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VI.- Los descarríos de Leonel Fernández en la vida política dominicana...

Al día de hoy, ni un solo peledeísta, de los muchos que saquearon el país bajo los gobiernos de Leonel Fernández y el PLD (organización que presidió desde el 20 de enero de 2002 al 20 de octubre de 2019), fue "expropiado", "derrotado", "matado" o "destruido moralmente" (términos sinónimos de "siquitrillar", palabra que usó para referirse a la acción que tomaría con todo aquel que se atreviera a apropiarse de un solo centavo del erario) ni por él ni por Danilo Medina, como anunció en un discurso en el que la conmoción le hizo olvidar su clase de procedencia (la baja pequeña burguesía, que al momento en que estas palabras son escritas no ha mermado un ápice de los connaturales vicios con los que mantiene intrincada a la sociedad dominicana)

«Nadie me susurre en privado lo que no está en capacidad de decirme en público», otra más de las fanfarronadas de Leonel Fernández que rasgan el cielo, cual globo de cumpleaños

Leonel Fernández, además de deleznable e indolente, es caradura; dice o hace las cosas y de inmediato "las olvida", las lleva a una parte de su ser que sabe manejar a la perfección. Puede expresar el más absurdo de los disparates y no es capaz de inmutarse; lo traslada a esa parte "oscura" de su anatomía donde entra en estado de proscripción. De la misma forma, incurre en un sinnúmero de desmanes (corrupción, tráfico de influencias, violación sistemática a la Constitución, mendacidades, etc.), que son públicos (políticos, periodistas y diferentes medios de comunicación los han adjudicado a su gestión), y ni siquiera "estornuda", "eructa" o es capaz de darse por aludido. En su "mágica y etérea mente" -que flota dentro de una burbuja de megalomanía aislada de la realidad e impregnada de opiniones ajenas que hace suyas sin una ecuánime ponderación- prima el criterio de que los demás son escasos de entendimiento (o de razón), lo que, traducido al idioma dominicano (mismo que, vía de una reforma constitucional o legislación adjetiva, debe implementarse con carácter de urgencia), significa que son pendejos.

Cuando aspiraba a la candidatura presidencial del PLD, en 1995, Leonel Fernández maravilló al electorado cuando en un discurso de campaña denunció que "la corrupción se llevaba todos los años no menos de 30 mil millones de pesos". Era una cifra abrumadora; superaba el Presupuesto Nacional de ese año, cuyo monto ascendía a 26 mil millones de pesos. Aun siendo manipulada, con fines proselitistas, la misma sería remontada con creces en cada uno de los años que conformaron sus primeros dos períodos. No es fortuito que los principales dirigentes, él incluido (accionistas del PLD C. por A.), casi todos miembros del Comité Central, pasaran a exhibir fortunas que nunca soñaron poseer los grandes oligarcas dominicanos y muchos a nivel mundial.

«En este gobierno no habrá un solo corrupto que ni siquiera le pase por la mente... [aquí hubo un largo silencio: luce que, bajo la emoción que le embargaba, no había visualizado el significado de las palabras siguientes y lo que implicaban para él y su conventículo] porque desde el momento que nosotros sepamos que hay alguien que quiere traicionar esa confianza del pueblo dominicano, que lo sepa desde ya, ni la jerarquía que tenga en el partido, lo vamos a siquitrillar (sic)». [Siquitrillar según la RAE: 1. tr. coloq. Cuba. expropiar; 2. tr. coloq. Venezuela. derrotar (‖ vencer en enfrentamientos cotidianos); 3. tr. coloq. Venezuela. matar (‖ quitar la vida); 4. tr. coloq. Venezuela. Destruir moralmente a una persona].

Al día de hoy -el país se vio desgobernado durante otro período por el Dr. Fernández (2008-2012) y dos términos más (2012-2020) por Danilo Medina- ni un solo peledeísta, de los muchos que saquearon el país bajo sus gobiernos y los del PLD (organización que Leonel Fernández presidió desde el 20 de enero de 2002 al 20 de octubre de 2019), fue "expropiado", "derrotado", "matado" o "destruido moralmente", ni por él ni por Danilo Medina, como anunció en ese discurso en el que la conmoción le hizo olvidar su clase de procedencia (la baja pequeña burguesía, que al momento en que estas palabras son escritas no ha mermado un ápice de los connaturales vicios con los que mantiene intrincada a la sociedad dominicana).

