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El fin de la maldad, del saqueo, de la esclavitud, de las dictaduras imperiales universales está cerca... [Ensayo resultado de la serie “El maestro y la música azul”]

"Estupidez encantadora, infecciosa como un virus. Una figura sin forma alguna del vacío dentro de sus cerebros. Si dices lo que piensas, te dicen grosero, nada políticamente correcto. Han aprendido a decir lo mismo, a pensar lo mismo, a no tener otra opción en la vida. Estos tipos de bárbaros necesitan ir en manadas, porque sólo así pueden protegerse. Y ahora, estos bárbaros modernos son los que trazan pautas, dan órdenes, dictan reglas; conforman sociedades invertidas..."

"El maestro y la música azul", una producción creada por Christoforos Papakaliatis, protagonista de la misma, que narra el romance a través de la música. Una serie griega que suma drama, misterio y crímenes. Con la participación de la hermosísima Klelia Andriolatou. Un razonado y extraordinario pensamiento plasmado por el protagonista nos movió a embarcarnos en este escrito...

Estupidez encantadora, infecciosa como un virus. Una figura sin forma alguna del vacío dentro de sus cerebros. Si dices lo que piensas, te dicen grosero, nada políticamente correcto. Ante el genocidio que cometen los sionistas con el pueblo palestino prefieren pedirte que moderes el lenguaje, como si el valor intrínseco que hay en el exterminio de más de 40 mil inocentes pierde valoración ante un "maldito asesino", "yanqui perverso", "imperialismo genocida", "asesino hijo de puta".

Como no leen, no pueden comprender el porqué de la invasión rusa a Ucrania. Estados Unidos, desde el año 1992, está planteando que, aunque la Unión Soviética se había desintegrado, Rusia continúa siendo un problema. El exsubsecretario de Defensa Paul Wolfowitz escribió:
«Estados Unidos debe seguir combatiendo a Rusia. No importa que ya no sea comunista. No importa que sea capitalista. Rusia es demasiado grande, demasiado rica, tiene demasiado petróleo, demasiado gas, demasiada agua, demasiada tecnología, tiene un armamento nuclear equivalente al nuestro y, por lo tanto, cualquiera que sea el régimen político va a ser un obstáculo para el interés nacional de los EE. UU. y para nuestras posiciones en Euroasia y fundamentalmente en Europa oriental. Así que tenemos que avanzar con sanciones, hostigando a Rusia»
A Ucrania, con el golpe de Estado que propiciara Barack Obama en 2014, la lleva a la guerra Estados Unidos. Estaba todo planeado; "Occidente", como se hacen llamar los imperialistas y colonialistas, debía frenar a toda costa el desarrollo capitalista en el que se había embarcado Rusia después de la desaparición de una URSS comunista; China había plantado bandera, y no se podía permitir que dos potencias con el más alto grado de desarrollo tecnológico (base para el desarrollo de muchas cosas, sobre todo para la industria de las armas) revirtieran el orden mundial. La guerra era inminente, pero parece que la OTAN (Organización Terrorista del Atlántico Norte) olvidó lo que, en 1992, había advertido Wolfowitz: Rusia "tiene un armamento nuclear equivalente al nuestro".

Es lamentable. Han aprendido a decir lo mismo, a pensar lo mismo, a no tener otra opción en la vida. Estos tipos de bárbaros necesitan ir en manadas, porque sólo así pueden protegerse. Y ahora, estos bárbaros modernos son los que trazan pautas, dan órdenes, dictan reglas; conforman sociedades invertidas que contraponen de manera ridícula lo malo, lo perverso, lo inmoral, lo injusto, a lo bueno, lo bondadoso, lo moral, lo justo... No son huecas las palabras expresadas por alguien a quien desesperadamente hemos buscado para rendirle tributo:
«Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. Nunca, como ahora, la gente había presumido de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior. Los analfabetos de hoy son los peores, porque, en la mayoría de los casos, han tenido acceso a la educación; saben leer y escribir, pero no ejercen. El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario, para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas. Y así nos va a los que no nos conformamos con tan poco, a los que aspiramos a un poco más de profundidad, a un poquito más...»
China y Rusia: oportunidad histórica de derribar la hegemonía yanqui y establecer un nuevo orden mundial...

Nos da miedo ser absurdos, dogmáticos, exagerados. Nos da miedo ser anarquistas. Por suerte, estamos en la recta final de una vida plena. Pudimos ser actores y vivir lo mejor que ha conocido la humanidad, ese período que se dio a conocer como Guerra Fría, madre de todo lo bueno, de la excelencia en cada una de las actividades que hicieron de nuestra generación una extraordinaria, única, inigualable… Enfrentamos muchas luchas; algunas cuesta arriba. Triunfamos en unas, aunque seguimos perdiendo en otras, pero con la certeza de que, más temprano que tarde, en el contexto universal, las flores serán arrojadas en el mismo lugar donde se asentarán nuestras cenizas.

Sobresalimos, cultivamos intelecto y ciencia, exquisitez y rudeza, y que quede constancia, con los más altos estándares; sin dejar de lado la confrontación para erradicar las injusticias, los imperialismos perversos, los abusos, los genocidios, la compra de conciencia, la enajenación... Casi todos, desafueros en los que se sustenta el capital financiero capitaneado por el imperialismo yanqui y sus fantoches colonialistas de Europa occidental, serviles por vocación y siempre prestos a fungir como catalizadores de la desaparición de la humanidad, como si no les bastara los miles de millones de vidas enviadas a otro mundo, sacrificadas en aras de una oprobiosa aristocracia.

En fin, aun con miedo a lo absurdo, al dogmatismo y a la exageración, seguiremos de frente contra la mediocridad, los barbarismos, las imposiciones imperialistas. Quizás no veamos el final, que necesariamente tendrá que obedecer a la exigencia de un orden mundial más justo, más solidario, con más humanidad y menos capitalismo, que honre la excelencia; pero nuestros nietos, o, por qué no, nuestros hijos, están destinados a cosechar una nueva era, un mejor universo, un mejor futuro…

Hace dos meses concluimos como sigue el artículo «La necesidad de las oligarquías imperiales de seguir usurpando recursos y la mentira como objetivo fundamental de la "prensa" occidental aproximan a la humanidad a su extinción»:
«EE. UU. ha consolidado una nueva Guerra Fría; el conflicto podría durar dos o tres décadas, pero será determinante a nivel mundial. Está en juego la hegemonía norteamericana, y ese juego representa en enorme peligro para quienes habitamos este planeta. Si no se pone freno a la desinformación propiciada por los grandes capitales y a la hegemonía de la mentira, con toda seguridad celebraremos, con fuegos reales, la despedida de este mundo. La mentira, esparcida por los medios que dan sustancia a los países imperialistas y colonialistas, es el principal armamento de guerra en Ucrania; es la razón de más peso en el genocidio que cometen los sionistas con los niños, mujeres y ancianos de Palestina, y será el blasón que nos llevará a otra dimensión, esa de la que no se conoce que haya regresado ser viviente alguno... o su espectro»
Pero, en este preciso momento, estamos optimistas de que la humanidad saldrá beneficiosa; aun se produzca ese enfrentamiento nuclear que con toda seguridad arrasará con la mitad de este planeta. El fin de la maldad, del saqueo, de la esclavitud, de las dictaduras imperiales universales está cerca... Muy cerca. Con bombas atómicas o sin ellas.

Nota: Este ensayo es el resultado de un pensamiento de la serie “El maestro y la música azul”.

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
26 de mayo de 2024