una potencia extranjera para darse el gusto político de derribar a sus enemigos. A ese señor [Marco] Rubio de los Estados Unidos que está en la frontera de Colombia y Venezuela ofreciendo ayuda humanitaria lo quiero invitar a que dé una vuelta por la Argentina. Aquí hay 14 millones de pobres de los cuales muchos no tienen para comer; están en la indigencia. Pero también pudiera ir a cualquier otro lugar de América Latina y de Europa, y sobre todo dejar esa ayuda humanitaria en los Estados Unidos, donde cientos de miles de personas, por no decir millones, cada noche duermen sobre la rejilla de los ‘subtes’ [sistema transportación pública en tren, bajo la superficie de la tierra, conocido en muchos lugares como 'subway'] para aprovechar el calorcito que viene de abajo y no morir de frío. Ayuda humanitaria para más de 40 millones de pobres hace falta también en los Estados Unidos. No nos dejemos engañar por esa actitud. Mientras roban a un país decenas de miles de millones de dólares, ofrecen una ayuda que no tiene absolutamente nada que ver en la correspondencia de los números. El pueblo venezolano está empoderado, debe dialogar todo lo posible y el gobierno tener mucha conciencia también de ese diálogo. Todos los que queremos la paz en Venezuela estamos muy atentos en lo que allí ocurre y los acompañamos con todo nuestro corazón”. Dignidad, honestidad y decoro hay en lo expresado por Víctor Hugo Morales, tres virtudes que han quedado al margen de las fuerzas que dieron carácter a las reglas y creencias individuales que José Mujica se formó a partir de experiencias pasadas.

¿Por qué José Mujica, exguerrillero, extorturado, exrepresentante, exministro, expresidente pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas, exsenador y expresidente de la República Oriental del Uruguay, con el valor intrínseco que hay en él, asumió posición tan simplista y absurda cuando norteamericanos de todas las tendencias ideológicas (de centro, derecha y ultraderecha; no hay en Estados Unidos absolutamente nadie a quien pueda considerarse de izquierda, mucho menos comunista) se han expresado con tanto sentido de la realidad y compromiso?

Jill Stein, que en dos ocasiones fue candidata a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Verde (2012 y 2016), puso en duda que Donald Trump "busque asistir al pueblo de Venezuela con su 'artimaña' humanitaria. Él, que permitió que murieran miles de puertorriqueños [después del paso del huracán María] y separa familias de latinos en nuestra frontera, enjaulando a sus niños, de repente muestra una gran preocupación por el pueblo de Venezuela. ¡Incluso está dispuesto a INVADIRLA para que acepte la ayuda humanitaria! Nadie dice que están llegando como 'ayuda' fusiles de asalto introducidos en Miami para armar la derecha financiada por EE. UU., dirigida ahora por Juan Guaidó".

Ron Paul, miembro del Partido Republicano y exrepresentante por el decimocuarto distrito de Texas (ultraderechista), ironizó cuando el Departamento de Estado "explicó" que la Administración de Donald Trump lo que quiere es "ayudar" a que se cumpla la Constitución venezolana. "¡Ni que estuvieran tan ansiosos por hacer cumplir su propia Constitución! Es cáustico que un presidente, que se ha pasado los primeros dos años en el cargo luchando contra las acusaciones de que un país extranjero se inmiscuyó en las elecciones de EE. UU., no sólo se entrometa en unas elecciones extranjeras, sino que también se arrogue el derecho de nombrar al presidente de un país extranjero ¿Cómo reaccionaríamos si los chinos y los rusos decidieran que el presidente Trump no está defendiendo la Constitución americana y reconocieran a Nancy Pelosi como presidenta? Es tragicómico que Trump haya nombrado al criminal convicto Elliot Abrams como su persona clave para 'restaurar la democracia' en Venezuela después de haber desempeñado un papel preponderante en el asunto Irán-Contra y ser uno de los principales artífices de la desastrosa invasión de Irak en 2003. En lugar de golpe de Estado [que es lo que verdaderamente define las intenciones del imperio], una mejor política nuestra para relacionarnos con Venezuela habría sido de compromiso y comercio. Si realmente creemos en la superioridad de un sistema de libre mercado, también debemos creer que sólo podemos predicar con el ejemplo, no forzando nuestro sistema en otros. Hace apenas cuatro meses que el presidente Trump dijo en la ONU que respetaba el derecho de toda nación a practicar sus propias costumbres, creencias y tradiciones. Estados Unidos no puede decir a otros cómo vivir...".

