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I.- Los descarríos de Leonel Fernández en la vida política dominicana...

La prédica de una reelección innecesaria, la eliminación del Centralismo Democrático, la implementación de actividades populistas y el uso de las mismas prácticas corruptas y violentas puestas en ejecución por rojos y blancos convertirían a Leonel Fernández y al PLD en las peores pesadillas de la República Dominicana

Los abogados Ramón Lora, Leonel Fernández y Henry Garrido. «Foto tomada en el año 1994. Para las elecciones de ese año, Fernández fue el candidato a la vicepresidencia del PLD. Los tres tenían algunos elementos en común, pero el más sobresaliente era la ausencia de recursos socioeconómicos, es decir, dicho en buen dominicano, estaban en “olla”». [Foto y pie de ramónlora.info]

El 15 de junio de 1996, conformado aquel aberrante Frente Patriótico concebido por Leonel Fernández para derrotar al Dr. José Francisco Peña Gómez, decíamos que «el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), de forma fortuita o no, se había dejado arrastrar por el populismo en que se había sumergido para esa contienda electoral, y que más desacertada aún había sido la presencia en el acto del profesor Juan Bosch, presencia que, al igual que la conformación misma del Frente Patriótico, era totalmente innecesaria. El 2 de junio marca la época más triste para los que, por convicción ideológica, seguimos al profesor Juan Bosch y sus teorías políticas... La presencia de Bosch en el acto que tuvo como escenario el Centro Olímpico y la creación misma del Frente Patriótico no eran necesarias, sobre todo después de los resultados de la primera vuelta de la que el PLD salió fortalecido. La inercia misma y la conformación de clases de la sociedad dominicana harían que la mayoría -de los reformistas y de los que se abstuvieron de votar- votara por el PLD en la segunda vuelta».

No pasaría mucho tiempo para que obviáramos el fanatismo político y comprendiéramos que a Juan Bosch, ya senil, Leonel Fernández y su camarilla lo habían llevado "maniatado de la mente" para reforzar un repugnante acto que muchos, cegados por la coronación de su "más extraordinaria obra política (el PLD)", no quisimos ver. De manera muy clara concluimos aquel artículo [PLD, Juan Bosch y el "Frente Patriótico"]: «Se pudo jugar con el populismo hasta el punto en que quedara controlado por el partido, tal y como venía sucediendo hasta el momento en que se dio aquella reunión, que sólo ha servido para restaurar la figura de Balaguer y oscurecer las mejores intenciones de la organización morada...».

El 16 de agosto ese mismo año -dos meses después-, sobre el discurso de toma de posesión, con el alma puesta en el relevo generacional que significaba el triunfo de Leonel Fernández, decíamos: «Un discurso optimista y con sentido histórico, que abarca desde la guerra de la Restauración (1863), encabezada por los inmortales Gregorio Luperón y Gaspar Polanco, hasta el posmodernismo innovador y la globalización». Acerca de los 33 años transcurridos entre la toma de posesión de Juan Bosch y la del fiasco que se alojaba en el cuerpo del gran simulador que es el Dr. Fernández, habíamos expresado que «de positivo podrían tener esos 33 años el nacimiento, el desarrollo y la madurez de un partido político como el PLD y el mismo desarrollo y la misma madurez que encarna la figura política de Leonel Fernández. Ambos ofrecen al pueblo dominicano perspectivas extraordinarias que sobrepasan las expectativas prefijadas» [El discurso de Leonel Fernández]. ¡Qué ilusos fuimos! ¿Cómo pudimos, conociendo en demasía el comportamiento de las clases sociales en República Dominicana, que un pequeño burgués de la capa baja propiamente dicha podría gobernar el país al margen de todos los vicios que les son intrínsecos a esa capa?

