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II.- Los descarríos de Leonel Fernández en la vida política dominicana...

Leonel Fernández es un asiduo lector, y disfruta, casi a nivel de orgasmo, citar fuentes, pero no desarrolló capacidad de análisis; no ha podido, nunca, tener criterio propio. Todo planteamiento que sale de su boca es producto del sudor de algún intelectual (del campo que sea), y lo hace suyo sin medir tiempo ni espacio. Sobre la privatización de las empresas del Estado había dicho que «era lo que se estilaba bajo el neoliberalismo», y, como si nada importara, se refirió a la quiebra con soberbio descaro (con esa falta de criterio que le caracteriza, con esa irresponsabilidad olímpica con la que intenta despojarse de todo compromiso)...

Rostros de dos personajes nefastos en la historia dominicana. Desde 1996 al día de hoy hemos tenido un significativo crecimiento económico, pero, ¡a qué costo! Ambos encarnan lo peor en términos de valores: han proporcionado a la sociedad dominicana una degradación moral sin precedentes y una corrupción que ya es parte de nuestro ADN. La han convertido en un centro de acopio de los más grotescos criminales de todo el mundo; en una selva sin regulaciones (totalmente diferente a las selvas reales, que son regidas encomiablemente por la naturaleza) donde cada quien hace lo que le viene en ganas; en un infierno (que sepulta decenas, y a veces centenas, cada día) para los pocos que salen a las calles a conducir con responsabilidad...

La pésima gestión de gobierno de Leonel Fernández culminaría el 16 de agosto del año 2000 con la toma de posesión del perredeísta Hipólito Mejía, quien había salido triunfador en los comicios de mayo de ese año ante el candidato que había escogido el PLD en el "Congreso Elector" celebrado en 1999 [Congreso Elector de nombre; ya ese organismo había perdido vigencia con las bonanzas del poder, y los candidatos a la presidencia del partido morado se enfrentaban en una lucha a muerte en lo que se conoce en los demás partidos como "elecciones primarias" (nombre que usan las naciones del mundo capitalista y en las que el dinero participa como principal componente a la hora de escoger al aspirante a la presidencia en un certamen electoral de carácter nacional), donde la candidatura la obtiene el que mejores acuerdos haga con la corruptela, la inmoralidad y los recursos provenientes de las actividades relacionadas con lo mal hecho].

Danilo Medina, a quien el tiempo convertiría en una figura infame por su ejercicio impuro del poder, saldría triunfador en esas "primarias" (marcadas por el desenfreno), en las que Jaime David Fernández Mirabal, el otro aspirante con posibilidades, sería aplastado por el poder de la podredumbre que dentro de la organización política habían institucionalizado los señores Fernández (Leonel) y Medina, tétrica figura, este último, que sería la única, en el devenir de la historia, en igualar al primero en todos sus vicios.

¿Por qué el Congreso Elector no debió convertirse en unas primarias? Porque “cuestan dinero, a veces mucho dinero, y los que aspiran a ser candidatos tienen que buscar ese dinero donde esté, y naturalmente el dinero no está en manos de la gente del pueblo sino de los dueños o jefes de bancos, empresas y negocios, y al solicitar dinero de esos dueños o jefes de empresas, negocios y bancos, los que se corrompen son los candidatos porque de hecho quedan obligados a defender los intereses de aquellos que les facilitaron los medios para alcanzar las candidaturas de sus partidos” [El PARTIDO - Juan Bosch, Segunda Edición, 1984, Editora Alfa y Omega, Pág. 87.].

Magistral "photoshop" cuyo autor desconocemos. No puede haber otra imagen de este señor que, como esta, lo muestre en su justa y total dimensión...

A Bosch le faltó incluir, porque cuando esgrimió esas palabras aún no se había arraigado en República Dominicana (que precisamente hizo su triunfante aparición durante esos primeros cuatro años de Leonel Fernández y el PLD), la fuente que vendría a convertirse, desde 1996, en el principal sostén de las elecciones "primarias" (de todos los partidos) y de las generales: el dinero del "lavado", ese que proviene del tráfico de drogas, armas, nacionales de otros países, órganos, influencias, etc., que supera con creces los capitales oligárquicos construidos después del tiranicidio con el dinero que Rafael Trujillo usurpó al pueblo dominicano y que le sería despojado a su hijo Ramfis mientras lo transportaba en un barco hacia España.

La situación que caracterizó el "Congreso Elector" se veía venir. La diferenciación de Leonel Fernández (mientras fue presidente de la República) «con los miembros peledeístas del gabinete, la designación de sus amigos oligarcas en las carteras más importantes y las ejecutorias desde el gobierno en contraposición a lo que para Juan Bosch era prioritario, son algunos de los motivos principales de lo que sería el devenir de un PLD que corría detrás de un farsante que había pasado a ocupar el lugar del líder en el partido».

Leonel Fernández había realizado un viaje a Europa durante el cual se reunió con varios líderes internacionales; el hecho de haber compartido con esta élite dirigencial, algo nunca soñado para un degustador de "pico y pala", lo llevó a expresar que «el PLD tenía que abrazar la corriente socialdemócrata» («sólo porque la mayoría de los gobiernos de los países europeos eran ejercidos por partidos de la Internacional Socialista»). Bosch, el único marxista capaz de regionalizar las teorías de Carlos Marx acerca de las clases sociales -no llegaría nunca a concebir tal irreflexión-, decía que “para establecer la socialdemocracia se requiere que la sociedad escogida para ser organizada de acuerdo con ese régimen político disponga de un excedente económico sólido, importante y regular, es decir, mantenido durante muchos años. La socialdemocracia es, por lo menos en la República Dominicana, un nombre nuevo para una miseria vieja, y engaña a este pueblo todo el que le hace creer que esa modalidad política de la sociedad capitalista puede resolver los problemas de una sociedad hambreada, analfabetizada, estafada por sus líderes, y, ahora, además, por los líderes socialdemócratas de países ricos. Para la República Dominicana la socialdemocracia es una estafa política que lo ofrece todo y no puede dar nada” [20 de junio de 1985 - 33 ARTÍCULOS DE TEMAS POLÍTICOS - Juan Bosch, Primera Edición, 1988, Editora Alfa y Omega, Págs. 160, 162.].

Leonel Fernández es un asiduo lector, y disfruta, casi a nivel de orgasmo, citar fuentes, pero no desarrolló capacidad de análisis; no ha podido, nunca, tener criterio propio. Todo planteamiento que sale de su boca es producto del sudor de algún intelectual (del campo que sea), y lo hace suyo sin medir tiempo ni espacio. Si los gobiernos de turno en Europa hubiesen sido de corte fascista, nazi, reformista, comunista o socialcristiano, su ofrecimiento hubiese sido alinearse con cualesquiera de esas corrientes. No en vano, Hipólito Mejía se expresa de esta manera sobre él: «¿Qué sabe Leonel de planificación? Ni siquiera con su mujer ha planificado. ¿Qué empleo tenía Leonel antes? Abogado de oficio hace 20 años. Leonel no sabe nada de nada. Quebró las empresas del Estado [Su insolencia lo llevó a expresar que la privatización de las empresas del pueblo era lo que se estilaba bajo el neoliberalismo, y, como si nada importara, se refirió a la quiebra con soberbio descaro (con esa falta de criterio que le caracteriza, con esa irresponsabilidad olímpica con la que intenta despojarse de todo compromiso)]; de las zonas francas dijo que no sirven para nada».

Ver: PLD: crisis de unas elecciones primarias

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Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
11 de septiembre de 2023