Glenn Greenwald, abogado, escritor y periodista norteamericano que publicó en junio de 2013 las revelaciones de Edward Snowden [acerca de los programas de vigilancia de alto secreto de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), entre los que está PRISM, un esquema de vigilancia electrónica sobre las comunicaciones de las grandes compañías estadounidenses de Internet puesto en ejecución tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 (iniciando lo que se denominó "guerra contra el terrorismo"). Por esa publicación le fue otorgado el premio George Polk. Ha colaborado con The New York Times, ​Los Angeles Times, The American Conservative... y sus análisis han sido citados, además de The New York Times, en The Washington Post y el Congreso de los Estados Unidos. Por Servicio Público le fue concedido, en 2014, el premio Pullitzer], hizo el análisis que debió realizar Pepe Mujica o cualquier otra figura insignia de la Guerra Fría:
«La pregunta no es si te gusta el presidente Maduro; la pregunta es si piensas que el pueblo venezolano será ayudado teniendo a Donald Trump, John Bolton, Mike Pence y Elliot Abrams interviniendo en su país, planificando un cambio de régimen y proponiendo el líder de su conveniencia. Todo lo que tienes que hacer es mirar, no solo la historia de interferencia de Estados Unidos en América Latina, sino, las declaraciones que esas personas están haciendo acerca de cuál es su verdadero motivo; ni siquiera se ocupan de fingir que el propósito es llevar liberación, democracia y libertad.

«Por supuesto que a Donald Trump no le interesa el pueblo venezolano. ¿Qué tan crédulo hay que ser para pensar que
[Trump, Bolton, Pence y Abrams] admiten abiertamente que el motivo es el acceso a los negocios petroleros venezolanos en los mercados de capital, porque beneficia a EE. UU. y su clase oligárquica? Es poco impresionante ver a los medios bipartidistas y a la clase política de Washington (como Nancy Pelosi y otros líderes del Partido Demócrata) apoyando a Donald Trump -a quien con frecuencia llaman racista, fascista, xenófobo y monstruo- mientras pretende implementar un cambio de régimen en Venezuela valiéndose de personas como Elliott Abrams, que en el pasado usó el pretexto de la ayuda humanitaria para enviar armas a los rebeldes que querían derrocar el gobierno de un país.

[Nota: En Nicaragua, después que el Frente Sandinista de Liberación Nacional derrocó a Anastasio Somoza (1979) -gobernó bajo un régimen despótico que siempre recibió el beneplácito de EE. UU.-, Washington creó y financió un ejército de paramilitares (que llevó a cabo ataques contra la población civil) empeñado en sacar del poder el nuevo régimen. El gobierno de Reagan recaudó dinero para los contrarrevolucionarios y, con esos fines, le vendió armas a Irán, que estaba en guerra contra Irak y también había recibido armas del propio Reagan para impedir que Irán se hiciera con el control del golfo Pérsico (Elliott Abrams fue uno de los principales arquitectos de esa operación; se le acusó del envío solapado de armas -a los rebeldes- en aviones de “ayuda humanitaria”). Estas dos desvergüenzas no serían las únicas: Estados Unidos, que invadió y destruyó a Irak, saqueó sus recursos y asesinó a su jefe de Estado bajo la calumnia de que poseía armas de destrucción masiva, fue el mismo que al finalizar esa guerra, conocida como la Guerra Impuesta y la Santa Defensa, se opuso a que acusaran a Saddam Husseim de usar armas químicas contra los iraníes y la población kurda del norte de Irak. Un documento desclasificado (de la CIA) señala que EE. UU. tuvo evidencias concretas de ataques químicos iraquíes a partir de 1983; sabía y no tomó medida alguna para detenerlos. Por imágenes de satélite se enteró de que Irán estaba a punto de obtener una importante ventaja estratégica y suministró a los iraquíes la ubicación de las tropas iraníes dentro de Irak, consciente de que usarían gas mostaza y gas sarín para inclinar la guerra a su favor y obligar a Irán a ir a la mesa de negociaciones. Reagan y sus asesores lo sabían y no lo dieron a conocer].
«Eso es lo que sucede en el discurso de Estados Unidos; el imperialismo siempre es aclamado. Creemos que tenemos el derecho de interferir en otros países, 'y porque somos tan intrínsecamente buenos esperamos que los resultados serán benévolos', y es realmente perturbador ver este tipo de unanimidad, salvo raras excepciones: Ro Khanna [hijo de padres punjabíes, India], Tulsi Gabbard [nació en Pago Pago, Samoa Americana, de una familia proveniente de la India] y Alexandria Ocasio-Cortez [su padre, de ascendencia puertorriqueña, nació en el Bronx, mientras que su madre nació en Puerto Rico] diciendo que no tenemos ningún rol que desempeñar en Venezuela. En general, las clases bipartidistas [se unen detrás del gobernante de turno] mientras intentan ejecutar un cambio de régimen en un país que no comprenden, no les importa y sólo quieren explotar... El hecho de que el principal socio estadounidense en América Latina para hacer esto sea Jair Bolsonaro debería decirte todo lo que necesitas saber acerca de los motivos reales en términos de lo que el gobierno de EE. UU. está tratando de lograr en Venezuela. No es nada bueno para el pueblo venezolano, no importa cuál sea la opinión que se tenga sobre Nicolás Maduro; se trata de imponer una ideología de extrema derecha en beneficio de todos, excepto del pueblo venezolano».