Cuando Leonel Fernández dio su discurso de toma de posesión, en agosto de 2004, dejó maravillada a la audiencia con ese virtuoso histrionismo que le caracteriza [sobrada razón tuvo Juan Inirio cuando le señaló que «Usted podría haberse dedicado a las artes escénicas. Y quizás, en el fondo, es lo que siempre ha estado haciendo en el folclórico escenario político dominicano» (Carta abierta a Leonel Fernández I)], al sentenciar, tal y como hiciera en 1996, cuando se refirió a la corrupción, que «nadie me susurre en privado lo que no está en capacidad de decirme en público» (otra de sus fanfarronadas que rasgan el cielo, cual globo de cumpleaños).

«La corrupción es moral y legalmente inaceptable. Por tal motivo, durante la administración que desde hoy me corresponderá dirigir, tomaremos todas las providencias de lugar para, tal como establece la Convención Interamericana contra la Corrupción, prevenir, detectar, perseguir y castigar todo acto doloso que atente contra el patrimonio público... Nadie, absolutamente nadie, podrá utilizar los fondos públicos para la adquisición de nuevas jeepetas, o para efectuar llamadas telefónicas, nacionales o internacionales, sin límites de tiempo», diría en aquel discurso. ¿Cuál sería el resultado de esos cuatro años? República Dominicana seguiría envuelta, bajo las riendas de un impenitente impostor, dentro de uno de los esquemas más perversos de corrupción.

¿Cómo es posible que Leonel Fernández y la totalidad de sus funcionarios que gobernaron durante 12 años (¡qué 12 años que han apabullado a la República Dominicana! ¡Y por dos ocasiones!) se hayan librado de ser sometidos por corrupción? ¡Sólo en RD!

A continuación, parte de la corruptela en la que ha estado embebido Leonel Fernández, como actor principal, desde que asumió como gobernante en 1996 (algunos de los casos fueron abordados previamente):
. Sobrevaloración del Proyecto Portal Electrónico Dominicano. Costó 13 millones de dólares [en contraste con lo proyectado por técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organismo que manifestó que la suma no debió superar los 2 millones].

. Comisiones por 2,112 millones de pesos que se pagarían a la empresa china Sichuan para instalar una planta de generación eléctrica. Además, los escándalos del Programa de Reducción de Apagones (PRA), de la Oficina Técnica de Trasporte Terrestre (OTT) y del Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (PROMIPYME), «cuyos incumbentes fueron destituidos luego de que Nuria Piera presentara las evidencias».

. «Sobrevaloraciones, dispendios, malversaciones y desvío de recursos cometidos durante la administración de Héctor Rodríguez Pimentel en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI). El caso fue denunciado por la periodista Alicia Ortega».

. Desvío de cerca de mil 500 millones de pesos -para comprar criminales y anidarlos en los Núcleos de Trabajo a los que la dirección del PLD comenzó a trasegar desde el mismo momento en que el boschismo fue aniquilado por la perversidad morada- de los programas Eventual Mínimo de Empleos (PEME) y de Acción Barrial (PRODABA).

. Sobrevaloración en la compra de un software para el Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM). El precio de mercado no llegaba a 100 mil dólares, «pero se "negoció" [comillas de NH] por millones con la empresa Host Chile».

. Sobrevaloración de equipos para tecnificar a la Policía Nacional; «el precio por cada computadora ascendió a más de 30 mil dólares» (debemos asumir que esas computadoras eran superiores a las de la NASA).

. Sobrevaloración de los aviones Tucano, «comprados por más de 9 millones de dólares cada uno cuando naves similares costaban alrededor de 5 millones».

. Nominillas ocultas para pagar a los compañeritos (y "compañerotes") del PLD. Fernández lo negó (como todo: lo niega o lo ignora), pero ante las pruebas que le mostró el periodista Juan Bolívar Díaz lo admitió. «Esto ocurrió en una reunión en el Palacio Nacional con un grupo de directores de medios de comunicación. El mandatario se defendió argumentando que en otro país a un gobierno lo derrocaban por este tipo de práctica, pero que, en República Dominicana, por el contrario, derrocaban al gobierno si no practicaba la entrega de dádivas (con los dineros de los contribuyentes)».

. Concesión de permisos de importación en beneficio de relacionados y parientes de Estanislao Pérez (Danilo Pérez), «asistente personal y hombre de confianza del presidente Fernández».

. Concertación del préstamo de 130 millones de dólares con la Sun Land, «sin aprobación del Congreso, y sin que se sepa, al día de hoy, donde fue a parar el dinero».
Nota: Las comillas latinas corresponden a Acento.com.do
[La corrupción se acrecienta en los 10 años del presidente Leonel Fernández].
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Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
21 de septiembre de 2023