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VI - Los peligros de comer en el capitalismo

El hambre no se debe a simple escasez de alimento, sino a la desigualdad distributiva que es resultado y condición de una creciente monopolización en la agricultura y en la industria de alimentos

LOS PELIGROS DE COMER EN EL CAPITALISMO
Sexta Parte
Interesante obra de Jorge Veraza (coordinador), Ricardo Aldana, Karina Atayde, Andrés Barreda, Rolando Espinosa, Silvia Espinosa, Gonzalo Flores, Fabiola Lara, Juan Vicente Martínez, David Moreno, Luis Eduardo Pérez y Mónica Vázquez. En esta publicación, Nemen Hazim (a quien corresponderán las negritas e itálicas) recopilará parte de los análisis y conclusiones; lo que se transcriba es propiedad exclusiva de los autores del libro, a quienes corresponde mérito y reconocimiento...
Los peligros de comer demasiada carne roja y procesada. Un consumo excesivo de carne aumenta las probabilidades de padecer enfermedades...

Los transgénicos u organismos genéticamente modificados son producto de la biotecnología. Se trata de organismos a los cuales se les ha insertado —mediante técnicas de biología molecular— uno o más genes de otro organismo con la finalidad de otorgarles determinadas características. Cada átomo de estos productos es nocivo debido a la alteración de las moléculas de ADN que contiene. Los organismos transgénicos pueden incluir en su ADN genes que provienen de otras especies, algunas muy alejadas en la escala evolutiva; por ejemplo, se puede insertar en plantas genes de animales, bacterias, etc. Cuando se sostiene que los transgénicos pueden ayudar a paliar el hambre que aqueja a muchos países pobres del Tercer Mundo y a promover el desarrollo económico, se olvida que los responsables de todos estos problemas tienen nombre y apellido. El hambre no se debe a simple escasez de alimento, sino a la desigualdad distributiva que es resultado y condición de una creciente monopolización en la agricultura y en la industria de alimentos. El poderío de las grandes empresas trasnacionales es el complemento de la miseria económica de los pueblos, así como la creación y venta de variedades vegetales con mayor resistencia a herbicidas, lo es de la contaminación de los suelos agrícolas y los mantos acuíferos.

Hemos visto cómo el desarrollo del sistema alimentario capitalista (SAC) ha suscitado diversas protestas y ha hecho surgir paliativos a la vez que se profundizan sus tendencias más deletéreas. Como parte de este proceso, aparecen diversos tratamientos médicos (la medicina del capital) que intentan atacar las enfermedades provocadas por este mismo sistema. El carácter esencialmente degenerativo y autodestructivo del SAC se revela por sus excesos y por sus carencias. Este sistema ha devenido en un cáncer que ataca a la humanidad y se desarrolla cada vez más integrado a las bases del modo de producción capitalista. La dieta moderna capitalista, junto con el tabaquismo, constituyen las principales causas del cáncer. La dramática proliferación y diversidad de tipos de cáncer es resultado de la consolidación del Sistema Alimentario Capitalista en el planeta en detrimento de los patrones dietéticos tradicionales, los cuales perviven marginalmente en algunos núcleos rurales de Asia, África, América Latina y Oceanía.

Existe un estrecho vínculo entre la dieta moderna y la incidencia de afecciones como la obesidad y el sobrepeso y el cáncer de esófago, colon-rectal, de pecho, endometrio y riñón. El elevado consumo de carnes rojas y enlatadas, característico del SAC, contribuye a la incidencia de cáncer colon-rectal y de esófago. Asimismo, el alto consumo de bebidas alcohólicas que suele acompañar la ingesta de carnes rojas está estrechamente ligado a la alta incidencia de cáncer en la cavidad oral, la faringe, la laringe, el esófago, el hígado y el pecho. El cáncer de estómago es frecuente en las personas que consumen alimentos enlatados o conservados y con grandes cantidades de sal. Actualmente, las enfermedades degenerativas como los trastornos cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y los males respiratorios constituyen las principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial. En el mundo occidental moderno, la primera causa de mortalidad la constituyen las enfermedades cardiovasculares, grupo al que pertenecen las enfermedades coronarias, infartos, trombosis, accidentes cerebro-vasculares, ateroesclerosis e hipertensión arterial, entre otros.

Las enfermedades degenerativas expresan cuatro niveles del dominio capitalista:
1) La degradación y distorsión de la reproducción vital elemental del ser humano. Nunca antes un modo de producción de riqueza había incidido tan profunda y nocivamente en la reproducción orgánica humana.

2) Las consecuencias que para la salud humana ha tenido el arraigo del doble núcleo del Sistema Alimentario Capitalista (la carne y el azúcar), así como de los valores de uso que giran alrededor de este doble núcleo (las grasas alteradas, los productos de harina refinada, la sal empobrecida, la leche pasteurizada y sus derivados), alterados a su vez en su contenido cualitativo propio.

3) La subordinación capitalista de los procesos de producción, circulación, distribución y consumo de todos los elementos que componen el SAC. La estructura bioquímica y energética de estos elementos ha sido manipulada y transformada para adecuarlos a los tiempos y necesidades de la producción de riqueza y de la acumulación del capital. El consumo de estos alimentos ocasiona la pandemia de las enfermedades degenerativas.

4) Todo el sistema de valores de uso (los objetos útiles) que estructuran a la reproducción global social ha quedado subordinado, y consiguientemente deteriorado, por el capital a nivel mundial.
Continuará...

Autores: Jorge Veraza (coordinador), Ricardo Aldana, Karina Atayde, Andrés Barreda, Rolando Espinosa, Silvia Espinosa, Gonzalo Flores, Fabiola Lara, Juan Vicente Martínez, David Moreno, Luis Eduardo Pérez y Mónica Vázquez

Sinopsis: Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
16 de junio de 2023