¿No es más sensata la posición asumida por un político estadounidense, senador por el estado de Vermont, que fue candidato en las elecciones primarias del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de 2016 y acaba de lanzar su candidatura para los comicios de 2020 por el mismo partido? "EE. UU. debe aprender las lecciones del pasado y no estar en el negocio del cambio de régimen o del apoyo a golpes de Estado como lo hemos hecho en Chile, Guatemala, Brasil y República Dominicana. Washington cuenta con un largo historial de intervención inapropiada en las naciones latinoamericanas, por lo que no debe repetir tales acciones. Creo que Maduro ha sido muy abusivo, pero su salida del poder es una decisión del pueblo venezolano", serían las juiciosas y precisas palabras usadas por Bernie Sanders para referirse a la situación interna de Venezuela y a la intromisión de Estados Unidos en asuntos que deben ser exclusivos del pueblo venezolano.

El ensañamiento con Venezuela es parte de una estrategia de hegemonía global por parte del Pentágono; aunque la gran mayoría lo ignore, es un desafío abierto a los poderes que China y Rusia han ido alcanzando. El control de los recursos de Venezuela por EE. UU. implica ventaja económica, reducción en los costos de los combustibles y, con toda certeza, la salida de la nación con las mayores reservas de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

No son pocos los intelectuales, directores de cine, artistas y periodistas norteamericanos que han comprendido la maquinación que hay detrás de los problemas que afectan a Venezuela y cómo su propio pueblo debe ser quien los solucione; acusan al pernicioso sistema en el que viven de intervenir en asuntos que no son de su incumbencia y de pretender apropiarse de los recursos petroleros que hay en tierra venezolana. Si el pueblo norteamericano -no los pocos leídos y preocupados- no fuera tan ignorante y retraído, podría constituirse en fuerza capaz de frenar los desafueros que comete el imperio. Ese pueblo, al que muchos pretenden exonerar de responsabilidad en los saqueos y genocidios que ejecutan sus tropas, es más culpable que el propio establishment, y cada día se va tornando más lego y enajenado con el pobre nivel académico, intelectual y de conciencia que exhibe la migración latina, cuya característica primordial descansa en el hambre que tiene la gran mayoría de poseer cosas materiales.

Los latinos, en muy alta proporción, llegan a saciar necesidades de antaño, a comprar hasta reventarse favoreciendo significativamente la economía norteamericana (a la vez que compran para sí mismos, también lo hacen para los familiares que continúan viviendo en la tierra de origen). Ni hablar de los que ingresan a los medios hispanos de la comunicación: son lacras entrenadas para formar lacras, incapaces de analizar y crear conciencia acerca de lo que, la nación a la que han llegado, hace en cada uno de sus países y de las razones que los llevan a morar en un medio que deliberadamente los arrastra al excesivo consumo y los deja en ignorancia plena de las actividades que enriquecen el alma y los sentimientos de los seres racionales.