Joaquín Balaguer, modelo por excelencia de Leonel Fernández para gobernar, categoría que al verdugo de los doce años sólo se la disputa Vincho Castillo, un ser ignominioso dentro de la vida política dominicana. Estas dos figuras subyacen tras la volátil y solapada figura de un dominicano de la baja pequeña burguesía que, según él, "nunca conoció el pichirrí"... [Foto de DIARIO DOMINICANO]

Para el 19 de julio de 1997, ante la creación del "Nuevo Camino" (¡y qué nuevo camino!), habíamos señalado que era tarea obligada rescatar al PLD del populismo. «Este PLD no es el PLD que conocimos ni el PLD por el que hemos luchado durante tantos años y con tanto sacrificio. Desarrollar este PLD significa tirar por la borda vida y apostolado de Juan Bosch. Es por eso por lo que consideramos que el momento es por el rescate y el fortalecimiento de un PLD ortodoxo». Partido e impostor estaban de lleno inmersos en el "Nuevo Camino", nuevo en el PLD, pero muy viejo dentro de las estructuras sociales de la nación: corrupción, impunidad, sectarismo, megalomanía, inmoralidad, descarrío... ¡A tan solo 11 meses y tres días de haber llagado al poder!

Manifestábamos que nos habíamos mostrado renuentes «a concebir este lineamiento político por las experiencias que vive la actual administración del Estado dominicano, conformada, con base en una gran cuota de poder, por aquellos que, producto de la amistad o compromisos proselitistas, y al margen de toda formación peledeísta, se encuentran ocupando posiciones prominentes en el gobierno... Las ejecutorias se desplazan 180 grados de lo que había concebido el PLD como agrupación política. El populismo que arropa al gobierno, y también al partido, desvirtúa la esencia de las razones que concibió Juan Bosch para dejar al pueblo dominicano un instrumento que se desviviera por su bienestar». El "Pacto con el Diablo" (la alianza con el Partido Reformista Social Cristiano) -como en su momento describiera Fernando Martín García, extraordinario líder independentista de Puerto Rico- y los compromisos con las "amistades del Dr. Fernández" «han originado un desplazamiento de las esferas del poder de notables hombres peledeístas con sólida formación ideológica...» [Por un PLD ortodoxo].

Para los comicios parlamentarios del 16 de mayo de 1998, o sea, 21 meses después del PLD haber alcanzado el poder, Leonel Fernández ya se consideraba superior a los demás peledeístas: su imagen era vendida por una prensa servil como un presidente "bondadoso", a la vez que se presentaban «la irracionalidad y la prepotencia como los principales atributos de los ministros o jefes de agencia peledeístas» (en tanto sus nuevos amigos de la oligarquía -al frente de las carteras más importantes-, a la que serviría in saecula saeculorum, implementaban políticas al margen de la necesidad del Estado y de las carencias de la gran masa desposeída). En un libro que publicara 20 días antes de las elecciones, el Dr. Fernández dejaba plasmada su "superioridad frente a los demás", apelando a la petulancia para reclamar para sí el derecho de la verdad y la sabiduría. Fueron varias las veces que se atrevió a regañar a funcionarios peledeístas (en minoría dentro del gobierno) como si fueran niños malcriados. «¡Soberbia irrealidad en apenas 1 año y 9 meses!».

La prédica de una reelección innecesaria -como si fuera la única persona capaz dentro del PLD para asumir la presidencia-, la eliminación del Centralismo Democrático en la toma de decisiones, la implementación de actividades populistas -pintando y ensuciando calles y avenidas, postes del tendido eléctrico, vallas, casas, iglesias... («¡cuántas críticas hicimos a perredeístas y reformistas por acciones de este tipo!»)- y el uso de las mismas prácticas corruptas y violentas puestas en ejecución por rojos y blancos -degeneramos en marchas y caravanas (sin orden alguno), en las que se consumían bebidas alcohólicas (cual fiestas callejeras); «de espectadores pasamos a estar en primera fila en penosos incidentes que generaron muerte y luto a la sociedad dominicana: habíamos perdido lo que como partido nos hacía diferentes, y, al dejar de ser diferentes, pasamos a actuar de la misma forma que perredeístas y reformistas» [Análisis al proceso electoral]- convertirían a Leonel Fernández y al PLD en las peores pesadillas que viviría la República Dominicana.

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II

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
10 de septiembre de 2023