¿Se ha manifestado el pueblo norteamericano contra la intervención del Pentágono en Venezuela -país situado en su vecindad- y el golpe de Estado que pretende ejecutar? Recordemos Vietnam y las grandes protestas. ¿La diferencia? Siempre se ha dicho que la ignorancia es fruto de la falta de acceso a la información. Ahora sabemos que no, que esa sentencia es falsa. ¿La verdadera razón? El bombardeo mediático por parte de la prensa oligárquica y los medios complacientes y claudicantes y la receptividad que los menos versados, mayoría en todas partes, dan a las banalidades y noticias falsas, llamadas ahora -en buen español y por cursilería- “fake news”.

Para la época en que la tierra de Ho Chi Minh fue invadida por tropas de EE. UU. el acceso a la información era mínimo; el estadounidense común no recibía la descomunal propaganda que le es suministrada hoy a través de la gran cantidad de fuentes, informativas y desinformativas, a las que accede gracias a la variedad de dispositivos electrónicos que la ciencia ha puesto en sus manos. Imaginemos -dentro del grupo de familiares y amigos- la más íntegra, decente, capaz, culta y honesta persona, que al margen de esas virtudes disienta de la arbitrariedad en la forma de actuar del gobierno de los Estados Unidos; si la casualidad la llevara a circular por una avenida de Nueva York, Boston o cualquier otra ciudad, y sucediera algún hecho de pánico, podemos dar por sentado que CNN, FOX, NBC, CBS y ABC, sus lastres latinos e iguales a nivel internacional que difunden noticias sin verificarlas, en cuestión de minutos estarán propagando su peor imagen y calificándola de violenta, saboteadora de la “exclusiva forma de vida” que se da la sociedad norteamericana.



Estados Unidos ya no se esfuerza por encubrir sus mentiras como lo hacía cuando, al caer la “Cortina de Hierro” -descripción acuñada por Joseph Goebbels (ministro de Propaganda nazi), Lutz Schwerin von Krosigk (canciller de Alemania antes de que se estableciera el control aliado) y Winston Churchill (estratega y estadista británico) para referirse al bloque oriental o comunista liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)-, tenía plena consciencia de su hegemonía (paradójico, ¿no?; pero fácil de entender si se recurre al sentido común). Algo no muy claro hay en el ambiente geopolítico que está motivando al Pentágono a actuar de manera tan indolente y abierta. No es sólo el petróleo que lo preocupa; el repunte como potencia mundial que ha mostrado Rusia y el desarrollo económico y militar que exhibe China son factores a considerar en la peligrosa tarea que está llevando a la hasta ahora nación más poderosa del mundo a precipitar acontecimientos que podrían devenir en una hecatombe.

Existe otra vigorosa razón: Cuba, con una economía empobrecida por el bloqueo, ha demostrado al mundo los logros que pueden derivar de un sistema socialista. ¿Podríamos imaginar lo que alcanzaría Venezuela -si se la dejara desarrollar libremente bajo el régimen de democracia y socialismo que inició en 1999 con Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana- con los recursos humanos que posee y la extraordinaria riqueza con la que cuenta? Se convertiría en un ejemplo que fastidiaría a los oligarcas y burgueses que subyugan, no sólo al pueblo de EE. UU., sino, a casi toda la demografía mundial. Por eso tanto encarnizamiento por parte del imperio, empeñado, de manera vulgar, en cerrarle el paso al gobierno que encabeza Nicolás Maduro.

Hastía el depravado y malévolo proceder de Estados Unidos, cuyo principal objetivo ha sido siempre apropiarse de lo que no le pertenece. Cada cierto tiempo el Pentágono y las demás instituciones de vigilancia y poder que sostienen la práctica imperialista desclasifican y difunden sus atrocidades, y lo hacen con la mayor naturalidad y el mayor desparpajo, como si a nadie importara. La mente de las grandes mayorías está en religiones, novelas, concursos de belleza, prostitución, fútbol, patrañas para adelgazar, baloncesto, juegos de azar, béisbol, pastillas para levantar y agrandar el pene... Pareciera que gran parte de la humanidad no pudiera hacer esas cosas y a la vez informarse y darle carácter a lo verdaderamente importante.

El mundo está llegando a un punto en el que debe reformularse, y no creemos que esa reformulación se materialice por simple discernimiento; la poca capacidad para encauzarnos es uno de los problemas fundamentales. No tiene nada de normal que tanta basura política, tanta mediocridad, tanta depravación, tanto afán por hurtar lo ajeno, tanta miseria humana, tanto desenfreno religioso, tantos valores invertidos, tanta banalidad, tanta mentira, tanta indolencia... concurran al mismo tiempo; necesariamente tiene que, y debe, producirse una catarsis que transforme a los billones de envilecidos que, mancomunadamente, se han propuesto convertirnos en imbéciles y vasallos.

La falta de moralidad del gobierno norteamericano no puede ser referente para nada ni para nadie. Por más de un siglo EE. UU. ha sido responsable de grandes atrocidades. No es posible que a una persona, con un mínimo de instrucción y capacidad para distinguir entre lo que es correcto y no (y con la cantidad de información veraz que la época comunicacional pone en sus manos, no noticias inventadas para arrastrar la ignorancia ni historias degradadas por aviesos intereses), le resulte tan cuesta arriba asimilar el recorrido histórico de intervenciones, saqueos, golpes de Estado, respaldo a dictaduras, bombardeos nucleares, genocidios y otras vilezas en las que ha incurrido Estados Unidos, sobre quien Simón Bolívar había advertido, hará muy pronto dos siglos, que "parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad".

EE. UU.:
- invadió Granada, Haití, Cuba, Panamá, República Dominicana (en dos ocasiones);

- propició y respaldó los regímenes despóticos de Fulgencio Batista en Cuba, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, los Somoza en Nicaragua, los Duvalier en Haití, Jorge Ubico en Guatemala, Tiburcio Carías en Honduras, Alfredo Stroessner en Paraguay, Rafael Trujillo en República Dominicana, Augusto Pinochet en Chile;

- ha sido el primero y único en usar bombas atómicas contra población civil;

- destruyó Vietnam, Irak, Libia, Siria, Afganistán, la antigua Yugoslavia... saqueó sus riquezas y asesinó cientos de miles de sus mejores hijos bajo lo que con el menor escrúpulo da a conocer como “daños colaterales”;

- viola los derechos de sus propios ciudadanos, los tortura y asesina (negros afroamericanos);

- con sus drogas pervierte a la humanidad, envenena a su propia población y la enajena, manteniéndola al margen de las decisiones que lo convierten en un poder intervencionista, ejecutor de crímenes horrendos y usurpador de recursos foráneos. Las drogas le facilitan la tarea de gobernar un pueblo que no cuestiona acontecimiento alguno que cruce la línea de lo estipulado. La prensa es cómplice y difunde, con olímpico irrespeto a la verdad, las teorías más descabelladas acerca del proceder imperial y los obstáculos en los que ciertos países se convierten en el proceso de consolidación hegemónica;

- en nombre de la “Providencia”, despojó a México de más de la mitad de su territorio y a Colombia del que hoy ocupa Panamá;

- controla la producción de opio en Afganistán al mismo tiempo que sus soldados protegen los campos de amapola (además de permitir el tráfico de la heroína transportada por la CIA a suelo norteamericano y que genera unos 50 billones de dólares al año);

- permite en su geografía la venta indiscriminada de armas con las que a diario se trunca la vida de jóvenes (en escuelas y universidades). No las proscribe. Son recursos para encubrir golpes de Estado y magnicidios, eventos que un pueblo anestesiado por las drogas no está en capacidad de juzgar. Con esas armas se han asesinado cuatro presidentes: Kennedy (John), Lincoln, Garfield y McKinley, un elocuente y extraordinario líder negro que defendía a sus iguales y protestaba contra la guerra en Vietnam (Martin Luther King), y un candidato presidencial (Robert Kennedy);

- hace creer a sus ciudadanos que eligen al presidente y viven en democracia cuando la realidad es otra. Son los colegios electorales de los estados los que determinan, por vía de compromisarios electos, la selección. Es un sistema tan antidemocrático (diseñado para mantener el capital subyugando a los propios estadounidenses) que un tercer candidato, con posibilidades de ganar unas elecciones (lógicamente estaría en desacuerdo con el establishment), no llegaría nunca al poder. Como no puede alcanzarse el mínimo de compromisarios electorales (por haber tres aspirantes con prácticamente iguales opciones de triunfo), el Congreso decide y escoge al que considere "idóneo", que lógicamente no será nunca quien se oponga a los intereses pentagonistas.
¿Por qué debe molestarse Estados Unidos si Uruguay, México y la Santa Sede propician negociaciones para que se alcance la paz? En Venezuela hay que buscar una solución pacífica, pero al margen de nuevas elecciones. Maduro es el presidente constitucional; los comicios no pueden ser nulos si gana el chavismo y válidos si triunfa la oposición. Los sicofantas que promueven la idea de nuevos escrutinios deben aplicársela: en República Dominicana, los que nunca han ganado un certamen electoral limpio; en Estados Unidos, el establishment, que le robó a Al Gore unas elecciones para mantener en el poder al guerrerista George Bush; en España, la cúpula política de los dos partidos que la han degradado, cuya inmoralidad la lleva a aceptar un rey que ha sido impuesto por una dictadura.

Cada país, a pesar de haber mencionado sólo tres, tiene cola que pisar. Fue Jesús, Jesucristo o Jesús de Nazaret (revolucionario, defensor de los pobres y luchador incansable contra las injusticias) quien dijo: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?... ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Lucas 6, 41-42).

Para concluir, vaya este cuento para la derecha, que no se conforma con poseer todos los medios de comunicación a su disposición, sino que protesta y quisiera matar, ejerciendo la democracia como la interpreta su diminuto cerebro, a todo aquel que su capacidad para discernir lo lleva a reflexionar sobre las mentiras que se dicen sobre Venezuela y las bellacas y obscenas apetencias del imperio:
En el Coliseo de la Roma imperial entierran un negro hasta el cuello; sólo se le ve la cabeza. Sueltan a un feroz y hambriento león que de inmediato le va encima y le arranca una oreja. El público se enerva y aplaude delirantemente; la conmoción aumenta cuando de nuevo el salvaje animal ataca y le arranca al desdichado la nariz y el labio superior. El estado de excitación vuelve a desbordar las gradas cuando el felino intenta otra vez caer sobre su víctima, pero de repente lo que queda en la cabeza del infeliz negro logra morderlo y sacarle un ojo haciendo que recule y gruña de dolor. Indignados, los romanos comenzaron a gritar:

¡PELEA LIMPIO, NEGRO SUCIO!”.
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
27 de febrero de 2019

CONSULTA:

Periódicos, revistas y páginas de análisis:
BBC, El País, Le Monde, Cubadebate, Granma, CNN, Correo del Orinoco, Rebelión, NBC, Reuters, The New York Times, Russia News, Hispan TV, Sputnik Mundo, Le Monde Diplomatique, Red Voltaire, Acento, Revista Ahora, Deutsche Welle, Tribuna de Nemen Hazim.
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Wikipedia, EcuRed/Enciclopedia Cubana, Historia Siglo XX, CELAG.
Bibliotecas:
John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Luis Muñoz Marín.
Libros:
Juan Bosch [Póker de Espanto en el Caribe; Bolívar y la Guerra Social; Conferencias y Artículos; Temas Económicos; El PLD, un Partido Nuevo en América; El Pentagonismo, Sustituto del Imperialismo; Temas Políticos];

Noam Chomsky/Atilio Borón/... Discurso de Clausura de Fidel Castro/Compilación Atilio Borón [Nueva Hegemonía Mundial - Alternativas de Cambio y Movimientos Sociales];

Eduardo Galeano [Las Venas Abiertas de América latina];

Humberto García Muñiz/Gloria Vega Rodríguez [La Ayuda Militar como Negocio]
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Enciclopedias:
RAE, Definición.DE, Historia Universal Nauta, Características, Historia Universal Larousse, Enciclopedia Time, Enciclopedia Larousse, Grandes Personajes, Asuri, Enciclopedia Daimon (Enigmas de los Grandes Procesos).
Escritos:
Pedro Santander, Bernie Sanders, Ron Paul, Glenn Greenwald.
Orgnanismos:
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